Al hablar de ‘Los medios frente al cambio’ en el marco de la FIL del Zócalo 2022, el escritor Fabrizio Mejía Madrid destacó los hechos que han modificado el ambiente mediático en los últimos dos o tres meses. Uno de los más notables es el cambio de la situación legal en el estado de Tamaulipas por la elección de Américo Villarreal.
El cronista y novelista que –en sus colaboraciones ahora semanales para Sin Embargo o en ficciones como Vida digital (2012) o Nación TV (2013)– ha abordado el papel de los medios convencionales y de las redes sociales en la realidad mexicana, explicó que en el gobierno tamaulipeco de Francisco García Cabeza de Vaca estaba concentrado el grupo político del expresidente Felipe Calderón: quien fuera su secretario particular, Roberto Gil Zuarth; Javier Lozano Alarcón, aquel que como secretario del Trabajo consumó la infamia en la mina Pasta de Conchos; y otros más, como el contador de Calderón.
“Estaban todos ellos en Tamaulipas como parte de una operación de fraude electoral, para respaldar al narco gobierno de Cabeza de Vaca. Pero resultó que el candidato del PAN perdió la elección contra Villarreal, el abanderado de Morena. Y, cuando vieron que no lograrían prolongar el mandato panista, entraron en pánico e hicieron cosas en distintos niveles de infamia:
“Primero, modificaron la ley para que Morena no tuviera mayoría en el Congreso. Después, habilitaron a unos jueces civiles de esos levanta borrachos como jueces penales, para poder inculpar a regidores y presidentes municipales que eran de Morena, entre ellos el de Reynosa, y así intimidarlos. Por último, trataron de fabricar supuestas evidencias de narcodinero en la campaña de Américo.”
NOTICIAS FALSAS
“En el tema de los medios hicieron cosas que darían risa si no fueran tan graves, como lanzar un periódico digital al que pusieron por nombre The Dallas Chronicle. Lo subieron a internet justo un día antes de publicar que Américo Villarreal, el hijo de éste y el presidente de Morena, Mario Delgado, habían recibido dinero del narco en Tamaulipas y depositado esos fondos en un banco en Holanda. Por absurdo que suene, el periódico desapareció de internet al día siguiente, es decir, lo editaron sólo para publicar tamaña fake news.
“No sólo eso, falsificaron unos supuestos documentos de la embajada de Estados Unidos en México y se los filtraron a un columnista de El Universal, Héctor de Mauleón, quien puso hasta el link o enlace que remitía a los documentos secretos que acreditaban el depósito en Holanda hecho por el hijo de Américo Villarreal.
“Esa misma noche, desde Campeche el embajador Ken Salazar desmintió a De Mauleón aun cuando, desde el primer párrafo, se hubiera podido detectar en los documentos una redacción en inglés (con frases como ‘this strange case’) más propia de alguien que aprendió la lengua en una academia que de un diplomático norteamericano. Exhibido, Héctor de Mauleón ofreció una pseudo disculpa en la que no deja en claro si lo engañaron o no.”
CONTACTO EN DALLAS
Al compartir escenario con Jenaro Villamil, periodista especializado en medios y actual presidente del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano (SPR)– en una de las mesas de la Feria Internacional del Libro del Zócalo que se desarrollaron en la jornada del jueves 13 de octubre de 2022 (https://www.youtube.com/watch?v=MJI086RRZoI&t=1919s), Mejía Madrid apuntó que este episodio supone una nueva dimensión de las fake news:
“No sólo crearon un medio de comunicación como The Dallas Chronicle y falsificaron documentos con sellos de la embajada norteamericana, sino que presentaron esos supuestos oficios y la columna de Héctor de Mauleón al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), como pruebas de que había dinero del narco en la campaña de Villarreal.”
Esos medios, tanto los reales como El Universal o los ficticios como The Dallas Chronicle, “ya no sólo le estaban mintiendo al público usuario de la información sino al Tribunal Electoral, donde por cierto un compadre de Felipe Calderón, el magistrado Reyes Rodríguez Mondragón, usaría esas mentiras como prueba para elaborar el dictamen que anulaba la elección en Tamaulipas. Este ya es un nuevo nivel de desarrollo en las fake news, que ahora pretenden servir como pruebas en casos judiciales”.
Para Mejía Madrid, “lo que hemos visto en los últimos dos meses es notable por otras razones. Como ya hablaba Jenaro Villamil, por los Guacamayas Leaks. Este grupo de hackers dio a conocer entre el 20 y el 23 de septiembre una filtración de los documentos extraídos de las bases de datos de los ejércitos de Perú, Colombia, Chile y México, casualmente cuatro países que están gobernados por la izquierda y donde, en tres de ellos, había estado o iba a estar Antony Blinken, el secretario de Estado de los Estados Unidos, preparando una reunión de la OEA”.
POR MOTIVOS DE SALUD
Más paradójico es que “una organización como Guacamayas que se dice anti-imperialista, anti-neoliberal y por la defensa de los pueblos y del territorio contra el saqueo de las empresas extranjeras, le haya entregado una información hackeada a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) a quien todos reconocemos como enemigo de las comunidades indígenas y como periodista neoliberal y pro-imperialista: Carlos Loret de Mola, director de LatinUs”.
“Ese portal, como sabemos, es financiado por Roberto Madrazo y su familia, así como por Silvano Aureoles, el exgobernador del PRD en Michoacán, quienes desviaron dinero del presupuesto de salud de ese estado para financiar el proyecto periodístico. Y ya vimos lo que Carlos Loret de Mola hizo con esos seis terabytes (que es mucha información, nada menos que 300,000 horas de video; todos los Panama papers cupieron en tres teras).”
Antes de explicar cómo Loret usó la información, Fabrizio Mejía nos recuerda que esas cosas no se hacen así. Los Panama papers o las filtraciones de Wikileaks que hizo Julian Assange, se hicieron de otra manera: “se obtiene la información, se selecciona a los medios de comunicación que van a revisar esa información y, antes de publicarla, pasa a veces hasta un año pues hay que revisarla para confirmar o verificar que no haya teléfonos, direcciones u otros datos personales”.
“En cambio, Guacamayas le dio esos archivos al imperialista y neoliberal Carlos Loret de Mola. Y, en su obsesión con el presidente de la república, buscó qué había sobre López Obrador en los papeles. Encontró un parte médico donde dice que Andrés Manuel tiene gota, y otro reporte donde dice que le practicaron un cateterismo el 20 de enero pasado.
“Loret destacó el tema de la gota como si fuera evidencia de un gravísimo estado de salud, y motivo para la renuncia del presidente. En cuanto al cateterismo, resulta que al día siguiente de darlo a conocer en LatinUs, el 21 de enero Andrés Manuel López Obrador ya estaba diciendo en la mañanera que le practicaron ese procedimiento cardíaco. Es decir, Loret hizo una revelación de algo que ya sabíamos, quizá, porque no ve las mañaneras”, subraya Mejía Madrid.
PÁJAROS EN EL ALAMBRE
Como en el tema de Américo Villarreal, para Fabrizio hay un cambio en el tema de las fake news y medias verdades: “Loret apuesta por la renuncia del presidente por motivos de salud, es decir, las filtraciones buscan tener una consecuencia legal”.
También Jenaro Villamil ya antes se refirió a este asunto de los supuestos espiados por el Ejército con Pegasus: un articulista de El Universal, Ricardo Raphael, un periodista de Animal Político cuyo nombre no nos quisieron dar porque parece que está acusado de abuso, y un activista de Tamaulipas vinculado a Cabeza de Vaca”. Juntaron sus tres historias y la consecuencia fue “una comedia de enredos”.
Primero, Citizen Lab en la Universidad de Toronto corroboró que esos teléfonos estaban infectados con el malware de Pegasus, “pero eso no tiene nada que ver con el contrato por un mes que firmó la Sedena con la compañía” que, entre otros servicios, vendió el programa malicioso a diversos clientes en México el sexenio pasado y el antepasado.
Y, segundo, conectaron esos dos puntos para afirmar que el Ejército estaba espiando a los columnistas y al activista, pero no hubo manera de sostenerlo. “El propio laboratorio digital señaló en su dictamen que no se puede asegurar de cuál cliente de NSO Group vino la infección de esos tres celulares”.
Para Mejía Madrid, el verdadero escándalo de Pegasus es que ese programa lo adquirieron varios gobiernos, entre ellos el de Silvano Aureoles. No sólo el Ejército tenía licencia de NSO. Este programa de espionaje cayó en manos de gobernadores y hasta de organizaciones de la sociedad civil como la de Claudio X. González: Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI). Pese a la declaración de alguien que trabaja en dicho grupo empresarial israelí y que habría que comprobar, Pegasus no es un programa que solamente manejen los gobiernos.
LA NIÑA PAULETTE
De hecho, interviene Jenaro Villamil, uno de los tres vendedores de Pegasus en México se llama Alberto Bazbaz, el mismo personaje que como procurador del Estado de México investigó y encubrió el caso de la muerte de la niña Paulette Gebara y, luego, fue titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, conocido porque en seis años nunca habló de nada.
Como miembro de la comunidad judía mexicana, Bazbaz era uno de los intermediarios de la empresa israelí junto con el consejero jurídico de Enrique Peña Nieto, Humberto Castillejos, y junto también con un empresario que conoce muy bien el caso de Silvano Aureoles, porque era su cómplice, Víctor Álvarez Puga, aquel facturero que es pareja de la conductora Inés Gómez Mont.
Pero esa relación no aparece ni siquiera como contexto en las notas recientes, donde callan que el sistema Pegasus no sólo se vendía a fiscalías (la federal o las locales) y a las fuerzas armadas, sino también a clientes privados, remata Villamil.
SE VE EL CURSOR
Mejía Madrid retoma el asunto del hackeo al Ejército por parte de Guacamayas. Sucedió que los medios de comunicación corporativos tomaron esa información de correos electrónicos, e hicieron la interpretación que les convenía. Nunca vimos los documentos, sólo la interpretación. Por ejemplo, MCCI interpretó que el general secretario Luis Crescencio Sandoval ‘abogó’ por el capitán Martínez Crespo, del Batallón 27 de Iguala, preso por la desaparición de los 43 de Ayotzinapa.
Subraya Fabrizio que la onegé de Claudio X. González no publicó el texto de la carta: sacó una captura de pantalla donde todavía se ve el cursor de alguien que está redactando el oficio. Ese detalle del cursor hace dudar de que sean correos hackeadosa la Sedena, sino más bien una manifestación de que el documento se estaba apenas redactando cuando alguien tomó la foto.
Aun cuando la carta no tiene firma, sello ni logo de la Sedena, si uno la lee en realidad Sandoval no aboga por Martínez Crespo. Simplemente asienta que el militar está muy deprimido en su celda y que sigue negando las acusaciones en su contra. Pero de ahí a decir que el general aboga por el capitán, es llevar la interpretación demasiado lejos. Más lo es inferir de ahí que el Ejército está en contra de que se sepa la verdad sobre Ayotzinapa.
La forma en como manejaron Loret y Mexicanos contra la Corrupción todo lo que ha salido de Guacamayas, lleva a Mejía Madrid a señalar como un nuevo nivel en el cretinismo de las fake news de la oposición, el libro El rey del cash de Elena Chávez. Pero de eso hablaremos en una siguiente entrega.
Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com