COMUNICACIÓN DE RIESGOS

En el estreno de su programa En Contexto de La Octava, el lunes 8 de junio de 2020 (https://www.youtube.com/watch?v=kTC5eQEYvcI), Rubén Luengas entrevistó a Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, quien habló de los desafíos de la comunicación frente a la pandemia de coronavirus.

De entrada, Luengas señaló que del Covid-19 parece que cada vez sabemos menos. Estamos ante un fenómeno completamente inédito y eso lleva a las autoridades sanitarias en todo el mundo a contradecirse una y otra vez.

López-Gatell reconoció que “uno de los grandes retos en el manejo de una epidemiaes la comunicación de riesgos”. Para el vocero del gobierno federal en temas de salud, es muy distinta la comunicación social a la comunicación de riesgos.

“Por supuesto, existe una confluencia entre estas dos disciplinas pero, en la comunicación de riesgos, es imprescindible que la población conozca con la mayor veracidad y claridad posible a qué se enfrenta”.

Para eso hay que echar mano “del conocimiento científico, los recursos técnicos y, por supuesto, en su momento, de la habilidad de transmitir un mensaje basado en el principio fundamental de la transparencia y la honestidad”.

UNA VERDAD MONOLÍTICA

Para López Gatell, no tener “una comunicación de riesgos honesta, clara, directa y transparente puede ser perjudicial para el manejo de una epidemia.La población no sabe cómo reaccionar” cuando escucha “versiones encontradas, a partir de distintos elementos de información”.

El mayor reto es que toda comunicación de riesgos se enfrenta a una realidad: las distintas voces pesan en el coloquiode manera diferente, de acuerdo a la efectividad de los medios de comunicación que utilizan.

“En este concierto variopinto” en donde cada quien expresa su visión e intereses,y donde se hacen “distintos cálculos locales, regionales y mundiales sobre lo que puede significar cada información”, hay que mantener “una conducción ordenada de lo que se dice” yasegurarse que todo provenga de información científica o técnica.

“Ahora, además, existe otro fenómeno. Estamos ante una epidemia causada por una enfermedad genuinamente emergente. Por lo tanto, el conocimiento científico va cambiando día a día”, enfatiza López-Gatell.

Durante una epidemia van surgiendo nuevas investigaciones, nuevo conocimiento técnico, nuevas experiencias y nuevos descubrimientos, lo mismo en tratamientos que en las características del virus, en la presentación del viruso enlos mecanismos de transmisión, así como en qué resulta efectivo o no para prevenir la enfermedad.

Todas estas complejidades llevan irremediablemente a que la información se desincronice. Cuando una persona escucha alguna noticia que viene de otra parte del mundo, puede ser que la realidad que allá se experimentano sea aplicable a lo que se vive en el sitio donde está el televidente, el radioescucha o el internauta.

“Desde luego, la persona no tiene por qué saber todos esos detalles y piensa que hay una verdad única, monolítica, integrada, fija. De hecho, tiene la expectativa de escuchar una verdad monolítica, fija y permanente, cosa que desafortunadamente en la vida real no existe”, advierte López-Gatell.

NO HAY SECRETO

Luengas evoca una publicación del periódico El Paísel 5 de junio de 2010, que con una cita del British Medical Journal acusó a la Organización Mundial de la Salud de ocultar que sus expertos en gripe cobraron a las farmacéuticas Roche y Glaxo, fabricantes de Tamiflu y Relenza, mucho dinero por recomendar a los gobiernos la adquisición de estos antivirales para el tratamiento de H1N1.

Y menciona que el Consejo de Europa, en su momento, acusó también a la OMS de mantener en la opacidad los nombres de los integrantes del comité de emergencia que asesoraba a la entonces directora Margaret Chan.

López-Gatell responde primero a lo segundo,dudando que los nombres de los integrantes del comité asesor entre 2009-2010 hayan permanecido secretos:

“Como director de Epidemiología en México fui entrevistado por el comité de emergencias y conocí directamente, a través de la videoconferencia, a los 15 miembros del comité de expertos.

“Aparte, el Reglamento Sanitario Internacional establece las características que deben tener las personas que están en la lista de expertos. Con base en esa norma, se seleccionan tanto al comité de examen como al comité de expertos que asesora al comité de emergencias”.

Reconoce haber escuchado antes “ese planteamiento, pero tengo mis dudas de que sea una información verídica”.

CONFLICTO DE INTERÉS

Sobre el conflicto de interés por el hecho de que algunas personas que asesoran o son funcionarias de organismos internacionales, tengan vínculos financieros con empresas cuya materia de negocios tiene que ver con las deliberaciones o decisiones que se toman en tales organismos,“considero que es un problema y un reto mundial”.

Eso ocurre“no solamente en los organismos internacionales sino también con innumerables gobiernos. Las compañías farmacéuticas y las productoras de insumos buscan continuamente posicionar su propio interés. No es inusual ver a profesionales que trabajan para la iniciativa privada, sobre todo cuando se trata de compañías globales, aparecer luego como funcionarios deorganismos públicos.

La OMS, como institución global,es compleja pero desde hace años ha buscado tener y perfeccionar mecanismos de control. Industrias con un enorme poder económico y, por lo tanto, una gran capacidad de negociación política,asedian a los organismos internacionales. Y la Organización Mundial de la Salud, a través de sus siete organizaciones filiales regionales,debe robustecer los acuerdos multilaterales para mantener a esas instituciones a salvo deconflictos de interés.

VACUNA CONTRA EL MIEDO

Según Rubén Luengas, Bill Gates –como López-Gatell– es de los que dicen que nunca vamos a regresar a la normalidad. Pero el dueño de Microsoft es también de los que creen que la aplicación de una vacuna a nivel global contra el Covid-19 contribuirá a disminuir la población mundial entre un 10 y 15 por ciento, ya que las personas tienden a tener menos hijos entre más sanas sean.

En su charla con el Subsecretario, el conductor de La Octava trajo a colación la polémica sobre el efecto que tuvo la vacuna contra la influenza en el incremento de casos del síndrome de Guillain-Barré. Sin embargo, para López-Gatell:

“Las vacunas son una de las medidas más importantes de la salud pública.Han logrado salvar miles de millones de vidas y proteger o mantener saludables a miles o centenares de miles de millones de personas.

“Efectivamente, por ser un mecanismo de protección o de prevención de enfermedades que se ponen en personas sanas, la mayoría de ellas en niños y niñas,con las vacunasexiste la expectativa natural y deseable para la sociedad de que sean lo más seguras posibles.

“Cuando una enfermedad epidémica de origen infeccioso está presente, las expectativas sobre la seguridad de la vacuna son de una determinada magnitud. Esto ocurrió, por ejemplo, en los tiempos de la polio cuando morían centenares de miles de personas por esta enfermedad o antes de la erradicación de la viruela en el mundo, la primera enfermedad que se logró desaparecer de la faz de la tierra.

“Pero cuando la enfermedad empieza a declinar, entre otras causas por el efecto positivo y protector de las vacunas, la comparación entre el riesgo percibido de la enfermedad y el riesgo de las posibles reacciones secundarias de la vacuna termina por desfavorecer a las vacunas.

“Obviamente, las personas empiezan a olvidarse de que las enfermedades infecciosas pueden matar o pueden causar un daño permanente, y la atención se pone progresivamente en la seguridad de la vacuna”, señala López-Gatell.

PROPORCIÓN DE FALLA

Ese temor, considera el Subsecretario, “es completamente comprensible y absolutamente legítimo. Sin embargo, llega un punto en que las vacunas como cualquier otra intervención ya no digamos protectora en salud sino protectora de cualquier otro tipo (como una sana alimentación, el cinturón de seguridad y los frenos ABS en un automóvil, los paracaídas o el equipo de protección para bomberos), pueden tener un porcentaje de error.

“Y aunque en las vacunas esta proporción de falla es verdaderamente minúscula, cuando ocurre una es tal el clamor social y queda en la memoria de las personas por tanto tiempo, que sufrimos grandes reveses en la salud pública.

“Un ejemplo de esto fue la muy infame campaña de desprestigio que se le hizo a la vacuna contra el sarampión, por un artículo disque científico que resultó fraudulento. Fue escrito por un médico británico que pasó a la historia negativa de la salud pública porque, además, hizo fraude: tenía conflicto de interés y la calidad científica del artículo era muy mala.

“Sin embargo, muchos han identificado está difamación a la vacuna contra el sarampión (a la que se le imputaba estar relacionada con una de las causas del autismo) como el momento en que inmunidad mundial sufrió un grave daño.Eso representa hoy la reemergencia del sarampión y el grave riesgo de que tengamos una pandemia de esta enfermedad.

“Aunque es absolutamente legítimo esperar que una intervención protectora, sobre todo la que se pone en personas sanas como las vacunas, sea de la más alta calidad y seguridad, hay que considerar siempre las cosas en su contexto.

“La historia de los síndromes de Guillain-Barré asociados con la vacunación contra la influenza H1N1 en el brote o la epidemia que ocurrió en 1977, llevó a desprestigiar también la vacuna contra la influenza en la pandemia 2009-2010, porque se trataba de la misma cepa del virus o el mismo tipo y subtipo H1N1.

“La OMS encabezó los esfuerzos de coordinación de los países que, como México, hicimos vigilancia epidemiológica en síndrome de Guillain-Barré, y pudimos constatar que la moderna vacuna contra la influenza no representa un riesgo, aunque existen innumerables otras causas –algunas infecciosas y otras desconocidas– del síndrome que a veces se presentan temporalmente, coincidiendo con la vacunación contra la influenza sin que en realidad exista una conexión causal”, concluye López-Gatell.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com.

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