La primera semana del mes de marzo de 2021 marcó el arranque formal de la competencia por conseguir la Gubernatura del Estado de Colima. Fue un inicio frío, tradicional y que pasó desapercibido. No hubo candidata o candidato alguno que despertara emoción especial en la gente o que moviera los números de las encuestas presentados en precampaña. Ahora, en plena mitad de campaña y a escasas cinco semanas para que llegue el día de la elección, sigue sin haber cambios importantes.
El panorama general indica que Indira Vizcaíno continúa siendo, con Morena y Nueva Alianza, puntero indiscutible en esta carrera. Asimismo, Mely Romero con la coalición Va por Colima y Leoncio Morán con Movimiento Ciudadano, están en empate técnico en segundo lugar, lejos aun de Indira Vizcaíno. En tercer lugar, pero muy cercano del segundo, viene Virgilio Mendoza con el Verde que, para decirlo como es, ha crecido.
Este es un panorama en el que, si nada o poco cambia, como hasta ahora, Indira Vizcaíno podría llevarse la elección, holgadamente. Y esta es la primera lección relevante para las candidatas, los candidatos y sus equipos de campaña. En esta última etapa de la elección, o provocan que se sacudan las reglas y el entorno de la elección, o el resultado ya está dicho desde este momento. Y es que hay fuerzas estructurales propias de esta campaña, que hacen posible esa falta de cambio.
Esas fuerzas estructurales se explican a partir de que el panorama en el que hay un puntero, dos lejanos segundos lugares y un tercer lugar pisando los talones de los segundos, es la primera vez que lo observamos en Colima. Las elecciones anteriores de la historia reciente de nuestro estado, nos habían acostumbrado a un bipartidismo, en el que sólo el PRI y el PAN acudían a la competencia con capacidad real de triunfo, relegando a cualquier otro participante, a la posición de espectador.
Los que han hecho a Indira Vizcaíno ser puntero indiscutible en esta elección, han sido sus mismos competidores, quienes en lugar de buscar bajarla y quitarle los votos Indirista, Morenista e indeciso, han estado abajo peleándose y arrebatándose, los unos a los otros, los otrora votos priista y panista, dispersándolos en tres opciones casi empatadas y trabando la elección en su contra, pero favoreciendo a Indira, a Morena y a Nueva Alianza. Básicamente, han estado largas siete semanas de campaña trabajando para Indira.
Esta es una segunda lección para los estrategas y equipos de campaña de Mely Romero, Leoncio Morán y Virgilio Mendoza. Continuar en empate técnico, abajo, peleando mutuamente por los mismos votos, y trabados electoralmente hablando, los llevará al ineludible resultado de perder. Mucho corresponde aprender de la elección presidencial de 2018, en donde el panorama experimentado fue similar al actual, con Andrés Manuel López Obrador como puntero y dos segundos lugares que, lejos de definirse por competirle directamente a Andrés Manuel, se enfrascaron en una lucha mutua irremediable.
Estamos por entrar a la octava semana de campaña, que va del 26 de abril al 2 de mayo y en posteriores días podríamos comenzar a ver en la elección un efecto característico de los sistemas electorales democráticos de votación mayoritaria de una sola vuelta, como es el caso de Colima. A ese efecto se le conoce como Ley Duverger y consiste en que en una elección en la que gana quien obtiene el mayor número de votos, sin haber una segunda vuelta de votación, tiende a darse un dualismo de partidos (en este caso, un dualismo de opciones).
Eso significa que en los próximos días los electores colimenses que no ven en Indira Vizcaíno a su próxima Gobernadora, podrían decantarse por una de las tres opciones contrarias disponibles, como sonMely Romero, Leoncio Morán y Virgilio Mendoza, siendo la opción elegida la que se convertiría en el contrapeso de Indira Vizcaíno y en el “menos peor” de entre las dos con mayor competitividad rumbo al final de la elección. Así, las fuerzas estructurales de la elección forzarán a los colimenses a pensar en términos de dos opciones posibles.
De aquí la tercera lección para las candidatas, los candidatos y sus equipos de campaña. La lucha en esta parte de la elección no es por ganarle a Indira, pero sí es por convertirse en la opción “menos peor” de quienes no ven a Indira como Gobernadora. De hacer lo necesario y convertirse en esa segunda opción de los colimenses, se comenzará a crecer en las encuestas y a cerrar la brecha existente respecto de Indira Vizcaíno como puntero indiscutible de esta elección. Para lograr esto, las declinaciones y los acuerdos son cursos de acción posibles y deseables.