Los últimas semanas de este año han sido devastadoras para las finanzas del gobierno peraltista, mientras que desde las administraciones emanadas de la Cuarta Transformación el panorama suena prometedor, cuyos contrastes no dejan más que sugerir un curso intensivo de “Finanzas 4T” para el gabinete económico del Ejecutivo estatal.
Mientras JIPS tuvo que acudir con el Secretario de Finanzas del Gobierno de AMLO para solicitar recursos que le permitan salir el año, en especial con el pago de las prestaciones laborales de la burocracia, desde el Puerto le ponen el ejemplo: la administración de Griselda Martínez anunció el pago del aguinaldo completo en las quincenas de este mes de diciembre a los 1 mil 645 trabajadores del Ayuntamiento, sin necesidad de esperar hasta enero y sin necesidad de solicitar recursos por adelantado; y el pago de $103 millones de pesos a una deuda total heredada de alrededor de $700 millones de pesos.
Durante su informe, Griselda Martínez también expuso una serie de dificultades añadidas a su primer año, ya que recibió la administración con menos $30 millones de pesos, situación que tuvo que enfrentar desde el primer día en que asumió el cargo, además de que presumió estar al corriente con el pago al Instituto de Pensiones del Estado, con el que el gobierno estatal está rezagado en más de $180 mdp.
Aunado a eso, la alcaldesa porteña destacó que se están haciendo más de 80 obras que durante mucho tiempo habían pedido las familias de diversas zonas y sectores de la ciudad, sobre todo en lo referente a la reparación de calles y de obras pluviales. En ese mismo rubro, el gobierno estatal también ha quedado muy mal parado, pues la ejecución de obras ha sido ínfima y de mala calidad, de las que hay innumerables ejemplos.
Eduardo Camarena, el Tesorero de Manzanillo al que un sector del Cabildo porteño no quería que llegara al cargo, e hicieron todo lo posible para evitar que obtuviera el puesto, está demostrando por qué recibió todo el apoyo de la alcaldesa, quien tuvo que enfrentarse a los representantes municipales del antiguo régimen. Pone un terrible ejemplo a los priistas: pagar todo, a tiempo y no endeudarse.
La Cuarta Transformación también ha propiciado una reconformación del presupuesto, cuyas modificaciones más importantes son la disminución de gastos superfluos que históricamente han ejercido las administraciones estatales.
El Grupo Parlamentario de Morena en el Congreso de Colima logró la aprobación de un Presupuesto 2020 que dio prioridad al rubro social, otorgando $6 mil millones de pesos para Educación, $2 mil millones para Desarrollo Social y casi 2 $2 mil millones para Salud. También redirigieron más de $22 millones de pesos para apoyar a Adultos Mayores de entre 65 a 67 años, agregando más de $14 millones de pesos para los Centros de Bienestar Social en la entidad. Para las personas con discapacidad, lograron etiquetar más de $6 millones de pesos, para cubrir las pensiones y seguridad social de este sector, poniendo estos beneficios sociales por encima de rubros como el dispendio exagerado de Comunicación Social del gobierno peraltista, el excesivo gasto en viáticos e incluso el uso de combustible.
Debe tomarse en cuenta que a la priorización que se le ha dado a los rubros sociales por parte del Congreso de mayoría morenista, también se suma el aumento del flujo de efectivo a los colimenses, procedente de las políticas sociales del presidente Andrés Manuel López Obrador. La delegación de Programas para el Desarrollo del Gobierno de México en Colima, a través de su delegada Indira Vizcaíno Silva, anunció en sus redes sociales que para el siguiente año, nuestra entidad obtendrá $260.5 millones de pesos más en cuanto a participaciones federales y $210.3 mdp en cuanto a aportaciones federales. Para 2020, las participaciones federales crecerán hasta un total de $6 mil 307.5 mdp, mientras que en el rubro de las aportaciones, serán un total de $6 mil 213 mdp.
Con estas cifras, Colima se convierte en el cuarto estado con mayor crecimiento real en participaciones federales. Y qué distinto es cuando se prioriza el beneficio social, lejos de los vicios presupuestales que solamente generan endeudamiento y poca distribución de la riqueza.