Si bien “los cardenales no optaron por la continuidad exacta”, eligieron a “alguien que puede retomar el legado de Francisco”, observa el periodista argentino e investigador de la comunicación, Washington Uranga.
Más allá de que León XIV haya nacido en Estados Unidos, los cardenales eligieron otra vez a la iglesia de América Latina porque esa es la experiencia de Prevost. El nuevo papa “está marcado por la experiencia latinoamericana”.
Uranga participó en el programa especial que, para analizar “a bote pronto” la elección del nuevo pontífice realizó Bernardo Barranco en el Sistema Mexiquense de Radio y Televisión[1]. El invitado, profesor de la Universidad de Buenos Aires, pondera que en su mensaje inaugural León XIV haya reconocido a Francisco; que hablara de paz, de sinodalidad y de los pobres; y que pusiera en evidencia una serie de ejes que fueron claros en el pontificado de Bergoglio. Fue simbólico que cuando eligió usar una lengua que no fuera la italiana obligatoria en su comunicación con la diócesis de Roma, hablara en español.
Barranco le pide a Uranga analizar por qué, una vez más, los grandes medios apostaron y hasta presionaron por ciertos actores (Parolin, Tagle, Zuppi), pero fueron incapaces de considerar las posibilidades de Prevost, quien estaba en la lista de papables muy abajo.
Por lo demás, los medios previeron un cónclave largo, ante la imposibilidad de conciliar las posiciones confrontadas. Y, sin embargo, fue una elección rápida que se resolvió en cuatro votaciones, observa Barranco. A lo que Uranga apunta: eso “significa un respaldo grande para el nuevo papa”; pronto “se logró un consenso”.
LA FÓRMULA SECRETA
Respecto a la primera cuestión, “como sucede en la vida política y cultural de nuestros pueblos, el sistema corporativo de comunicación –muy vinculado ahora al modelo de tecno feudalismo– busca no solamente incidir sino hasta imponer sus propias miradas. Los medios fueron intentando construir en la opinión pública la idea de quién podía o quién tenía que ser el papa, incluso potenciando algunas expresiones de los sectores más conservadores. Por ejemplo, el cardenal Burke hablando de regresar a la normalidad”.
“Lo que resulta paradójico es que, lo que para muchos puede ser anacrónico como es esta idea de encerrarse en la capilla Sixtina para aislarse del mundo, en realidad es un símbolo de la necesidad de tomar distancia. Desde el punto de vista religioso, para dar su lugar al Espíritu Santo. Pero desde el punto de vista político y cultural, como una manifestación de independencia. La Iglesia expresa con ello que tiene autonomía para tomar sus propias decisiones.”
En la primera entrevista de la tanda de conversaciones que conformaron el contenido de este programa especial, el académico y político italiano Stefano Ceccanti planteó que Prevost no necesariamente va a ir contra Trump. Pero, al ser norteamericano, tiene la sensibilidad para sobrellevar la situación frente a un presidente que no solamente es agresivo en materia arancelaria, sino también de manera ideológica. Es un conservador religioso.
Para Uranga, desde el punto de vista político los cardenales “encontraron la síntesis casi perfecta. Prevost es ciudadano de Estados Unidos, conoce la cultura norteamericana, se ha movido en ese espacio, pero tiene una impronta latinoamericana”.
OTRO PAPA SENCILLITO
Habiendo sido Jorge Mario Bergoglio un papa argentino, ¿cómo se siente ahora la atmósfera en Argentina?, pregunta Barranco.
“Las primeras reacciones son de mucha alegría. El arzobispo de Mendoza, Marcelo Colombo, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, estaba muy contento por dos motivos: uno, porque se refrenda el sentido de la latinoamericaneidad, es decir, la iglesia mundial mira a la iglesia de América Latina; y, el segundo, porque León XIV va a recoger el legado de Francisco.
“Colombo, que conoció personalmente a Prevost en el Sínodo de los Obispos y durante la visita de Francisco a Perú, tiene la mejor impresión de él y augura que será un papa con mucho sentido misionero.”
En la perspectiva de Uranga después de haber hablado con muchos peruanos, León XIV es un hombre mucho más calmo y pausado, quizás con menos capacidad de comunicación que Bergoglio, pero que seguirá en la misma línea.
Eso es muy significativo para la Iglesia Católica y para un escenario mundial tan convulsionado y sin referentes. Será un papa que siga hablando de la paz, de los excluidos y los descartados; que se siga haciendo cargo de la denuncia a la pobreza.
La Iglesia Católica tiene un papel a jugar también en otras religiones, y este papa puede seguir actuando como lo hizo Francisco, resume el editorialista de Página 12 y responsable del suplemento La Ventana en ese diario.
LEÓN EL GRANDE
Robert Francis Prevost Martínez eligió llamarse León. Desde 1878, cuando fue electo Gioacchino Pecci, el sucesor de San Pedro no elegía ese nombre, recuerda Barranco quien, en su juventud, participó activamente en el movimiento mundial de estudiantes católicos.
Los papas se cambian de nombre por una tradición bíblica. En el Nuevo Testamento se relata que Jesús le dijo al apóstol Simón: ‘Tú eres Pedro [Kefas en arameo, traducido al latín como Petrus, significa ‘piedra’ o roca] y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia’. Desde entonces, los patriarcas católicos (y también los ortodoxos) abandonan el nombre secular por otro que tenga cierto sentido simbólico en el universo religioso, explica el economista, sociólogo y politólogo.
Aunque el primer papa de ese nombre, León el Grande, fue quien convenció a Atila de no saquear Roma en 452, en las horas posteriores a su elección el papa Prevost informó que su referente directo para elegir el nombre con el que quiere ser conocido como pontífice es León XIII.
Pecci fue el autor de la doctrina social de la Iglesia, y alguien que ha estudiado ese periodo de la Iglesia es Ana María Bidegain. La colombiana es autora de una historia de la Acción Católica, y desde la Universidad Internacional de la Florida opinó sobre la elección del cardenal norteamericano:
“Es super estratégico, muy importante, porque la iglesia de Estados Unidos enfrenta muchísimos problemas y esta es una excelente manera de acercarse, además, con alguien que tiene una experiencia latinoamericana.
“Como él mismo dijo en su discurso, su propia vida es un puente. Y su presencia puede permitir que nuestras iglesias se comprendan más y puedan realmente caminar sinodalmente, o sea, caminar juntas y redescubrir elementos fundamentales del mensaje.
“Justamente siendo él un agustino, trae esa mirada tan importante de la comunidad y de la reflexión. Abre muchas perspectivas para los hispanos que vivimos en los Estados Unidos. Es también un llamado y un desafío para que colaboremos a ser ese puente entre los Estados Unidos y América Latina. Es tan necesario comprendernos; no crear muros sino tender puentes.”
IGLESIA MISIONERA
¿Cómo es considerado el nuevo papa en los Estados Unidos: abierto, progresista, latinoamericanista, conservador o moderado?, inquiere Barranco.
Bidegain recuerda que Prevost fue ordenado sacerdote en Chicago. Y ahí también fue prior de los agustinos. Los fieles estadounidenses lo ven como un moderado: es más pausado y tranquilo que Francisco, pero sigue su línea.
León XIV ha vivido momentos muy importantes de la Iglesia Latinoamericana como lo fue, con su llamado a una iglesia misionera, Aparecida: la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, en Sao Paulo, a los pies de la Virgen Patrona de Brasil en 2007.
Prevost es un misionero, su experiencia pastoral empieza como tal. Y eso va a ser importante para resolver muchas de las dificultades que tiene la iglesia particular de los Estados Unidos, responde la académica.
¿Y cómo será la relación con Donald Trump, un presidente que tiene una postura agresiva a nivel económico con su política arancelaria, pero que también representa intereses muy conservadores?, insiste Barranco.
El papa “va a tener que hacer un trabajo de filigrana. Del tipo que supo hacer cuando asumió una diócesis que había estado en manos del Opus Dei. No sólo se la arrebató a ese grupo conservador, sino que fue capaz de reorientarla, de construir con ellos y de integrarlos. Esa capacidad para manejar situaciones complejas le va a ayudar”.
Prevost se educó en Estados Unidos y conoce la idiosincrasia. “Sabrá manejar esa compleja relación, pero no va a ser fácil porque, además, es un momento muy particular. Hasta algunos amigos intelectuales que alguna vez hicieron parte de la iglesia y ahora están alejados, se mostraron muy preocupados con la enfermedad de Francisco y muy tristes con su muerte, porque el papa representaba una voz única en este momento tan difícil, cuando es urgente clamar por la dignidad humana”.
“Mientras un papa está preocupado por cada ser humano en el planeta, los otros grandes líderes están preocupados por los intereses de sus países, con suerte quizá por la situación de sus ciudadanos. Pero en la voz y en la presencia del papa está una preocupación profunda por cada ser humano y por la vida en el planeta”.
La historiadora espera que Prevost marque esa continuidad, que tenga “la capacidad y las herramientas para tender puentes hacia esas posiciones más radicales. Tengo esperanza en que será posible encontrar con él un camino mejor al que tenemos ahora”.
REBASAR POR LA IZQUIERDA
Cuando Francisco estaba muy enfermo, menciona Barranco, algunos medios filtraron que Donald Trump había ordenado a sus comparsas incidir en el cónclave para que el próximo papa no fuera tan incómodo. Ese rumor nos devuelve otra vez a la tensión entre el imperio económico y militar que es Estados Unidos, frente al imperio espiritual que es la Iglesia Católica.
¿Cómo podrá resolverse esta confrontación? Y el conductor mismo se responde: ciertamente con moderación por parte de Roma, aunque no haya moderación por parte de Washington sino al contrario.
Para la entrevistada, la falta de moderación y de tacto por parte de la Casa Blanca, hace obligada para la Santa Sede una mayor diplomacia. “Al final lo que debe prevalecer es justamente la capacidad del diálogo. La única arma del papa es su autoridad moral”.
“Esas herramientas que tiene el papa y de las cuales lamentablemente carece Trump, son las que van a permitir que la Casa Blanca pueda razonar o, por lo menos, que los seguidores del presidente puedan entender un mensaje distinto y, como resultado, se tenga una mirada diferente desde los Estados Unidos”. En este objetivo va a ser muy importante la iglesia norteamericana y el hecho mismo de que el vicepresidente Vance profesa el catolicismo.
¿Y cómo será la recepción de los obispos norteamericanos de un nuevo papa que tiene corazón latinoamericano, sabiendo que al interior de ese episcopado hay una tendencia conservadora que está empezando a crecer con mucha fuerza?, pregunta Barranco, para luego recordar que gran parte del tiempo que llevaba en Roma, Prevost presidió la Pontificia Comisión para América Latina.
Bidegain comenta que, en los últimos 10 o 20 nombramientos de diocesanos, hay prelados más progresistas. El nombramiento de Robert W. McElroy como arzobispo de Washington, fue muy significativo. Ya veremos cómo contribuyen esos nuevos obispos estadounidenses a mejorar la relación con Roma.
Un papel importante es el que van a jugar los obispos hispanos. La investigadora que trabaja en Miami espera que el clero y la feligresía que habla español tenga, en esta coyuntura, una voz más potente que antes.
Estos cambios ya se han dado antes, concluye Ana María Bidegain. “Quienes hemos conocido la iglesia de Estados Unidos desde hace años, recordamos que al inicio de los 80 el episcopado era muy progresista. Se volvió conservador por las nominaciones a obispos que se hicieron”.
Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com
[1] ‘Programa Especial con Bernardo Barranco con motivo de la elección de Robert Prevost’. Sistema Mexiquense de Medios Públicos. YouTube, jueves 8 de septiembre de 2025. https://www.youtube.com/watch?v=wAE8R1gKrRk&t=3994s