Debemos al voto del PRI y del PAN que México haya perdido dos décadas de tiempo para avanzar en el desarrollo social, pero afortunadamente ahora son otros tiempos, con la llegada del gobierno liberal de AMLO, que sigue la tradición cardenista de la justicia social, felizmente, para el bienestar de la Nación y en favor, particularmente de los que nada tienen -y no tienen nada, casi-, porque la banda de delincuentes políticos organizados, de estos dos partidos, con sus fieles palafreneros que se les arrimaron al jugoso pastel de la corrupción desde el PRD de los chuchos; cerraron las puertas a los derechos sociales de millones.
Lo bueno es que la prensa nacional, alguna parte de ella, dejó constancia de la demagogia de los legisladores del PAN y del PRI, en amasiato de traidores, y sus nombres hoy pueden ser consultados para abominar de ellos, y nunca más permitir que vuelvan a gobernar delincuentes como los que se dieron en la función pública durante los sexenios del loco FOX, el ebrio y pro-narco, Calderón; y el carita de la delincuencia más decantada: Peña Nieto.
Robaron a manos llenas y hoy tiene mucho trabajo en la reconstrucción nacional la 4T, en especial la Fiscalía Superior de la Federación y sus organismos judiciales, y no habrá pánico coronavirus que les distraiga de la responsabilidad de apresarles y procesar para que ocupen los reclusorios nacionales.
En el caso del PAN no niega la cruz de su parroquia: odia al pueblo de México, siente fobia ideológica contra los pobres, y no es exageración decir que este partido, hoy casi desaparecido, tiene repulsa contra los pobres, y gran simpatía en favor de los poderosos corruptos.
Hace días se votó en el congreso federal el sistema de asistencia social que lleva a la Constitución los derechos sociales, respaldado por la votación unánime de casi todos los partidos, el casi es porque todos los diputados del PAN, 47, votaron en contra de los pobres, con lo que el blanquiazul no podrá recuperarse jamás, y es posible que sus propios y ya muy reducidos afiliados, sepulten con la pérdida del registro a un partido enemigo de la libertad, de la justicia y en contra de los pobres.
Supimos de la forma en que votaron los partidos gracias a que el propio presidente consideró necesario que se supiera la forma en que los panistas votaron y quiénes son los enemigos del pueblo pobre: el PAN.
Y no es la primera vez que demuestran su odio al pueblo mexicano; ya lo hicieron cuando en unión del PRI, el PAN votó a favor del FOBAPROA, el robo mundial del milenio, porque se transfería a costo de los mexicanos, la corrupción empresarial, recordemos que el PAN es un partido clérigo empresarial. Miles de millones de dólares pasaron a ser deuda pública, mientras que los magnates de la corrupción se coludían con los gobiernos de los sexenios de la corrupción foxista, calderoniana y peñanietista. Y no debemos bajar la guardia hasta que se revise el Fobaproa, y se persiga a los delincuentes de cuello blanco que contribuyeron al endeudamiento nacional y que durante 30 años impidieron el desarrollo social del país.
Votaron a favor del sistema de asistencia social, los 243 diputados de MORENA, y los del PRI, el PT, PES, PRD, y MC, que supieron reaccionar a tiempo, al menos en esta iniciativa que tiene una gran responsabilidad, de trascendencia histórica, a favor de la seguridad social, donde millones de mexicanos que, careciendo de seguridad social tradicional, solo aspiraban a morirse pobres, viejos y sin patrimonio. Por mínima que sea la pensión social llevada a la Constitución por el preclaro y digno político AMLO, algo es algo, de lo que el Estado puede otorgar a quienes por el sólo hecho de ser mexicanos, de vivir en un país inmensamente rico, tienen derecho a la justicia social.
Nuevamente el PAN, dirigido por juniorcetes sin principios ni mortalidad, se sitúa del lado contrario de la historia y de la conciencia social.
PUNTO Y RAYA
Coronavirus
La novedad en esta pandemia informativa, es, que los pasos que siguió el sistema de salud pública social de China, dieron resultado positivo, y hoy mismo este país alza la bandera de que atajó y desinfló el brote. Si recordamos las primeras horas y semanas de la aparición del COV-19; vimos entonces una ciudad Wuhan, de 11 millones, prácticamente fantasmal, desde donde se originaban noticias alarmantes, apocalípticas, llenas de mentiras acrecentadas por la prensa comercial e ideológica occidental, y occidental, quiere decir los países del bloque capitalista.
Con una enorme reacción ante el mal, construyendo hospitales para la contingencia, pero al mismo tiempo desplegando estrategias de salud pública y personal, emparejadas con la investigación en laboratorios para hacer tests o pruebas; China ya la está viendo de nuevo, y ahora, sus científicos y sus autoridades, mucho tienen que contribuir con la humanidad.
Otra novedad se registró la tarde de este miércoles pasado, cuando vimos un otrora bravucón presidente Trump, casi compungido y en un trance de discurso apocalíptico respecto al coronavirus. En su mensaje dado a lo largo y ancho de su plis, lo vimos tiernamente recomendando lavarse las manos y no tocarse la nariz.
Es de tomar en cuenta su actitud ante el problema, que de los más grave que dijo, fue de cerrar la frontera aérea y marítima a los viajes europeos, menos el Reino Unido, su eterno socio que colonizó los EEUU.
Otra voz que sonó alarmista y fuerte, aunque esta si con tono serio y sustentado, fue la de la presidenta alemana Merkel, quien habló con datos y con el conocimiento propio de que ella misma una mujer científica. Que diga que dos de tres alemanes resultarían contagiados de coronavirus, es fuerte.
Y las bolsas mundiales reaccionaron como lo han hecho ante otros sucesos mundiales. Y aquí en México, una turba de reaccionarios despatriados, que no tienen conciencia social, atribuyen la caída del peso al gobierno de AMLO. Qué miseria descomunal, pero así actúa la reacción, los conservadores miserables.
Pero lo cierto es que el coronavirus parece pedir permiso para entrar por narices, boca y ojos; es decir, que si no nos lavamos las manos frecuentemente, si no nos cubrimos y desinfectamos objetos, si no marcamos distancia física de personas sospechosas de contagio; y si somos responsables y atendemos las disposiciones que recomiendan básicamente las autoridades sanitarias mundiales y nacionales, el Coronavirus nos hará lo que el viento le hizo a Juárez.
¡Hasta la próxima!