En una feria del libro (FIL Zócalo 2022) dedicada a América Latina desde la perspectiva de la vanguardia en el mundo, el vocero de la Presidencia de la República, Jesús Ramírez Cuevas, invitó a “entender las oleadas de gobiernos progresistas en el correlato social”.
Es decir, como “uno de esos momentos en los que la sociedad rompe la manipulación y la hegemonía mediática para pensar, con canales propios (sociales y comunitarios) y vínculos directos a la organización de base, en la construcción de un destino común y a partir de sus propios intereses”.
“Con estos canales, los ciudadanos apoyan gobiernos, partidos y propuestas de cambio que le benefician o que buscan atender sus necesidades, para de alguna manera construir una sociedad más justa, más democrática y libertaria.”
En una mesa redonda sobre ‘Medios y fake news’ en la que el coordinador general de Comunicación Social del gobierno de López Obrador estuvo acompañado de la politóloga Arantxa Tirado y del semiólogo Fernando Buen Abad (https://www.youtube.com/watch?v=MHyBQS0ERsU), Ramírez Cuevas señaló:
Estos son momentos de emancipación social. A través del voto, se elige a otro tipo de gobiernos. En América Latina, afortunadamente, estamos en esa tensión donde “grandes espacios de la sociedad han roto con las ligas, el sometimiento y la servidumbre voluntaria que fueron construyendo los medios de comunicación”.
Los ciudadanos se vuelven sujetos de cambio y toman su vida en las manos. Se organizan para cambiar una circunstancia que no les ha sido favorable, que “los somete a una opresión, les expropia sus derechos, les quita su poder de decisión y los despoja de territorios y bienes comunes, específicamente de los recursos naturales”.
Esos procesos vivos en América Latina “nos dan confianza en que la gente ha ido desarrollando herramientas para tomar distancia de las noticias falsas, de la manipulación informativa; que empieza a pensar con cabeza propia, a contrastar la información y a buscar cuáles son los elementos que representan mejor sus intereses y, cuáles, las vías para construir mejores sociedades, más democráticas y libres”.
Ese mismo proceso es el que sigue el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Aunque ahora hay un sentido común en la esfera mediática respecto a los temas de la militarización y el espionaje gubernamental, o sobre la represión a los periodistas y la violación a los derechos humanos, lo cierto es que este gobierno no está incurriendo en esas prácticas, dice Ramírez Cuevas.
NO HAY NOTICIA SIN CONTEXTO
Para el autor de Presidencia comprada (2012), realizador de documentales como La guerra contra los pueblos zapatistas (1999) y director hasta 2018 del periódico Regeneración, no habíamos vivido hasta ahora un estado de libre opinión pública, con absoluta libertad de expresión y derecho a la información.
Todos los días, comentaristas en radio y televisión o columnistas en los periódicos atacan a López Obrador, “y no pasa nada porque quienes estamos en el gobierno creemos en la democracia y en la libertad”.
Desde el gobierno, “también luchamos por la interpretación de los hechos”. Por eso existe una conferencia matutina donde el presidente de la república se echa a cuestas la narrativa del cambio y la explicación de la realidad, a partir de una frase que él mismo establece: ‘No hay noticia sin contexto’.
No se trata solamente de informar y de rendir cuentas a la sociedad de las decisiones de gobierno, sino de presentar propuestas y la visión que hay detrás de ellas, dándole un contexto histórico a la lucha del pueblo mexicano por más de 200 años para ser una nación independiente y un país soberano. En esa raíz histórica, dice Jesús Ramírez, se encuentra la explicación de lo que está haciendo el gobierno de López Obrador.
Al mismo tiempo, “ahí encontramos la visión de futuro” que se tiene a partir de nuevas realidades como la que implica tener confianza en la gente, para llamar a la organización popular y a una información crítica. La gente no debe creer todo lo que escucha, sino contrastar quién está diciendo qué y por qué”.
“Buscamos enriquecer el debate público. Los debates también sirven para educar a la sociedad, para contrastar ideas e informaciones, para poner en perspectiva las visiones. Y es lo que hace de lunes a viernes la conferencia mañanera”, apunta Ramírez Cuevas.
NECESITAMOS NUEVOS PERIODISTAS:
López Obrador “ha logrado construir una narrativa contrahegemónica de los medios, a diferencia de las experiencias en América Latina que relataba Fernando Buen Abad. Esa otra interpretación de los hechos permite que, al mismo tiempo que se da una avalancha donde el 90 por ciento de las informaciones que tienen disponibles los ciudadanos son contra el gobierno, el 70 por ciento de la población apoya al gobierno.
“Con ese poco espacio que ha construido este gobierno en las redes sociales y en la conferencia de prensa, se ha logrado contrarrestar la ofensiva mediática, esa guerra semiótica para restaurar el poder de las grandes transnacionales que tenían el control del gobierno y del presupuesto, que gozaban de privilegios fiscales y de la propiedad del territorio, que incluso decidían sobre los derechos de la demás gente.
“Falta mucho por hacer, evidentemente. Necesitamos medios libres, fortalecer a los medios comunitarios y sociales. Urge una nueva generación de periodistas que asuma la responsabilidad social del periodismo. Es decir, que si hay que tomar partido sea del lado de la sociedad.
“Necesitamos una nueva generación de periodistas que procuren la información que requiere la sociedad para tener buenas opiniones, para estar mejor informada o documentada frente a los hechos, o para tomar mejores decisiones y que, éstas, tengan consecuencias tanto político electorales como de organización cotidiana. Sólo a través de la participación, el pueblo podrá cambiar las circunstancias que le desfavorecen o que son contrarias a su vida y a sus derechos”, sostiene el vocero de Palacio Nacional.
¿QUÉ SENTIDO TIENE ESPIARLOS?
Jesús Ramírez Cuevas terminó su intervención hablando de Pegasus, ese asunto del malware para espionaje que se volvió noticia internacional cuando acusaron al gobierno de Andrés Manuel López Obrador de comprar dicho software.
“No es verdad, como gobierno de la 4T no compramos ese sistema de espionaje. Sí hay sistemas de vigilancia telefónica en manos de los servicios de inteligencia, pero se están usando contra el crimen organizado. Hay intervenciones telefónicas ordenadas por jueces para poder vigilar y adelantarse a los criminales que están fraguando algún golpe.
“De esa manera se combate a la delincuencia. Sin embargo, la información de que dos periodistas y un activista de derechos humanos fueron espiados por el gobierno, sinceramente no tiene sustento.
“No hay razón para espiar a Ricardo Raphael, quien tiene espacios en los medios públicos (en Canal 11 tiene dos programas y nunca ha sido censurado), es columnista del periódico Milenio y también de El Universal, y tiene contratos para dar conferencias en todo el país sin que nunca haya sido molestado en este sexenio. ¿Qué interés va a tener el gobierno en vigilar a una persona que expresa libremente sus ideas?
“También han dicho que espiamos a un periodista de Animal Político, cuya identidad no han querido revelar. Pero ¿qué necesidad tenemos de vigilar a un periodista como gobierno?, ninguna. Y ¿para qué espiar a un activista de derechos humanos que hace públicas sus denuncias todos los días?, tampoco hay razón.”
Sin meterse al debate sobre los orígenes del espionaje o de las prácticas de anteriores gobiernos que han sido cuestionada por otros activistas de derechos humanos, “lo que sí podemos decir es que esos dos periodistas forman parte de la guerra mediática y que, su caso, como el del activista han sido utilizados como parte de la guerra semiótica contra el gobierno de López Obrador”, sostiene el portavoz presidencial.
OTROS COMPRARON PEGASUS
Curiosamente, ningún medio de comunicación o agencia internacional, incluido el periódico español El País que ha hecho eco de esas denuncias, mucho menos The New York Times, The Washington Post, el Financial Times o las agencias internacionales, empezando por Reuters o AP, han preguntado ¿quién más tiene Pegasus en México?
“¿Sabían que hay particulares que tienen Pegasus?, ¿que la empresa israelí le vendió al entonces gobernador de Puebla, Javier Moreno Valle, la licencia para vigilar a los opositores de izquierda?, que incluso nosotros, el círculo de López Obrador cuando éramos oposición, ¿fuimos vigilados con Pegasus?
“Cuando salió la investigación forense de Pegasus en 2017, se reveló que Carmen Aristegui y otros periodistas, incluidas personas que están hoy dentro del gobierno, fuimos espiados. El propio Andrés Manuel López Obrador, su entorno familiar y todos los que trabajamos en su movimiento, teníamos infectados nuestros teléfonos por este sistema de vigilancia.
“Lo denunciamos, pero sabemos que seguimos siendo espiados por agencias nacionales e internacionales. Eso es parte de una realidad que no nos espanta, aunque tomamos precauciones para no incurrir en errores.
“Sin embargo, ningún medio de comunicación se ha preguntado cómo en el Estado de México o en Puebla, incluso en la Ciudad de México hubo un sistema de vigilancia encargado por el entonces jefe de Gobierno [Miguel Ángel Mancera] para espiar a la oposición.
“¿Por qué no se preguntan esos medios quién más tiene esos sistemas de vigilancia?, o ¿por qué la empresa no transparenta sus contratos? Si lo hiciera, se vería que no sólo el Ejército tuvo contratos (entre 2012 y 2013) con Pegasus.
“Este gobierno no tiene nada que ocultar, tampoco tiene miedo a los ciudadanos ni mucho menos vigila, investiga o espía a nadie. Somos un gobierno que empuja a una transformación basada en la libre participación de la gente y en el respeto a los derechos de los demás, pero también estamos claros que hay poderes hegemónicos que buscan en el mundo controlar los recursos naturales (el agua, los minerales) y la tecnología misma para manipular la información.
“Necesitamos construir como pueblos las vacunas, las formas de resistencia y de organización que nos permitan seguir siendo un país libre, soberano y, sobre todo, uno donde podamos desarrollar todas nuestras capacidades”, concluye Jesús Ramírez Cuevas.
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