EL AHMC, NO EL AUDITORIO

                La propuesta de imponer el nombre de José Miguel Romero de Solís al Archivo Histórico Municipal de Colima (AHMC) surgió espontáneamente de varias de las figuras de la política cultural, a quienes consultamos tras conocerse el deceso del fundador y director por muchos años de una institución que resguarda, preserva y estudia uno de los acervos documentales más antiguos e importantes del occidente de México.

                Debo subrayar que no fue una promoción de este columnista sino una afortunada coincidencia que, si acaso, variaba entre la idea de nombrar a la Casa del Archivo (es decir, a todo el organismo descentralizado de la administración municipal, que tiene personalidad jurídica y patrimonio propio) o al auditorio que empezó a construirse en 2013 con recursos obtenidos de diferentes fuentes, entre ellas el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

                Lo interesante es cómo, apenas empezó a circular la columna del viernes 5 de septiembre, empecé a recibir en mis redes sociales o en las de la página CarvajalBerber.com incontables mensajes respaldando la propuesta, que calificaban como un justo reconocimiento al historiador: nombrar como ‘José Miguel Romero de Solís’ a todo el Archivo, no sólo al auditorio.

                Tan coincidente y generalizada fue la idea que, por la tarde del viernes, tras anunciar que el sábado 6 de septiembre, a las 11de la mañana, el Ayuntamiento de Colima le rendiría un homenaje póstumo en la sede del Archivo Municipal, el alcalde capitalino Riult Rivera Gutiérrez dio a conocer que, “como una manera de honrar y perpetuar la memoria” del personaje, “el auditorio del Archivo Histórico del Municipio llevará su nombre”.

                Sin embargo, al intervenir en la ceremonia de tributo al día siguiente, el presidente municipal de Colima replanteó su propuesta: “Hace unas horas anunciábamos que este auditorio llevaría su nombre, pero para una trayectoria tan grande y un legado tan profundo, un auditorio es muy poco. Vamos a trabajar para que todo el Archivo Histórico Municipal de Colima lleve el nombre de José Miguel Romero de Solís”.

“El anuncio fue ovacionado por las y los asistentes que llenaron el auditorio”, dice el comunicado oficial. Y agrega que, en su mensaje, el alcalde reconoció al doctor Romero de Solís como un hombre que sembró conocimiento, amor por la historia y un profundo compromiso con la identidad colimense. “El Archivo Histórico Municipal no es sólo un acervo de documentos: es la vida de Colima acumulada, que debemos preservar con respeto para las generaciones presentes y futuras”, señaló Rivera.

MÉRITOS DE SOBRA

                Los considerandos que expresó Riult Rivera desde el viernes justificaban ya que sea el Archivo Histórico como institución, no únicamente el auditorio o incluso la finca que alberga al acervo documental –la original Casa del Archivo–, el espacio que pase a perpetuar su legado llamándose Archivo Histórico Municipal de Colima ‘José Miguel Romero de Solís’.

                Según el edil, “el investigador emérito dedicó su vida a fortalecer la preservación de la historia colimense, logrando que en 1993 el Archivo contara por primera vez con instalaciones propias, después de años en que los documentos permanecieron resguardados en cajas dentro de la Presidencia Municipal”.

“Con su visión y compromiso, el doctor Romero de Solís se convirtió en el fundador de la Casa del Archivo, haciendo posible que nuestra ciudad cuente con un espacio digno para custodiar su memoria histórica”, expresó el presidente municipal.

“Originario de Sevilla, España, José Miguel Romero de Solís fue un académico de excelencia: cursó Humanidades Clásicas en la Universidad de Comillas, Teología e Historia de la Iglesia en la Universidad Gregoriana de Roma, el Doctorado en Ciencias Sociales en El Colegio de Michoacán y un Diplomado en Archivística en el Archivo Secreto del Vaticano.”

“Adoptó a Colima como su hogar y, durante más de 30 años, encabezó el rescate paleográfico de miles de documentos del siglo XVI, que hoy constituyen parte fundamental del acervo del Archivo Histórico del Municipio de Colima.”

En ese tenor, “por todo lo que entregó a esta tierra, hemos decidido dar su nombre al auditorio del Archivo Histórico, un lugar que fue para él su casa y donde seguirá vivo su legado”, expresó Rivera Gutiérrez, con palabras que igual sirven para fundamentar que sea todo el AHMC (y no sólo el auditorio) la institución que lleve el nombre de José Miguel.

VOLVIÓ A CASA

                Revisando mi columna anterior, encuentro que no quedó en claro lo que pasó con Romero de Solís luego que, en la segunda administración municipal de Leoncio Morán, el historiador fue excluido de la Junta de Gobierno en el marco de la aprobación por parte del Cabildo de un nuevo reglamento interior del AHMC.

Su exclusión, por cierto, facilitó a los restantes miembros del máximo órgano remover de su cargo de directora a Blanca Gutiérrez, reconocida historiadora de todas las confianzas del fundador del Archivo.

                Juan José Arias Orozco, coordinador de la Red Estatal de Museos en Subsecretaría de Cultura de Colima, en sus redes sociales recordó cuando “a 30 años de fundar la Casa del Archivo [tres décadas siendo él ejemplo de muchos y yo, de pasadita, de esos afortunados], en merecidísimo, justo y emotivo homenaje”, José Miguel Romero de Solís regresó “a casa”.

                Dicho en palabras de un lector de esta columna que conoció de primera mano lo que considera una injusticia, en ese momento “la figura excelsa de José Miguel Romero de Solís y la herencia cultural e histórica que le deja a Colima” fue rescatada y motivó un homenaje en el Archivo Histórico del Municipio de Colima, “después del maltrato inmerecido que le dio el alcalde Leoncio Morán Sánchez”.

“El 10 de febrero de 2023, el AHMC, por iniciativa de su directora, Patricia Sánchez Espinosa, y del investigador Francisco Jesús Pérez Medina, le organizó un reconocimiento al Dr. José Miguel Romero de Solís, en el cual los asistentes le cantaron “Las Mañanitas” (con mariachi) por su cumpleaños, en un acto justo de reconciliación del Ayuntamiento de Colima y la institución noble que él fundó. En dicho evento, se le ratificó como investigador emérito del AHMC y se formalizó que podría contar con un cubículo para trabajar en sus proyectos.”

“Después, Romero de Solís, ante amigos, conocidos, admiradores y autoridades municipales, expresó sus sentimientos por el trato injusto que había recibido. Varias veces regresó al espacio que él creó y compartió sus experiencias con gran parte del personal que formó.”

“Cabe mencionar que en ese homenaje se pretendía imponerle su nombre al Archivo Histórico del Municipio de Colima, honor que rechazó debido a su modestia”, concluye el testimonio.

Esta permanencia como investigador emérito del AHMC explica por qué el personal de la Casa del Archivo participó como comunidad el fallecimiento del historiador, en una continuada reivindicación.

HOMENAJE PÓSTUMO

                Un segundo acto de justicia se dio el sábado cuando Riult Rivera reconsideró que “es muy poco imponer el nombre del Dr. José Miguel Romero de Solís sólo a un auditorio”. Durante la ceremonia, “el alcalde anunció que se harán todas las gestiones necesarias para que este espacio lleve el nombre del destacado historiador, investigador y humanista”.

En el homenaje, la esposa de José Miguel, María Elena Abaroa López; su hermana, Sonia Abaroa; su sobrino, Carlos Vázquez Abaroa, y demás familiares recibieron las condolencias de amistades, exalumnos, excolaboradores y de otros “quienes compartieron con él su pasión por la historia”, dice el respectivo comunicado oficial.

El boletín subraya la presencia de dos de los alcaldes con los que trabajó Romero de Solís, Héctor Arturo Velasco Villa y Federico Rangel Lozano, de la síndica municipal Itzel Ríos y del secretario del Ayuntamiento, Francisco Ánzar Herrera, pero no enlista a quienes tomaron la palabra en el tributo conducido por la actual directora del AHMC, Patricia Sánchez, quien ha venido desempeñando ese cargo desde la administración de Margarita Moreno. Recupero los nombres de quienes participaron en la ronda de intervenciones, porque revelan los perfiles que impulsó Romero de Solís.

De manera presencial, hablaron los investigadores del AHMC: Héctor Porfirio Ochoa, Francisco Pérez Medina y José Luis Larios García; y las historiadoras Cecilia Salazar González y María Irma López Razgado. A distancia, Laura Patricia Mancilla Suro y Yaminel Bernal Astorga. Todos hablaron, en el orden siguiente, de su relación personal, laboral y profesional con el homenajeado.

A José Luis García, el estudio de la vida y obra del gobernador Ramón R. De la Vega lo llevó a recrear la evolución del registro civil de Colima (2017) y la historia de la Fábrica de Hilados y Tejidos de San Cayetano.

Paco Pérez, quien por más de una década fungió como director del Incodis (Instituto Colimense para la Discapacidad), reencontró su vocación académica (es el actual secretario del Archivo) y hasta literaria con José Miguel (quien no hace mucho, contó, le propuso escribir un cuento sobre la Cristiada).

Tito Ochoa fue uno de los fundadores del Archivo y, como investigador, se ha concentrado en temas que se inscriben en la historia social regional y mexicana de los siglos XIX y XX; por ejemplo, el movimiento de los estibadores y trabajadores portuarios de Manzanillo entre el porfiriato y la posrevoulución.

Acreditada como historiadora de la Universidad Romero-Abaroa, Cecilia Salazar es una activa promotora de la crónica y la difusión histórica que, en Colima, tanto entusiasmo genera entre las personas dedicadas a algunos de los oficios del intelecto. En un artículo[1], Cecilia habla de una época (finales del siglo XVIII) en que se presentó en Colima “una considerable variabilidad climática”, caracterizada por “períodos de sequía recurrentes ocasionados por escasez de lluvia en el temporal, así como lluvias intempestivas, inundaciones y granizadas, que afectaron la producción agrícola, provocando carestía de alimentos, plagas y enfermedades que trastocaron la vida de la población”. Interesante fenómeno, sobre todo cuando lo comparamos con la actual crisis hídrica que vive el estado.

La minatitlense Paty Mancilla comenzó a hacer prácticas en el AHMC desde que era preparatoriana[2]. El “rescate” del Archivo Histórico del Poder Judicial de Colima, la llevó a realizar como tesis de maestría una historia de las judicaturas estatales entre 1857 y 2003, que se publicó como libro en 2004. Docente en diversas casas de estudios, llegó a ser directora del Archivo Histórico Municipal y Museo de la Ciudad de Morelia.

La sinaloense Yaminel Bernal fue alumna de José Miguel Romero en la facultad de Ciencias Políticas. Y, como tesis de licenciatura, a sugerencia de su maestro empezó una investigación sobre la lepra en Colima. Fue profundizando el tema hasta presentar una investigación sobre ‘el sujeto leproso’ como tesis de doctorado. También ella ha sido directora del Archivo Museo de Morelia.

López Razgado es hoy investigadora del INAH. Conoció a Romero de Solís en 1983, cuando ella estudiaba música. Desde entonces, el historiador le regalaba discos de música barroca. Comunicóloga de origen, Irma Nanishe (como la renombró Alberto Isaac en los créditos de su película Mujeres Insumisas, donde María Irma figura como asistente de producción) colaboró estrechamente con José Miguel en las tareas de difusión del Archivo, editando el boletín informativo Los Barrios de Colima, publicando una columna periodística en el suplemento cultural CartapacioS del diario Ecos de la Costa basada en documentos del Archivo, coordinando la revista Barro Nuevo y produciendo un programa de televisión sobre los barrios capitalinos.

RUMBO AL PREMIO NACIONAL

El 17 de julio de 2025, la candidatura de José Miguel Romero de Solís y su “legado de sabiduría y pasión por la historia de Colima” fue presentada ante el Consejo de Premiación del Premio Nacional de Artes y Literatura 2025, en la categoría de Historia. El 17 de octubre sabremos si se lo otorgaron.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com


[1] Salazar González, Cecilia. ‘Aproximación a la variabilidad climática en Colima a finales del siglo XVIII’. En Colima en el Tiempo. El oro blanco de Colima. Gaceta para la divulgación de la investigación. Número 4, marzo de 2024. Colima. Secretaría de Educación y Cultura. Subsecretraía de Cultura – INAH –Universidad de Colima – Sociedad Defensora del Tesoro Artístico de México.

[2] Mancilla Suro, Laura Patricia. ‘La Independencia vista por los abogados de mediados del siglo XIX en Colima’. En Legajos, número 2, octubre-diciembre 2009.

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