La política colimense tuvo otra manifestación tremenda de la falta de valores y honestidad en algunos de sus actores, constituyendo la traición el alimento de su espíritu de corrupción moral y ético en el mal desempeño de sus funciones. Lo que ocurrió en el Congreso entre el viernes y la madrugada del sábado pasado, fue un acto de corrupción que parecía largamente anunciado, si se analiza el origen de los cargos de diputados de los corruptos Julio Anguiano -pariente del corruptazo ex gobernador Mario Anguiano- y del también oportunista Guillermo Toscano, a quienes en mal momento se les dio integración en esa tan delicada Comisión, como lo es la de Hacienda.
Si se analiza los pobres desempeños legislativos de esta dupla de corruptillos, que hoy los ciudadanos colimenses ven como apestados, se verá que ya venían trabajando para traicionar, porque quien traiciona una vez, traiciona siempre, y en la bitácora legislativa ya existen registros de la conducta traicionera de estos individuos.
La lucha por la reivindicación de la política con valores democráticos, es un largo camino que la sociedad colimense no ha podido recorrer para llegar a esa ansiada meta de reconstituir las instituciones. Porque el suelo está sembrado de trampas de las que dispone la mafia política del cacicazgo que tenemos la esperanza de derrotar el 2021.
¿De a cómo fue el soborno, qué les dieron a cambio? No se puede saber, pero algunos cálculos conservadores especulan sobre cantidades estratosféricas. Y pronto se conocerá, porque en política no existe el nunca, el jamás, ni el para siempre. Tarde o temprano se conocerá el precio de la venta de su escasa dignidad.
En las publicaciones que sobre este hecho se han proyectado, a todas luces se observa que esa sesión de la Comisión de Hacienda, no contemplaba la aprobación de la solicitud de endeudamiento que envió el junior gobernador de Colima, que así quiere seguir el camino de la tradición del endeudamiento que ha corrompido a los anteriores mandatarios, al grado de acumular ranchos y propiedades a diestra y siniestra.
El madruguete, la forma en que Rogelio Rueda manipuló la Sesión de la Comisión de Hacienda, es elocuente por sí misma, pues a todas luces se observa que se atropelló por escrito y de palabra, la ley, los ordenamientos de la Ley Orgánica del Poder Legislativo y su Reglamento. Pero lo que en mi opinión prevalece atrás de ese afán de Rueda porque camine el endeudamiento del Gobierno del Estado, es algo muy delicado, que por ser un asunto de criminalidad, se cuestiona aquí que se use la política para la impunidad. Me explico.
Todos sabemos que hubo una matanza de policías autorizados para proteger a supuestos empresarios que se movían o incursionaron en terrenos mineros donde apesta y no precisamente a azufre, sino a huellas de actividades no muy claras. Y que en ellos iba el padre y el hermano del coordinador de los diputados priistas en el Congreso del Estado, Rogelio Rueda; hecho gravísimo que, sin embargo, no ha sido cuestionado por la pandilla de individuos de los cuales Ignacio Peralta Sánchez forma parte, es decir, aquí entra la posibilidad de que haya, en ese asunto de criminalidad, un contubernio político. Al grado de que Rueda, que se dice y no lo desmiente, aliado de la causa de izquierda en la coyuntura de la próxima gubernatura, se convirtió a cambio de algo, en el operador del negocio de la deuda a contraer, por cerca de 750 millones, para que los colimenses debamos ya cerca de 8 mil millones.
Se tiene que hacer más análisis, claro está, pero, la complicidad tiene su precio, el servir de cómplice de Nacho Peralta, de Moreno Peña y de los intereses periodiqueros, queda de manifiesto en la actitud de Rogelio Rueda.
De esos dos diputados traidores, apestados ahora, como son Julio Anguiano y Guillermo Toscano, como dicen algunos aquí en las redes, hay que buscarles quiénes son sus dueños. Y es claro que el diputado de Tecomán, fue apoyado por su primo o tío, el ex gobernador Mario Anguiano, y postulado para ese cargo que ahora ha envilecido, por la diputada federal Claudia Yáñez Centeno Cabrera, operadora aquí de los intereses de sus hermanos Cesar Yáñez, el de la boda fifí en carroza, y el notario Ismael Yáñez, otrora activista en contra de los porros y, por lo visto, ahora aliado y suavizante a modo de la conducta partidista de Sergio Jiménez Bojado, dirigente de MORENA, para que no toque ni con el pétalo de una rosa al gobernador y permanente vacacionista, Ignacio Peralta.
En tanto, al diputado Guillermo Toscano, que al igual que Julio Anguiano, están a punto de concretar su negocio para cocinar con manteca; lo puso en la lista el petista Joel Padilla, tácito aliado de Nacho Peralta y potencial traidor otra vez en la inminente jugada electoral próxima por la gubernatura.
Tanto el aliado de MORENA; Joel Padilla Peña, como la diputada Claudia Yáñez, deben ser expulsados de la alianza y de este movimiento de regeneración nacional, respectivamente. Lo que sus súbditos y vasallos, ahora conversos traidores, hicieron el viernes-sábado, no es cualquier cosa, se trata de endeudar el futuro de las finanzas públicas que de por sí ya se encuentran en gravísima situación ante un gobierno mediocre al que solo le interesa, por lo que se deduce, los moches que deja la obra pública.
Si bien es cierto que lo que se aprobó tiene graves y claras inconsistencias de orden legal, y por ello puede echarse abajo; la compra de la voluntad de estos dos diputados y otros que se podrían incorporar, es inminente de una expresión a favor de la deuda que el mediocre gobierno de Ignacio Peralta pretende concretar, frotándose las manos por lo que el manejo de cerca de 800 millones puede dejar en sus manos.
PUNTO Y RAYA
MANZANILLO, EN EL BRILLO DE LA ESPERANZA
El pasado 2 de julio también se festejó en Manzanillo. Ahí, con la fuerza del enorme arrastre de dos elementos fundamentales, el puerto de Manzanillo inició su brillante y esperanzador horizonte.
La trayectoria política, de honestidad, de perseverancia, y de convicciones de izquierda, de Griselda Martínez, aunado al arrastre electoral victorioso de nuestro hoy presidente Andrés Manuel López Obrador; llevó al triunfo electoral a un gobierno de gran calado en la Cuarta Transformación.
Mal gobernado por diferentes pandillas de vivales que amasaron fortuna a costa del presupuesto público; atrapado el puerto en un amasijo de intereses de corrupción; ese 2 de julio, les cayó como un baldazo de agua fría el triunfo del pueblo manzanillense ya harto de la corrupción de sus gobernantes municipales del régimen de la corrupción que embarra al PRI, al PAN y al PVEM.
Y los personajes de ese pasado de corrupción, que hoy quieren infiltrarse y ser favorecidos para seguir traficando con los cargos, han sufrido una tremenda derrota moral y política, y se encuentran desfallecidos, a la sombra de intrigas para pretender afectar el progreso que ha tenido el gobierno municipal que encabeza Griselda Martínez, que en lo que lleva de su gestión ha logrado grandes beneficios en obra pública y en el manejo honesto, transparente y eficiente del gasto público.
¡Hasta la próxima!