En la visión catastrofista que dio José Ignacio Peralta Sánchez a El Universal (‘Esto apenas comienza, la economía va a colapsar: Gobernador de Colima’, entrevista con Juan Arvizu Arrioja, publicada el 17 de agosto de 2020), cabe adivinar una intención política: elevar la apuesta para negociar con el gobierno federal mayores recursos fiscales.
La situación financiera del gobierno estatal es tan desesperada que, según fuentes confiables, la administración peraltista está en tal grado de insolvencia que no puede garantizar siquiera el pago de aguinaldos.
Como pronóstico económico del país, la opinión de Nacho –con todo y su maestría en Inglaterra– no vale. Tampoco su crítica a la estrategia sanitaria contra el covid. Según Nacho, el gobierno federal no ha sabido administrar la pandemia ni la crisis económica generada por ésta, pero en ningún momento menciona una alternativa.
La 4T y el subsecretario López-Gatell cumplieron lo que prometieron: aplanar la curva de contagios, aunque eso suponía alargar la emergencia sanitaria, para evitar que el sistema hospitalario colapsara; promoviendo medidas de confinamiento y manteniéndolas el tiempo suficiente para mitigar el pico de la infección.
En un segundo momento, López-Gatell convocó a adoptar una nueva normalidad y reactivar paulatinamente a los sectores industrial, comercial y de servicio, en acuerdo a un semáforo que algunos gobernadores no respetan.
En un país donde más de la mitad de la población vive al día y no puede darse el lujo de quedarse en casa, se apeló a la conciencia social pero no se impuso toque de queda ni sanciones penales a quienes salen a la calle sin cubrebocas.
Por lo demás, el gobierno federal explicó en su momento que no hacen pruebas de detección masivas (en parte por el costo y) porque, especialmente las rápidas, no son cien por ciento confiables.
LO MISMO, A DESTIEMPO
Nacho Peralta tendría que explicarnos qué hizo diferente aparte de aplicar las mismas medidas del gobierno federal, pero a destiempo (antes o después, pero nunca oportunamente), falsificar las estadísticas (a la baja cuando le convino, al alza cuando decidió fomentar el pánico) e impulsar en días pasados una ley cubrebocas que criminaliza el sentido común.
En el uso de la mascarilla basa Nacho Peralta su confrontación con el presidente López Obrador. El mandatario colimense ha convertido el utensilio en un fetiche, pero no está demostrado que el tapabocas proteja al usuario de un posible contagio, con todo y que sea una medida higiénica para reducir la dispersión de fluidos en el caso de un paciente enfermo de covid o de cualquier otra enfermedad respiratoria.
Con tanto rezago legislativo, los diputados de la nueva mayoría colaboracionista perdieron tiempo en dictaminar y votar una ley que, por inaplicable, es letra muerta. No era necesaria una legislación especial, bastaba sumar a las regulaciones municipales para establecimientos comerciales que ya se expidieron y se aplican, una norma para el transporte urbano que es el espacio público donde no estaba generalizado el uso, y un programa gubernamental de distribución gratuita del tapabocas en camiones, tianguis y mercados.
Los clientes de restaurantes, supermercados o tiendas departamentales pueden pagar los cubrebocas, pero no así todos los pasajeros del transporte colectivo. Por ello, los concesionarios deben proporcionarlos y proveer alcohol en gel para los usuarios, además de desinfectar las superficies en sus unidades.
Para protegerse, lo mejor es fortalecer el sistema inmunológico y adoptar medidas de higiene personal como lavarse las manos y el estornudo de cortesía. El tapabocas, por lo demás, resulta contraproducente si no se cambia con regularidad ya que, con el aliento, quien lo porta crea un ambiente húmedo propicio para la reproducción de toda clase de bacterias.
COLPASÓ LA ECONOMÍA
Entre las muchas incongruencias de la entrevista de Nacho con El Universal, destaca su crítica a los alcaldes del país que han buscado sacar algún beneficio político de la pandemia, siendo que el Gobernador ha sido incapaz de coordinar una estrategia con los diez munícipes del estado.
Es vergonzoso también su lamento porque el puerto de Manzanillo no aporta recursos fiscales a las arcas del estado, cuando la derrama económica que genera Manzanillo se nota en toda la entidad.
Contra lo que sugería su perfil tecnocrático, el ex secretario de Fomento Económico no supo atraer inversiones ni crear las condiciones para que los colimenses nos beneficiemos más directamente del puerto, como sí lo han hecho las autoridades de Jalisco y Guanajuato.
Cerca de Guadalajara hay un centro logístico, un cluster de tecnología informática y maquiladoras de todo tipo. Y en el corredor León-Silao opera un puerto seco y una planta industrial que incluye al sector automotriz. Armadoras y manufactureras en ambos estados reciben sus insumos a través de Manzanillo, y por ahí exportan los productos terminados.
¿Qué ha hecho Ignacio Peralta, además de vegetar y soñar con convertirse en un interlocutor del presidente de la república, para aprovechar la posición estratégica de Manzanillo y el hecho de que el eje carretero y ferroviario atraviese las tres zonas metropolitanas del estado?
FELIZ CUMPLEAÑOS MAM
Incendió las redes sociales el presidente del PRI estatal, José Manuel Romero, con su mensaje de felicitación por su cumpleaños al exmandatario Mario Anguiano.
Una captura de la imagen tomada de la cuenta de Facebook de Romero Coello apareció en la portada del diario de la familia del gobernador Ignacio Peralta, diagramada de tal forma que hace ver el desplegado como una inserción pagada de casi un cuarto de plana.
El feliz cumpleaños de Romero a Mario es polémico porque la administración de Peralta Sánchez no ha podido hacer efectivo el cobro de una multa por casi 500 millones de pesos a su antecesor. Si hubiera recuperado esa cantidad, como lo ordenó el Congreso en la legislatura pasada, Nacho no habría tenido que tramitar un nuevo endeudamiento por casi 750 millones de pesos.
Sin embargo, prevalecieron los alegatos jurídicos y políticos de Anguiano Moreno. Muy elocuentemente, el exmandatario estatal demostró que el dinero del último préstamo que él solicitó durante su gestión no lo gastó su gabinete, sino el gobierno interino de Ramón Pérez Díaz.
Por si fuera poco, MAM sugirió que ese recurso económico se usó presumiblemente para financiar la campaña de JIPS en la elección extraordinaria, tras la anulación de los comicios regulares. Y en ese momento se acabó la discusión.
El guiño de José Manuel a Mario resulta también controversial porque Anguiano Moreno hizo público en su momento el apoyo a Virgilio Mendoza, dirigente estatal del Partido Verde que busca ahora ser candidato a la gubernatura por una coalición con Morena y el PT.
Hablamos en una columna pasada de la estrategia de Romero Coello para retener a los cuadros del priismo estatal, muchos de los cuales se han ido o coquetean con sumarse a proyectos políticos donde no figura el PRI. Y Mario podría ser el ejemplo perfecto para ilustrar el esfuerzo de José Manuel por mantener intactas las estructuras del viejo priismo colimense.
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