Después de una telenovela larguísima, como las que suelen escenificarse en el que cada vez más cuestionado balompié mexicano, los Loros de la Universidad de Colima ascienden a la categoría de plata, el Ascenso MX, después de lograr el campeonato en la Serie A de la ¿Liga Premier?, que poco tiene que ver con su homónima inglesa.
El verdadero reto para el equipo que recibe en el Estadio Olímpico Universitario, aparte de no descender de manera inmediata a la Segunda División, es acercar a la afición a su cancha. La película del Ascenso MX ya la hemos vivido; en su tiempo no fue nada presumible para la sede colimense tener una constante de estadio vacío, con poco arraigo, poca generación de futbolistas jóvenes nativos de Colima, pocos jugadores que hicieran click con la hinchada local, la tónica de una temporada que terminó en un predecible descenso, tras no probar siquiera las mieles de jugar la Copa MX.
Durante la temporada regular de cada torneo, el conjunto emplumado sufre por meter gente a su cancha y que los visitantes sientan la presión del público; un panorama semejante es el que se aproxima. En la última etapa en el Ascenso, Loros tuvo tres cuartos de estadio lleno en un partido ante Leones Negros y nada más. Dado que no clasificó a Liguilla, ni jugó la Copa, el camino al descenso estuvo lleno de postales con las gradas vacías. ¿La causa? El costo del boleto de entrada, que en ese torneo fue de $100 pesos para adultos y entrada gratis a niños menores de12 años. El verdadero reto del equipo es propiciar que los colimenses acepten el #100PesosChallenge.
Que a la afición le pese pagar una entrada al futbol profesional es indicio del poco arraigo e identificación con el club y con sus jugadores, pese a que visten los colores del alma máter de medio Colima. Pero no hay de otra, alguien debe desembolsar, pues en Colima no hay condiciones financieras para que los gobiernos subsidien el futbol. Y la directiva del equipo querrá hacer caja después de años y años en las sombras de la Segunda División.
A sabiendas de que la afición de Colima divide su corazón entre algún club de la Primera División y Loros, los emplumados deberán demostrar que este año irán por los corazones colimenses. Una afición, que por cierto, dista mucho de ser ejemplar. Cuando se dignan a ir al estadio, casi siempre bajo entradas gratuitas en instancias finales, en ocasiones llegan a tener comportamientos nada presumibles.
Pero mucho del desinterés del aficionado lo genera la propia liga. El ascenso de Loros estuvo lleno de dimes y diretes. En lo deportivo el equipo lo merecía, pero las mexicanadas con las que la FEMEXFUT toma sus decisiones son irrisorias. Loros, que participará en el Ascenso MX después de que pusieran en el banquillo de espera a uno de los dueños más reconocidos del mundillo balompédico, Jimmy Goldsmith, formará parte de una liga con 15 equipos, con partidos estelares los jueves por la noche, con 4 puntos para las victorias de visita, y con el primer lugar de la tabla clasificado directamente a las semifinales. Un cóctel de medidas desesperadas.
Y luego nos preguntamos por qué la MLS y sus ligas de formación están a años luz del balompié nacional.