La comparecencia del Secretario de Seguridad Pública de la entidad, Enrique Sanmiguel, ante el Congreso, nos dejó un concepto merecido, dado el fracaso de la estrategia de seguridad en Colima: Estado fallido.
Esta cruda realidad flotó en la comparecencia del encargado de generar las condiciones de seguridad en nuestro territorio, siendo apenas el inicio de una jornada de comparecencias llenas de fracasos, como lo es el transporte público en la entidad, un sistema en el que derivado de la alianza de los gobiernos en turno y las presiones políticas de los transportistas, siempre terminan perjudicando a los ciudadanos. La inmundicia de taxis y camiones urbanos con los que vivimos los colimenses son dignos de un motín, pero en cambio, el gobierno estatal reta a la realidad enviando un boletín donde afirman: “Colima es un referente nacional en temas de Movilidad”.
Sin embargo, más lastimosa resultó la comparecencia del Secretario de Cultura, Carlos Ramírez. Amparándose en la falta de presupuesto federal (¿y qué esperaba de un Presidente que no ha leído más de tres libros en su vida?), trata de justificar la falta de becarios y talleristas, la falta de una verdadera industria cultural, y su ausencia en esfuerzos culturales municipales que no eran afines a su partido.
El tema de los becarios y colaboradores por honorarios en la Secretaría de Cultura de la entidad es grave. Hace casi dos años despidieron a más de cien colaboradores, a los que de por sí tardaban meses en pagarles, después de que los hacían mendigar su pago. Derivado de esto, vayan a cualquier museo de la entidad y verán que están vacíos, no solo de gente, sino también de trabajadores que atiendan a los visitantes. Los museos en Colima se han convertido en muertos vivientes, ya que los becarios prefieren ir a trabajar de cualquier otra cosa, que esperar meses por su pago.
No hay industria cultural en Colima y los proyectos tampoco se apoyan. Qué mejor ejemplo que los problemas de organización que tendrá el Festival de la Palabra, si es que se realiza, y el Festival Zanate de documental 2018, cuyos organizadores tuvieron que hacer prácticamente una colecta pública ante la falta de apoyos.
Hay que agregar la falta de inclusión de la secretaría estatal en festivales municipales que permearon en la gente, todo por rivalidad política. Algunos festivales de los que no solo se escondieron, sino que solaparon un vendaval de ataques provenientes de su partido, incluso han tratado de copiarlos en las actividades de la Feria de Colima, y la propia Secretaría en mención lo hizo con el concierto de “Las Tres Grandes” de “La Campaña”, es decir, parque La Campana, evento en el que el invitado de honor fue, coincidentemente, Walter Oldenbourg. En la imitación está la penitencia. Y es que el fracaso en seguridad, movilidad y cultura es punzante.