Por primera ocasión, el presupuesto de un gobernador colimense sufrió sustanciales cambios, y esto debemos reconocer que es gracias a la intervención de los diputados de oposición, un producto de la alternancia en el Poder Legislativo. Los cambios que se le hicieron al documento original indican que pasó de ser un “presupuesto fifí”, a un presupuesto con tintes meramente sociales.
El presupuesto original del Ejecutivo tuvo que ser cambiado, pues incluía la permanencia de algunos rubros superfluos como los excesivos gastos en boletos de avión y viáticos para el gobernador, tema que en las últimas comparecencias habían causado escozor en la actual Legislatura y la población, además de la ausencia de partidas que arroparan acciones sociales. La respuesta fue contundente; por principio de cuentas, se eliminó una partida denominada “Servicios Personales” del gobernador, de nada despreciables 26 millones de pesos, recursos que se distribuyeron en aumento a seguridad, educación, prevención del delito y cultura.
La Secretaría de Seguridad Pública, el problema que más nos preocupa a todos, dispondrá de más de 588 millones de pesos a nivel estatal, añadiéndose el “Fondo Extraordinario para Equipamiento para Seguridad Pública”, con un monto de 14 millones de pesos, así como un aumento por 10.9 millones de pesos para la Fiscalía General del Estado. En una entidad donde hay municipios con una sola patrulla, más vale invertir en seguridad que en pasajes aéreos.
El tema de la Salud pública es un dolor de cabeza constante. Previo a la integración del presupuesto, diputados de la actual Legislatura recorrieron algunos centros de salud en los que, además de no encontrar suministro de medicamentos, los pocos que había estaban caducos; por tal motivo, se destinaron un total de 1,873 millones para la Secretaría de Salud y Bienestar Social, se crearon algunas partidas específicas, como la de “Materiales, accesorios y suministros médicos”, la de “Ayuda para servicio médico de alto costo”, que en total suman 1.5 millones de pesos, y el “Fondo Estatal Contra las Adicciones”, con 2.5 millones.
Hablábamos de los boletos de avión; la percepción social dice que la gente de Colima cree firmemente la teoría de que el gobernador nunca está aquí. Los más de 14 millones de pesos que se gastaron el año pasado en boletos de avión le echan más leña a ese fuego; por ende, uno de los emblemas de este presupuesto social fue la disminución de un 50 por ciento en esta partida, limitándola a poco más de 7 millones de pesos. También se dieron importantes reducciones en el gasto de combustibles, dejándolo en 10 millones de pesos, esperando que esos autos “híbridos” que conducen los choferes de los secretarios del gabinete peraltista sean verdaderamente ahorradores. Pero sin duda, una reducción que meterá en más de algún aprieto a la oficina del gobernador es la disminución de 22 millones en el gasto en publicidad oficial para 2019; de los 44 millones en promoción que se gastó el año que termina, el Ejecutivo había propuesto bajar a 32 millones esa partida; sonó mucho más sensato bajarlo a 22 millones, una reducción final de un 50 por ciento, al estilo AMLO.
En contraparte, presupuestos estatales como el destinado al Instituto Tecnológico de Colima, que era de 2 millones de pesos, creció a 6 millones para 2019; una inversión más que productiva. Habría que sumar un aumento al rubro de Educación, con un presupuesto total de 6,676 millones, que bañará también a la Universidad de Colima, al ISENCO y a la UTeM.
Se destinaron 1,266 millones de pesos para Infraestructura y Desarrollo Urbano, aunque las obras municipales desmerecían en comparación con los lujos del Ejecutivo. Por lo tanto, se le otorgaron 80 millones más al presupuesto estatal de obra municipal, que ya rondaba los 410 millones de pesos, pero en el que casi la mitad se destinaba en exclusiva a la administración de Leoncio Morán, lo que hizo que se levantaran sospechas de más de un alcalde.
Para el sector cultural, se aprobó una partida de más de 12 millones de pesos para el desarrollo y creación de los “Centros de Bienestar e Innovación Cultural”, destinados a varios municipios. Lo importante de este presupuesto es que incluye pagos de talleristas y becarios culturales, pues dado el gran fracaso de las políticas en materia cultural y la escasez de colaboradores en la Secretaría estatal, dichos conceptos son ampliamente necesarios.
Un golpe a los gastos excesivos de la oficina del gobernador resultó la integración de este presupuesto. La ola lopezobradorista del 01 de julio dio línea a los partidos políticos; los ciudadanos están asqueados de solapar mirreyes a costa del erario. Adiós presupuestos fifís…