EL GOLPE SUAVE

Rompeviento TV acaba de presentar un trabajo de investigación sobre Mexicanos contra la Corrupción, ‘Claudio X. González Guajardo: el poder detrás del dinero’ (https://www.rompeviento.tv/claudio-x-gonzalez-guajardo-el-poder-a-traves-del-dinero/)-, donde analiza la información que ha estado proporcionando esa organización no gubernamental. 

Según la lectura que hace Julio Hernández López ‘Astillero’, hay ciertos grupos de la iniciativa privada financiados por diferentes entidades –algunas del propio gobierno de Estados Unidos– y fundaciones que promueven un tipo de periodismo privado y se están convirtiendo en fuente de información, como si fueran agencias noticiosas colocando en el escenario ciertos enfoques y ciertos temas.

¿Estamos en presencia de una acometida mediática contra López Obrador?, pregunta el también columnista de La Jornada a sus invitados en la emisión del martes 27 de agosto de Radio Centro Noticias (https://www.youtube.com/watch?v=DRQcmy0mnRk): Ernesto Ledesma, director de Rompeviento TV, Miguel Badillo, director de la revista electrónica de investigación Contralínea, y Rubén Luengas, director del blog Entre Noticias.

IMPERIO FINANCIERO

Para Ernesto Ledesma esta acometida comenzó desde las campañas electorales de 2006 y 2012, y “nunca paró”.

Del patrocinador de Mexicanos contra la Corrupción muchos se preguntan qué empresas tiene, porque el hombre de negocios conocido es su papá, Claudio X. González Laporte.

Sin embargo, González Guajardo es “un personaje muy hábil que tiene alianzas con Alejandro Ramírez, de Cinépolis, con Gustavo de Hoyos, presidente de la Coparmex, y con toda una red empresarial que está en contra de López Obrador”.

Claudio X. González “halló una grieta en la construcción de las ONGs: todas sus asociaciones civiles tienen como característica la deducibilidad de impuestos. Creó un frente con todos sus amigos empresarios: aparece Chedraui y Grupo Gigante como donadores, entre otras empresas muy poderosas”, abunda Ledesma.

“Lo que nosotros identificamos desde hace año un año es esta manera de jalarse periodistas, ONGs y activistas para crear un híbrido muy extraño, donde periodistas de renombre como Raúl Olmos y Daniel Lizárraga –que no son políticos de la grilla, son investigadores y hacen su chamba– trabajan con un equipo de operadores políticos”.

Ledesma dice respetar y apreciar el trabajo que hacen estos periodistas. Y confía en que no les “impidan hacer su chamba” a Raúl Olmos, autor de importantes reportajes en libro como El imperio financiero de los Legionarios de Cristo (Grijalbo, 2015), Fox. Negocios a la sombra del poder (en colaboración con Valeria Durán. Grijalbo, 2017) y Gigante de lodo. Odebrecht y su historia de corrupción en México (Grijalbo, 2018), ni a Daniel Lizárraga, coautor de La casa blanca de Peña Nieto (Grijalbo, 2015, cuya edición actualizada apareció en 2018).

GOLPEAR A AMLO

Miguel Badillo, empero, insiste en precisar si esos operadores políticos se meten o no en la chamba de Olmos y Lizárraga: ¿qué les permiten investigar y qué les permiten publicar?

“En un medio tradicional, la línea editorial la marca el dueño. Y el periodista cuando entra a un periódico, radio o televisora, debe identificar cuál es la línea editorial, para quién estás trabajando y con qué propósitos”, señala Badillo.

Para Rubén Luengas, quizá la estrategia de Mexicanos contra la Corrupción sea “dejarles hacer su trabajo a los periodistas para ganar credibilidad. ¡Y mira que la han ganado al meterse contra la corrupción!”

Sin embargo, a Badillo le queda claro que Claudio X. González formó el equipo específicamente para golpear a López Obrador”. Mientras Ledesma confiesa que ahora no tiene la menor duda de eso, si bien en un principio no era así.

“El punto es que ahí tienes un grupo de periodistas que, a la hora de que esto se abre y queda develado con el reportaje, ya no juega con cartas marcadas: el juego está abierto”, advierte Ledesma.

Como periodista o como activista “me mete en un dilema ético avalar que Claudio X. González a través del colectivo ‘No más derroches’ promueva 147 amparos con el aeropuerto de Santa Lucía y ninguno contra el de Texcoco, o contra el Plan Nacional de Desarrollo”, reconoce Ledesma.

Por lo demás, Mexicanos contra la Corrupción dista mucho de ser una ONG de esas que van al campo y se enlodan los zapatos, como sí lo son el Centro de Derechos Humanos ‘Fray Bartolomé de las Casas’ o el ‘Fray Francisco de Vitoria’, incluso Artículo 19, sostiene Ernesto Ledesma.

Miguel Badillo, por su parte, destaca que Darío Ramírez, quien dirigía la facción México de la organización defensora de periodistas Artículo 19, también está metido en Mexicanos contra la Corrupción junto a periodistas como Salvador Camarena y analistas como María Amparo Casar.

Para Ledesma es claro: “hay una cabeza y hay gente que se presta” a golpear a López Obrador.

COMPRAR CONCIENCIAS

“En tiempos en donde tienes a colegas periodistas que estamos arañando la pared, viendo cómo sobrevivir –dice el director de Rompeviento TV–, Mexicanos contra la Corrupción no solamente hace convenio con medios para publicar cosas sino también con universidades.

“Colegas, hombres y mujeres, han aceptado algún financiamiento de esa ONG sin saber que, de facto, están aceptando guardar silencio porque después no van a poder hacer críticas a Claudio X. González o a su organización”, explica Ledesma.

Badillo refiere que a alumnos de Periodismo en la Facultad de Ciencias Políticas les confesó un periodista que trabaja en Mexicanos contra la Corrupción que ahí le dicen a quién sí y a quién no investigar.

“Eso no es libertad de investigación y un periodista no lo puede permitir, incluso en los medios convencionales. Alguien como yo que se ha paseado por casi todos los periódicos, no hubo uno donde no tuviera presiones. Pero peleaba adentro para que se dieran a conocer mis investigaciones, hasta que terminé saliendo de los medios donde estaba, de uno y otro, de otro y otro, porque no estuve de acuerdo en la línea editorial de periódicos que además sólo servían al poder en turno, fuera priista o panista. ¡Ahora todos quieren ser morenistas!”, expone Badillo.

Ledesma revela que sabe de varios periodistas a quienes han invitado a dejar su medio para trabajar con Mexicanos contra la Corrupción. Lo hicieron con parte del equipo de Carmen Aristegui cuando estalló la crisis con MVS, se aprovecharon de la precariedad para jalarse a gente que tenía necesidad de un empleo. Y siguen acercándose a periodistas de distintos medios, ofreciéndoles un sueldo mayor al que estaban ganando”.

RENCOR EMPRESARIAL:

Para Rubén Luengas se trata sin duda de “una manera de comprar silencio, quizá no es una censura implícita pero obliga al periodista a decir: ¿cómo le voy a pegar a quién me está pagando?”

No obstante, Ledesma no imagina a un periodista tan prestigiado como Raúl Olmos aceptando que le digan qué temas no puede trabajar o qué investigaciones tiene que realizar. “Lo veo más de una manera estratégica, donde la ONG le dice: elige tu tema, investiga, aquí está la paga”.

Miguel Badillo precisa que hay varias formas de censurar. “¿Qué hacen en los medios convencionales? Tú presentas una lista de temas que deseas investigar, y los editores la palomean. La libertad consiste en que como periodista investigas un tema y lo presentas. Si entregas una lista de temas y de los 10 que presentas te aceptan dos o cinco, significa que los otros cinco no fueron aceptados. Desde ahí empieza la censura, la presión por intereses económicos, políticos o de amistad”.

El mejor ejemplo de cómo se contaminan las causas con esos intereses oscuros son los 147 amparos contra el aeropuerto de Santa Lucía que ha solicitado el Consejo General de la Abogacía Mexicana, cuando no hay uno solo contra el aeropuerto de Texcoco, ese monumento a la corrupción empresarial y gubernamental, resume Ledesma.

El sector más golpeado en esta batalla frontal que tiene López Obrador contra la corrupción es el empresarial. Los contratistas del sexenio pasado son los más afectados, no el funcionario público que se hizo de una lana, acota el director de Entre Noticias.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com.

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