“Un buen periodista, incluso en un medio muy reaccionario, muy de derecha, puede hacer bien su trabajo”, sostiene el veterano José Reveles. “Siempre y cuando sepas en qué lugar estás”.
“No todo periodista encuentra lugar en el o los medios que quisiera, porque son muchos los periodistas y pocos los medios de referencia en los cuales uno quisiera trabajar. No cabemos todos.
“Entonces se tiene que trabajar donde sea, no necesariamente acomodando la mentalidad al medio sino usando la imaginación y tratando de hacer la doble o triple jornada: luego que en la calle entrevistas, tienes acceso a documentos o consigues información privilegiada, tienes que pelearte adentro con el jefe de información, el jefe de redacción o con el director.
“Eso ha ocurrido toda la vida y a pesar de los pesares hay muchos jóvenes periodistas y otros no tanto que hacen muy dignamente su trabajo, aun estando en medios que no son tan recomendables para los que pensamos en el nuevo periodismo”, dice el autor entre otros muchos libros de El affair Cassez, una historia de novela (Temas de Hoy México, 2018).
Reveles estuvo en la mesa de análisis sobre montajes periodísticos a la que convocó Julio Hernández López ‘Astillero’ durante la emisión de medio día en Radio Centro del 27 de agosto de 2019 (https://www.youtube.com/watch?v=Sxv8xIWuToM), acompañado de Nancy Flores, reportera de Contralínea, y Daniela Pastrana, editora de Pie de Página (piedepagina.mx), donde señaló:
“Hay buenos periodistas tanto en la Ciudad de México como en los estados, donde por hacer bien su trabajo son muchos los reporteros desplazados que tuvieron que abandonar sus sitios de origen por la violencia, y por los ataques que recibieron a partir de denuncias que hicieron.
“En mi caso personal, también me tocó estar en medios feos. Cuando era muy joven trabajé en Novedades, un periódico tan gris que desapareció, pero ahí publiqué la noticia del primer desaparecido”, subraya Reveles.
CRISIS DE CREDIBILIDAD
En un programa donde se analizaron montajes como el que avaló Carlos Loret de Mola en contra de Israel Vallarta y Florence Cassez en 2005, Julio Astillero pregunta a sus invitados qué mensaje envía Televisa al colocar en su noticiero estelar matutino a alguien como Danielle Dithurbide, quien a su vez participó en el engaño de la niña Frida Sofía supuestamente atrapada bajo los escombros del Colegio Rébsamen tras el sismo de 2017.
Para Nancy Flores, hay que entender el contexto en el que ocurrió el suceso “más allá de señalar a los reporteros que cayeron en este juego, y no es que no tuvieran responsabilidad al respecto. Pero Televisa sí ha jugado un papel en los montajes a lo largo de los años, desde que vivía el Tigre Azcárraga hasta ahora cuando enfrenta una crisis económica que se vuelve, también, una crisis editorial y muchas crisis al interior de esa empresa.
“Se vive en general una crisis de credibilidad en la prensa. Televisa y TV Azteca, como monopolios mediáticos, la viven todavía peor. La gente no es tonta y, por supuesto, se da cuenta cuando se trata de una manipulación. Y decisiones editoriales respecto a quién ponen y a quién quitan en sus programas estelares, tienen que ver con esa crisis. La empresa no sabe hacia dónde ir.
“No es un tema de México, es mundial esta reflexión acerca de si los periodistas somos o no necesarios o si tiene futuro la profesión. La crisis está presente en todos los países, muchos grandes medios internacionales están mudando a internet para quedarse solamente con esa vía.
“En el contexto de la crisis de credibilidad que enfrentan los medios, si la gente tiene muy fresca en la memoria el nombre de Danielle como la reportera que hizo más grande la historia –aunque fueron muchos los reporteros o los medios que siguieron la historia, Dithurbide traía la exclusiva y siempre iba un paso adelante del resto de reporteros– pues tampoco le sirve de mucho a Televisa tenerla.
“Más allá de sus capacidades, de si es buena reportera o no, esta crisis de credibilidad de Televisa aumenta por la imagen que tiene Dithurbide”.
PRIMERO EL GOBIERNO
Daniela Pastrana reflexiona que la primera responsabilidad de los montajes, la más grande, es de las autoridades. En la cobertura del rescate en el Colegio Rébsamen los propios marinos enseñaban a los reporteros imágenes de escáner, haciéndoles creer que como rescatistas tenían una información de la cual los periodistas, “porque no somos expertos en todo”, en principio no tendrían por qué dudar y menos en una situación de crisis.
“Ya nos acostumbramos a que las autoridades en México nos engañen. En el país de la simulación lo damos por sentado, pero es muy grave”. En otro lugar del mundo este episodio “hubiera sido realmente escandaloso: que ellos mismos te enseñen el aparatito con las pruebas de que está ocurriendo algo que claramente no está ocurriendo”.
ESCONDER LA VIOLENCIA
Finalmente, José Reveles señala que “el montaje es el mensaje. Cuando presenciamos hechos violentos por parte de la autoridad, siempre hay un montaje para tratar de eludir su responsabilidad.
“Es el caso de los estudiantes del Tec. de Monterrey: movieron los cuerpos, les pusieron armas a estudiantes de excelencia. Es el caso de otros jóvenes que fueron igualmente tiroteados por el ejército en Santiago de los Caballeros, en Badiraguato. Es el caso de los niños que venían bajando por Sinaloa de Leyva. El de la familia que iba de vacaciones a Matamoros. Lo de Villas de Salvárcar contra estudiantes de un CBTIS. Lo de Tanhuato, también.
“Todos esos son montajes donde la autoridad borró o cambió evidencia. Es innegable que las autoridades (las fuerzas armadas y las policías) arman escenarios para que se tenga la percepción de que algo ocurrió de una manera que no ocurrió. Y esa es la peor cara del montaje, no tanto el periodístico. El que hacen las autoridades cuando son responsables de violencia”, sentencia Reveles.
Y pues “este es justo el papel del periodista: no dejarse manipular por estas versiones oficiales, hacer realmente su trabajo de buscar la verdad”, apunta Nancy Flores.
“La chamba del periodista no se acaba porque nuestro objetivo es buscar la verdad. Ahí está el material, la realidad. Vayamos por la verdad”, invita la reportera de Contralínea.
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