Una de las noticias más destacadas de la semana pasada fue la detención del otrora todopoderoso Genaro García Luna, quien fuera llamado el Súper policía en tiempos de Felipe Calderón. García Luna había comenzado a encumbrarse desde los tiempos de Zedillo (en el extinto CISEN), pero adquirió gran importancia con Fox (estuvo al frente de la AFI) y, sobre todo, en los años de Calderón (cuando ocupó la Secretaría de Seguridad Pública). Se le consideró, junto con Eduardo Medina Mora, la persona más influyente de ese sexenio.
Desde aquéllos tiempos hubo voces que se alzaron para denunciar su vinculación con el poderoso Cártel de Sinaloa, al cual también se le llegó a conocer como Cártel del Pacífico. Nada sucedió entonces en relación con esas sospechas o dichos, como tampoco en los tiempos de Peña Nieto. Durante el juicio a El Chapo Guzmán en Nueva York, su nombre y algunos más, nuevamente saltaron y ahora resulta que el mismo juez que se encargó de Guzmán Loera, encabezará el juicio de García Luna.
Su simple detención, aunque el juicio no comienza y legalmente, aún no se le puede considerar culpable de los cargos que se le imputan, ya han producido cambios en la percepción de los mexicanos y han modificado el comportamiento de algunos actores de la política nacional que están muy nerviosos, como dijera el Presidente López Obrador, y es que, por supuesto, el veredicto popular ya está emitido y lo ha declarado culpable de todas las acusaciones. Y lo que falta…
De cualquier manera, y aunque estaba retirado de la política activa y se encontraba en territorio estadounidense, se le recordaba aquí por sus montajes y su acentuado protagonismo. Con relativa frecuencia se sacaban a relucir sus epopeyas (y las de sus empresas). García Luna sin duda es un ciudadano ejemplar y finísima persona, pero después de tanto brillar e iluminar, como Estrella de Belén, el camino de la República y al menos, durante los períodos de un par de sus presidentes, se eclipsó y con ello, eclipsó también a ese par de expresidentes: Fox y Calderón.
Las fuerzas políticas se realinean con esa detención (y con el veredicto del pueblo). Personajes como Fox y Calderón ya no han usado sus cuentas de twitter como venían haciéndolo (parece que perdieron sus celulares) y ya no se muestran desafiantes como lo hacían. Si el Partido México Libre, nacía muerto, ahora no podrá caber duda al respecto. Dice Patricio, el monero, que esa organización cambiará de nombre y ahora será conocido como México Libre Bajo Fianza, y con razón.
Es que Felipe Calderón también ha sido motivo de sospechas de haber recibido fondos de los que distribuyó el Cartel de Sinaloa y su nombre fue mencionado en tal sentido durante el juicio de El Chapo en Nueva York. Las consecuencias para él (y por supuesto, para Margarita, su mujer) son demoledoras, y pueden resultarles aún peores. El PAN también recibió un golpe brutal y aunque ha intentado controlar el daño, hay luchas que resultan imposibles y los resultados de éstas no dejan dudas. Al mismo tiempo, significa aire fresco para López Obrador y para Durazo pues refuerza sus razones en cuanto al cambio de estrategia en la lucha contra el crimen organizado y para abatir la inseguridad. El pueblo entendió que no se puede confiar en los azulejos porque en su momento, traicionaron su confianza. Sólo los necios continúan diciendo que sus gobiernos fueron buenos, aunque los resultados están a la vista.
Televisa que fue cómplice en montajes como la detención de los Zodiacos (con Florence Cassez e Israel Vallarta a la cabeza, entre otros) y personajes de la información como Carlos Loret de Mola vuelven a situarse en el centro de la polémica y de la desaprobación popular. Y otra vez, el mapa del cual forman parte, el de la confianza, de la información y del prestigio informativo, tenderá a recomponerse.
Y mientras, el PRI no hace ruido porque intenta pasar desapercibido. Nombres de priístas distinguidos también han salido a la luz y el daño a esa organización política resulta indiscutible también; pero nunca podrá compararse al daño a los panuchos. El balance, en primera instancia es un Presidente más fuerte con una oposición más débil y desdibujada.
Para el País, esto no debe ser objeto de júbilo, sino una oportunidad para conocer mayores detalles de sus gobiernos pasados y cuyo juicio ya había comenzado y una lección para que a futuro pueda dirigirse mejor el voto popular. No se debe linchar al eclipsado García Luna, pero sí desear que él y todos los que con él y como él, actuaron de manera incorrecta y defraudaron y traicionaron a México, paguen por lo que hicieron, y lo hagan con estricto apego a las disposiciones legales. Con esa guerra que montaron nos han causado muchos males: Muerte, sangre, destrucción… que se tradujeron en el enriquecimiento de unos cuantos a los que nunca importaron la muerte y la pauperización de las mayorías. Y sí, sí queremos verlos tras las rejas, queremos verlos pagar por lo que nos hicieron. Y parece que se nos hará el milagro. Fue como un regalo navideño anticipado. No hay forma de desear que Dios les ayude, sino mejor, desear que Dios ayude a los mexicanos.
La luna, para brillar, necesita un sol y el sol de García Luna fue, sin duda Calderón. Si se castiga a esa luna ¿Se castigará también a su sol? Esa es la incógnita y muy pronto lo sabremos.
Es todo. Nos encontraremos pronto. Tengan feliz semana.