EL CHAMUCO TV

Prácticamente con el inicio del nuevo gobierno federal terminó la segunda temporada El Chamuco TV, un programa de TV UNAM que conducen tres de los moneros que editan la revista homónima subtitulada Los Hijos del Averno: Rapé, Hernández, Helguera.

En realidad, es la tercera temporada pero de la primera temporada muchos nos enteramos al empezar a recuperar los programas que están sueltos en YouTube.

En la temporada que terminó y que, como la primera (que es de hecho la segunda) se encuentran ordenados en el canal de TV UNAM en la famosa plataforma de videos, el caricaturista Patricio es guionista y conductor ocasional.

Y a diferencia de la temporada anterior cuando presentaba la sección Universos Para Lelos, se notó en ésta la ausencia de El Fisgón, quien sólo estuvo en el último programa pero como invitado.

Si bien la mayor parte de los programas fueron anteriores a la toma de posesión de López Obrador, los invitados se refieren a lo que se espera del régimen de la 4T. En términos de periodismo y comunicación política, conviene rescatar lo que platicaron varios de los entrevistados: Carmen Aristegui, Jenaro Villamil, Hernán Gómez, Víctor Trujillo (Brozo), el coordinador de Comunicación Social de la Presidencia de la República, Jesús Ramírez Cuevas, Gibrán Ramírez y el propio Rafael Barajas (El Fisgón).

En el transcurso de los días iremos reseñando tales conversaciones en esta columna, enfatizando los aspectos metacomunicacionales que se abordaron en esos programas. Arrancamos con Aristegui (https://tv.unam.mx/portfolio-item/el-chamuco-tv-temporada-2-programa-1/):

Con un país de cabeza, comienza bromeando la conductora tras ser presentada por Antonio Helguera en la sección Encabezados de Cabeza, “es hora de empezar a componer las cosas. Es un México nuevo, es hora que pongamos de pie”.

Por cierto, cuando se transmitió el programa en TV UNAM, todavía no se anunciaba el regreso de Carmen a la señal abierta. Radio Centro acordó en septiembre retomar el espacio de Aristegui Noticias que la periodista siguió emitiendo por internet después del escandaloso despido del que fue objeto todo el equipo de la unidad de investigación que trabajaba en MVS Radio, molestos los Vargas con los periodistas por el reportaje de la Casa Blanca de Peña Nieto.

Y también cuando se transmitió el programa, apenas se había anunciado a Aristegui como ganadora en 2018 del premio Zenger a la Libertad de Prensa que otorga la Escuela de Periodismo de la Universidad de Arizona, el cual recibiría el 12 de octubre.

ARISTEGUI OPINA

Para Carmen Aristegui, el Zenger es un reconocimiento que la llena de orgullo porque es “a la memoria de uno de los grandes personajes de la democracia estadounidense de la libertad de prensa en el mundo”: John Peter Zenger.

“La batalla de Zenger fue una batalla judicial”. Él llegó a Estados Unidos en 1701, siendo niño. Había nacido en Alemania y en 1733 empezó a publicar un periódico en Nueva York. “Como el gobernador del estado no le tenía mucha simpatía por lo que publicaba, lo demandó”. El debate que generó este caso “empujó mucho” para que incluyeran la primera enmienda en la Constitución estadounidense.

Como explicó Aristegui, Zenger tuvo que enfrentar el juicio en la cárcel. Y su esposa, Anna Catherine, en lugar de cerrar The New York Weekly Journal se convirtió en la primera mujer editora de un periódico en América. El premio de la Universidad de Arizona honra, así, la memoria de estos dos neoyorquinos que se convirtieron en un punto de referencia para la prensa libre, la libertad de información y el derecho de la gente a saber.

En la época actual –acota Helguera– otro descendiente de inmigrantes alemanes, Donald Trump, se ha convertido en el principal enemigo de la libertad de expresión. Algo que Aristegui precisa: “Él dice eso, pero de todos nosotros. Dice que la prensa somos los enemigos del pueblo”.

Al menos Trump no esconde su odio a la prensa. A diferencia de otros gobernantes que tiran la piedra y esconden la mano, añaden los moneros anfitriones en alusión a presidentes como Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto que presumiblemente presionaron a los Vargas, concesionarios de MVS, para cesar a Aristegui.

Lo que lleva a Carmen a reflexionar: “La batalla por la libertad de expresión es de siempre, una condición básica de las sociedades, y hay que librarla todos los días”.

EL SEXENIO DE TELEVISA

Al ser una de las periodistas perseguidas por el depuesto régimen priista, ¿cómo resumiría Aristegui el sexenio de Peña Nieto?:

“Es un sexenio terrible por los cuatro costados. Lo que hemos vivido con Enrique Peña Nieto se puede describir de varias maneras, pero la más inmediata tiene que ver con el conjunto de modificaciones legales que impulsó a partir de un pacto cupular y de la debilidad de los partidos de oposición.

“También hay que recordarlo por cómo llega a la Presidencia, cómo se utilizó la televisión al grado que Peña Nieto es una criatura de Televisa. Una fabricación de la industria audiovisual porque no hubiéramos imaginado que un gobernador del estado de México sin muchas luces, sin ninguna trayectoria importante, de pronto se convertiría en el candidato inevitable.

“El personaje que estaba en todos los espacios de la principal televisora del país, fue una apuesta política de Televisa y lo que el PRI necesitaba para volver a Los Pinos. En la primera elección después de dos sexenios de alternancia, Peña Nieto tenía esa marca original al llegar a la Presidencia.

“Lo dijo la prensa internacional: ganó el candidato de la televisión. Y ahora Televisa se tiene que hacer cargo de su criatura. Tiene una responsabilidad histórica al haber promovido de esa manera la llegada de un presidente que lo primero que hizo fue impulsar el pacto de una elite que se repartió el pastel, y en función de eso se hicieron reformas importantes cuyo alcance apenas estamos aquilatando”, apuntó Aristegui.

Para el momento del programa, ya se había anunciado que “una de esas reformas, la educativa, se iba a cancelar. Sin embargo, la periodista comentó en El Chamuco TV que los efectos reales de las reformas de Peña Nieto no se verían sino hasta después del cambio de gobierno.

Con todo, las consecuencias de la reforma petrolera, la energética, la madre de todas las reformas, ya se veían al final del sexenio. Y según Aristegui tuvo como gran objetivo enterrar a la principal empresa del país, Pemex. Dejarla en los huesos “es la verdadera herencia de Peña Nieto”, resumió Aristegui.

Ese gobierno que empezó a todo tren con sus reformas estructurales, de pronto recibió un golpe del que no se recuperó jamás, y que obviamente tuvo mucho que ver con el resultado de la elección de 2018: la investigación de la Casa Blanca. Ese golpe se lo dio Carmen Aristegui. Pero de eso hablaremos en una siguiente entrega.

Comentarios

Un comentario

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