“Ya no”, fue la lacónica respuesta de Mario Delgado Carrillo cuando el reportero Carlos Arévalos Vallejo le preguntó, en su pasada visita al estado, si todavía mantenía sus aspiraciones a la gubernatura de Colima. Y como las de Tecomán con su “yo ya”, la respuesta del secretario de Educación Pública se puede interpretar en dos sentidos:
“Ya no” después de que la presidenta Claudia Sheinbaum, en presencia de Mario Delgado y junto con la gobernadora Indira Vizcaíno, le levantó la mano a la alcaldesa de Manzanillo, Rosi Bayardo.
Con ese gesto, la mandataria nacional quiso decir que en Colima los tres órdenes de gobierno, como el amor no sólo tienen cara de mujer, sino que literalmente la situación le recordaba el título de otro melodrama: “tres mujeres y un camino”.
O “ya no” porque, como se han encargado de decir sus amigos colimenses que lo quieren mucho pero no en la gubernatura, la candidatura de Morena a la titularidad del Poder Ejecutivo local en 2027 no está en sus planes, como no lo estuvo en 2021 cuando, siendo presidente nacional de ese partido, tuvo condiciones para buscarla.
Es a esos amigos a los que más les interesaba conocer la respuesta de Mario después de que, a inicios de febrero, en la investidura de Christian Torres como rector de la Universidad de Colima para un segundo periodo, Delgado Carrillo dejó en claro que pensaba ejercer su derecho de sangre… no sólo para asistir a una ceremonia en donde la SEP ya iba a estar representada por la subsecretaria de Educación Superior, sino para empezar a actuar políticamente en la entidad.
Lo dijo sin estar presente la gobernadora Vizcaíno ni la alcaldesa Bayardo, porque el mensaje no iba dirigido a ellas sino a la comunidad universitaria. Y, en específico, a su rector.
Un mes después de esa inesperada visita de Mario Delgado a la UdeC, en su gira por el puerto y el municipio de Cuauhtémoc, Sheinbaum hizo su juego de palabras con el título de la telenovela ‘Dos mujeres y un marido’ para aclarar, a su vez, que el autodestape del secretario de Estado no tenía el visto bueno de la presidenta y que, en todo caso, la pelota de la sucesión sigue estando –en cuanto a la candidatura oficialista se refiere– en manos de Indira y su proyecto de continuidad de un gobierno de mujeres, donde Rosi lleva mano.
Al mes siguiente, tras la entrega de las becas ‘Rita Cetina’ en la secundaria ‘Enrique Corona Morfín’, la prensa le sacó a tirabuzón esta brevísima declaración a Mario Delgado, que sin duda pasará a formar parte de lo que Ismael Aguayo llamó el ‘anecdotario político colimense’.
EL SEGUNDO SOBRE
Si para ser gobernador no se requirieran votos, Delgado Carrillo cumpliría todos los demás requisitos para ser designado gobernador de Colima. Subordinado políticamente a Ebrard Casaubón desde que este fue jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Mario se emancipó de su carnal Marcelo al asumir la dirigencia partidista por decisión de AMLO, quien no por nada tuvo que aclarar a los fundadores de Morena que el colimense sí estaba afiliado.
Mario no sólo desobedeció a su mentor en el sobreentendido de que usaría al partido para crearle al entonces canciller Ebrard la estructura de apoyo de la que carecía entre las bases de Morena, sino que adoptó por completo el proyecto de Sheinbaum.
Lo hizo porque, probablemente, su prioridad no era la gubernatura de Colima sino la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, con la que Marcelo lo engatusó en 2012 usándolo como señuelo para desviar los ataques a su verdadero delfín: Miguel Ángel Mancera.
Lo que consiguió Mario Delgado al sumarse a Sheinbaum fue un puesto en el gabinete, aparentemente con fecha de caducidad: inicios de 2027, cuando se den a conocer los candidatos que jugarán en la elección federal intermedia, concurrente con la elección de gobernador en 16 estados.
El titular de la SEP sería, en la tradición priista que los amigos de Mario Delgado observan tanto, de esos secretarios de Estado destinados a figurar en la lista del segundo sobre que, según la teoría del tapado, el antecesor le deja al presidente en turno con la consigna: “haz cambios en el gabinete”.
Por lo menos no estuvo en otra lista, la del primer sobre que pide integrar con los nombres de quienes contribuyeron a la situación que heredó el gobierno en turno, la nomenclatura que habrá de personificar la recomendación: “échale la culpa al anterior”.
Pero tampoco aparecerá su nombre inscrito en la tercera y uninominal papeleta, en la que desemboca la instrucción del tercer sobre: elige a tu sucesor y “haz otros tres sobres”.
EL PLAN MAESTRO
Mario Delgado ya fue senador, presidente nacional de Morena y secretario de Estado. No parece destinado a terminar el sexenio en la SEP pero tampoco lo vemos en la Secretaría de Gobernación o en la de Economía, a menos que quiera romper su renovada alianza con Ebrard. Como difícilmente será jefe de Gobierno en la CDMX, la gubernatura en Colima no resultaba en 2027 un plan B sino el proyecto A.
Claro, lo sería si estuviéramos en los tiempos del PRI cuando el presidente de la república podía mandar como gobernador a un estado como Colima a aquel integrante del primer círculo que buscara sacar de la política nacional, sabiendo que ni la clase política local ni el electorado se opondrían a la unción de un cuadro completamente desarraigado.
Si aún estuviéramos en el antiguo sistema político, los candidateables en 2027 serían Mario Delgado o los subsecretarios de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos en la Segob, César Yáñez, o el de Industria y Comercio en la Secretaría de Economía, Vidal Llerenas.
Muchas cosas han pasado desde que la política mexicana funcionaba de esa manera. Ni siquiera la modalidad del viejo régimen al que la Cuarta Transformación sustituyó, respondió ya a esas reglas del centralismo.
Por lo demás, si las cosas fueran como en la era del PRIAN –e incluso como en el obradorismo, cuando Andrés Manuel tuvo que hacer alianzas con un abanico de fuerzas políticas, económicas y sociales–, los aspirantes naturales a la gubernatura serían los senadores Virgilio Mendoza y Ana Karen Hernández o los diputados federales Leoncio Morán, Gabriela Benavides y Gricelda Valencia.
No obstante su carácter de iniciador del movimiento, a López Obrador le correspondió encabezar un régimen de transición. Y en esa lógica hizo concesiones en los estados donde su partido no contaba todavía con suficiente fuerza. Sin embargo, para Claudia Sheinbaum los escenarios son diferentes. La presidenta está llamada a establecer las reglas que evitarán un corrimiento hacia el centro-derecha del proyecto de la Transformación a partir de 2030. Y, al menos en los estados donde pueda hacerlo, buscará colocar en los gobiernos locales a figuras que tengan su impronta.
En las entidades con hegemonía de Morena –como pasó en Guerrero y Michoacán, donde la oposición y hasta los grupos internos en pugna tumbaron a los aspirantes registrados–, a quien este partido haga candidato o candidata oficial lleva las de ganar.
De lo que se trata, a fin de cuentas, es que el abanderado guinda no merme el voto duro. Y una nominación ajena a los sentimientos de la militancia conseguiría restar, antes que sumar, electores.
ÚLTIMA COCA-COLA…
Que un personaje tan odiado por las transnacionales de las bebidas azucaradas y la comida chatarra como es el doctor Hugo López-Gatell no fuera contemplado como secretario de Salud en el gabinete de Sheinbaum, fortaleció los vínculos de esa industria con figuras de la 4T como Marcelo Ebrard o Mario Delgado, quienes sin disimulo han salido en defensa de los intereses que lastimó el ex subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud que fungió como vocero durante la pandemia.
Los partidarios del libre mercado culpan a López-Gatell de promover políticas como la de poner sellos en el etiquetado, que advierten sobre el exceso de sodio, calorías, azúcares o grasas saturadas en el contenido; la de prohibir la exhibición de cigarrillos y vapeadores, contra la que se ampararon las tiendas de conveniencia; o el uso de personajes que los niños identifiquen, colores y sonidos llamativos, así como narrativas que resuenan con los pequeños, en la publicidad de alimentos y bebidas ultraprocesados.
El 30 de septiembre pasado –último día de la administración de Andrés Manuel López Obrador– se emitieron una serie de lineamientos para prohibir la venta o distribución de comida chatarra en todas las escuelas del país. Ya no estaba López-Gatell en Salud pues se había separado del cargo para buscar ser candidato de Morena a jefe de Gobierno capitalino, pero esta medida supuso la culminación de su cruzada contra las trasnacionales refresqueras que controlan también el mercado de las frituras y los pastelitos embolsados.
Pues bien, según Proceso y otros medios, la SEP ahora “pretende dar marcha atrás a varias disposiciones de la ley que prohíbe la venta de comida chatarra en las escuelas: busca que las tiendas puedan vender alimentos elaborados con productos que tienen sellos, que se permita la venta afuera de las escuelas y que la prohibición no se aplique en las universidades”[1].
De aplicarse estos cambios, la industria que produce y comercializa los productos ultraprocesados mantendría su presencia en las escuelas de México, no obstante que este país declaró una emergencia epidemiológica de obesidad y diabetes en 2016.
…EN EL ESTADIO
En el documento enviado a un grupo de funcionarios el pasado 4 de abril, la SEP justifica su reforma por la necesidad de “definir con mayor claridad la participación de las autoridades sanitarias en el marco de sus competencias y con ello delimitar su actuación”, resume Proceso.
Si las universidades realizan “campañas de concientización sobre los estilos de vida saludable, formación para la vida sana y fortalecimiento de los entornos saludables”, quedan exentas de los lineamientos. Lo curioso es que estudiantes que antes llevaban tortas caseras y panes integrales a vender entre sus compañeros, hoy metan cocacolas de contrabando al campus.
En la iniciativa, las tienditas escolares “podrán utilizar alimentos y bebidas con sellos y leyendas del sistema de etiquetado frontal en la preparación de alimentos”: no sólo mayonesa o ketchup, sino también embutidos o panes con sellos.
El texto quita un párrafo de los lineamientos que mandata a las autoridades escolares a vigilar que no se venda o se publicite “alimentos y bebidas con bajo valor nutricional” afuera de las escuelas. Elimina la obligación de proveer alimentos y bebidas a un “precio inferior al del mercado”. Y retira a la Cofepris la encomienda de realizar verificaciones y obligar a las escuelas a seguir la legislación sanitaria.
Aparte de quitar las sanciones a la autoridad escolar que promueva la “preparación, distribución y expendio” de comida chatarra, la reforma limita su definición de la infracción a la autoridad que permita “la difusión de publicidad de alimentos y bebidas”. En otras palabras, señala Proceso: se prohíbe promocionar la comida no saludable, mas no venderla.
CON MUCHO GUSTO…
En ese contexto, López-Gatell emprendió un tour de medios por los canales públicos y los digitales afectos a la 4T para denunciar esta conducta de Mario Delgado.
En La Noticiera, uno de los espacios de Chamuco Media, el canal que los moneros El Fisgón, Rapé y Hernández abrieron en YouTube para expandir el universo de la revista El Chamuco y del programa que tienen en la televisión pública, la conductora Carolina de Nova entrevistó al investigador a partir de la siguiente pregunta: ¿SEP le “lava la cara” a la industria chatarra?[2]
Activista de una onegé denominada El Poder del Consumidor, Carolina de Nova tiene entre los temas de su agenda periodística el combate al sobrepeso. En cifras oficiales, México es primer lugar en obesidad infantil y segundo en la de adultos después de Estados Unidos.
Luego de años de gestión y venciendo muchísimas resistencias (entre otras, las suspensiones provisionales a 16 organizaciones que interpusieron amparos ante la justicia federal para modificar esos lineamientos, ya no con el discurso de la libertad de mercado sino del derecho de niños y adolescentes a comer lo que decidan), finalmente se aprobó que a partir del 29 de marzo de 2025 no se permita la venta de comida chatarra en las escuelas, resumió la conductora.
Fracasada la estrategia jurídica de las empresas afectadas, ahora la SEP pretende encontrarle huecos a la normatividad para permitir el consumo de esta comida chatarra, que no sólo carece de valores nutricionales sino que está diseñada científica y tecnológicamente para ser consumida en exceso.
Estos productos recurren a estrategias comerciales y mediáticas que inducen a un consumo cada vez más ávido, ya que la lógica del mercado de los alimentos ultraprocesados es producir a menor costo y vender más, sostiene De Nova.
…LO VUELVO A EXPLICAR
En ese mismo espacio informativo, días antes Hugo López-Gatell había mostrado su extrañeza ante un primer “lavado de cara” que Mario Delgado pretendía darle a las refresqueras, con un comunicado en el que celebraba el acuerdo tomado por los directivos de 27 empresas con presencia global, entre ellas FEMSA, agremiadas al Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo, de “sumar esfuerzos para impulsar y fortalecer la estrategia integral Vida Saludable de nuestra presidenta Claudia Sheinbaum, que tiene como objetivo en común poner por delante la salud de las infancias y lograr la generación de niñas y niños más saludables, fuertes y felices de la historia”.
En pocas palabras, el secretario de Educación Pública agradeció a las embotelladoras de Coca-Cola que, voluntariamente, decidieran dejar de vender sus productos en las escuelas.
En ‘No-Logo, el poder de las marcas’ (2000), su libro contra el capitalismo global, la periodista canadiense Naomi Klein denunciaba que una de elas estrategias de relaciones públicas de las refresqueras para que sus bebidas no fueran expulsadas de las escuelas, era, por ejemplo, renovar el equipamiento deportivo dejando constancia de esta donación mediante la publicidad de Sprite.
Con esa gaseosa sabor lima-limón, la trasnacional nacida en Atlanta eludía el desprestigio de las bebidas oscuras. Las advertencias contra el riesgo de los azúcares para la salud que representaban los refrescos de cola, se anulaban frente al poder de la imagen publicitaria de una soda cristalina.
Pero cuando ni cuando los refrescos sin cafeína o con endulcorantes no calóricos escaparon a la prohibición, el gigante y las demás refresqueras optaron por incursionar en el mercado de las bebidas rehidratantes y energéticas. Encontraron un nuevo nicho en el impulso al consumo de agua natural en envases individuales, la forma más cara de vender el agua potable.
Recientemente, Mario Delgado publicó un tuit felicitando a los empresarios que “se suman a la estrategia Vive Saludable, Vive Feliz, comprometiéndose a donar básculas, elaborar materiales para promover la actividad física y compartir información derivada de investigaciones científicas sobre alimentación y salud en los planteles escolares. Con esta unión convertiremos a las escuelas en espacios de prevención y cuidado de la salud por el bienestar y desarrollo integral de las niñas y niños”.
ENTORNO OBESIGÉNICO
Esta es precisamente la estrategia que siguieron las refresqueras en Canadá y Estados Unidos: modificar la percepción que se tenía de sus productos como bebidas de obligado consumo moderado, asociando la imagen de la gaseosa a la práctica deportiva.
Además de otras –cantara Lucerito– ‘tácticas de guerra’, como sustituir las cafeterías escolares por food courts (área de comida) donde los universitarios pueden comprar sus alimentos en los mostradores de las mismas franquicias que encuentran en los malls (plazas comerciales).
Presentándose ante el público como empresas con responsabilidad social y preocupadas por la salud de sus clientes, las refresqueras quieren poner básculas en las escuelas en lugar de tableros y canastas, para hacerse pasar como socios de la comunidad escolar en una campaña que va a beneficiar a los alumnos y que, a los planteles, les va a redituar incluso una ganancia económica.
Mario Delgado festeja esta iniciativa y, con ello, renuncia a la responsabilidad que tiene el Estado de proteger a la población infantil y juvenil, se queja Carolina de Nova.
Para López-Gatell, las escuelas se han convertido en lo que en salud pública se llaman entornos obesigénicos, es decir, espacios que causan obesidad. Si los estudiantes tienen una aportación inconstante de agua potable, cuando tienen sed los refrescos se ven como una solución y no como parte de un medio adverso.
Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com
[1] ‘SEP busca dar marcha atrás a la prohibición de venta de comida chatarra en escuelas del país’. Nota de Mathieu Tourliere. APRO, martes, 8 de abril de 2025. https://www.proceso.com.mx/nacional/2025/4/8/sep-busca-dar-marcha-atras-la-prohibicion-de-venta-de-comida-chatarra-en-escuelas-del-pais-349009.html
[2] ‘¿SEP le “lava la cara” a la industria chatarra?: Entrevista con Dr. Hugo López-Gatell’. YouTube, Chamuco Media, 12 de abril de 2025. https://www.youtube.com/watch?v=I1xzyzs-NQo