EXPLICITAR LA IDEOLOGÍA

Para Carlos Ramírez, los medios de comunicación no deberían tener ideología. “Pero si la tienen, que la hagan explícita. Reforma no esconde que es un medio conservador, pero el motivo de la queja de Andrés Manuel López Obrador contra ese periódico es porque tiene equipos especiales buscando qué error comete el Presidente para cuestionarlo por eso”.

Claro –dice el autor de la columna Itinerario Político–, “eso no le gusta a López Obrador porque él es el presidente que ganó con el 53% de los votos, que tampoco es una cifra histórica: López Portillo ganó con el cien por ciento [fue candidato único] y, hasta De la Madrid, el promedio de la votación efectiva a favor del PRI fue de 80%; incluso Salinas ganó por encima del 50, pero los porcentajes empezaron a caer con los siguientes”.

El triunfo es relativo, sugiere el columnista, aunque obtuvo un buen número de asientos en el Congreso de la Unión “López Obrador no ha podido sacar sus reformas porque le falta la mayoría calificada”.

Durante la conferencia titulada  ‘La prensa ante la Cuarta Transformación, redefiniendo el nuevo paradigma’, que dictó en la Facultad de Letras y Comunicación de la Universidad de Colima el miércoles 8 de mayo, en el marco de la II Semana del Periodismo que organizó Gobierno del Estado, Ramírez aseguró que “los medios sí están tratando de encontrar una redefinición [en la relación prensa-poder]. Y remarcó que tienen derecho a la publicidad oficial, porque es presupuesto”.

Cuando en 1981 José López Portillo le quitó por primera vez la publicidad a Proceso, precisamente por un reportaje de Carlos Ramírez con el que “nos metimos con Pemex y tumbamos a Díaz Serrano como precandidato presidencial, el mandatario le dejó en claro a Julio Scherer “que los medios no teníamos derecho a meternos en un proceso  que era propiedad exclusiva del presidente de la república, la sucesión. Scherer dijo: ‘Ah bueno’. Y le seguimos”.

En 1982, “por otro reportaje de un compañero”, otra vez le quitaron la publicidad de Proceso. Eso llevó a López Portillo a decir: ‘No pago para que me pegues’. Y a los ciudadanos a cuestionarse: ¿El Presidente es el dueño personal del recurso público?

“Cosa curiosa, López Portillo fue –y dicen que muy bueno– profesor de teoría del Estado. Por eso debía saber que es el Estado el que representa a la sociedad, no el Presidente”, resume el columnista.

ESCALAR LA CRÍTICA

En el caso de López Obrador, “se asume como titular del Estado y decide a quién darle publicidad y a quién no”. Sin embargo, reconoce Ramírez, se trata de una propuesta pues hasta el momento no han fluido los recursos públicos para la publicidad oficial.

“Lo que sí está haciendo el gobierno de la Cuarta Transformación es obligar a los medios a ser autosuficientes. Y el que lo logre, ya ganó. Y si gana, entonces la crítica va a escalar en contra del Presidente.

“Está orillando a los medios a que si hay zona social que está en contra de López Obrador, como está la otra mitad de la sociedad a favor, esa mitad inconforme de alguna manera puede subsidiar ese tipo de crítica.

“En Estados Unidos, cuando llega Trump a la Casa Blanca empezó a atacar a los periódicos. Y éstos empezaron a perder lectores, porque los acusó de ser títeres de Obama y de los Clinton. Fue entonces que los medios decidieron que el único mecanismo de legitimidad es criticar a Trump.

“Y han escalado tanto la crítica que llega, desde luego, a la invención de noticias, a la falsificación de notas, a la tergiversación de la realidad, rompiendo así el sagrado principio del periodismo norteamericano que era el equilibrio informativo”.

DEVALUAR LA VERDAD

Pero entonces “ocurrió que en los últimos dos años, luego que el New York Times estaba hundido en circulación, recuperó tres millones de lectores vía digital. Los suscriptores pagan porque el diario está cuestionando a Trump.

“El NYT cotiza en la bolsa de valores de Nueva York: en 2002, el costo de cada acción del periódico era de 50 dólares, altísimo; viene la crisis y en 2009 el precio baja a 4.3 dólares, una debacle causada porque el diario dejó de responder a los accionistas y se puso a defender la libertad de expresión; el diario retoma su interés por reconquistar a los inversionistas en 2017 y sube a 12.6 dólares la acción; apenas en mayo, llegó a 33.8 dólares.

“La crítica se convirtió, pues, en un mecanismo de capitalización. Pero se trata de una crítica tergiversada: buena parte de las notas ya están perdiendo calidad, cuando antes el Times era el templo sagrado de la veracidad.

“Eso se perdió. Jill Abramson la única editora ejecutiva que ha tenido el NYT y que fue despedida cuando exigió salarios igual a la de los hombres en su calidad de directora general, acaba de publicar un libro muy interesante que en español se llama Mercaderes de la verdad. El negocio de las noticias y la lucha por los hechos.

“Ahí explica cómo el NYT, The Washington Post, Vice y BuzzFeed utilizan su crítica a Trump para venderse ante militantes anti-Trump que están subsidiando a esta parte de la prensa.

“Lamentablemente, se llegó a este punto. El Post, templo de la libertad de expresión después de Watergate, llegó al punto de la quiebra al grado que tuvo que venderse al dueño de Amazon en una bicoca, 250 millones dólares, la misma cantidad que Carlos Slim le habían prestado al NYT para capitalizar algunos de sus proyectos digitales a cambio de hipotecar el edificio”.

PLUTOCRACIA MEDIÁTICA

Para Carlos Ramírez, “estamos frente a una redefinición de relaciones con el poder político, no de un nuevo paradigma. Los medios están pensando que deben acostumbrarse a ya no tener los grandes flujos de publicidad del gobierno. Y entienden que, al final, la administración López Obrador está teniendo su propio mecanismo de negociación política”.

Un caso muy interesante es el dueño de TV Azteca, Ricardo Salinas Pliego, quien acaba de recibir un el contrato para que el Gobierno federal use sus bancos y cajeros automáticos como el mecanismo más adecuado para la distribución de los beneficios de los programas sociales.

Eso significa, apunta el columnista, que TV Azteca ya pactó con López Obrador en forma indirecta. La televisora puede estar quebrada pero si el Banco Azteca tiene utilidades, se equilibran las pérdidas.

“Pero esto lo que nos dice en realidad es que a López Obrador no le interesan los medios, sino en este caso la representación que tiene Salinas Pliego de una plutocracia financiera”.

Por ese papel de enlace es que Ricardo Salinas encabeza el consejo asesor empresarial del Presidente. Y los empresarios que ya forman parte, están teniendo los beneficios de una relación con el Presidente, señala el columnista.

En la siguiente entrega, Ramírez explica por qué según él no se está dando una redefinición en el pacto histórico entre los medios de comunicación y el Gobierno de la 4T.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com. Esta columna también se puede leer en: www.carvajalberber.com y sus redes sociales.

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