ENCUESTAS CUCHAREADAS

Es imposible ocultar que hay mano negra cuando se usan las encuestas de opinión como instrumento de propaganda. Las empresas demoscópicas que defienden la imparcialidad de sus números, no logran en esos casos demostrar la verosimilitud de sus narrativas.

Una de estas historias poco creíbles sostiene que Nacho Peralta –sin haber hecho nada para cambiar la situación política, económica y de seguridad en el estado, más allá de tomarse fotos con niños en brazos– logró remontar algunos puntos en los índices de aceptación popular, de uno de los más bajos entre los gobernadores del país a otro “menos peor”.

Encuestas cuchareadas hemos visto muchas en los últimos días, algunas más obvias que otras como ésa que terminó por reconocer que, de todos los aspirantes a la gubernatura, Indira Vizcaíno es la mejor posicionada en intención del voto, sólo para poder acreditar que el alcalde capitalino Leoncio Morán subió dos puntos.

Reconoce la encuesta que la superdelegada federal tiene una ventaja considerable sobre Locho, su más cercano competidor potencial, quien aparentemente subió los mismos puntos que descendió Indira sin aclarar por qué una cayó y el otro creció.

Más sospechosa es la encuesta en la que sacan a Locho de la carrera por la sucesión y meten en su lugar a José Manuel Romero Coello, quien había estado ausente de la política estatal en lo que va de esta coyuntura hasta, recientemente, cuando reapareció en la escena local con motivo de su cumpleaños.

EL CABALLO NEGRO

Para los líderes de la vieja guardia priista empeñados en tener un candidato propio con el cual encabezar una coalición de todas las fuerzas políticas contra Morena, Romero es un buen prospecto. Serviría al propósito de impedir que la 4T se realice en Colima.

La administración saliente no ha podido generar figuras mínimamente competitivas: la viabilidad de triunfo como candidato a la gubernatura del secretario de Desarrollo Rural, Agustín Morales, no es mayor a la que tenía cuando fue alcalde de Comala; la del secretario de Fomento Económico, Walter Oldenbourg, apenas alcanza para volver a jugar con resultados decorosos por la alcaldía de Colima; y el secretario de Finanzas, Carlos Noriega, ya tiró la toalla y pasó la estafeta de la política electoral a su esposa, la presidente del DIF Estatal, Margarita Moreno.

Hace un año, una vertiente muy amplia del priismo hablaba de aprovechar el perfil de la ex senadora y ex subsecretaria de Desarrollo Rural en Sagarpa, Mely Romero, quien contendió en 2018 por la diputación federal en el primer distrito. Sin embargo, muchos piensan que el gobernador Ignacio Peralta tampoco mira a esta otra cuauhtemense con buenos ojos.

Se supone que el rencor –que hizo público a través de una radiodifusora– era con Romero Coello, a quien le dio alojamiento en Ciudad de México cuando Nacho Peralta era subsecretario de Comunicaciones y José Manuel llegó al Imjuve, pero su habilitación como caballo negro en la carrera por la gubernatura sugiere que el pleito está olvidado.

A quienes debería preocupar una eventual precandidatura de José Manuel Romero es a los políticos no priistas que han venido contemplando la posibilidad de encabezar una alianza electoral en la que el PRI ponga las bases y el voto duro, mientras alguno de ellos aporta su linda cara y los votos faltantes para superar a Morena:

  • El regidor porteño Virgilio Mendoza Amezcua, líder estatal del Partido Verde, quien hace seis años declinó ser candidato de Acción Nacional a la gubernatura ante la promesa de su amigo Ignacio Peralta de cederle el asiento al terminar el sexenio.
  • El diputado federal Jorge Luis Preciado Rodríguez, quien ha venido trabajando junto a Pedro Peralta Rivas en una alianza con la administración de Peralta Sánchez para conseguir lo que en 2015 le negaron: la gubernatura de Colima que le había prometido Peña Nieto a JLP como recompensa por el trabajo a favor de las reformas estructurales que hizo como líder de la bancada panista en el Senado; promesa incumplida, por cierto, luego que la elección se anulara y se convocara a un proceso extraordinario.
  • Y el propio Leoncio Morán Sánchez que, seguramente, es consciente de cómo las cúpulas priistas y panistas querrían formar una alianza contra López Obrador, donde un candidato de Movimiento Ciudadano sea el abanderado para evitar celos entre ambas militancias.

POSITIVOS Y NEGATIVOS

La trayectoria de Romero Coello lo amerita para aspirar a la gubernatura. Fue director del Instituto Colimense de la Juventud (luego titular de esa Secretaría) y diputado local. Fugaz síndico del Ayuntamiento de Colima, pidió licencia al cargo para asumir la dirección general del Instituto Mexicano de la Juventud a invitación del presidente Peña Nieto, y renunció para sumarse a la campaña presidencial de José Antonio Meade.

Fuera del currículo, tiene circunstancias negativas. Para empezar, es el tipo de político bien parecido que fue Peña Nieto como gobernador del Estado de México, y que ya como presidente decenas de mandatarios estatales imitaron hasta en la forma de peinarse, en Chiapas, Puebla, Michoacán o Jalisco.

EPN hizo efectivo el refrán: “Caras vemos, corazones no sabemos”, y es difícil que un político físicamente parecido pueda recuperar la confianza ciudadana perdida por uno de los gobernantes más corruptos de la historia de México.

Romero no sólo formó parte de la administración Peña Nieto, sino que estuvo ligado política y personalmente a la secretaria de Estado que es el icono de la corrupción de ese gobierno: Rosario Robles Berlanga.

En una de sus últimas apariciones públicas en Colima, para inaugurar la fundación que lleva el nombre de su padre, José Manuel Romero estuvo acompañado de la ex titular de la Sedatu y de Sedesol, hoy presa por desvíos millonarios.

LA MAFIA DEL STREET FIGHTER

Tras el fracaso electoral de Meade, José Manuel decidió refugiarse en el naciente campo de los deportes electrónicos o e-sports, un ámbito tan politizado como la política misma y no exento de escándalos. Mafia la del deporte, la política es cosa de aficionados.

El lunes 18 de noviembre de 2019, el suplente de Yuriria Sierra en Ya Cierra de Imagen Radio, entrevistó al aire a un famoso gamer cuyo nombre no registré, pero entre el reportero y el invitado se dedicaron a despotricar contra la Federación Mexicana de Esports (Femes), cuyo presidente es José Manuel Romero Coello.

Se mofaron de cómo este organismo quiso imponer una cuota de 600 pesos a quienes pretendieran participar en sus disciplinas, no obstante que los encuentros son en línea y es improbable que una federación nacional pueda regular y, menos, sancionar una actividad que se da de manera global. La tarifa de suscripción fue, por cierto, anulada.

Y subrayaron que ante la insistencia de Romero de decir que la Femes cuenta con el aval de la Conade, esta vinculación tuvo que ser desmentida oficialmente por la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, cuya titular es Ana Gabriela Guevara.

Reportero y entrevistado alabaron la existencia de otras ligas de deportes electrónicos que no tienen afán de lucro, y despedazaron la organización del último torneo celebrado por la Femes en León, Guanajuato. Para la competencia final, el domingo 17, dijeron los detractores de Romero, ni siquiera se completaron las duplas previstas.   

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com.

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