DE LOS 15 QUE TENÍA…

De los 16 principios de la Carta Mundial de Ética para Periodistas, al menos 15 se aplican perfectamente a la realidad mexicana, considera Nancy Flores. Y así los desagregó la periodista de investigación y coordinadora de información de la revista Contralínea, en la cátedra de ética periodística que dictó en la Escuela de Periodismo de La4TV, ‘el medio de la esperanza’, el 25 de enero de 2023 (https://www.youtube.com/watch?v=pv9fzL9SrGc&list=PLE6ZwKHxLqGa_TH-VNDtZ7AVtNruT2M_-&index=10).

Adoptada en el 30º Congreso Mundial de la Federación Internacional de Periodistas (FIP), el 12 de junio de 2019 en Túnez, esta carta es la nueva versión que completa y amplía la Declaración de Principios de la FIP sobre la Conducta de los Periodistas (1954), conocida como la “Declaración de Burdeos”.

La carta está en internet, “es fácil localizarla” y siempre que tengamos una duda respecto a si estamos haciendo bien o mal nuestro trabajo como periodistas, debemos cotejar esos principios éticos, revisarlos con honestidad y, a partir de ahí, tomar decisiones al respecto.

El documento contempla valores que son fundamentales e irrenunciables en el periodismo: la búsqueda de la verdad, la independencia, la honestidad y la responsabilidad social; siempre teniendo en cuenta que trabajamos con el derecho humano a la información, resume Flores.

INVESTIGAR LA VERDAD

El primer principio obliga a respetar la verdad de los hechos y el derecho del público a conocerla. Este va a ser el deber primordial del periodista, pues la verdad es uno de los cuatro valores fundamentales, uno de los ejes rectores de nuestra profesión.

Respetar la verdad significa no tergiversarla. A últimas fechas hemos escuchado el término ‘posverdad’, es decir, esa tergiversación intencional de la realidad para colocar una narrativa. Sin embargo, hacer eso es faltar a la verdad y no es una práctica periodística.

El segundo mandamiento consiste en atenerse, en todo momento, al doble principio de la libertad de investigar y de publicar con honestidad la información, la libertad de comentario y de crítica, así como el derecho a comentar equitativamente y a criticar con lealtad.

Asegurarse de distinguir claramente entre información y opinión es algo que olvidan muchas veces los comunicadores en este país y en la mayor parte del mundo, pero es muy importante, subraya Flores.

Criticar con lealtad tiene que ver con el primer principio: buscar la verdad. No tergiversarla significa que los periodistas no somos jueces, sino que más bien nos toca el papel de críticos. Con lealtad, fundamentando la información en la realidad que nos toca vivir, debemos avanzar en el ejercicio del periodismo de opinión.

SÓLO SI NOS CONSTA

El tercer principio es informar sólo hechos de los cuales conozca el periodista su origen, no suprimir informaciones esenciales y no falsificar documentos, ser cuidadosos en el uso de los comentarios y documentos publicados en las redes sociales.

Luego, entonces, nada de publicar infundios ni cosas de las cuales no sepamos cuál es la fuente y, sobre todo, cuáles son los intereses de fondo. En el periodismo es muy importante saber que todas las fuentes de información tienen intereses. Algunas pocas veces es el interés legítimo de que la sociedad se entere, pero en otras ocasiones son intereses que tienen que ver con grupos de poder.

El cuarto principio manda no utilizar métodos desleales para obtener información, imágenes, documentos o datos. Siempre se informará la condición de periodista y nos abstendremos de utilizar grabaciones ocultas de imágenes y sonidos, a menos que sea objetivamente imposible la recopilación de información de interés general que, de otra manera, no podría obtenerse.

Hay que exigir el libre acceso a todas las fuentes de información y el derecho a investigar libremente los hechos de interés público. E insistir en ello aunque las fuentes se nieguen a otorgar facilidades. Sólo así se justificaría jugar a los espías, sugiere Nancy.

Esa excepción que se hace a la posibilidad técnica de obtener información con cámaras y micrófonos ocultos se debe a que en el periodismo existe un método, llamado ‘periodismo de inmersión’, que produjo reportajes maestros como los que publicó Günter Wallraff en Cabeza de turco. Abajo del todo (Anagrama, 1985), haciéndose pasar por inmigrante otomano, obrero de la construcción o trabajador de una fábrica automotriz donde ocurrían situaciones que era importante develar.

Sin embargo, no podemos ir por la vida recogiendo informaciones sin identificarnos como periodistas, en primer término, y sin informar a las personas que tenemos enfrente que los estamos grabando, videograbando o recogiendo de alguna manera esta información para publicarla. Tenemos que ser honestos en todo momento, ya que la honestidad es otro de los cuatro valores a los que no podemos renunciar jamás.

Tenemos que informar permanentemente y, salvo que estemos en una situación en la cual no podamos tener acceso a esa información de ninguna otra manera, lo haremos mediante el método de inmersión. Esta discusión se da frecuentemente en las mesas de redacción y, entre los propios reporteros, se analiza y resuelve que solamente si no hubiera otra oportunidad de obtener dicha información se recurra a ese método de investigación periodística.

RECONOCER EL ERROR

El quinto principio es que la noción de urgencia o inmediatez en la difusión de la información no prevalecerá sobre la verificación de los hechos, las fuentes y/o el ofrecimiento de una respuesta a las personas implicadas.

Nunca debemos excusarnos diciendo que no tuvimos tiempo de verificar la información que estamos publicando. Es nuestro deber buscar la verdad y, con ese fin, vamos a aterrizar los métodos del periodismo.

En el caso de quienes hacen periodismo de investigación, no se puede obviar ningún paso sólo por decir que, como no se tenía más tiempo y había que publicarlo ya, pues salió mal.

El sexto principio manda esforzarse con todos los medios en rectificar de manera rápida, explícita, completa y visible cualquier error o información publicada y revelada de forma inexacta. Esto es muy importante porque no somos perfectos.

Los periodistas nos equivocamos: puede ser que nos falló el método, puede ser que cometiésemos alguna negligencia o alguna arbitrariedad a la hora de estar investigando, antes de publicar, y lo que tenemos que hacer con honestidad es decir: nos equivocamos, esta es la información real. Incluso, debemos retirar la información cuando así se requiera, eso es fundamental.

SECRETO PROFESIONAL

El séptimo principio manda guardar el secreto profesional sobre la fuente de las informaciones obtenidas confidencialmente. Es de todos los periodistas el derecho al secreto profesional, a guardar la identidad de nuestras fuentes de información cuando éstas corren peligro y cuando nos están aportando información de interés público e interés social que, de otra manera, no podríamos obtener.

Si hemos llegado a este pacto, tenemos que cumplirlo. No tenemos por qué revelar las fuentes de información. Eso también está garantizado por las leyes mexicanas y por el derecho internacional.

El octavo principio manda respetar la privacidad y la dignidad de las personas representadas, informar a los entrevistados de sus comentarios y de los documentos que serán publicados, y mostrar especial consideración hacia los entrevistados sin experiencia y en condición vulnerable.

Todos, absolutamente todos los seres humanos tenemos derecho a la privacidad, y los periodistas no tenemos por qué violarla. Otra cosa es cuando las personas publican o hacen pública su información, como ocurre ahora que están en boga las redes socio-digitales. Si ellos mismos lo han publicado, nosotros no estaremos violando esa privacidad.

SIN MENSAJES DE ODIO

El noveno principio manda velar porque la difusión de información o de opiniones no contribuya al odio o a los prejuicios, y hacer todo lo posible por no facilitar la propagación de la discriminación por motivos de origen geográfico, social, racial o étnico, de género, orientación sexual, idioma, discapacidad, de religión y opiniones políticas.

El periodista no puede ser una persona que esté difundiendo mensajes de odio, no puede estar discriminando a las personas con sus publicaciones periodísticas. De lo contrario, estará incumpliendo esos valores éticos.

Aquí cabe recordar una frase del periodista polaco ya fallecido, Rysard Kapuściński: ‘para ser un buen periodista, hay que ser una buena persona’. Cuando somos buenos, no cuesta trabajo no incurrir en prácticas de odio. Sin embargo, a los medios de comunicación muchas veces se les olvida esto y terminan publicando prejuicios, observa Flores.

Al parecer, se discrimina a las personas porque eso vende, especialmente en la cultura del clic. Pero es contrario a los principios éticos del periodismo.

El décimo principio considera faltas profesionales graves el plagio, la distorsión mal intencionada, la calumnia, la maledicencia, la difamación y las acusaciones sin fundamento.

Si estamos por la búsqueda de la verdad y no por colocar narrativas que benefician a grupos de interés, no podemos incurrir en estas faltas graves a nuestra profesión, glosa la ponente.

“NO SOY UN SOPLÓN”

El undécimo principio manda abstenerse de actuar como ayudante de la policía u otros cuerpos de seguridad. Sólo se le pedirá que brinde a estos cuerpos información publicada por medios de comunicación. Nosotros no somos colaboradores de la policía, jamás lo seremos, y que nos pidan hacerlo es contrario al derecho de información, a la libertad de expresión y, por supuesto, al ejercicio profesional del periodismo.

El duodécimo principio manda mostrar solidaridad con nuestros colegas sin renunciar a la libertad de investigación, de información, de crítica, de comentarios, de sátira y de libertad editorial. Entre todos debemos hacer una comunidad que contribuya al derecho humano a la información.

El décimo tercero implica no utilizar la libertad de prensa en beneficio de intereses de terceros y abstenerse de recibir cualquier provecho por la difusión o no difusión de información.

Es, básicamente, la prohibición a corromperse. Los periodistas no debemos corrompernos a cambio de ningún provecho por difundir o por censurar información, advierte Nancy.

OFF THE RECORD

El decimocuarto principio manda no asumir con ningún interlocutor un compromiso que vaya a poner en peligro nuestra independencia como profesional. En cambio, sí respetar las modalidades de difusión que hayan acordado libremente, como el off the record, bajo anonimato o mediante embargo, siempre que estos compromisos sean claros e indiscutibles.

Tenemos que respetar los acuerdos a los que lleguemos con nuestras fuentes de información. Es muy importante dejar en claro cuando una fuente nos pide dar un testimonio sin citarlo o el anonimato, para proporcionarnos una información que no podemos obtener por otra vía, que es exactamente eso: una información, no opiniones, porque nosotros no recogemos opiniones de personas que buscan el anonimato.

Y siempre debemos tener en cuenta que las fuentes de información tienen intereses que, muy pocas veces, son intereses legítimos de informar sino generalmente son intereses de grupo o intereses personales.

Finalmente, el principio número 15: no ser obligado a realizar un acto profesional ni a expresar una opinión contraria a la convicción o conciencia profesional.

Para esto existe en el derecho de la Ciudad de México y también en el derecho internacional la cláusula de conciencia, que nos permite a los periodistas manifestar nuestro rechazo cuando, por ejemplo, algún dueño de medio de comunicación, director, jefe de redacción o intermediario busca que publiquemos algo que es contrario a nuestras convicciones o que, claramente, choca con la realidad: una mentira, una verdad a medias o eso que se conoce como la posverdad (realidad alternativa).

Tenemos el derecho de invocar esa cláusula de conciencia y negarnos a permitir que se violente el derecho humano a la información, concluye Nancy Flores.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com

Comentarios

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *