Sin duda, las nuevas reglas de Twitter obligan a los usuarios de esta red a replantearse la conveniencia de continuar generando o distribuyendo contenido a través de su cuenta en esa plataforma del pajarito azul o elegir Facebook.
Incluso, los fuerza a explorar las posibilidades de comunicación que le ofrecen redes que nacieron con un propósito distinto a facilitar la conversación pública, como son TikTok o Instagram.
En menos tiempo de lo que les llevó a Twitter y a Facebook, esas otras redes empiezan a tener muchísimo poder y a jalar a millones de usuarios, señala Ernesto Ledesma a su invitado Alberto Escorcia, especialista en seguridad digital y experto en redes sociales.
¿Qué políticas tendríamos que asumir los medios de comunicación ante decisiones tan importantes como pagar o no pagar por la verificación en Twitter? ¿Hay que alinearnos en general con las nuevas políticas decretadas por Elon Musk, empezar a buscar otras plataformas o trabajar con varias simultáneamente?
Estos cuestionamientos los hace el conductor del noticiero Momentum de Rompeviento TV en la segunda charla con Escorcia en menos de una semana, el lunes 7 de noviembre de 2022 (https://www.youtube.com/watch?v=aWMWMVwnENU), apurada por el anuncio que hizo Elon Musk de cobrar 7.99 dólares mensuales por mantener el estatus de cuenta verificada (la famosa palomita).
CUENTO DE NUNCA ACABAR
Para Alberto Escorcia, “es el cuento de nunca acabar. Al inicio, las redes sociales eran un canal de difusión de los medios, de los bloggers y de los activistas. El contenido que uno producía era distribuido en esas redes. Pero, ahora, se ha convertido en lo contrario: acabamos siendo creadores de contenido específico para cada red. Y terminamos en una especie de esclavitud porque hay que crear un contenido para Twitter, otro para Facebook y otro para YouTube”.
Por lo demás, estas redes están compitiendo entre sí por la propiedad del video en internet. “Si uno publica un video en YouTube, en Twitter el video no se despliega. Si uno publica una foto en Instagram, en Twitter no aparece. Y así también en Facebook, un video que se publicó en YouTube está limitado. Esta competencia entre las redes para ser un canal exclusivo, está poniendo muchas limitantes a los creadores de contenido y nos convierte en trabajadores de las plataformas”.
“Ellos monetizan nuestros contenidos, sacan provecho de toda la información que ponemos ahí, del interés que despiertan las palabras que decimos. Los algoritmos son capaces de procesar todo lo que estamos poniendo en videos, artículos o posts. Y se benefician de la venta de la información procesada en masa. Estamos aportando muchos datos que ellos procesan como si fuera petróleo, y los derivados son muchos de los productos que venden las agencias de publicidad.
“De todo ese dinero que generan las grandes transnacionales, no recibe nada el medio o el creador de contenido. Las plataformas dejaron de ser difusores para fungir como canalizadores, como granjas de personas. Pero los que originamos el contenido, no nos beneficiamos en nada. No hay ningún retorno de esa actividad comercial que, a final de cuentas, es una relación de trabajo”, comenta Escorcia.
AUDIENCIAS AL RESCATE
“Ante ello, lo que les queda a los medios es seguirse supeditando a las redes sociales o pedirle a su base de usuarios que los apoyen”, dice el director de LoQueSigue.TV que, en 2014, ganó el prestigiado premio The Bobs por el mejor blog en español. Escorcia colabora con medios internacionales y nacionales en temas de redes sociales, brindando asesoría y capacitación a medios de comunicación, instituciones, organizaciones y activistas en el uso de la red para que, de forma orgánica, den a conocer sus actividades. El experto tiene como misión denunciar la tecnocensura y la manipulación en internet y redes sociales.
“Un medio, periódico, blog u oenegé no puede trabajar para generarle contenido a una transnacional, pero librarse de eso depende mucho de la solidaridad de sus audiencias. El problema es cuando éstas prefieren las redes para acceder al contenido de las organizaciones no gubernamentales, por ejemplo.
“Hay que regresar a nuestras páginas y pensar en planes de suscripción. En países como México, no es una práctica común. En Estados Unidos y en Europa (en concreto, en España) hay más solidaridad de las audiencias, la gente se compromete realmente con sus medios de comunicación.
“En México es un verdadero reto. Pareciera que el único camino que nos queda es acudir a la publicidad oficial (algo que, con tal de mantenerse independiente, nadie quiere hacer) o apelar a la monetización (aunque eso implica esclavizarse como creador de contenido para las plataformas).
“La gente debe saber que nos hemos convertido en trabajadores sin sueldo de las plataformas”, sostiene Escorcia. Y depende de su apoyo que los medios sociales puedan tener viabilidad financiera y, con ello, independencia.
PAGAR POR TRABAJAR
Rompeviento TV es un canal de internet que difunde sus programas a través de plataformas como YouTube, Facebook y Twitter. Pero son éstas las que imponen las reglas sobre los creadores de contenido, reconoce Ledesma.
En Facebook, por ejemplo, para que puedas tener mayor alcance debes pagar. No importa el número de seguidores que tengas, cuando publicas algo ellos solamente lo comparten al siete por ciento de tus seguidores. Ese mínimo porcentaje es el que puede tener acceso a lo que publicas, cuando la lógica indica que si tienes 150 mil seguidores, ese alcance deberías tener.
Como medio social, RompevientoTV dejó de contratar publicidad para tener más alcance en Facebook, porque no es justo que si el equipo de Ledesma produce (pone el set, las luces y las cámaras) y genera el contenido (hace el reportaje o la entrevista), encima tenga que pagar por la transmisión.
La tarifa mensual por verificación anunciada por Twitter, los coloca ahora en el mismo dilema. Eso es algo que tendrán que hablar los medios de comunicación en sus consejos editoriales, para tomar las decisiones que consideren pertinentes, adelanta Ledesma.
Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com