FALTA COHESIÓN EN EL GREMIO

Para el periodista y académico Ricardo Raphael, “entre los grandes desafíos del periodismo en nuestro país está la incapacidad del gremio para enfrentar, de manera más o menos cohesionada, los distintos embates. En otros países, cuando el crimen organizado logra frenar una investigación periodística, el gremio presiona para continuar con ella y, de esa manera, pone alto a la amenaza. En México, ciertamente las fracturas al interior del gremio son una variable central en el nivel de violencia contra los periodistas”.

“En efecto, como gremio tenemos muchos temas que discutir: entre ellos la pauperización de salarios y prestaciones de quienes ejercemos el reportaje o el periodismo de investigación, pero también la distancia entre los medios de comunicación y los periodistas. En esta dirección del debate, hay opiniones distintas respecto a lo que puede constituir la propia mañanera” como un espacio de agresión.

Según el autor de la columna Política Zoom que se publica en Milenio Diario y colaborador habitual de Proceso, la mañanera “es un ejercicio informativo interesante cuando ofrece información, y un ejercicio deleznable cuando entrega interpretación y análisis, esto es, cuando el presidente (sin datos ni evidencia y probablemente sometido a trampas por parte de su propio equipo) comienza a decir falsedades y hacer inferencias que, en efecto, hacen mucho daño”.

Inevitable no pensar que el motivo de este último comentario es lo que el presidente López Obrador dijo de Ricardo Raphael el 16 de febrero, asegurando que hay periodistas que defienden al INE porque “los atienden muy bien”. AMLO puso como ejemplo de esto a Raphael de la Madrid, señalándolo como proveedor de servicios del Instituto Nacional Electoral. Y a esa acusación el periodista respondió en Twitter: “Miente el presidente cuando dice que he cobrado en el @INEMexico. Quien acusa debe probar. Es una calumnia”. Previamente, el también director del Centro Cultural Tlatelolco de la UNAM ya había aclarado a la revista Contralínea que no ha tenido ningún contrato con ese organismo.

“El problema principal del periodismo en este país es Andrés Manuel López Obrador –sostiene el autor de la novela Hijo de la guerra (Seix Barral, 2019)–. Una cosa es que sea un actor principal y fundamental en el ecosistema de comunicación, y otra que sea la variable principal para explicar el problema de la violencia. El amlocentrismo en el que hemos caído nos impide hacer un mejor trabajo como periodistas y observar los fenómenos de frente.

“Quizá no haya evidencia de intervención directa del presidente para correr, dañar o agredir a un periodista, pero sí la hay cuando hablamos de quienes son o han sido gobernadores. El veracruzano Cuitláhuac García, el bajacaliforniano Jaime Bonilla o el jalisciense Enrique Alfaro son indefendibles. La lista de funcionarios es larguísima, seguimos viendo al poder público agredir a periodistas, no podemos decir que eso ya se fue.

“Claro, las formas de operar de la presidencia han cambiado. Aunque la censura previa es un argumento que deberíamos explorar, porque bien puede ser cierto”, resume Ricardo Raphael evocando un concepto citado momentos antes por Raymundo Riva Palacio que describe, en el caso de lo que ocurre en las mañaneras, la imposibilidad de que se dé en México la libre expresión a través de cualquier medio de comunicación antes de que la idea sea emitida o publicada, por el efecto disuasivo que puedan tener en el periodista o creativo los señalamientos infamantes lanzados desde el poder.

AMLO NO DA ENTREVISTAS

Ricardo Raphael estuvo con Adela Navarro, Julio Hernández ‘Astillero’ y Raymundo Riva Palacio en el foro virtual (MeetPoint) ‘Prensa y poder en tiempos de conflicto’ que moderó Enrique Quintana, vicepresidente y director general editorial de El Financiero, el 3 de marzo de 2022 en el canal de El Financiero-Bloomberg (https://www.youtube.com/watch?v=nekC5eBpfug).

Cuestionada respecto a si las cosas son percibidas en la capital del país de distinta manera que en una ciudad fronteriza como Tijuana, la directora del semanario Zeta, Adela Navarro, comenta:

“Si el tema es la mañanera, es lo mismo en la Ciudad de México que en Baja California. Hace unas semanas estuvo por acá el presidente de la república y, precisamente, en la conferencia de prensa deslindó a Jaime Bonilla de toda sospecha en el asesinato de Lourdes Maldonado. A pesar de que es una investigación abierta, el presidente dijo que no había elementos que vincularan al exgobernador con la muerte de la periodista.

“La mañanera transitó, así, de un ejercicio de acceso a la información para dar a conocer lo que el gobierno de la república está realizando, a un sistema inquisitorio donde el presidente se erige como juez para deslindar a un exgobernador.

“La mañanera ha servido también para que el presidente señale a periodistas como Carmen Aristegui, de quien dice López Obrador que engañó a los mexicanos y lo engañó a él. En la conferencia de prensa de Palacio Nacional ya no hay tanta información como requieren los mexicanos y, específicamente, los periodistas. Es más una manera de controlar la agenda pública nacional.

“El presidente ya no concede entrevistas. Previo a que ganara la presidencia de la república, cada vez que Andrés Manuel estuvo en Baja California concedió a Zeta una entrevista y respondió a todas las preguntas. Como presidente ya no quiere responder preguntas. Hemos solicitado entrevistas para conocer algo más allá del mensaje que él quiere proporcionar y fijar en la agenda pública a través de la mañanera, pero no hay acceso.

“En la mayoría de los reportajes de investigación de los últimos tres años la información ha sido provista a través de los mecanismos de transparencia y acceso a la información, porque en este gobierno persiste la opacidad de las administraciones anteriores. Así como fueron opacos los gobiernos de Calderón y Peña Nieto, lo es el gobierno de López Obrador. Se reservó mucha información sobre el tema de las vacunas, el Tren Maya y otras obras insignia de la presidencia de la república, que no se va a liberar hasta dentro de cinco años.

“Pese a que la mañanera es diaria, no hay un acceso directo a la información. Lo que se maneja en la conferencia de prensa es la agenda que se quiere imponer desde Palacio Nacional. La mañanera, pues, no ha sido un instrumento que abone a la libertad de expresión, la transparencia ni a la información puntual a todos los mexicanos”, resume Adela Navarro, actual ocupante del sillón que fue de Jesús Blancornelas.

AGRESIONES EN LA MAÑANERA

Raymundo Riva Palacio, autor de la columna Estrictamente Personal que publica El Financiero y conductor de un espacio con ese mismo título en Foro TV, coincide con Ricardo Raphael en que el gran problema del periodismo mexicano es el amlocentrismo:

“Si bien la mañanera tiene un componente de información como toda conferencia de prensa, no deja de ser un espacio de gobierno. Si uno analiza las mañaneras a lo largo de la semana, tienen su parte de difusión, de divulgación, de propaganda, de información e, incluso, de eventos que anteriormente se repartían a lo largo del día pero que hoy se concentran en un lapso de hora y media a dos horas y media.

“Si lo contabilizamos en términos de minutos y si vemos su estilo de gobernar, en la 4T López Obrador ocupa el centro de la atención. Es difícil que haya secretarios de Estado que participen en la discusión pública, cuando el presidente jala todos los reflectores. Si bien lo que se discute en la mañanera genera secuelas y reacciones, hay agregados y contextualización, el ejercicio de gobierno de esta administración está concentrado en dicho espacio.

“Ciertamente, el presidente no es el mayor riesgo para la libertad de expresión. En sí mismo, Andrés Manuel no es el problema. Pero lo que el presidente genera con esta actitud pendenciera contra periodistas y medios todos los días –muchas veces con razón, muchas otras sin ella–, se ve reflejado en la actitud de gobernadores como Cuitláhuac García y Miguel Barbosa o exmandatarios locales como Jaime Bonilla.

“La mañanera no es una réplica ni un desmentido de las noticias falsas con base en razones. Es una agresión y, por eso, López Obrador genera otros climas de agresión. Cuando sube con un mazo a golpear a quien ese día se le atraviese simplemente porque amaneció de mal humor, motiva que lo copien aquellos gobernadores que se manejan con soberbia y prepotencia.

“El presidente no atenta contra los periodistas, en ese sentido es auténtico. Pero lo que sí hace es empoderar a los sátrapas que abundan en este país y generan sus propios climas de inestabilidad en entidades donde la situación cotidiana de los periodistas es muchísimo más grave que en la Ciudad de México”, señala Riva Palacio.

LA ÉLITE NO ES DEFENDIBLE:

Julio Hernández López es un periodista de provincia que llegó a la Ciudad de México y, aunque hoy radica en Guadalajara, sigue ejerciendo un periodismo de cobertura nacional. Como protagonista de la comunicación, ha encarnado tanto a los periodistas independientes como a los emprendedores de medios, comenta Quintana.

Ahora mismo, además de la columna Astillero que publica La Jornada y otros muchos impresos y plataformas, genera para las redes sociales productos con la marca Julio Astillero: un informativo y una videocharla, entrevistas y mesas de debate. Con sus medios digitales se ha podido saltar a las grandes empresas que en el pasado eran la única forma de hacer llegar opinión e información, observa el moderador de la mesa.

Con esa experticia, Julio Astillero puede decir que “es absolutamente indefendible la conducta de la mayoría de los gobernadores y los presidentes municipales de las ciudades más importantes del país. En lo general, esos gobiernos están construidos a partir de la confluencia de factores oscuros (desde el financiamiento del crimen organizado hasta aportaciones empresariales) y de un gran desdén hacia la población”.

“Hablo de todos, incluyendo a los de Morena. Bonilla es impresentable como empresario, político, gobernador o, ahora, como aspirante a otro cargo federal. Ha cometido muchos errores”. El más sonado fue cuando quiso extender el mandato de dos años y meses para el cual fue electo gobernador de Baja California, a un periodo de cinco años.

“A Cuitláhuac García le quedó muy grande el paquete de un estado tan importante como Veracruz. Y no se hable de Puebla, donde gobierna Barbosa. Así podemos repasar el resto del país pero no es una situación diferente a la que habíamos visto en el pasado, es que antes no había tanta difusión a estos hechos.

“Frente a esas agresiones ha habido una inmensa movilización de los periodistas de a pie, que no son los periodistas de élite. En el fondo, la protesta del periodismo auténtico, crítico y honesto es contra ese modelo empresarial y político que, por una parte, ha llevado al país a la ruina y, por otra, mantiene en bonanza a las grandes corporaciones de comunicación y a sus propietarios. Esos mismos empresarios que no se han medido a la hora de golpear, atacar y dañar a los periodistas en activo, a los de a pie”, sostiene Astillero.

ALTERNATIVA A LO QUE FUNCIONA

“Tampoco muchos de los que aquí estamos, haciendo entusiastas críticas a lo que sucede en el periodismo, podríamos poner los pies en una marcha o manifestación de periodistas auténticos –sentencia Hernández López–. Si asistiéramos, nos reprocharían nuestra conducta anterior como miembros del aparato de recepción de dinero, privilegios y contratos que nos convirtieron, y hablo en plural para no hacer exclusiones, en voceros del poder.

“Asistimos a la debacle de un modelo tradicional de periodismo que ya no está funcionando, porque nadie les cree a los voceros del periodismo convencional empresarial. ¿Cómo creer a columnistas que hasta presumen de ser telépatas? Porque telepatía es cuando, por ejemplo, sin estar presentes en una conversación entre el presidente de la república y sus funcionarios en los salones de Palacio Nacional, esos periodistas son capaces de relatar a manera de crónica lo que pasó a puerta cerrada, como si hubiesen pegado el oído”.

“Frente a este tipo de periodismo se ha levantado, con muchos altibajos e imperfecciones, la opción que se está dando en las redes sociales. Es una alternativa de voces frescas, distintas a esas voces ya resquebrajadas y que dejaron de funcionar porque siguen en la lógica del servicio a los poderes económicos y políticos.

“Buena parte de la opción informativa está en las redes sociales. Es una alternativa no sólo con altibajos sino con claroscuros, pero supone una opción frente a ese periodismo tradicional que sigue reclamando e, incluso, aprovechando la narrativa de las agresiones al periodismo auténtico.

Dicen que cuando los periodistas de élite son señalados desde Palacio Nacional y directamente por el presidente de la república, se trata de un ataque al periodismo en general. Y no lo es. Es un señalamiento a un periodismo desprestigiado, ineficaz y caduco, que ya no está funcionando ni tiene futuro. Señalamiento que también debería hacer la sociedad”, concluye Julio Astillero.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com

Comentarios

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *