EL INFORME DE RIVAS

El informe delegacional del IMSS, dado el prestigio y la trayectoria del doctor José Rivas Guzmán, terminó siendo un acontecimiento político en el que, si bien se extrañó la presencia del gobernador Peralta, no faltó la futura superdelegada del gobierno federal, Indira Vizcaíno.

Pepe Rivas, con dominio de la escena y tras mostrar los datos que acreditan una gestión exitosa a pocos meses de que asumiera la delegación, ventiló las graves carencias que tiene la seguridad social en Colima.

El flamante hospital general de zona No 1, en Villa de Álvarez, por ejemplo, sigue revelando vicios ocultos. Para empezar por alguna parte, quienes diseñaron el sistema de aire acondicionado no calcularon los niveles de humedad que hay en Colima.

Por eso, los trabajadores tienen que subir hasta la azotea barras de hielo para enfriar –vaya la paradoja– los equipos de refrigeración que regulan la temperatura en quirófanos, área de camas, consultorios y salas de espera.

No es un asunto de comodidad sino de sanidad, ya que en ambientes cálidos proliferan toda clase de microbios (bacterias, hongos, virus). Por ese motivo ya se han tenido que suspender cirugías.

El hospital de la Villa sustituye al que operaba en avenida De los Maestros, y sigue llevando el nombre del doctor Leonel Ramírez, gobernador interino de Colima. No por su fugaz mandato, explicó el delegado, sino por sus aportaciones personales a la medicina institucional en la entidad. Y puesto que lo omitieron los contratistas, Rivas Guzmán mandó poner en la fachada el letrero que hacía falta para identificar el nosocomio como HGZ No. 1 “Dr. Leonel Ramírez García”.

Habló también José Rivas del nuevo uso que se le dará al antiguo hospital ubicado en avenida De los Maestros 149. Será un complejo médico administrativo donde, ya el 29 de octubre, inició actividades en su primera etapa la unidad de medicina familiar (UMF No. 11) que antes estaba en la llamada Casa del Delegado.

En este complejo se propone ubicar la sede delegacional (que está en Zaragoza y Gabino Barreda), las jefaturas de servicios y las coordinaciones, así como una tienda IMSS-SNTSS con un área amplia de estacionamiento. No omitió el delegado mencionar la cada vez menor oferta de productos en esas tiendas que operan el Instituto y el Sindicato.

Gracias a este proyecto de un complejo médico administrativo, ya no se arrendarán inmuebles para la Delegación. Y tendrá como beneficio extra la reactivación de una zona urbana que se deprimió con el traslado del Hospital.

A propósito, la población capitalina agradecería que esa UMF-11 contara con servicios de urgencia, como tiene la No. 19 que está en avenida Javier Mina, porque les quedó muy lejos el HGZ de la Villa.

ACCESO PEATONAL

Al nuevo Hospital General de Zona le quedan todavía unos 19 puntos de riesgo. Aunque desde que recibió la delegación José Rivas, se han corregido varios.

De inicio, mandó abrir una puerta peatonal ya que el diseño original contemplaba que, en la fachada principal, el acceso para los derechohabientes de a pie fuera el mismo que para los vehículos.

El delegado hizo un llamado a las autoridades municipales para que la convivencia IMSS-ciudad sea más razonable. Y no le falta razón. Si uno mira el entorno del nuevo hospital, vemos que el área ha sido devorada por los desarrolladores de vivienda y no dejaron reservas para habilitar el necesario estacionamiento que demandan los usuarios.

Apenas hace unos meses se abrieron rutas del transporte urbano hacia el hospital. Quizá por eso, los taxistas creen que siguen reinando en el gusto de los pasajeros y ocupan todo el frente como sitio cuando esa banqueta debería ser respetada para el ascenso y descenso de todos, incluidos quienes van a bordo de un automóvil particular. Además, para los usuarios de las nuevas rutas no hay un parador techado, que los proteja del inclemente sol y de la lluvia.

SE BUSCAN ESPECIALISTAS

“Yo no soy sindicalizado, pero soy un convencido del sindicalismo”, le dijo el delegado del IMSS a los trabajadores del Instituto que realizan un gran esfuerzo para cubrir la falta de personal.

Todavía hay plazas de enfermeras y administrativos por cubrir, pero lo más preocupante es la falta de médicos especialistas.

En algunas subespecialidades el déficit de facultativos es un problema nacional. Por eso es que, cuando el titular de la plaza se va de vacaciones o pide licencia sin goce de sueldo, no hay suplente que atienda a los pacientes.

No lo dijo Rivas pero sabemos que, aun cuando quisiera cubrir la vacante, un internista no podría ocuparse de los casos más complicados de un cardiólogo, por señalar una subespecialidad, sin arriesgarse a incurrir en responsabilidad por un error que pudiera considerarse negligencia.

Ya habíamos ventilado en este espacio la propuesta que hizo el doctor Rivas ante el consejo nacional del IMSS: hay que cambiar las reglas del sistema nacional de estudios de posgrado en especialidades médicas, para que cuando un médico termine su residencia en alguna de las instituciones del Sector Salud, quede obligado a servir al IMSS (pero igual podría ocurrir con el ISSSTE y la SSA) por un determinado número de años, como sucede con los egresados de las escuelas médicas militar o naval.

Tampoco lo mencionó el delegado pero, como alternativa a la falta de médicos especialistas, el Seguro Social ha impulsado la formación de posgraduados aunque solo en la rama de Medicina Familiar. Los aspirantes deben aprobar el examen nacional de ingreso al Programa Único de Especialidades Médicas (PUEM), pero este posgrado sólo es reconocido por el IMSS, probablemente para desalentar que se vayan a la práctica privada al concluir la residencia.

¿Podrían darse salarios-beca a los médicos generales que ya forman parte de la plantilla del Seguro para que, con el mismo esquema, se formen especialistas y subespecialistas en otras ramas de la Medicina? Quizá no debido al monopolio que ejerce el PUEM para garantizar la calidad. Sin embargo, habría que trabajar en esta idea.

Lo que sí planteó el doctor Rivas fue la problemática que enfrentan algunas delegaciones del IMSS, donde los consejos técnicos han llegado al extremo de publicar en los periódicos la convocatoria para especialistas.

Medio en broma, pero muy en serio, José Rivas invitó a la sociedad colimense a hacer lo posible por arraigar a los y las residentes que cursan su especialidad en los hospitales de Colima:

Los desarrolladores de vivienda, ofrézcanles casas a buen precio; las agencias automotrices háganles un descuento para que compren coche; los compañeros de trabajo, preséntenles a muchachas o muchachos casaderos para que los especialistas se animen a formar una familia.

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