ES CÁRDENAS

De la primera transformación, la Independencia, Andrés Manuel López Obrador ha destacado la figura de José María Morelos; de la segunda, la Reforma, su héroe indiscutible es Benito Juárez; pero de la Revolución, aunque en el panteón cuatroteísta se honra a Francisco I. Madero como “el apóstol de la democracia”, sin duda el personaje histórico al que se considera el gran protagonista de la tercera transformación nacional es Lázaro Cárdenas.

Así lo remarcó AMLO el 18 de marzo en el Zócalo, en su mensaje con motivo del 85 aniversario de la Expropiación Petrolera: Madero, “para consumar su bello ideal democrático no pudo o no consideró indispensable reforzar sus vínculos con el pueblo, en especial con los campesinos zapatistas”; en cambio, el presidente Cárdenas “no dudó en apoyarse en los de abajo para hacer realidad su transformación”.

La estrategia del general Cárdenas “puede resumirse en tres importantes y consecutivas acciones”, explicó el presidente: consumó el reparto agrario y mejoró salarios y condiciones laborales; organizó políticamente a los sectores campesino y obrero; finalmente, con esa base social llevó a cabo “la expropiación del petróleo y otros bienes de la nación que Porfirio Díaz había entregado a particulares, fundamentalmente a extranjeros”.

La estrategia tuvo éxito porque don Lázaro pudo manejar las condiciones políticas internas y leer el escenario internacional, pero más que nada por “las cualidades excepcionales de un hombre noble y justo”. Porque la política “no sólo es racionalidad”, también necesita “de mística y de convicciones”, advirtió López Obrador.

En los procesos políticos intervienen factores como “la suerte y la genialidad de los dirigentes”, pero sobre todo “los sentimientos del pueblo”. Y el general Cárdenas, “a diferencia de los políticos arribistas o de la élite, profesaba un sincero y profundo amor al pueblo”. No ha existido en México un presidente “tan cercano a los humildes ni tan convencido de la causa de la justicia social” como tata Lázaro, resumió AMLO.

EL MEJOR PRESIDENTE

Entre los detractores de la 4T, la reacción a la apología de quien Andrés Manuel llama “el mejor presidente de México en el siglo XX” consistió en burlarse porque, en consecuencia, López Obrador se asume como el Lázaro Cárdenas del siglo XXI. Y, ciertamente, analistas como Alfredo Jalife-Rahme o Lorenzo Meyer reconocen que la defensa que ha hecho AMLO de los recursos energéticos (petróleo, electricidad y, ahora, litio) es de inspiración cardenista.

La única modificación que hizo AMLO al nuevo acuerdo de libre comercio (T-MEC) que le dejó Peña Nieto ya armado, fue al artículo que habla del petróleo. Y aunque la 4T tiene pendiente una reforma constitucional a la minería, critica Jalife, en materia de litio estableció en la carta magna la soberanía nacional sobre ese metal blando, indispensable en el nuevo paradigma motriz con base en el almacenaje de la electricidad generada por otras fuentes de energía.

ACTUÓ CON CAUTELA

Como López Obrador habló tan elogiosamente del presidente Cárdenas unos días después de que su nieto homónimo renunciase a la coordinación de Asesores para asumir la secretaría permanente de la Celac con sede en Sao Paulo, no pocos pensaron que se trataba del destape de una cuarta ‘corcholata’ y que Lázaro Cárdenas Batel se sumaría a Sheinbaum, Ebrard y Adán Augusto en la carrera presidencial.

Otros, más realistas, lo vieron como una tercera ‘taparrosca’ en la lista de suplentes que ya conforman Monreal y Fernández Noroña. Sin embargo, todo indica que en el horizonte de Lázaro (como en el de Ricardo y Gerardo) no está Palacio Nacional sino la posibilidad de jugar en 2024 por la jefatura de Gobierno en la Ciudad de México.

En realidad, la mención que López Obrador hizo del general Cárdenas encerraba otro propósito: adelantar que como presidente saliente no cometerá el mismo error al fungir como gran elector del candidato del partido gobernante.

Don Lázaro terminó apoyando “la candidatura de Manuel Ávila Camacho y no la del general Francisco J. Múgica, con quien tenía más afinidad ideológica y el cual representaba una mayor certeza de continuidad y profundizar la política social y nacionalista”, explicó, porque era tal “la oposición de derecha que… tuvo que actuar con cautela”.

No fue por “el riesgo de una intervención extranjera”: Roosevelt “había demostrado su respeto a la soberanía nacional”, y “estaba por estallar la Segunda Guerra Mundial, situación que contribuía a disipar la amenaza de una intervención estadounidense”.

No fue el exterior sino el interior. En 1940 “toda esa reacción… se manifestó con mucha fuerza en la elección presidencial”. El Partido Acción Nacional, fundado el 17 de septiembre de 1939, “nace criticando” la expropiación petrolera.

“El candidato opositor, Juan Andreu Almazán, contaba con el apoyo de importantes grupos de derecha y de un sector del Ejército; incluso el PAN, que no presentó candidato a la presidencia, lo apoyó abiertamente”.

Fue “la circunstancia política interna, es decir, la beligerancia de los grupos de derecha”, lo que condicionó la sucesión. “Recuérdese que, aun optando [Cárdenas] por la candidatura de Manuel Ávila Camacho que sostenía posturas moderadas, de todas maneras la elección presidencial fue complicada y violenta”.

2024 NO ES 1940

Pues bien, eso no va a pasar en 2024, sostiene “a los cuatro vientos” López Obrador: “Nada de zigzaguear, sigamos anclados en nuestros principios, reafirmemos la decisión y el rumbo que hemos tomado desde que inició el gobierno. No a las medias tintas, no aceptaremos nunca que en México se imponga una minoría a costa de la humillación y el empobrecimiento de las mayorías”.

De las enseñanzas mayores que recibimos de 1940, “la principal es que sólo con el pueblo, sólo con el apoyo de las mayorías, se puede llevar a cabo una transformación popular para hacer valer la justicia y enfrentar a los reaccionarios que se oponen a perder privilegios”.

Considerando que “de 35 millones de hogares que hay en el país, ya en el 71 por ciento llega al menos uno de los Programas para el Bienestar”, en el esfuerzo por restablecer el antiguo régimen –prevé el presidente– los conservadores se enfrentarán a una base social dispuesta a defender sus propias conquistas.

CABALLADA GORDA

Desde que pronunció esa arenga, López Obrador ha tenido a la opinión pública preguntándose quiénes serán el Francisco J. Múgica y el Manuel Ávila Camacho en la sucesión del próximo año.

Académicos como Anna Ribera Carbó, autora de Francisco J. Múgica: El presidente que no tuvimos (FCE, 2019), han explicado que, aun cuando los ciclos históricos parecen repetirse, las circunstancias nunca son las mismas. Sin embargo, para la comentocracia es tentador pensar que AMLO ve a Claudia como la continuidad de su proyecto político, y a Marcelo como una solución pactada con las fuerzas que buscan moderar los supuestos excesos de la 4T.

Otra lectura es la que señala que si Adán Augusto López Hernández es de Tabasco al igual que Andrés Manuel, como don Lázaro y el general Múgica eran de Michoacán, ya sabemos por dónde va. Pero el paisanaje no será un factor tan determinante como la sensibilidad al tema de la soberanía energética.

Jalife sugiere que la estrategia para renacionalizar el petróleo y recuperar la rectoría del Estado en materia eléctrica, favorecen la posibilidad de Que Siga López. Dos Bocas está justo en el Paraíso donde nació Adán. Y los recursos naturales abundan en Tabasco, Chiapas y los demás estados del sureste, dice el experto en geopolítica. Hablamos no sólo de agua e hidroeléctricas, sino también de sol y viento que generan energías limpias pero intermitentes, cuyo uso masivo depende del desarrollo de baterías de litio más eficientes que las de plomo ácido.

Pero no olvidemos lo que Es Claudia. Sheinbaum es licenciada en Física (su tesis fue un «Estudio termodinámico de una estufa doméstica de leña para uso rural»), con una maestría en Ingeniería Energética (con la tesis «Economía del uso eficiente de la energía eléctrica en la iluminación») y un doctorado en Ingeniería Ambiental (con la tesis «Tendencias y perspectivas de la energía residencial en México»).

Ahora, si el tema es la política social Con Marcelo Sí. Las credenciales de Ebrard en esa materia no son menores. Ya desde que era un joven funcionario del Departamento del Distrito Federal, participó en el Programa de Renovación de Vivienda Popular que buscaba paliar los efectos de los terremotos de 1985. Y, en 1987 participó en la elaboración y aprobación de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección del Ambiente.

PERDIÓ CAMACHO

Ebrard es un eficaz operador político y experto en gobernanza. Tras la debacle del PRI capitalino en los comicios de 1988, de la mano del regente Manuel Camacho Solís, primero como secretario general del PRI en el DF y, luego, como secretario general de Gobierno, Ebrard consiguió la recuperación electoral de la Ciudad de México para el partido gobernante. El proyecto camachista se truncó cuando el dedazo de Carlos Salinas favoreció a Luis Donaldo Colosio y, luego del asesinato del candidato presidencial, a Ernesto Zedillo.

Ebrard fue subsecretario de Relaciones Exteriores con Camacho, durante los pocos días en que Salinas consiguió mantener a su amigo en el gabinete para evitar que fuera elegible como candidato sustituto. Las circunstancias cambiaron a partir de enero de 1994 con el levantamiento zapatista en Chiapas. Como coordinador para el diálogo y la reconciliación, Camacho logró una negociación pacífica con el EZLN. De nada valió, fue estigmatizado por el magnicidio de Colosio el 23 de marzo.

LA LÍNEA 12

Ebrard siguió a Manuel en el largo camino que lo llevó a la izquierda, atravesando todo el espectro del centrismo político: en 1997 fue electo diputado federal por el Partido Verde Ecologista de México, al que nunca se afilió como sí lo hizo con el Partido de Centro Democrático donde fue secretario general y candidato a jefe de gobierno capitalino en 2000. Declinó en favor del candidato del PRD, Andrés Manuel López Obrador.

Primero como asesor de AMLO en la jefatura de Gobierno, luego como secretario de Seguridad Pública y, finalmente, como secretario de Desarrollo Social del Distrito Federal, se lanzó por el gobierno de la Ciudad de México. Ahí se distinguió por sus políticas públicas de corte progresista. Bajo su mandato se hicieron efectivos los derechos de la diversidad sexual a figuras jurídicas como el matrimonio o el de las mujeres a decidir sobre su cuerpo en temas como la interrupción del embarazo.

Considerado ‘el mejor alcalde del mundo’ en 2010, su gestión quedó manchada por los escándalos financieros en la construcción de la Línea 12 del Metro, hechos públicos por el sucesor que él mismo impulsó: Miguel Ángel Mancera.

SE FUE A VOLVER

Mancera traicionó a Ebrard de la misma manera en que Lenin Moreno lo hizo con Rafael Correa en Ecuador. El documental Se fue a volver, dirigido en 2022 por Carlos Enríquez Borges y producido por el Servicio de Medios Públicos de la Ciudad de México, Capital 21, narra la persecución política contra la dirigencia de la Revolución Ciudadana ordenada por el sucesor y antiguo vicepresidente de Correa.

En su exilio en México, varios de ellos contaron su experiencia y la conclusión a la que llegan es que la estrategia de golpe judicial o lawfare funcionó en su país porque Moreno olvidó sus promesas de campaña e hizo suya la agenda de la reacción.

Como el trabajo de la fiscalía sigue estando en la órbita del Ejecutivo, un poder judicial tan conservador como el ecuatoriano necesitaba de la complicidad de los agentes ministeriales para integrar expedientes como los del caso Sobornos que, aun carentes de pruebas y tipificando delitos absurdos como el de ‘influencia psíquica’, le permitió condenar a Correa a ocho años de prisión.

Dada la base social que tenía Correa (la misma que salió a las calles para protestar por el cambio en la línea política del gobierno de Lenin Moreno y fue duramente reprimida), no hubiera sido fácil legalizar la inhabilitación del expresidente. Los golpistas basaron la legitimidad del desafuero de los legisladores correístas en la idea de que Moreno era tan dirigente de la Revolución Ciudadana como lo fue Correa.

El documental se exhibió en Colima el viernes 24 de marzo y dejó a algunos de los espectadores pensando ya no en cuál de los precandidatos es Múgica o Ávila Camacho, sino en cuál de las corcholatas podría terminar jugando el mismo rol que Lenin Moreno en Ecuador.

Nuestro correo electrónico: carvajalberber@gmail.com

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