¿Fue Juárez –como pretenden mostrarlo algunos revisionistas de la historia– no sólo un gobernante ilegítimo que nunca ganó una elección sino un verdadero traidor a la patria que se entregó a Estados Unidos con tal de imponer la república sobre el imperio de Maximiliano?
¿Es la masonería, como la Iglesia Católica o las fuerzas armadas, una institución eminentemente masculina en el que las mujeres están condenadas a figurar en un segundo plano?
¿Todavía es requisito –si es verdad que alguna vez lo fue– que los gobernantes mexicanos en turno, sean del partido que sean, pertenezcan al movimiento liberal?
De estas y otras cuestiones conversamos con Juan Martín Valtierra Nájera ‘33º MA, soberano gran comendador del Supremo Consejo de México’, quien acompañado por el secretario y el gran tesorero de la organización estuvo en Colima el sábado 1 de marzo, encabezando la reunión interdelegacional de la provincia del centro occidente conformada por los estados de Aguascalientes, Colima, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Querétaro, San Luis Potosí y Zacatecas. Por cierto, en esta capital se dieron cita por lo menos un número igual de jefes delegacionales de otras provincias.
Valtierra es el jerarca en México del Rito Escocés Antiguo y Aceptado (REAA), ‘una de las vertientes más importantes y prestigiosas de los Altos Grados de la Masonería’, como dice su página oficial[1]. En el sitio web se aclara que los tres primeros grados ‘corresponden a la Masonería Simbólica (aprendiz, compañero y maestro), mientras que los restantes 30 son los Altos Grados o Grados Filosóficos, exclusivos del REAA y considerados como una extensión y profundización de la filosofía masónica’. A quien alcanza el 33º grado se le reconoce como Inspector General de la Orden.
En términos formales y con reconocimiento mundial, a un grado 33 no se llega por la vía de otros ritos, como el yorkino que se practica en el seno de la Gran Logia Masónica Suroeste ampliamente conocida en Colima. En ese sentido, la masonería es una sola en el mundo, pero está dividida en diferentes ramas cuya futura unificación es, para muchos de sus miembros, un ideal difícil de alcanzar.
SUPREMO CONSEJO, EN COLIMA
Los trabajos litúrgicos de la reunión interdelegacional fueron todos de carácter privado en un hotel de la ciudad. Pero hubo un acto cívico a la vista del público: la ofrenda floral a Benito Juárez en el busto que se encuentra en el jardín del mismo nombre, seguida por la fotografía oficial de los asistentes en las escalinatas del edificio de La Concordia que, durante años, alojó a la sede estatal del PRI y hoy alberga al Archivo Histórico del Estado de Colima.
En el homenaje a Juárez se recordó, entre otros méritos, que a su paso por Colima el presidente de la república conoció las experiencias en el registro no eclesiástico de nacimientos y defunciones, lo que llevaría al gran personaje de la Reforma a establecer más tarde el registro civil.
Como orador invitado, el alcalde Riult Rivera dijo que todo ‘ejemplo trasciende como hasta hoy trascienden los ideales, las acciones y los pensamientos y la obra del Benemérito de las Américas’. Para el presidente municipal, ‘el pensamiento de Benito Juárez [esos principios libertarios y democráticos] seguirá por muchos años vibrando en nuestra sociedad’.
La reivindicación del héroe de Guelatao nunca está de más. Durante un siglo circuló marginalmente en nuestro país, una historiografía antijuarista que contradecía los textos oficiales donde el presidente Juárez siempre es citado como el Benemérito de las Américas. Sin embargo, con la llegada de la derecha al poder en 2000 esa literatura de distribución restringida llegó a las grandes librerías.
Hubo reediciones de obras iconoclastas como las de Francisco Bulnes, ‘El verdadero Juárez y la verdad sobre la Intervención y el Imperio’ (1904) y ‘Juárez y las revoluciones de Ayutla y de Reforma’ (1905); o de otras más recientes, como ‘Las grandes traiciones de Juárez’ (1960) de Celerino Salmerón. También se publicaron con sellos comerciales panfletos como el de Armando Fuentes Aguirre, Catón, ‘La otra historia de México, Juárez y Maximiliano’ (2006), o libelos como el de José Luis Trueba, ‘Juárez, la otra historia’ (2023).
A partir de 2018, el gobierno de la 4T retomó el culto a don Benito con la misma devoción con la que el presidente Echeverría conmemoró en 1972 el centenario luctuoso de Juárez. Esa identificación que López Obrador o ahora Claudia Sheinbaum sienten con el prócer, reavivó la fobia al juarismo en las redes sociales, encarnada por sedicentes divulgadores de la historia como Juan Manuel Zunzunegui, entre otros de los que hablan del Benemérito como un villano mientras ponderan el supuesto patriotismo de Porfirio Díaz.
DICTADURA NO, LEGALIDAD
Como juarista, el ingeniero Valtierra Nájera objeta esas reinterpretaciones malintencionadas:
“La realidad de las cosas es que los principios y valores de Juárez siempre fueron a favor de la soberanía nacional”. Lo demostró en sus discursos y “en su actuar consistente y permanente”. Durante la intervención francesa mantuvo la idea de la independencia de México y de la república.
Si analizamos la historia, veremos que su peregrinar a lo largo y ancho del país tuvo como propósito mantener la presidencia “a cuidado y reserva de la acechanza de los ejércitos extranjeros”. Los hechos no están sujetos a interpretación: al final de cuentas se ganó la guerra, los liberales conservaron la república federal y “Juárez dejó establecida las bases del Estado moderno mexicano”.
Es claro, contundente e innegable “el patriotismo de Juárez y la vigencia de sus valores: el fortalecimiento de la democracia y del federalismo, la división de poderes y todas esas cuestiones fundamentales que no tienen fecha de caducidad”. Los ideales de la Reforma no se pensaron “para un periodo determinado, no son del siglo XIX. La vida de las naciones tiene que tener esas condiciones mínimas fundamentales para la buena marcha de las sociedades”.
Le comento al entrevistado que, en un ejercicio típico de la falacia del historiador que pretende juzgar los hechos del pasado con categorías del presente, se ha puesto de moda cuestionar a Juárez porque, aseguran sus detractores, se mantuvo en la presidencia durante varios periodos sin someterse nunca a las urnas. ¿Qué responden los liberales a semejante descalificación?
“Desde su primera presidencia”, el mandato de Juárez es legítimo, sentencia Juan Martín Valtierra. “La constitución vigente marcaba de manera muy clara que, ante la renuncia del presidente de la república, tomaba la titularidad del poder ejecutivo el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación”. Don Benito “fue siempre muy escrupuloso y cuidadoso en el respeto a las leyes. ‘Todo por la razón y el derecho’, era una de las frases de Juárez.
Y, contra lo que afirman sus desmitificadores, “sí hubo elecciones para la renovación de sus distintos periodos subsiguientes. De ninguna manera puede considerarse como una situación fuera de lo legal. Una de las grandes virtudes de Juárez fue el respeto por las leyes”.
¿HABRÁ LOGIAS MIXTAS?
Al observar a los masones filosóficos posar para la fotografía, fue notable la ausencia de mujeres en el grupo. Las esposas de varios de los delegados vinieron como ‘acompañantes’, pero siguieron su propia agenda de turismo cultural y recreativo. ¿No hay mujeres en la membresía del movimiento liberal en México o en el mundo?
Ciertamente “tenemos algunas prácticas acordes a nuestros propios ordenamientos legales. Pero mantenemos siempre una comunicación y una presencia muy grande del sexo femenino en todos nuestros congresos. En todas las reuniones están ellas presentes”. No sólo en los eventos cívicos, sino en los trabajos internos.
“En días recientes, en nuestro edificio sede en la Ciudad de México tuvimos” varias actividades a cargo de mujeres. Entre ellas una conferencia en la que una destacada académica analizó la relación México-Estados Unidos en la actualidad. “Hemos tenido muchas conferencistas mujeres que han hecho exposiciones extraordinarias”.
También hubo presencia por igual de damas y caballeros en la conmemoración del aniversario luctuoso de don Francisco I. Madero. En la masonería, hombres y mujeres tienen actividades conjuntas “que nos enriquecen” desde ambos puntos de vista.
Dista de la realidad, entonces, el mito de que “no tenemos ningún contacto con las mujeres, que el sexo femenino es algo que está fuera de nuestras actividades. Realmente hay que verlo de una forma integral, y ahí están los hechos: en nuestras redes sociales (Facebook, Instagram o YouTube) y en nuestra página web (scmx33.org) tenemos evidencias de todos esos acontecimientos en donde, ya sea como conferencistas, asistentes o público en general, siempre tenemos presencia femenina. Si bien, es verdad que “los grupos de hombres y mujeres trabajan de manera separada”.
En ese sentido, ¿en algún momento la tradición va a permitir que haya logias mixtas?, le pregunto. Pero Valtierra deja en claro que será algo difícil: “Son cuestiones de observancia particular. Nosotros mantenemos esa separación de hombres y mujeres en ciertas actividades privadas”.
REQUISITO PRESIDENCIAL
Hasta el gobierno de López Portillo, en México se decía que para ser presidente de la república había que ser no sólo un iniciado sino un masón grado 33. Con rencor cristero, el panista Vicente Fox sacó del despacho presidencial el retrato de Juárez; un óleo que Santiago Creel resguardó en su propia oficina de la Secretaría de Gobernación. Tras una nueva alternancia, ¿qué tan fuerte es el liberalismo dentro del régimen de Morena?, le pregunto a la máxima autoridad en México del Rito Escocés Antiguo y Aceptado.
“Puedo decir, con toda certeza, que los miembros de nuestra organización están presentes en absolutamente todas las actividades de la sociedad mexicana”, como participan internacionalmente en funciones empresariales, sindicales, magisteriales, académicas y políticas. Se destacan en los ramos de cualquier índole, no pueden encasillarlos a cierto ámbito. Los masones operan lo mismo un taller de automóviles que encabezan una gran corporación privada, y están trabajando en los niveles de gobierno locales o federales.
“Esa participación de nuestros miembros se da en el cumplimiento siempre muy apegado, de las responsabilidades que se asumen hacia las instituciones en las que prestamos nuestro servicio. Todo lo que corresponde a nuestro trabajo, buscamos hacerlo con excelencia”. Los liberales aspiran a ser vistos en cualquier organización como personas que se distinguen por ser responsables, por manejarse con ética y por su actitud respetable y respetuosa.
No obstante ser una organización discreta (que no secreta), se sabe que a la masonería pertenecen actores políticos de casi todos los partidos. Es conocida la membresía de figuras de la política estatal vinculadas al PRI, el PAN o a Morena. ¿Cómo se resuelven al interior las diferencias partidistas?
“En nuestra organización hay miembros de todas las corrientes políticas y de muchas religiones. Desde luego católicos, pero también judíos, musulmanes y budistas”. No es requisito profesar una religión, de hecho hay quienes no son creyentes de ningún tipo. “Y no tenemos esa restricción” a mantenerse dentro de cierta tendencia religiosa.
“Buscamos un pensamiento libre, lo más abierto posible. Y nuestra religión o nuestras ideas políticas no deben ser ni son un elemento de discriminación o privilegio. No hay ideología que haga una diferencia entre nuestros hermanos. Todos nos consideramos iguales y si eventualmente nos destacamos será por ser distintos en el trabajo y en la virtud”.
En efecto, fue desde algunos sectores de la Iglesia Católica que se acusó a los masones de ser anticlericales. El señalamiento lo hicieron, por ejemplo, quienes en el siglo XIX estaban en el bando conservador que se opuso a la separación Iglesia-Estado o, ya en el primer tercio del XX, a las leyes religiosas que sirvieron como pretexto para la guerra cristera. Pero, ¿cómo se ve al clero desde la masonería?
“Nosotros no consideramos adecuado para la población que haya imposiciones, tiranías o despotismos, sean estos de la índole que sean. Creemos en una sociedad igualitaria y liberal, en donde –como su nombre lo indica– ser liberal es tener como principal valor la libertad: de pensamiento, de expresión, de creencia, de tránsito, la libre propiedad de bienes; es decir, la libertad de las personas”, desglosa Valtierra.
INDIVIDUALISMO NEOLIBERAL
En su mensaje en el homenaje al Benemérito, el alcalde de Colima se refirió a la relación del individuo frente a la colectividad. Al respecto, el historiador Yuval Noah Harari dice que el individualismo es la religión de nuestro tiempo que ignora la dimensión social. Y cabe recordar que el neoliberalismo como modelo económico y régimen político, puso el derecho del individuo por encima del interés colectivo. Desde el liberalismo, ¿cómo se puede concliliar la libertad individual con el enfoque comunitario?
“Una situación permanente e intrínseca de la naturaleza humana es esa convicción” de que el beneficio individual está por encima del interés colectivo. “Nuestra organización tiene muy clara la importancia de desarrollar comunidades. Y ante la posibilidad de terminar siendo egoístamente individualista, debemos entender que formamos parte de una gran familia: la humanidad”. En ese sentido, la sociedad es una gran familia donde los individuos que la conforman tienen “las mismas necesidades y el mismo destino”, opina Valtierra.
Humanismo es un término que se puso muy de moda por razones políticas. López Obrador propuso el humanismo mexicano. ¿Cómo hay que entender en el siglo XXI esta filosofía que pone al ser humano en el centro?, le pregunto.
“La capacidad del ser humano de generar tecnología debe de estar siempre orientada al beneficio de las personas, de las comunidades y de la sociedad. Nosotros establecemos como prioridad la cuestión humana, y la ponemos por encima de la cuestión tecnológica y la cuestión científica. Siendo la ciencia y la tecnología las bases de nuestro razonamiento, nos queda claro que la razón tiene que estar al servicio de las personas. Y eso nos lleva definitivamente a darle prioridad a los seres humanos.”
“Sea que se incluya o no en un discurso político, que se incluya o no en una serie de políticas públicas, el humanismo es toda aquella actividad que promueve permanentemente cada vez mejores condiciones de vida”, sostiene Valtierra.
Y en estos tiempos de inteligencia artificial, supongo que cobra mayor importancia el humanismo, le digo.
“La visión humanista no está sujeta a periodos sexenales. La búsqueda de mejores condiciones de vida para las personas, las comunidades y la sociedad, de los grandes grupos de nuestra población, lógicamente es una prioridad”.
La organización tiene una idea muy clara de qué es la humanidad. Y es una actividad permanente en el movimiento liberal el trabajo de “nuestras organizaciones dedicadas a la caridad, al apoyo a las comunidades y los distintos proyectos que, de manera muy práctica, realizamos para beneficiar a la gente”.
El servicio “es algo íntimamente relacionado con el humanismo”. Pero este humanismo es “un beneficio permanente y continuo, no sujeto a un periodo de tres o seis años”.
CARTA DE MONTERREY
Finalmente, le pregunto a Juan Martín Valtierra si es posible en el futuro una reunificación de la masonería. Debe ser tan remota la posibilidad que el soberano gran comendador del Supremo Consejo de México prefiere hablar de lo que el pensamiento liberal puede ofrecer al país:
“En nuestra organización buscamos ser visionarios, hacer análisis estructurados como los que hicimos en nuestro reciente congreso de Monterrey, donde abordamos los grandes problemas nacionales y establecimos una serie de conclusiones que están plasmadas en un documento extraordinario: la Carta Monterrey 2024[2], en donde se sientan las bases para posibles políticas públicas que hemos sugerido a todos los niveles de gobierno”.
Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com
[1] Supremo Consejo de Soberanos Grandes Inspectores Generales del Trigésimo Tercer y Último Grado del Rito Escocés Antiguo y Aceptado para la Jurisdicción Masónica de los Estados Unidos Mexicanos. https://scmx33.org
[2] XLII Congreso Nacional Masónico de Grados Filosóficos. Monterrey, N.L. Carta Monterrey 2024. https://scmx33.org/carta-monterrey-2024/