Aunque advirtió de entrada que, por el obvio conflicto de interés que supone ser miembro del comité editorial de Nexos no participaría en el debate, Leo Zuckerman arrancó la emisión en Foro TV de Es la Hora de Opinar del 25 de agosto de 2020 (https://www.youtube.com/watch?v=n0bwwxd2uec), con una narración en la que no oculta sus preferencias:
La Secretaría de la Función Pública (SFP) inhabilitó a la editorial por dos años, y Nexos “no podrá recibir publicidad del gobierno federal luego de un proceso administrativo de 2018 donde se asegura que presentó un documento falso de no adeudo al Infonavit”. Además, le impone “una multa de casi un millón de pesos por una plana [de publicidad del IMSS] que, en principio, había costado 74 mil pesos”.
Para debatir el tema, esa noche opinaron los académicos del CIDE Paula Sofía Vázquez y Carlos Bravo Regidor y, de la UNAM, Gibrán Ramírez, los tres con presencia constante en los medios.
Abogada por la UNAM, Vázquez empieza por discutir “la desproporción de la multa”, comparada con las sanciones que le impusieron, por ejemplo, al director de la CFE, Manuel Bartlett. Señala enseguida que la SFP no aclara si el documento que presentó Nexos era apócrifo o sólo se había presentado a destiempo, y por qué en todo caso no tenía observaciones desde antes. Tercero, pondera si se puede recurrir el acto administrativo. Y, por último, pregunta con base en qué atribuciones la SFP puede prohibir la compra de publicidad a dependencias que no son parte de la administración pública federal, como es el caso de los órganos autónomos.
Paula Sofía Vázquez insiste en que por mucho que Irma Eréndira Sandoval quiera ser la secretaria Anticurrupción, no tiene facultades para solicitar sanciones más allá de lo que le corresponde a los servidores públicos federales. Debería, eso sí, tener mayor control de casos como el relacionado con la confección de uniformes militares.
SE SALIÓ DE CAUCE
Gibrán Ramírez corrige a su contertulia: no se trata de un caso de corrupción sino de una falta administrativa particularmente desafortunada porque, para ganar un contrato con el IMSS, Nexos entregó un documento falso diciendo que estaban al corriente en sus pagos de Infonavit. Más allá de su obligación como empleadores, esta es una incongruencia en una revista que ha enfatizado tanto la importancia de la seguridad social.
Sin embargo, dice, el asunto no es ése sino cómo el incidente desató una catarsis entre dos bandos confrontados desde hace tiempo: Nexos pudo ir a otras instancias a buscar una reducción de multa porque claramente es desproporcionada, y la SFP no se circunscribió a los términos técnicos de la sanción administrativa.
Para el politólogo que ahora aspira a presidir a Morena, está fuera de lugar que la secretaria Sandoval haya manifestado una animadversión personal. “Salió a twitter” y con cuántos empresarios que tienen contratos con el Estado tendría que polemizar en las redes cada vez que se inhabilita a un proveedor.
“Se trata, pues, de un enfrentamiento político que seguramente debería tomar otros cauces. Nexos fue uno de los dos espacios intelectuales del régimen de la transición, ese lugar que habían ocupado con anterioridad instituciones públicas, sobre todo centros de estudios de posgrado como el Colegio de México. Esa centralidad en el debate público pasaron a ocuparla dos empresas privadas, muy en el ánimo neoliberal: Letras Libres y Nexos; revistas que tuvieron como función política dar horizonte a ese régimen.
“A partir de la sanción, se generaron una serie de disputas que se deberían de estar dando en otro plano, por ejemplo, en las páginas de las revistas y de los periódicos. Se extraña ese debate porque ya no hay un espacio en común. Esto se salió de cauce en ambos lados, y no podemos quedarnos con la crítica a uno solo de los bandos.
“Para el caso de Nexos, el incidente ha servido para elaborar la fantasía del autoritarismo que ha preconizado siempre en su debate con López Obrador sobre el populismo. Una discusión que se ha dado sobre bases muy endebles, porque las partes están demasiado crispadas.
“Pero el fondo del debate no es el populismo sino la función de los intelectuales en un régimen, y el papel que tienen ahora en el pretendido cambio de régimen que estamos viviendo. Ya no gozarán de las mismas canonjías públicas los grupos que antes se beneficiaron de ellas.
“Ahora bien, deberíamos de transitar a una situación distinta. No se puede pagar con la misma moneda que empleaban los regímenes pasados. Si los intelectuales de Nexos y Letras Libres fueron de los consentidos, ¿qué, ahora que hay que cambiar de consentidos o hay que cambiar de sistema de distribución del dinero público? Yo creo que lo segundo”.
CLIMA DE INTIMIDACIÓN
Carlos Bravo Regidor prefiere entender el caso Nexos como un episodio más del creciente clima de violencia que vive la prensa desde hace una década. Cita los muy conocidos informes de la organización Artículo 19 sobre agresiones contra periodistas, y subraya que, “con este gobierno en particular, la hostilidad y el hostigamiento contra la prensa crítica ha cobrado nuevas dimensiones”.
El coordinador del programa de Periodismo en el CIDE menciona “los ataques que hace el presidente constantemente en sus conferencias matutinas y que no no constituyen un derecho de réplica ni una contracrítica a lo que dicen los medios. Porque López Obrador en realidad no argumenta, no aclara, no precisa información que podría ser errónea o inadecuada, sino que se dedica a descalificar, desacreditar y deslegitimar a los mensajeros más que a corregir la información”.
Lamenta “los múltiples epítetos que han lanzado tanto el presidente como su simpatizantes”, como aquel del ‘hampa del periodismo’ que usó AMLO o el que utilizó el esposo de la secretaria de la Función Pública, John Ackerman, cuando equiparó a “periodistas y comunicadores disidentes y críticos de la línea gubernamental” con un ‘sicariato periodístico’.
Bravo Regidor acusó también “las campañas coordinadas en redes sociales, muy bien documentadas por el equipo de Rossana Reguillo en el ITESO y otros especialistas, para atacar a los reporteros que hacen preguntas incisivas e incómodas en las mañaneras”.
De ahí que Bravo Regidor inserte “este episodio con la revista Nexos dentro de un patrón de intimidación y amedrentamiento contra medios de comunicación que, en palabras del propio presidente, se rehúsan a portarse bien. Estamos ante un caso que no es una excepción sino una demostración más de un modus operandi, de un patrón de conducta en la relación de este gobierno con los medios de comunicación que no les son favorables.
En resumen, con este episodio estamos “ante el uso faccioso de una institución pública con fines politico-partidistas. No es un error administrativo ni un trámite de rutina sino un acto deliberado. La SFP revive a un caso que ya estaba completamente zanjado desde hace dos años, y lo introduce para volverlo a litigar en el tribunal de la opinión pública, de manera paralela al ámbito administrativo donde no requirió a Nexos para que pudiera presentar la documentación que conviniera su derecho, sino que directamente publicó una circular que impone una sanción que incluye a los gobiernos de los estados y los municipios”.
Para Bravo Regidor, “eso es atacar la viabilidad financiera de la publicación pues, además de negarle la posibilidad de concursar por publicidad oficial o de imprimir a través de su filial Cal y Arena libros para entidades gubernamentales, envía una señal a todo el mercado de la publicidad, a los anunciantes privados, de que Nexos es una revista mal vista por este gobierno. Estamos ante una disputa política en la cual se están utilizando, con propósitos politico-partidistas, a instituciones del Estado mexicano”.
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