Hace algunos días comentamosaquí sobre los niveles alarmantes de discriminación que existen en el País y particularmente en Colima. Como vimos, se discrimina por todo. Los estereotipos crecen y cada vez somos más intolerantes hacia todo. Cabría suponer que todos somos discriminados por algo y discriminamos a los demás por algo también. Seguramente muy pocos son los que en ningún momento han sentido la intolerancia de los demás y, por tanto, la discriminación.
Una preocupación que salta es que, según lo declarado por los encuestados, algún servicio público o atención ha sido negado a los solicitantes por algún factor de discriminación y eso es producto de que las oficinas públicas han sido tomadas por servidores insensibles e impreparados que, como consecuencia de ello, incumplen sus funciones. Si el gobierno no prepara a sus empleados, muy poco es lo que podemos esperar del comportamiento del ciudadano común y corriente.
Pero es que, a nuestros políticos, la discriminación no es algo que les interese y mucho menos, que les preocupe: Al contrario, hasta la fomentan. Es mejor mantenernos divididos y provocar la división y el pleito entre los ciudadanos. De ese modo peleamos entre nosotros y no contra ellos. Un ejemplo relativamente reciente queda ilustrado con la campaña de intolerancia dirigida contra los fumadores que de pronto se convirtieron en los nuevos apestados de la sociedad; ahora el humo le afecta (y puede causar la muerte súbita) a cualquier no fumador. Pero a esos no fumadores no les afecta, entre otras cosas, el humo despedido por los automotores, mismos que usan desenfrenadamente, hasta llegar al abuso y provocan también otros hechos evidentes que atentan contra el medio ambiente y la salud pública más de lo que lo hacen los criticados y rechazados fumadores. Es decir, conciencia no hay, y la población se deja influenciar (o, mejor dicho, se deja manipular) por la propaganda mal intencionada.
Este es el balance que priva al conmemorarse diez años de la muerte de Gilberto Rincón Gallardo (y Meltis), que se produjo el 30 de agosto de 2008; hombre brillante, comprometido y gran luchador. Estuvo en el Movimiento de 1968 y fue a Lecumberri, preso por ello. Luchó en contra la discriminación y en favor del respeto a los derechos humanos, la inclusión y la igualdad siendo relevante su intervención en estos aspectos. Él esculpable, en gran medida, de que ahora todos nos ocupemos de esos temas. Fue el primero en encabezar la CENAPRED (en abril de 2003) que, por otro lado, fue creado como respuesta a su lucha. También fue candidato a la Presidencia de la República en el 2000 por el Partido Democracia Social. Durante su campaña denunció ampliamente la discriminación que se vivía en el País y propuso leyes que reglamentaran las sociedades de convivencia y la despenalización del aborto. Buscaba, según decía, la igualdad a través de su lucha. También fue miembro del Consejo Consultivo de la UNICEF en México.
En Colima, por supuesto, las cosas van más allá que en el resto del País. Recientemente platiqué con una amiga que ha trabajado con grupos vulnerables y me llamó la atención sobre varios aspectos: No hay protocolos de actuación de servidores públicos ante grupos vulnerables, excepto uno, de la policía, para actuar ante el colectivo LGBTTI, y no se aplica. No es un tema que interese pues.
Recientemente se celebró el día Internacional de las Culturas Nativas y en nuestro Estado pasó prácticamente inadvertido: Solo hubo un pequeño e improvisado festival en Suchitlán, seguramente porque algo debían hacer, a pesar de no estar convencidos de ello. Suchitlán no es la única población colimense con fuerte presencia indígena y su cultura (igual que la de Zacualpan o Ixtlahuacán, Cofradía de Suchitlán, Juluapan o Tamala, entre otros) deben ser preservadas y eso si bien es una responsabilidad de todos, lo es principalmente del Gobierno.
Y eso no es todo: El Gobierno estatal no quiso participar en la encuesta levantada por INEGI y CENAPRED, pues le hubiera significado una erogación de un millón y medio de pesos: No hubo dinero para ello, aunque sí lo haya para comprar predios como el de La Campana o para pagar alquiler de aviones privados o comprar boletos en vuelos comerciales para numerosos servidores públicos, sobre todo el Gobernador ¿Cuál debe ser la prioridad para los colimenses?
Por otro lado, existe (en el papel) una Comisión Estatal para prevenir la Discriminación. Yo preguntaría a los escasos lectores de esta columna ¿Saben ustedes quién la encabeza? ¿Saben ustedes de alguna acción que haya emprendido? ¿Tienen ustedes idea de cuál es el presupuesto con el que cuenta? La calificación que le estarán asignando será seguramente cero o algo cercano al cero.
No voy a opinar que el gobierno (sobre todo el estatal) debe actuar en tal o cual forma en este rubro, o que debería hacer mejor tales o cuales acciones, porque nada hace y entonces, estaría faltando a la realidad. El gobierno (sobre todo el estatal) debe hacer algo en este tema, aunque lo haga mal, pero debe hacerlo. No se pueden aceptar disculpas como las de siempre, de que no hay dinero, porque son mentiras: En tanto haya fondos para la veleidad y para el disfrute de los funcionarios; en tanto haya dinero para sueldos y prestaciones excesivas para los funcionarios más importantes, no puede pretextarse la falta de fondos para lo prioritario.
Deben revisarse los presupuestos y usarse para provocar la inclusión y la igualdad. Debe haber capacitación al respecto, sobre todo iniciando con las cabezas de los poderes estatales y debe incluirse a los funcionarios recién electos (autoridades y representantes). Necesitamos un Colima mejor. Queremos vivir felices y seguros como nos lo prometieron y la felicidad y la seguridad parten precisamente de este punto. No es cosa menor. La insensibilidad y la falta de compromiso de las autoridades no puede medirlo. Nosotros, Juan Pueblito, sí. La igualdad comienza por la inclusión, no puede existir duda al respecto.
Es todo. Nos encontraremos pronto. Tengan feliz semana.