DÍA DE LA VICTORIA

“Nunca en más de un siglo se había insultado tanto a un presidente de la República, y la respuesta ha sido la tolerancia y la no censura”, dijo Andrés Manuel López Obrador el pasado 2 de julio en el mensaje a la nación con motivo del segundo aniversario deloque llamó un ‘triunfo histórico democrático del pueblo de México’.

Tolerancia que no impide necesariamente que el Gobierno conteste ni que el mandatario ejerza su ‘derecho de réplica’. Tampoco, que haya un ejército de internautas que –ya sea de manera orgánica o más bien organizada a partir de nodos– salga en defensa de AMLO y repela los ataques con furia.

De hecho, la víspera se libró una batalla en Twitter. A lo largo del 1º de julio de 2020 se disputaron el primer lugar en tendencia las etiquetas ‘Día de la Victoria’ y ‘Victoria del pueblo’, contra el hashtag de la oposición: ‘Nada qué celebrar’.

Pero un tuit de Beatriz Gutiérrez Müller sustituyó la polémica por una nueva discusión a favor y en contra de la esposa del Presidente.La escritora y académica se enfrascó –narra Proceso– en una discusión con ‘un cibernauta afín al PAN que le preguntó cuándo atendería a los niños con cáncer’, quienes ‘sistemáticamente enfrentan desabasto de medicamentos para la atención de sus padecimientos’. Y Gutiérrez Müller respondió: “No soy médico, a lo mejor usted sí. Ande, ayúdelos”.

“NO SOY MÉDICO”

Todo comenzó cuando, después que Beatriz tuiteara: “Hace dos años, los ciudadanos –que somos los verdaderos guardianes de la democracia– logramos lo impensable: elecciones realmente democráticas”, José David Aguirre Muñoz la increpara: “¿Cuándo atenderá personalmente a los padres de los niños con cáncer? Gracias por su amable respuesta”.

Tras la polémica, Gutiérrez Müller eliminó el comentario y horas después ofreció disculpas: “Están muy inquisidores los adversarios de mi esposo, ¡por algo será! Si mi expresión ‘No soy médico’ ofendió a alguien, ofrezco disculpas. En cuanto a mí, sólo expresarles que soy profundamente humana y deseo el bien a todos, ahora y siempre”.

Las hordas AMLOhaters interpretaron el comentario como un desdén de la doctora en Teoría Literaria hacia los padres de los niños con cáncer. Pero la verdad es que la esposa del primer mandatario no preside el DIF Nacional como sus antecesoras, no reclama el título de primera dama, no se asume como responsable de la política asistencialista del régimen ni de cualquier otra función que suponga un cargo oficial.

Beatriz Gutiérrez Müller es investigadora A de tiempo completo en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, y coordina el consejo asesor honorario del proyecto Memoria Histórica y Cultural que opera bajo la guía del Archivo General de la Nación.

“ES CONMIGO”: AMLO

La embestida contra su esposa motivó que, en la mañanera del viernes 3 de julio, López Obrador explicara que “tanto coraje en contra del gobierno que represento” se debe a que él está proponiendo cambiar una realidad “amarga, perversa”, en la que por ejemplo el Instituto de la Transparencia resolvió “mantener en secreto el caso de Odebrecht”.

Y no sólo van contra el gobierno,“se meten hasta con mi familia. También eso quiero aprovechar para decirles que es conmigo, no con ellos. Mi esposa no va a ser candidata a nada, ella no es primera dama, es una mujer independiente, con criterio. Lo que ella expresa es lo que piensa y yo no censuro, no limito su libertad. Porque la han emprendido contra ella, desde luego contra mi hijo”.

Entonces, “es conmigo”, reiteró López Obrador, “yo soy el que estoy conduciendo el proceso de transformación, yo soy el que estoy a la cabeza de este proceso para erradicar la corrupción y me siento orgulloso”. En esta cruzada, “no estoy solo”, el pueblo lo acompaña y “vamos a seguir adelante”.

Poco antes, el mandatario había aprovechado la ocasión de hablar de los medios para “informar que sí van a venir los del Twitter”. Y adelantó: “quiero que, independientemente de que nos importa mucho el funcionamiento de la red que ellos manejan […], nos expliquen cómo operan los bots, que son personas ficticias, robots”.

En aras de la transparencia, López Obrador quiere que Twitter le diga “quiénes son sus principales clientes en México y cuánto invierten”. Y que “esto incluya a personas físicas y morales, es decir, a ciudadanos, empresarios y a corporaciones, a partidos políticos, para saber quién es quién en la compra de servicios de Twitter”. Esa lista puede ser muy “eficaz”para “seguirle la pista al dinero”, para“ver quién aporta más”.

PRENSA NEOLIBERAL

A dos años de su victoria electoral, fecha que muchos le atribuyen como el arranque de su gobierno aunque formalmente no tomó posesión sino hasta el 1º de diciembre de 2018, la idea maniquea que López Obrador tenía de la prensa no ha variado.

Tras recordar el libro que escribió en 1988 sobre el fraude electoral en Tabasco, donde hablaba de “continuar la lucha porque la democracia es lo único que puede desterrar, acabar o mantener a raya a la corrupción”, expuso que esa versión fue contradicha en su momento por el reportero Pablo Hiriart, a quien “mandaron de un periódico a hacer unas crónicas y desde luego a favor del régimen”. Ahora como columnista de El Financiero, 31 años después Hiriart “me ataca un día sí y el otro también”.

Volviendo al tema del Instituto de la Transparencia que AMLO puso como ejemplo del costoso aparato diseñado por los gobiernos neoliberales para simular avances democráticos, el Presidente dijo que ese órgano surgió del conservadurismo:“son las modas que fueron creando”, impulsadas por “los periódicos conservadores”.

Reforma “era uno de los principales impulsadores” de este tipo de instituciones que resultaban de una mecánica precisa:

“Echan a andar con la sociedad civil” [lo que antes se llamaba pueblo y cuya representación se apropiaron] “todas estas medidas de simulación, porque no tocaban a los de arriba, a sus patrocinadores. Esos seguían sin pagar impuestos, esos seguían saqueando a sus anchas, en contubernio con las altas autoridades”.

“A Salinas de Gortari no lo tocaban, al contrario, le aplaudían; a Zedillo lo mismo, a todos. Nos dejaron la deuda del Fobaproa y nadie cuestionó nada en los medios, tenían control casi absoluto de los medios de comunicación”, sentenció el Presidente(https://www.gob.mx/presidencia/articulos/version-estenografica-conferencia-de-prensa-del-presidente-andres-manuel-lopez-obrador-del-3-de-julio-del-2020?idiom=es).

PINZA DE LA INFORMACIÓN

Pareciera que la comunicación social de la 4T descansa en el Presidente de la República y sus mañaneras, coincide Tatiana Clouthier con Hernán Gómez Bruera.

“Comparto esa percepción. Considero que recargar toda la comunicación en una sola persona tiene fortalezas y debilidades”, dijo la diputada federal por Morena, entrevistada en La Octava con motivo de los dos años del triunfo electoral de López Obrador (https://www.youtube.com/watch?v=VbpTziVe9Mk).

Tras hablar de los retos que todavía tiene el régimen (sobre todo en materia de seguridad) y ponderar los logros, la ex coordinadora de la campaña presidencial de 2018 y experta en redes sociales respondió a la inquietud de Hernán Gómez sobre la estrategia de comunicación política del gobierno federal.

“El Presidente es un gran comunicador, muy abierto a la comunicación social pero no puede comunicar todo y en todo momento. Además, con esa comunicación no te metes a los detalles”.

Circunstancialmente, la pandemia abrió el espacio a otros comunicadores institucionales. Con las conferencias vespertinas entraron a escena el director del IMSS, Zoé Robledo; “esta niña”, la secretaria de Economía Graciela Márquez; el titular del ISSSTE, Luis Antonio Ramírez, o la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, “con el programa de los créditos a la palabra”.

Esas presencias vienen “a reforzar y apoyar lo que anteriormente estaba centrado en un personaje”, y que dejaba espacios vacíos al no poder entrar en los detalles y no cerrar pinzas en mucha información.

“Entra también Gattel en un tema doloroso: las cifras de enfermos y fallecidos”. La pandemia abrió la posibilidad de reconocer que se requieren nuevos comunicadores y más voces que precisen la información que queda abierta. Todo esto “es más sano” para la comunicación social de la Presidencia de la República, subraya Clouthier.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com.

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