COMALA Y SU AVIÓN PRESIDENCIAL

Los gobiernos del neoliberalismo se caracterizaron por realizar gastos extravagantes y divorciados de la realidad y de las necesidades de las mayorías. Existió una competencia por lograr el gasto más ostentoso, el más suntuoso o el más notable. El presupuesto se usó para dar vida a proyectos que fueron muy visibles y que permitían presumir que se tenían, independientemente de su utilidad o de que resultaran realmente convenientes para la población a la cual, supuestamente, deberían servir. 

Una de esas es el Andador de las Parotas y otras obras ligadas con la carretera que comunica Comala con Villa de Álvarez, tales como la iluminación de primer mundo con la que cuenta, la Plaza del Peregrino que se usa dos veces al año, un mosaico para que se vea desde el aire o la ciclopista inconclusa, que va de ninguna parte a ninguna parte, pasando por ningún lugar. Pero, paralelamente, se trata de una carretera que se inunda con la lluvia, que no permite que un auto averiado pueda salir de los carriles de la misma o que un vehículo pueda parar momentáneamente para cualquier necesidad. La carretera además, se va llenando de semáforos y topes porque se usa como si fuera una vialidad propia o interna de algunas colonias villalvarenses o porque no se han construido pasos peatonales. Y una vía que también incluye un cruce cada vez más difícil y peligroso, en su intersección con el Tercer Anillo en la Glorieta de los Perritos, donde resulta urgente la construcción de un paso a desnivel y además, obras para canalizar las aguas de las lluvias que con mucha frecuencia se acumulan y causan problemas. 

Una de las estrellas es el Andador, algunos miles de personas van allí todos los días a caminar o correr. Esas son actividades sanas pues al ejercitarse, se queman calorías y permite a sus usuarios tener una mejor forma física. Supongo que esos usuarios no son pobres porque quien nada o poco tiene, no puede ir a ejercitarse, ya que todo el tiempo ha de estar en su lugar de trabajo, y allí se hace mucho ejercicio. Los jornaleros del campo, albañiles y muchos trabajos que realizan los comaltecos de a pie, demandan un gran esfuerzo físico y a esos trabajadores no les interesa ejercitarse más. 

La gran mayoría de los usuarios no son comaltecos y el que junta estas letras, supone serán de Villa de Álvarez o de Colima, pues es frecuente observar un buen número de vehículos estacionados, a veces, incluso mal estacionados, sólo medio fuera de la carretera. Podría suponerse, por el tipo de vehículos, que son personas acomodadas, quienes prefieren ese tipo de ejercicio que el que pueden realizar en un gimnasio (o en un gym, si se paga más), aunque estos establecimientos son cada vez más. El Andador en cambio, les ofrece una opción atractiva y sin costo y un lugar al cual cada vez más, acuden personas a ver o ser vistos por otros, como si se tratara de una pasarela. 

Debo suponer que los usuarios de esta magnífica infraestructura son muy flojos, pues existe un enorme número de bancas a lo largo de la misma, y que además, son extraordinariamente sucios, porque la obra también incluyó una gran cantidad de depósitos para basura. Allí hay más bancas y depósitos de basura que en todo el resto del Municipio. 

Paralelamente, la necesidad de obras en Comala y sus comunidades es enorme. Sea alumbrado público, banquetas, machuelos, calles, jardines públicos, unidades deportivas, puentes, jardines con juegos infantiles y mucho más. Además, mucha de la infraestructura urbana en nuestras poblaciones, se encuentra destruida porque ha crecido de mantenimiento. Alguien me ha dicho que sí existe mantenimiento presupuestal para todas, pero que falta la traducción a mantenimiento físico. 

Además, en la infraestructura paralela a la carretera, el gasto en mantenimiento es enorme. Eso se encuentra más limpio y mejor mantenido que el propio Jardín Principal de Comala. Dicho de otro modo, candil de la calle y obscuridad de la casa. 

Lo descrito es producto de que nuestras autoridades pasadas y presente no piensan en el pueblo y sus necesidades y por eso, prefieren obras de relumbrón. Les gustan obras y gastos que se observen y que no importa que vayan dirigidas a los no comaltecos más que a los comaltecos. Lo que aquí se comenta, seguramente, no ha pasado por sus mentes. 

Me refiero a ese conjunto de obras que absorbieron una gran cantidad de recursos durante su construcción, y que, además, consumen una gran cantidad de gasto corriente y que otorga una cantidad muy limitada de beneficios a los comaltecos y en cambio, no produce ningún ingreso, pues no se cobra por su uso y no ha sido útil para detonar algunos negocios que se pudieran haber convertido en ingresos para los comaltecos. Se trata de un elefante blanco con el que se engalanan algunos de nuestros políticos limitados y que muchos, en nuestro descuidado pueblo no ha meditado. Cuando la construcción se encontraba en marcha que la critiqué por primera vez, me decían, pero está quedando bonito. 

Esta infraestructura y su gasto de mantenimiento es el equivalente comalteco del avión presidencial. Y de ese lujosísimo artefacto, con el cual, nadie sabe qué hacer, nadie dice que esté bonito, todos, en vez, nos sentimos indignados y lo mismo debiéramos sentir con la infraestructura paralela a la carretera. Los comaltecos debiéramos discutir qué hacer con ella y girar nuestro mandato a las autoridades. Tal vez, debamos continuar otorgándole mantenimiento y buscar financiarlo indirectamente. Otras obras en vez de las que se construyeron, ya resulta imposible llevarlas a cabo. 

Es todo. Nos encontraremos pronto. Tengan feliz semana. 

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