CLAUDIA VALERIA YÁÑEZ CENTENO, DIPUTADA FEDERAL POR EL PRIMER DISTRITO DE COLIMA

Claudia Yáñez Centeno pertenece a una familia clasemediera, con desmedida ambición política inspirada en el principio “El fin justifica los medios”. Su padre, el Lic. Francisco José Yáñez Centeno, en la década de los años cincuenta, fungía como diputado local y conspiraba contra el gobernador, en unión con un grupo de grillazos, encabezados por el periodista Manuel Sánchez Silva “El marqués de la plata ausente”, quien rentaba y dirigía el bisemanario Ecos de la Costa, para desprestigiar al General J. Jesús González Lugo, titular del Poder Ejecutivo, acusándolo de corrupto y desaseado en el manejo de la hacienda pública. En este movimiento subversivo mencionaban también por los mismos delitos, a su esposa Ana María Rivadeneyra. Este movimiento el pueblo le llamó “el camarazo”.

En el marco de esta maniobra, fue electo el Lic. Francisco José Yáñez Centeno, como gobernador interino. A escasas semanas, el Presidente de la República en turno y el poder legislativo federal desecharon el efímero triunfo del gobernador interino y el General Lugo fue reinstalado como gobernador constitucional del estado.

De este episodio, comentan los que lo vivieron que en pago a la tranza que cometió “El marqués”, al aceptar la destitución de Yáñez Centeno, el gobernador González Lugo le financió la instalación de un moderno taller para que imprimiera su propio periódico, el “Diario de Colima”. Esto último, corroborado por el propio beneficiario.

Claudia Valeria es una dama desarraigada en los cuatro puntos cardinales de Colima y carente de testimonios que demuestren su preocupación o solidaridad por las graves y desalentadoras circunstancias que vivimos en Colima. Llegó a la diputación federal, protegida por la ola lopezobradorista, jamás por méritos propios.

La diputada Yáñez Centeno, lejos de sumarse al programa de acción del partido al que pertenece (MORENA), se ha dedicado a construir fosas para desalentar a los partidarios morenistas que respaldan y le profesan una ilimitada confianza al gobierno de  Andrés Manuel López Obrador, en la difícil tarea de edificar la cuarta transformación de México.

Muchos colimenses que conocen a la familia de la diputada, no descartan que su hermano César Yáñez la asesore para entorpecer el más ambicioso programa de gobierno que un Presidente de la República haya presentado al pueblo.

Aseguran que el matrimonio del influyente consejero de López Obrador, celebrado al inicio de la presente administración, ha sido la más fastuosa, superando a los príncipes herederos de la Gran Bretaña.

Corroboro mis palabras en las arriesgadas y temerarias acusaciones que la diputada federal del primer distrito lanzó hace dos semanas a la amiga y compañera Indira Vizcaíno Silva, Delegada Estatal para el Desarrollo de Colima, acusándola de corrupta y mafiosa, fundamentando sus acusaciones en hechos supuestos:

  1. “Que se investigue a Indira por corrupción, en el presunto fraude cometido en contubernio con los empresarios que adquirieron por 100 millones de pesos terrenos en el norte del municipio de Cuauhtémoc, para construir el fraccionamiento Altozano.
  2. De la negativa a otorgar las becas universitarias Benito Juárez a jóvenes registrados previamente en el extinto programa “Prospera”.
  3. Asimismo de intromisión en la vida parlamentaria del Congreso Estatal para imponer a la Licda. Adriana Ruiz Vizfocri, como Presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos”.

Incuestionablemente que quien acusa de corrupción debe presentar las pruebas fehacientes de su dicho. Indira Vizcaíno, pese a las denostaciones que seguirán en su contra, redoblará esfuerzos con trabajo, identificación con su pueblo, lealtad con el Presidente López Obrador y nadie le podrá opacar su carrera política, porque la mayoría de colimenses la respaldamos por sus virtudes e intachable conducta. ¡Adelante Indira!

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