El lunes 8 de marzo conmemoramos el día internacional de la mujer. Con tal motivo, en México y en muchas otras ciudades, hasta en Colima, tuvieron lugar diversas marchas. Las mujeres en todas partes luchan por gozar de igualdad con los hombres y resulta difícil que alguien, medianamente cuerdo, les pudiera regatear el derecho a hacerlo.
Muchas son las desigualdades que se sufren en México y si no fuera suficiente con la observación de cada uno de nosotros, diversos estudios dan cuenta de ello. Muy dolorosa resulta la diferencia entre pobres y ricos o la discriminación que sufren los indios, la comunidad afromexicana, los viejos o los discapacitados por citar sólo algunos de los motivos de desigualdad y discriminación existentes entre nosotros. A cuál más nos señalan y nos dañan. Resulta muy importante avanzar en muchos frentes paralelamente, para que tengamos un país más igualitario y más justo. Y seguramente, debemos avanzar parejo en todos los frentes, pues la justicia social debe existir para todos los mexicanos por igual. No podemos consentir que haya mexicanos y mexicanas de primera ni de segunda, todos somos igual de importantes.
Pero igualmente debemos avanzar para que todos los mexicanos tengamos acceso a la salud, a la educación y en general, a una vida digna. Y la 4T trabaja en eso.
Los colectivos feministas han sido particularmente protagónicos durante los primeros años del gobierno cuatroteísta. Han marchado y destruido, han gritado y lastimado, han exigido y ofendido. Pero sobre todo, han desaprovechado la verdadera oportunidad para avanzar en sus demandas.
Por primera vez en muchos sexenios, tenemos un gobierno sensible a estos temas. Vemos la forma en la que ha crecido la proporción de mujeres en el gabinete federal y en otros muchos puestos de decisión en el gobierno federal, en las cámaras, en el poder judicial o en los organismos autónomos sin dejar de reconocer que muchos de esos nombramientos se han hecho por parte de Andrés Manuel o bien, a propuesta suya. Sin desconocer además, que se ha actuado en casos viejos que ya se habían archivado como el de Mario Marín, el gober precioso, o el de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre y su red de prostitución, entre otros, casos de esos que han ofendido a los grupos feministas.
Con avances como los citados, se antoja hasta injusto, tachar al Presidente como antifeminista, o señalar así a la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, como los han acusado en repetidas ocasiones. Y es que varios colectivos feministas han sido infiltrados por la derecha más conservadora para utilizarlos para golpear a Andrés Manuel o a Claudia.
Y es que ningún otro intento de la derecha para golpear y ensuciar al Presidente ha resultado tan productivo a las derechas como el movimiento feminista. Ninguno de los presidentes recientes había sido feminista, inclusive uno de ellos, hizo famoso aquello de las lavadoras de dos patas y un influyente líder pianista se refirió a las mujeres como el viejerío. Y de pronto resulta que esos son los ideólogos de algunos de los colectivos feministas. ¡Qué contradictorio!
Entre los personajes de la farándula se cuentan algunos que se han caracterizado por su misoginia excesiva, como el tal brozo. Y de pronto resulta que algunos distinguidos conservas apoyan al payaso como ideólogo feminista y muchas mujeres, aplauden. ¡El mundo al revés!
Lo triste de estos actos es que muchas mujeres envalentonadas no se han percatado de que son utilizadas por esas derechas hipócritas que tienen metas completamente opuestas a las de las mujeres y que éstas están desaprovechando una oportunidad única para acercarse a su ideal de igualdad. Han querido desconocer que ningún gobierno anterior, había hecho por las mujeres, lo que el actual ha hecho. Además son ignorantes porque lo que sucede ahora con el Gobierno de la República es lo mismo que había pasado en el Gobierno del Distrito Federal cuando Andrés Manuel fue su jefe. ¿O ya se les olvidó?
Triste feminismo este que vivimos. Y por eso exigen sus derechos como si fueran el único grupo ultrajado y por tanto, el único que debiera reivindicarse. La lucha no debe ser así y para que lo sepan, la lucha, para que se le pueda considerar como tal, no puede ser de un día sino de toda una vida.
Los respetos del juntador de estas letras, sin embargo, para aquellos otros colectivos feministas que han sabido identificar sus objetivos y que continúan su lucha, codo con codo, construyendo con el Gobierno cuatroteísta. Alabó su ubicación en el lado correcto de la historia y en su lucha sin estridencias, logran avances reales y cumplen con sus objetivos. Ya somos un país más justo que hace tres años y muy pronto lo seremos todavía más. Ayudará tener un gobierno cuatroteísta en el Estado y presidido, además, por una gobernadora y alcaldías cuatroteístas en todos los municipios, así como mayoría en los congresos. Y para allá vamos, sin duda.
Es todo. Nos encontraremos pronto. Tengan feliz semana.