DESPUÉS DE LA PANDEMIA

Aunque la estrategia del gobierno federal para enfrentar la pandemia del coronavirus ha sido cuestionada por propios y extraños, no obstante la vehemente defensa que se ha hecho de los mecanismos de monitoreo y control de contagios, el escritor Fabrizio Mejía Madrid destaca que ninguna de las medidas sanitarias en México fue acompañada de acciones represivas.

“La India, por ejemplo, impuso una represión brutal. No calculó la migración de 45 millones de personas que, cada año por estas épocas, van del campo a la ciudad a buscar trabajo. Esas personas no se enteraron que existía el coronavirus ni el estado de excepción, y entonces el ejército les lanzó gas lacrimógeno.

“India es uno de los estados que decidió suspender garantías, sin considerar a los que ya no tenían garantías porque son pobres y se mueren de hambre sino emigran a las ciudades.

“Otros estados, al contrario del mexicano, están pensando en las finanzas,en mantener baja la inflación y alta la popularidad. Pero no están pensando en los más vulnerables,en los que no tienen una manera de salir adelante si no es día a día”.

Invitado al programa John y Sabina de Canal Once que el 31 de marzo de 2020 fue dedicado a analizar ‘pandemias, paranoias y nuevos relatos del poder’, esto es, las narrativas sobre el COVID-19en nuestro país y el mundo (https://www.youtube.com/watch?v=-TTtM2WX8VY), Mejía Madrid señala que “necesariamente va a haber un después de la epidemia”.

NO JUZGAR VULNERABILIDADES

El asunto es cómo queremos salir de esta epidemia, enfatiza el autor de Pequeños actos de desobediencia civil (1996), Salida de emergencia (1997), Días contados (2013) y Crónica de la victoria (2018), entre otros relatos periodísticos.

“Me gustaría que saliéramos como un planeta un poco menos desigual o con mayor empatía hacia los otros: los débiles y los vulnerables”. Y se refiere a La peste que Albert Camus escribió “para una época como ésta”.

El novelista argelino dice en esa novela de 1947 que “no podemos juzgar las vulnerabilidades de los demás. Y con esa idea deberíamos salir de la crisis, con una visión internacionalista para el tratamiento defenómenos como el cambio climático o las pandemias”.

En ese sentido, “los gobiernos de izquierda han sido más democráticos en el trato de la pandemia. Los gobiernos de derecha cerraron fronteras y establecieron estados de excepción. Sí, hay una diferencia entre cómo se ve el problema desde la izquierda y desde la derecha”, enfatiza Fabrizio Mejía Madrid.

John Ackerman señala, al respecto, que no hay nada más democrático que la pandemia del covid: todos somos iguales frente al virus y ojalá que, cuando se encuentre una vacuna,no se reinstale esa jerarquía internacional en la que sólo se proteja a quienes tienen dinero y poder.

Por el momento tenemos la obligación de no olvidar que somos una sola humanidad.Y tenemos que seguir siendo igualmente humanos frente a la naturaleza y al capitalismo, sentencia el académico de la UNAM.

LA DIGNIDAD HUMANA

Para la actriz y estandopera Blanca Salces, quien en esa emisión sustituyó a Sabina Berman, la pandemia representa una oportunidad para salir siendo un mejor país, pero algunos podrían aprovecharla para su beneficio propio.

Mejía Madrid llama a “ser muy conscientes como ciudadanos que lo de menos es la supervivencia. Lo que está en juego en este momento es la afirmación de la dignidad de la ciudadanía”.

“Me refiero a que se puede sobrevivir en un campo de concentración, pero a costa de la dignidad. Para un ser humano la vida biológica no importa tanto, lo que importa es la vida humana… que tiene que ver con la dignidad y la autoafirmación. En esos campos, los prisioneros resistían las órdenes de los nazis, intentaban escapar y organizaban revueltas a sabiendas que los podían matar.

“Podríamos salir de esta epidemia con una idea de la autoafirmación ciudadana. Me parece de mucha dignidad que la gente no solamente esté preocupada por sobrevivir, temerosa de que la vayan a contagiar,sino que se quedaencerrada asumiendo que de esa manera está protegiendo a los demás.

“Es digno pensar que la gente de más de 60 años corre peligro si voy con mis amigos a echarme unas chelas. Saber que mis chelas no son tan importantes como salvar a otros que ni siquiera conozco, es parte de esa dignidad humana que necesitamos rescatar”, comenta el escritor y periodista.

UNA IDEA QUE YA MURIÓ

Como en el programa no había público presente debido a las medidas de distanciamiento social, vía internet le preguntaron a Fabrizio Mejía Madrid si el Estado mexicano está haciendo lo necesario para enfrentar los efectos de la pandemia.

“El Estado sí –responde el también columnista de Proceso–, pero falta el componente de los empresarios. Quieren que les condonen impuestos pero no están dispuestos a dar nada. Carlos Slim ofreció mil millones de pesos, pero Larrea donó un hospital que no tenía drenaje.

“Los empresarios deberían proteger a sus trabajadores, cuidar los empleos y asumir el costo de ser los generadores de riqueza. Porque cuando nos va bien, a ellos les va muy bien. Y cuando nos va mal, ellos tendrían que pagar también algún costo.

“Todos vamos a pagar un costo en esta epidemia. Los trabajadores hemos dejado de hacer muchas cosas, hemos perdido empleos y oportunidades al cancelarse o aplazarse proyectos. Pero los empresarios seguramente van a ganar y tendrían que poner mucho más de su parte que la simple filantropía.

“La especulación financiera está tratando de ganar la partida. El ofrecimiento de préstamos del Fondo Monetario Internacional es la manzana envenenada. Exigir que México se endeude, como hizo recientemente un ex secretario de Hacienda citando la Biblia, es una propuesta temeraria que obedece a la idea de un régimen que ya se fue en casi todo el mundo: el monetarismo.

“Es la misma idea que le da importancia a tener una clase social cada vez más rica, a costa de una mayoría que se empobrece. Y que sostiene que esta situación puede ser dispensada porque cumple con los requisitos de una sociedad neoliberal.

“Me pareció vergonzoso lo que dijo el gobernador de Texas en el sentido que si los mayores de 60 años se tienen que sacrificar por la patria, que lo hagan. Ese pensamiento está en el fondo de ciertos personajes que se educaron en esa escuela donde unos se tienen que morir para que los demás prosperen. Pero creo que esa idea ya se va del planeta”, sostiene el invitado.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com.

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