DAMNIFICADOS DE LA PUBLICIDAD

“Estamos viviendo un parteaguas social, mediático y político, pero todavía quedan los resabios de la zona de confort y confusión de donde veníamos, de donde vienen muchos y donde muchos se quedaron”, dijo Jenaro Villamil, presidente del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano (SPR), en entrevista con Vicente Serrano, al hablar del primer año de la administración de López Obrador.

“También hay una negación al mandato popular que se dio el 2018. Ese mandamiento no es la elucubración de una sola persona o de un grupo de personas, es el resultado de 30 millones de votantes. Y tal cifra es una ecuación que le da impresionante fuerza social al mandato”.

Invitado por Serrano al espacio ¡Éntrale sin Miedo! que inauguró un mes atrás en La Octava (el canal de televisión de Radio Centro), el 29 de noviembre de 2019 Villamil resume su estancia en el SPR como un proceso en el que hubo que “despertar a un gigante: los medios públicos”.

En ‘Jenaro Villamil: ¡Los medios públicos fueron huachicoleados!’ (https://www.youtube.com/watch?v=gp_F2V_zYBA), el presidente del SPR define a las radios y las televisoras públicas como “gigantes dormidos, anestesiados, fragmentados”, que fueron “huachicoleados a propósito: saqueados con producciones externas que costaban un millón y medio de pesos en términos reales pero las facturaban en nueve millones, por ejemplo”.

Este saqueo legal no lo ven o no lo quieren ver los opositores ni “los comunicadores famélicos de la publicidad inducida o del infomercial”. Como los llama Serrano: los damnificados de la publicidad oficial.

En menos de un año, sigue diciendo Villamil, “logramos coordinar las infraestructuras y las sinergias de canales tan importantes como el Once o el 14”, una señal muy joven que le corresponde administrar directamente al SPR; “del canal 22 que también fue abandonado de una manera terrible durante la administración anterior”; del IMER (Instituto Mexicano de la Radio), saqueado por el gobierno de Peña, y de Radio Educación que, por cierto, “está cumpliendo 95 años”.

SE CERRÓ LA CAJA

Los que tiran duro en redes, acota Serrano, hablan de que se hizo “muy chaira” la programación de estos espacios y hablan incluso de censura. Considerando cómo se hacían las cosas en el sexenio pasado, ‘¡qué sinvergüenzas!’, exclama el conductor.

A Villamil no le extraña: “Se trata de difamar o de lanzar una calumnia sin sustentarla. El 80% de la programación del Once es la misma que tenía en el gobierno anterior. Les dan coraje cuatro programas nuevos: de 75 horas diarias de producción de canal 11, el índice de producción más alto de un canal público, hay cuatro horas cada dos días que son nuevas”.

A su parecer, a la oposición no les molesta la apertura a conductores como Gibrán Ramírez o John Ackerman y Sabina Berman. “Les molesta que se cerró la caja registradora para los productores que estaba huachicoleando al SPR”, que estaban robando a los medios públicos.

“Les molesta –desglosa Jenaro Villamil– la fuerza que pueden tener los medios públicos juntos. Incluso, que se estén abriendo espacios nuevos como este de Vicente Serrano en un medio privado. Les molesta que ellos ya no tienen el pandero en la mano”.

De lo que se publica en las redes, observa Villamil, no todas son críticas. “Un 70 u 80 por ciento son desahogos, insultos, señalamientos que, a veces, en algunos casos, tienen razón. Y hay que tomarlos en cuenta siempre, máxime quienes venimos también del periodismo digital. Pero la mayoría son mensajes de contragolpe”.

¿HAY O NO CENSURA?

¿Hay censura en el México de López Obrador?, pregunta Serrano. Porque resulta que cuando salió de los medios privados Loret de Mola, hasta León Krause dijo que lo tumbaron por culpa de Andrés Manuel. Y si ahora salen Brozo o Callo de Hacha, se habla también de censura.

“El deporte nacional de quienes no tiene fuerza social real es hacerse las víctimas”, responde Villamil. “Una cosa es censura, otra cosa es perder audiencia y otra cosa, más grave, es perder credibilidad”.

Para Villamil, autor de varios libros sobre el entramado de Televisa para impulsar y sostener a Enrique Peña Nieto, “censura es un acto deliberado de la intención de una instancia gubernamental, en donde hay una orden expresa”.

Es censura, “como lo escuchamos todos en 2011, cuando Joaquín Vargas reproduce en su IPad el diálogo que tiene con Javier Lozano. Este señor incontinente verbal en las redes, ya no se acuerda cuando amenazó al empresario con no refrendar a MVS la banda de 2.5 GHz, a menos que renunciara Carmen Aristegui”.

“Es censura que Felipe Calderón advierta al radiodifusor y a la conductora que si no se portaban bien les iban a cortar la señal. Censura es el golpe a Excélsior de 1976, articulado desde la presidencia de Luis Echeverría. Censura, lo que le hicieron a la misma Carmen por lo de la Casa Blanca el sexenio pasado”.

SIN CREDIBILIDAD NI AUDIENCIA

Sin embargo, “el 90 por ciento de los casos, como lo sabemos todos los que hemos sido periodistas, es autocensura. Es decir, cuando la propia empresa le ordena a los reporteros o a los conductores que callen cosas porque afectan a los intereses de las empresas periodísticas”, contrasta Villamil.

Y la gran tragedia de muchos medios es que ya ni siquiera vale la pena incurrir en autocensura, porque no les está cayendo el dinero de la publicidad oficial como les caía antes, apunta Vicente Serrano.

El conductor que se integró a La Octava al regresar a México, después de pasar muchos años en Estados Unidos, primero como reportero de Univisión en Los Ángeles y Phoenix, después como presentador de Telemundo en Chicago, desde donde a través de Azteca América y luego ya como independiente transmitía su videoblog Sin Censura, agradeció a Juan Aguirre Abdó de Radio Centro la apertura de “estos espacios” y que no haya “línea”.

Para Villamil, “lo que está buscando La Octava y lo que pueden buscar otros medios son las audiencias. Medios sin audiencia es autofagia, es monólogo”.

Lo que está sucediendo en el país, desde antes que llegara Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia es “una deserción masiva de audiencia en las televisiones y en las estaciones comerciales de radio. Y hay una incorporación a otros medios porque la audiencia está siempre ávida de buscar información y espacios de difusión”.

“Hay otra parte más difícil, la credibilidad. ¿En qué momento Carlos Loret o Víctor Trujillo, que tuvieron etapas muy importantes en su carrera periodística, perdieron la credibilidad? ¿Por qué no se hacen ellos mismos ese cuestionamiento?

“Si tú no haces comunicación y periodismo para las audiencias y para la credibilidad, entonces estás haciendo negocio. Y lo que empezaron a hacer en muchos espacios fue negocio: cobrar por el golpe y por el halago”, sentencia Villamil.

CERCANÍA CON LA GENTE

En la última parte del programa, Jenaro Villamil expone cómo llega a su primer aniversario Andrés Manuel López Obrador:

“En primer lugar, hay que destacar el fenómeno de la cercanía. Si algo tiene la 4T en términos de comunicación política, de comunicación verbal y de comunicación del espacio de poder ante la sociedad, es la cercanía del Presidente, de la institución presidencial y del gobierno mismo con la sociedad.

“Nunca se había visto un presidente que hiciera giras y se dejara abrazar, tocar, incluso reclamar, por la gente. López Obrador es alguien que está dando ruedas de prensa diarias.

No ha hecho viajes internacionales, incluso dentro del país toma vuelos comerciales o se desplaza en camionetas y en automóviles austeros. “Y no es una pose, es la naturaleza del personaje. La noche del Grito del 15 de septiembre, la gente se desbordó en el Zócalo sin tener que pasar por cordones de seguridad, detectores de metales ni las revisiones invasivas que había cuando Felipe Calderón o Enrique Peña Nieto [estaban en el balcón]”.

“En segundo lugar, [AMLO le está dando choques eléctricos a un sistema que estaba funcionando bajo la lógica de la corrupción. Eso explica muchos de los vetos y hasta de los golpes internos que le están dando. Hay resistencias, una auténtica reacción”.

ENTRE TRUMP Y EL NARCO

Por lo demás, resume Villamil, la economía no se cayó, la moneda está fuerte y el salario mínimo aumentó. Esas cosas no las ven quienes analizan los datos estadísticos del crecimiento, pero con un mejor salario hay un nivel de consumo mayor entre los estratos de menos ingresos.

“Y en términos de mediano y largo plazo, ya están sentadas las bases de muchos proyectos. No es todavía el tiempo de hacer un corte de caja y cantar triunfo. Es apenas el primer año y fue muy difícil porque, además, está enfrentando desafíos externos como Donald Trump o desafíos internos como el crimen organizado que, por cierto, no cambia su lógica con el cambio de sexenio. Es decir, el crimen organizado sigue como el principal desafío para no sólo para el gobierno sino para todo el Estado mexicano”.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com.

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