“Toma unos segundos decirlo, pero es toda una vida dedicada al teatro. Janet Pinela lleva muchos más, pero Cuatro Milpas, formado por ella con el soplo divino del amor al teatro, cumple 25 años de labor en Colima”, dice Luisa Huertas.
Unos días después de ganar el Ariel por su actuación en la película No nos moverán, la historia de una mujer que identifica como militar al asesino de su hermano durante el mitin del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco, Huertas recordó en un video que se transmitió en la función de aniversario que se dio en el Teatro Hidalgo el sábado 4 de octubre de 2025:
Con Cuatro Milpas “hemos compartido momentos luminosos y momentos dolorosos con los que empezaron, los que se han ido y los que permanecen. Con claroscuros, con altas y bajas, la compañía vive y sigue viviendo por el teatro y para el teatro”.
Parte de la Compañía Nacional de Teatro, fundadora de la Academia Mexicana de Arte Teatral y miembro del Consejo Asesor del CUT (Centro Universitario de Teatro) de la UNAM, la actriz recordó a Janet Pinela como aquella “joven duranguense que conocí en actividades teatrales”, y que se afincó en Colima “enamorada de este estado y dedicada a formar a gente de teatro”.
A Pinela que la invitó hace más de cinco lustros a dar para la Secretaría de Cultura del gobierno estatal uno de los talleres de formación teatral de los que saldría el elenco original de Cuatro Milpas, Luisa Huertas le envió “un saludo por esa generosidad. Me honra y me congratula ser parte de esa historia. ¡Viva el teatro! Vamos por otros 25 y más”.
LUIS DE TAVIRA
En otro video, el dramaturgo, director de teatro, ensayista y pedagogo mexicano Luis de Tavira aprovechó la ocasión para felicitar a su directora y, de paso, dar a la compañía una enésima lección que tituló: “Janet Pinela: las semillas del teatro”.
“El arte del teatro nace de una pasión apremiante de conocer; proviene de un asombro que moviliza, que hace viajar; es un anhelo capaz de abrir la mente para que quepa el mundo.”
“El teatro vive del impulso infatigable de alguien que sale a buscar a alguien, y va por el mundo como quien va a un encuentro. El teatro es también demorarse en el hallazgo que transforma lo que al inicio fue seguimiento y, ahora, es la voz que convoca. El teatro es reunión y en ella se revela lo que se tiene en común, lo que es preciso comunicar, lo que se experimenta en común, lo que crea comunidad.”
“El teatro es un arte colectivo y comunitario, y sólo cuando se le ve así se descubre que es necesario construir. Janet Pinela entendió, como muy pocos, que no basta estrenar obras una tras otra para que eso sea hacer teatro cabalmente.”
“Un buen día Pinela fundó su axis mundi[1] en Colima y entendió que, para que México exista en la alta dimensión del teatro, es necesario construir: construir lenguajes y técnicas, integrar grupos, organizar talleres, construir elencos estables y capaces de articular un repertorio, pero sobre todo formar espectadores.”
“Janet entendió que no se puede suponer el teatro, que hay que crearlo desde la semilla, empezar desde el principio: un principio decisivo que la genealogía teatral ha llamado ‘iniciación’. Y Pinela, entre las múltiples formas en las que ha sido cabal mujer de teatro, actriz, directora de escena, dramaturga y promotora, ha sido también una asombrosa civila de la iniciación teatral: igualmente eficaz en la pedagogía de la actuación que en la formación de espectadores”, señaló De Tavira.
AMAMANTARSE DEL TEATRO
“Entre las señales más sorprendentes del trabajo de Janet Pinela está la creación de un espectáculo destinado a niños lactantes que realizó en Reims, Francia, en 2012.”
“Veinte años antes había fundado en Colima la admirable compañía Cuatro Milpas Teatro: una institución civil que perdura y que ha sido fecunda; una organización teatral que se ha empeñado en conquistar condiciones de estabilidad contra viento y marea, porque en el pródigo afán de su pasión teatral ha entendido que sólo la estabilidad genera desarrollo y conquista un lugar para el teatro en la vida social.”
“En 2000, Janet Pinela fundó el Taller de Formación Teatral. De su simiente surgieron numerosos cuadros teatrales que han encontrado destino artístico en múltiples lugares del país y el mundo.”
“Un buen día, muy joven Janet se topó con el teatro y lo dejó todo. Salió de Durango, se fue a estudiar actuación a la Escuela Nacional de Arte Teatral del INBA.”
“Pronto su inquietud se la llevó a Europa. De su aventura teatral por el mundo volvió sobreviviente y lúcida, con una alforja llena de aprendizajes que generosamente ha compartido entre nosotros gratis, porque gratis se da lo que gratis se ha recibido.”
“Del Odin Teatret[2] de Eugenio Barba, Janet trajo de Dinamarca la mística del teatro de grupo. Y en la Compañía Nacional de Teatro de la ex Yugoslavia, durante la guerra de los Balcanes forjó su convicción sobre la indispensable realización del teatro como símbolo de la supervivencia humana, una convicción que hoy testimonia en nuestro país durante esta decisiva batalla entre la civilidad y la barbarie.”
“Su paso por la Escuela de Actuación de Cambridge consolidó su vocación a la pedagogía y la experiencia pedagógica; también le dio sentido teleológico[3] a su acción teatral, porque quien se ocupa de la formación de los actores en realidad se preocupa del porvenir del teatro”, siguió diciendo De Tavira.
CONFABULACIÓN TEATRAL
“Janet Pinela y su compañía Cuatro Milpas formaron parte de aquellas entrañables concentraciones de hacedores de teatro de todo el país, en torno a la confabulación del Programa de Teatro Escolar a la que convocaba Mario Espinosa cuando era coordinador nacional de Teatro, y de la que surgió la formulación de una utopía realizable de una nación teatral”, recordó Luis de Tavira.
“En esas concentraciones Janet destacó por su voluntad de intercambio, por su afán de construir los vasos comunicantes entre los diversos grupos teatrales del país para devolver al teatro el impulso de su misión religante: la de comunicar entre sí a los hombres de todos los rangos y las regiones.”
“La trayectoria de Pinela testimonia poderosamente que la acción teatral es una pasión a la que se le dedican todas las fuerzas, toda la vida. Una pasión tal que no permite otro placer ni otro reposo.”
“Enhorabuena Janet, felicidades Cuatro Milpas Teatro”, culminó el cofundador en 1994 de la Casa del Teatro en la Ciudad de México y, en 2003, del Cedram (Centro Dramático de Michoacán).
[El Cedram, por cierto, sigue funcionando en la Quinta Eréndira, la casa a orillas del lago de Pátzcuaro que el general Lázaro Cárdenas conservó como espacio personal, luego de donar a la Unesco la mayor parte de lo que fue una hacienda para que ahí se fundara en 1950 el Crefal: Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y El Caribe. La Quinta fue cedida a la asociación civil Casa del Teatro que preside De Tavira, por el nieto homónimo de don Lázaro cuando Cárdenas Batel fue gobernador del estado].
UN CUARTO DE SIGLO
Para celebrar los 25 años de vida en los escenarios de Cuatro Milpas Teatro, Janet Pinela quiso reunir a los profesionales que siguen siendo parte integral de la compañía, como Christian Rangel –quien emigró a Canadá y ha hecho una carrera en Montreal, y desde allá mandó un videomensaje– y Nadia Flores, que fueron de los actores iniciadores; o César Fajardo y Flor Larios, que tienen 24 y 23 años respectivamente. Estuvieron también quienes forman parte del elenco fijo: Paco Novoa, Lupita Chávez, Brenda Rosales y Mario Chávez.
Mandaron mensajes en video tres personalidades del teatro mexicano que han trabajado con Cuatro Milpas: los ya mencionados Luisa Huertas y Luis de Tavira, además del escenógrafo Jesús Hernández. Lo mismo que le colimense Annya Atanasio Cadena, maestre titular en el CUT de la UNAM quien hace un teatro que, en la Cátedra Bergman, elle misme definió como “transdisciplinar”, que busca la “otredad y queer”[4].
“Reunimos parte de todas las obras que hemos hecho, textos aislados que juntamos en una gran escena”. Se representaron, además, sendas escenas de Dolores o la felicidad, del dramaturgo, narrador, ensayista y director de teatro mexicano, David Olguín; de Cuerpos extraños, obra coproducida por el Théâtre de Quat’Sous de Quebec, que dirigió el canadiense Eric Jean a partir de las improvisaciones de los actores del montaje original; y de Tercia de Reinas, escrita por la colimense Verónica Sanmiguel, donde volvieron a actuar Marisol Cárdenas –“una 4Milpas honoraria”– y Carmen Solorio, actriz de la Compañía de Teatro de la Universidad que suma ya varias colaboraciones con Cuatro Milpas.
“Se hizo también un homenaje a personas que ya no están, como el violinista Davide Nicolini. Hablamos un poco de la poesía del teatro, y solamente hubo dos discursos muy emotivos y muy personales”, uno de Flor Larios y otro de Janet.
“Pero no hubo protocolo. Fue una función para agradecer a un espectador que nos ha seguido a lo largo de este tiempo, y ahí estaban la gran mayoría. Tuvimos muy buena entrada, más de 350 asistentes con boleto pagado. También vimos caras nuevas que, ese día, conocieron parte de lo que ha sido nuestra historia”.
MÉXICO EN ESCENA
En la trayectoria de Cuatro Milpas Teatro se pueden reconocer los cambios que ha sufrido la política cultural en nuestro país y en la entidad:
“Hemos perdido apoyos federales, como el Efiartes (Estímulo Fiscal a Proyectos de Inversión en la Producción Teatral Nacional). Aunque otros se conservan, como los apoyos del Fonca (Fondo Nacional para la Cultura y las Artes) que ahora es el Sistema Creación (Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales). Otras becas a las que también accedimos en su momento fue México en Escena”, que ya no existe; o la del Programa Nacional de Teatro Escolar, que “debería volver”.
Eso obligó a Cuatro Milpas a volverse un grupo artístico “autosostenible, totalmente independiente”. Y aunque ha sido “una experiencia cansada, vale la pena por los resultados”. La independencia también los volvió “autónomos en la decisión artística”. Cuando “alguien aporta el dinero, regularmente quiere decidir qué haces y cómo lo dices”.
Si no se consigue entrar a un programa que cubra todos los costos de producción de un proyecto teatral y garantice un mínimo de funciones, hay que buscar apoyos más específicos vía convenios y patrocinios:
“Mantenemos la autonomía artística, pero hay personas en instituciones que nos colaboran con recursos para poder realizar algunas de las actividades”, como la Universidad de Colima en cuyo Teatro Universitario han dado varias funciones.
Recientemente la compañía fue a Durango, y para poder financiar esa gira “estuvimos haciendo algunas actividades extrateatrales buscando conseguir recursos. Ha habido personas muy generosas que aportaron también para eso”.
“Estamos todavía buscando alternativas. Lo más sencillo sería ceder y dar espectáculos de menor calidad, menos comprometidos con lo que hacemos artística y discursivamente. Pero hemos creado un discurso en estos 25 años que queremos defender; una propuesta independiente y profesional; actores y actrices que vivan del teatro y, para quienes, la actividad teatral sea la prioridad del día, no un pasatiempo ni una recreación de tiempo libre.”
NO ES UN PASATIEMPO
El trabajo de tiempo completo volvió a los actores de Cuatro Milpas verdaderos teatristas. Y como expertos en lenguaje audiovisual, están preparados para involucrarse en proyectos televisivos o cinematográficos. “Pero nuestra apuesta es por el teatro en vivo”, y por un lenguaje teatral muy amplio.
“En estos 25 años no he sido la única directora de escena, soy la directora artística de la compañía pero ha habido directores y directoras de escena invitados. Ellos toman las decisiones artísticas y montan su espectáculo como lo desean. Incluso, escogen ciertos textos que yo personalmente no escogería pero que aportan. Y hay que defender también la libertad creativa.”
Aunque personalmente Janet se considera respetuosa del buen cabaret (un gran ejemplo, sin duda, son Las Reinas Chulas de las que forma parte Ana Francis Mor, hoy secretaria de Cultura en la Ciudad de México) y pese a que reconoce como “mi placer culposo” la actuación de los grandes estandoperos del mundo, en Cuatro Milpas “no queremos hacer teatro comercial, mucho menos teatro frívolo”.
En ese sentido, Janet considera que “hemos logrado un equilibrio entre el entretenimiento y el teatro de arte”. En el repertorio de Cuatro Milpas hay “algunos espectáculos más ligeros, pero siempre conectados con la necesidad de generar una reflexión en el espectador. Dolores o la felicidad y Tercia de Reinas son obras divertidas, pero de todos modos esas comedias tienen un trasfondo que hace pensar al espectador”.
“Esa madurez en nuestra formación y nuestras decisiones hace que por ejemplo Flor Larios, quien necesitaba explorar un lenguaje más personal, creara una compañía alterna pero sin separarse de Cuatro Milpas. Sigue siendo parte de nuestro elenco, aunque ahora encarna esa intención de la compañía de que lo aprendido por nuestros artistas también los ayude a explorarse de manera alterna.”
César Fajardo es profesor de teatro y docente. Flor también ha dado talleres. Y otras personas que pasaron por la compañía se han encargado de dar sus propios talleres y de formar otros grupos.
“Yo misma estuve dando algunos cursos a mujeres, mas no con el objetivo de formar actrices sino como talleres de iniciación, de acercamiento al arte teatral. No las convierte en ejecutantes, pero los talleres han sido fructíferos porque alcanzan su objetivo en el tiempo que duran. Y echaron raíz: esas personas se convirtieron en nuestros espectadores esporádicos.”
ESCUELA DE TEATRO
Aunque los integrantes de la primera generación de alumnos –esa que salió del Taller de Formación Teatral– “obtuvieron un documento que los acreditaba como diplomados, ya no hemos podido ni hemos querido convertir la participación en la compañía “en una cosa más formal o escolarizada porque entonces dejamos de producir. El teatro es un asunto que te lleva todo el día y todos los esfuerzos. La creación teatral es una cosa, y el manejo de una escuela de teatro es otra.”
Por otra parte, “nadie habla de la necesidad de un mercado de trabajo” para los teatristas. Y con una licenciatura en Teatro pasaría lo que pasa en la Universidad con la Escuela de Danza, de donde egresan decenas de bailarines cada año que luego no encuentran dónde emplearse.
En cuanto a la oportunidad de los profesionales del teatro para convertirse en docentes, donde se han abierto plazas es en las escuelas privadas “y lo hacen bien”. Para un actor formado, dar clases es una buena manera de enriquecer “el currículo”.
Como sea, Janet Pinela es partidaria de volver a activar los talleres de formación teatral. No sólo porque se necesitan nuevos actores, sino porque se requiere seguir ampliando la comunidad teatral. Pero la idea sigue siendo la misma: no puede ser una actividad de tiempo libre, no puede ser tomado como pasatiempo; es una profesión.
CIRCO DE TRES PISTAS
Con nuevas políticas culturales por las que, ciertamente, han disminuido los apoyos institucionales, “nos cuesta más trabajo obtener una remuneración, pero como en toda profesión artística hay otro tipo de beneficios, especialmente beneficios espirituales”.
“Se ha reducido mucho el financiamiento oficial a producciones. Te pagan 10 funciones en 100 mil pesos, pero la sola escenografía de Salvador, el niño, la montaña y el mango costó 80 mil”. Y 20 mil pesos para seis personas como pago, es “un poco ridículo”. La alternativa sería bajar la calidad al producto artístico.
“Lo que nos ha salvado en otros momentos fueron los apoyos oficiales. Durante cuatro años (2004-2008), México en Escena fue el estímulo estrella. En 2003 logramos el vínculo con Quebec, para hacer cuatro coproducciones y una temporada en Canadá. Con una beca del Fonca y el apoyo de la Secretaría de Cultura de Colima, nos fuimos a Europa a presentar otra coproducción con Francia. Son el tipo de proyectos que no se pueden hacer con los pocos recursos que uno puede obtener al vender una función.”
Cuando le digo a Janet que un ballet folclórico que se desprendió del grupo oficial de la Universidad de Colima encontró un mercado de festivales en Europa, donde lograron presentarse hasta en el Vaticano y pudieron saludar al papa León XIV, Pinela reconoce que esas oportunidades en el extranjero también existen para grupos de teatro, pero el problema es llegar allá.
Cuando participaron en el festival Méli Mélo en Francia, “fuimos contratados y nos pagaron nuestras funciones. De hecho, pagaron también la producción. Pero el asunto es cómo pagas el boleto de avión, eso no lo cubre nadie. Y ahí es donde tienes que buscar otras opciones de apoyo, y es muy complicado”.
Conseguir financiamiento ha sido uno de los mayores retos. Pero se las ingeniaron para mantener viva la idea de teatro de calidad. Crear la escena y, al mismo tiempo, trabajar para reunir los recursos es como actuar en un circo de tres pistas.
POÉTICA TEATRAL
Janet Pinela resume las aportaciones que ha hecho Cuatro Milpas al teatro en Colima: “el discurso en el escenario tiene que ver con la búsqueda de una poética personal, lo cual implica juntar todas esas visiones en un solo producto”.
Esta propuesta contrasta, por lo demás, con los criterios de selección de las carteleras teatrales que se han traido a Colima en los últimos años, con obras elegidas para satisfacer un gusto fácil, aunque sea con un discurso misógino, clasista y homófobo.
“Visualmente, nuestros espectáculos siempre son hermosos, buscamos la belleza a pesar de que los temas sean duros. Y nuestro discurso apuesta a motivar la reflexión y crear un público con criterio, es decir, con pensamiento crítico de lo que está viendo”.
Para Pinela, “las pantallas nos han enseñado a consumir basura. Pero a mí me enseñaron que el teatro es un templo. Y todo lo que se presente ahí tiene que pasar por un tamiz de pensamiento y elaboración poética personal”.
Al escoger los textos para la función de aniversario, tras volver a ver las obras grabadas, muchas de las cuales están en YouTube, “nos sorprendimos al notar tres ejes conductores: la muerte, la guerra y el amor; todos temas puestos bajo una visión femenina del mundo, a pesar de que el director en turno sea hombre”.
“Encontramos otra constante: el renacimiento. En varias de las tramas, aun cuando un personaje esté pensando en el suicidio, lo que vemos es el poder de reinventarse, de salir a flote”.
En resumen, “creo en el teatro de arte. Mi aspiración es hacer teatro de arte, como se hace cine de autor”.
NUMERALIA TEATRAL
En 25 años, Cuatro Milpas ha dado 2,200 funciones. Buena parte de ellas se dieron como parte del programa de Teatro Escolar, con temporadas de 100 representaciones o al menos 50. Pero en esta ciudad no hay tradición de conservar las placas (se han colgado muchas, pero cuando llegó la siguiente administración las quitaron).
Hubo cuatro coproducciones con Canadá y una con Francia. Varios actores invitados y una decena de directores y directoras huésped. Colaboraciones importantes como la del escenógrafo Jesús Hernández, quien hace los decorados para las compañías nacionales de Ópera y de Teatro que residen en el Palacio de Bellas Artes, y a Cuatro Milpas ha dado seis diseños o asesorías.
Aunque siempre es posible hacer teatro sin teatro, la actividad teatral en Colima ha sufrido varias pérdidas en infraestructura. Por el temblor “nos quedamos sin el teatro de la Casa de la Cultura”. Afortunadamente, “conservamos esa joya que es el Teatro Hidalgo” y siempre está abierta la posibilidad de pisar el Teatro Universitario.
El grupo tenía asignado el uso de la Sala Carballido en el edificio de talleres de la Casa de la Cultura en Colima, pero fue desmantelada: “las luces que habíamos cuidado por 20 años (no eran nuestras, eran del estado, pero las limpiábamos y hasta cambiábamos los foquitos) ya no están; la consola se la llevaron al Teatro Hidalgo porque allá no había”.
Desde entonces, Cuatro Milpas no cuenta con una sede ni un espacio idóneo para ensayos. En la cochera de la casa de alguno de ellos, “nos raspamos las rodillas”.
Este columnista piensa en los teatros al aire libre que están deshabilitados, como el de la Casa de la Cultura, el del Parque Hidalgo o el de El Rodeo. Y recuerda cómo se perdió el teatro ‘Silverio Palacios’, cuando concesionaron el Parque Regional.
CÓMO LLENAR UN TEATRO
Se puede hacer teatro fuera de un teatro y obras sin escenografía ni vestuario, pero no se puede montar una obra sin actores ni dar una función sin espectadores, señala Pinela.
“Los actores que ahora forman parte de la compañía se han mantenido en momentos muy difíciles. Y el teatro no se puede hacer en solitario, incluso en un monólogo necesitas a alguien más apoyando desde afuera.”
Lo que no puedes hacer es teatro sin público. No puedes trabajar “con butacas vacías”, tiene que haber por lo menos una persona. A lo que hemos aspirado es a encontrar “al Espectador, con mayúscula: esa persona con la que conectas y que va a salir distinta de cómo entró al teatro”.
“Hemos tenido muchísimas experiencias: personas que llegaron por casualidad, que ni siquiera habían visto teatro y salieron transformadas o visiblemente emocionadas. Lupita Chávez, ahora parte de la compañía, asistió a una de las funciones de Teatro Escolar cuando estaba en la primaria”.
Ese programa que, a nivel primaria coordinaba Larry Silberman y, para secundaria, Luis de Tavira, ayudó mucho a la creación de públicos, fomentando el gusto por el teatro desde muy niños. “Y todos deberíamos pelear porque regrese”, propone Pinela.
El problema del teatro no es la taquilla. Si bien la gente tiene que aprender en qué invertir el dinero que separa para su entretenimiento. “Nosotros hacemos nuestra parte” al buscar precios en el boleto que “no sean prohibitivos”, porque no se trata de que el gusto del teatro, el ballet o los conciertos se vuelva “elitista”.
“Vivimos en Colima y los artistas tenemos que entender cuáles son las condiciones económicas en nuestro estado. Pero la gente también tiene que aprender que el arte es un trabajo, y que se desempeña por una remuneración.”
¿Y qué hará Cuatro Milpas Teatro en los próximos meses?, pregunto finalmente:
“Queremos llevar la obra Exiliadas que es más fácil de mover, a la Ciudad de México. E iniciar el año con una nueva producción”.
Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com
[1] Concepto metafórico y religioso que representa el eje o centro del universo, el punto de conexión entre el cielo, la tierra y el inframundo, según la IA de Google.
[2] Odin Teatret, International School of Theatre Anthropologye, fundada en Oslo, Noruega, y desde 1964 asentada en Holstebro, Dinamarca.
[3] La teleología –apunta Wikipedia– es la rama de la metafísica que se refiere al estudio de los fines o propósitos de algún objeto o algún ser, la capacidad de luchar por una finalidad, o bien, literalmente, la doctrina filosófica de las causas finales. También puede entenderse como una rama de la causalidad que da la razón o la explicación de algo en función de su fin, propósito o meta, en función de su causa. Usos más recientes lo definen simplemente como la atribución de una finalidad, u objetivo, a procesos concretos.
[4] ‘Atanasio Cadena, Instantánea: 7 preguntas sobre teatro en estos tiempos que corren’. Cultura UNAM, Teatro UNAM. https://teatrounam.com.mx/teatro/atanasio-cadena/
