EL FIN DE UNA ERA

Comala nuevamente se encuentra de fiesta. Toca el turno a las fiestas etílico taurinas 2019 dedicadas a la Virgen de Guadalupe. Al que junta estas letras le da flojera comentarlas porque lo que habría que decir de ellas es lo mismo que se ha escrito de las anteriores y significaría enfadar a los lectores de esta columna.

Claro que tenemos un Comala más moderno y que cada vez se parece más a la Capital del País, pues tenemos un Paseo de la Reforma recién reparado y con una cantidad de polvo como nunca lo había tenido. Me dicen que los vecinos están felices. Además, ya nadie le llama la Calle de los Alambres, como antes, sino Paseo de la Reforma. También tenemos nuestra muy particular Plaza de la Constitución, aunque algunos le llaman La Comalteca y que se ubica ahora en la calle Constitución, que es, por cierto, la misma Reforma, pero después de Madero.

El caos vial vuelve y vuelve, pero sobre todo cuando se cierra la calle principal, Madero-Venustiano Carranza, pero se insiste en volverlo a hacer. El botellón es interminable, pero quien debe controlarlo no puede controlar su propio consumo de alcohol, el de otros, menos. Además, carece de autoridad moral para lograr resultados. Tenemos un pueblo convertido en cantina, pero eso tampoco es novedad. El ruido nos invade y penetra en cada casa como el musguito en la piedra, pero eso, tampoco es novedad.

Pero lo más notable: La baja afluencia de comaltecos al Jardín Principal. Eso significa el fin de una era. A una cantidad creciente de comaltecos no nos interesa la fiesta ranchera que se desarrolla. Y una familia, no va a exponerse (sobre todo las mujeres) a las reacciones de un borracho. Debe cambiarse la idea que tienen los gobernantes respecto a que el éxito de las fiestas califica como exitosa la gestión del Ayuntamiento. El paradigma cambió o está cambiando y las autoridades no se han dado cuenta. Además, una fiesta exitosa es la que cumple con las expectativas de los comaltecos y éstas expectativas son distintas de las que tienen las autoridades. Por eso el Ayuntamiento se va quedando sólo, acompañado por minorías.

El viernes 6, Samuel Fuentes presentó su Diario de Ramiro en Nogueras y allá fuimos los comaltecos a apartarnos del ruido y a enterarnos de la novedad: Una narración deliciosa y de muy rápida lectura, en cuya portada aparece El Ánima de Comala, obra de otro comalteco de las artes, Manuel Bautista. Y la presentación fue un éxito. Llamó la atención la inasistencia de don Aldo que tampoco envió a un representante del Ayuntamiento. Sabemos que él está atento a asuntos que le parecen más importantes como el desarrollo de nuestra niñez y nuestra juventud. Y para los que asistimos, mejor así, pues todos éramos iguales, no había entre nosotros, un ministro extraordinario y plenipotenciario de la Virgen de Talpa. Pero, todos sabemos también que a los de la presente administración municipal, la cultura les causa alergia o algunos otros males. Lo ilustraré tan solo con la suspensión de la restauración del mural de Manuel Bautista en el Palacio Municipal, debido a la ausencia de condiciones mínimas para preservar la obra. Y esas cuestan muy poco. Ya después, retomaremos este asunto.

En cambio, tanto Samuel como Manuel, estuvieron el domingo por la tarde afuera del Auditorio Juan Rulfo para firmar sus respectivas obras, pero nadie llegó. Y nadie lo hizo por falta de publicidad, pero también porque nadie quiso llegar a una actividad en medio del ruido, de los borrachos y de la fiesta ranchera. Esa fiesta, insisto, representa un modelo agotado.

Por otro lado, circula la noticia de que el próximo día 14, don Aldo presentará su informe de labores en el marco de las fiestas. El escribidor espera ese informe ansioso, pero, sobre todo, con mucho morbo. ¿Rendirá cuentas de las utilidades de las ferias (ésta es la tercera)? ¿Informará sobre el accidente del autobús del DIF y su apoyo a los heridos? ¿Informará de su incondicional apoyo a las víctimas del accidente fatal de septiembre en la carretera Comala-Suchitlán? ¿Informará de su valioso apoyo a la cultura comalteca? ¿Informará del desarrollo de la niñez y la adolescencia comaltecas? ¿Informará de la actitud de su Secretario de Seguridad Pública y Vialidad en Villa de Álvarez? ¿Qué dirá de todo lo que ha hecho, de las obras, del reloj y su pseudo carrillón, de los servicios públicos, de su apoyo al servicio fallido de los moto taxis? ¿Informará de la visita de la Virgen de Talpa? ¿Qué irá a decir de todo lo que nos interesa a los comaltecos? La incógnita se despejará pronto.

El morbo, sin embargo, no es tanto como para que me atreva a ir. Yo jamás voy a una fiesta a la que no me conviden y a ésta ni me han convidado ni me invitarán (por fortuna). De todas maneras, me enteraré de lo que digan, igual que lo haremos todos los comaltecos y por supuesto, lo comentaremos.

Pero si de algo me encuentro plenamente convencido es que continuarán cometiendo los mismos errores porque no aprenden ni de la crítica, ni de sus errores. Hay necedad por continuar igual, por hacer las cosas como si estuviéramos en el siglo XIX. Las fiestas con prácticas anacrónicas lo dicen todo. Y eso no es la tradición. Están mal informados, como tampoco saben de la evolución de la sociedad comalteca. Ni volviendo a nacer, serían capaces de aprender, pues no hay peor ciego que quien no quiere ver. Ignoran que nada es para siempre.

Otra vez, en el pueblo, las autoridades atropellan los derechos humanos de todos los que disentimos de ellos. El disenso no está permitido, como tampoco existe diálogo, inclusión ni tolerancia. Insisto que padecemos un gobierno decimonónico.

Es todo. Nos encontraremos pronto. Tengan feliz semana.

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