ES TIEMPO DE ALCALDES

Tres alcaldes se perfilan como prospectos de sus respectivos partidos a la gubernatura que se disputará en 2027: la morenista Rosi Bayardo, presidenta de Manzanillo; la priista Tey Gutiérrez, edil de Villa de Álvarez, y el panista Riult Rivera, munícipe de Colima.

Es el tiempo de los alcaldes. La política local se ha vuelto cada vez más ‘local’, en la medida que los votos (se) cuentan y la gente tiende a ver con lupa el desempeño de sus gobernantes más cercanos.

El último gobernador que salió del gabinete estatal, fue Rodolfo Chávez Carrillo en 1955.

Los candidatos del PRI que cuando fueron destapados fungían como subsecretarios o equivalentes en el gobierno de la república, datan del siglo pasado: el general Jesús González Lugo (1949), Francisco Velasco Curiel (1961), Pablo Silva García (1967) y Antonio Barbosa Heldt (1973).

José Ignacio Peralta (destapado en 2015) también venía de una subsecretaría federal, pero había cubierto el requisito de pasar por el gabinete estatal y ser presidente municipal de Colima.

Por su parte, la última titularidad del Poder Ejecutivo local que salió del Senado fue Griselda Álvarez Ponce de León, en 1979.

Elías Zamora era alcalde de Manzanillo cuando lo postularon en 1985. Arturo Noriega Pizano (candidato en la elección extraordinaria tras el suicidio de Barbosa en 1973), Carlos de la Madrid Virgen (1991) y Mario Anguiano Moreno (2009), fueron ediles en Colima antes de lograr la nominación oficial al gobierno del estado.

Gustavo Vázquez Montes (nominado en 2003) era diputado local y presidente del PRI estatal, pero antes fue munícipe en Tecomán.

En la elección de gobernador de 1997, Fernando Moreno Peña venía de la rectoría de la Universidad de Colima, un cargo que la clase política considera una regencia. No por nada, el informe anual en la casa de estudios cierra el ciclo de los informes municipales.

Silverio Cavazos Ceballos, candidato en la extraordinaria de 2005 tras la muerte de Vázquez Montes en un avionazo, es la excepción reciente que surgió del Congreso.

Y fueron circunstanciales los espacios políticos de donde vinieron los gobernadores ‘chiquitos’ que cubrieron los interinatos a la muerte de Barbosa y Vázquez, o la anulación de los triunfos iniciales del profesor Gustavo y de Nacho Peralta:

Leonel Ramírez García (líder del Congreso, en 1973), Carlos Flores Dueñas (del gabinete saliente, en 2003), Arnoldo Ochoa González (del gabinete en funciones, 2005) y Ramón Pérez Díaz (la reserva estatal de talentos en 2015, si bien en su tiempo fue procurador general de Justicia, presidente del Supremo Tribunal y secretario de Gobierno).

El cambio de régimen lo inició Indira Vizcaíno Silva en 2021. Ella se lanzó desde la representación del Gobierno de México en la entidad, pero ya había sido dos veces diputada federal y, en el interín, alcaldesa de Cuauhtémoc.

TODA LA CARNE AL ASADOR

Más allá del desafío que implica hacer una gran obra de gobierno en un contexto de austeridad, el principal reto que enfrentarán los ediles de las cabeceras municipales más pobladas del estado es disminuir la inseguridad. Aparte, en su aspiración futurista cada uno de ellos enfrentará una competencia interna.

Siendo el proyecto para la continuidad del grupo gobernante, Rosa María Bayardo Cabrera tendrá que resistir tres años con una diana en el pecho. Los adversarios de Indira Vizcaíno entienden que, si la imagen de Rosi se deteriora, se abre la posibilidad para que otros liderazgos al interior de Morena (o en el entorno de la coalición con el PT y el Verde) promuevan a sus cuadros.

La lógica es que, si la presidenta de la república se mantiene fuerte, la gente votará por la candidatura que bendiga Claudia Sheinbaum. Y en esa ecuación, el factor Indira Vizcaíno suma y al mismo tiempo resta a las probabilidades de Rosi. Si al final del sexenio alguien lograra hacer creíble que el gobierno indirista nos quedó a deber, la solución electoral para Morena sería quitarle a la mandataria saliente la decisión.

En ese sentido, Indira la tiene fácil. Debe mostrar que hay un beneficio directo para la ciudadanía en el hecho de tener una mujer de Morena en Palacio Nacional, otra en Casa de Gobierno y, una más, en la Presidencia Municipal. Por lo demás, pensando en unos comicios estatales, hacerlo en Manzanillo es mucho más rentable electoralmente que invertir en Cuauhtémoc.

El objetivo de Lupita Solís es alcanzable: dejar constancia que Vizcaíno Silva no le guarda rencor a los habitantes de su tierra natal, donde el arribo de la 4T se había venido retrasando desde 2018; sino, al contrario, que le tiene un enorme cariño.

Por otro lado, siendo Tecomán la cuarta urbe más poblada del estado, el nuevo alcalde morenista Armando Reyna tendría que remontar dos desventajas para ser candidateable: es varón y, por lo tanto, no pertenece al selecto grupo de ‘las chicas superpoderosas’.

En cuanto a éstas, por las circunstancias que no le permitieron a Viridiana Valencia demostrar que podía ganar el Ayuntamiento de Colima, Indira ya no se enfrentará al dilema de sopesar los apoyos económicos y políticos que tendría que darle a una u otra munícipe. Pondrá toda la carne en el asador de Rosi Bayardo.

DE UN RANCHO A OTRO

Aunque la estadística favorece a la comuna de Colima por sobre la de Manzanillo como forja de gobernadores, en su primera sesión ordinaria de Cabildo y con la pugna por los cargos del Ayuntamiento que deben ser ratificados por el cuerpo edilicio, se evidenciaron las tensiones que apuntan a dos posibles escenarios para Riul Rivera:

O se convierte en el candidato soñado por una alianza PRI-PAN y de aquellos colimenses nerviosos porque las mujeres pretenden seguir gobernando; o, en su trienio, revienta la coalición tricolor–blanquiazul por el empeño del exgobernador Mario Anguiano en manejar como propia la marca Acción Nacional.

Los voceros del otro bando hablan de lo complicado que fue imponer al priista Francisco Ánzar como secretario del Ayuntamiento, toda vez que el panista Crispín Guerra tenía la vista puesta en ese cargo. Bajo el supuesto de que Riult se dedicará a hacer campaña para 2027, hubo muchos tiradores a la gerencia del municipio.

Se filtró que, incluso, la diputada federal Julia Jiménez estaba dispuesta a dejar su curul (claro, en el entendido de que la suplente es su hija y la familia no perdería esa dieta) con tal de cogobernar con quien ha sido su compañero de lucha. Al final, Julia mantendrá la dirigencia estatal del PAN que ha combinado en dos periodos con su banca en San Lázaro. Y desde ahí dará ánimos al correligionario que nada en un mar de tiburones priistas.

LA VILLA YA ES CIUDAD

Del Ayuntamiento de Villa de Álvarez no ha salido un gobernador, pero Esther Gutiérrez en su segundo periodo como alcaldesa está a punto de hacer viable una candidatura del PRI al Ejecutivo local.

Su mayor competencia al interior del Revolucionario Institucional la representa Mely Romero, pero la hoy senadora por la primera minoría fue candidata en 2021 y, aun cuando algunos insisten en que fue víctima de una concertación del gobierno de Peralta con el de López Obrador, para fines prácticos sufrió una derrota.

A su favor, Tey tiene la buena voluntad de Indira Vizcaíno que no la obstaculizó en su primer trienio y, que, como pasó con Margarita Moreno, la prefiere a ella y no a Riult como eventual rival de la candidata morenista. Máxime después de la rechifla que, en su toma de protesta, el alcalde de Colima toleró le dieran a la mandataria estatal.

Si el consenso popular se mantiene en la idea de que es “tiempo de mujeres”, Tey tendría al menos esa ventaja sobre su homólogo en la zona conurbada. Y, a diferencia de Riult, la maestra ya tuvo tiempo de administrar el conflicto entre sus apoyos panistas y sus respaldos priistas.

En la nueva administración, se mantiene el acomodo que resultó tras el asesinato del entonces secretario del Ayuntamiento, Alfredo Chávez, y los inútiles esfuerzos por desplazar a José María Cruz de cualquier cargo de confianza. Tey estrenó cabildo, pero mantuvo con solo dos excepciones a su equipo de trabajo.

Por cierto, el sello priista en la comuna villalvarense se remarca con la ratificación de Lizet Rodríguez como secretaria del Ayuntamiento y el nombramiento como contralor de Ramón García.

Sin embargo, el marquesado panista de Pedro Peralta Rivas sigue intacto en las empresas paramunicipales que procesan los residuos sólidos y los restos humanos (el nuevo ‘cementerio municipal’ lo opera un privado). Los intereses de la familia serán celosamente cuidados por la diputada del VII distrito local, Sofía Peralta Ferro.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com

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