IDENTIFICAR EL GÉNERO

Un tema que ha tomado relevancia en la discusión pública desde hace unos años es el papel del periodismo y, concretamente, el papel del periodismo militante –señala Arturo Rodríguez. El reportero de Proceso moderó la mesa que sobre esta cuestión convocó la XII Feria Internacional del Libro del Zócalo, en la que participaron Alina Duarte y Témoris Grecko. Estaba invitada también Violeta Vázquez-Rojas, pero no pudo asistir.

Para abordar el desempeño del periodismo militante, podemos partir de diferentes conceptos. De entrada, invitó a distinguir entre el periodismo informativo y el periodismo de opinión. En el primer bloque se encuentran géneros periodísticos como la nota informativa, el reportaje, la crónica y la entrevista. En tanto que, en el caso del periodismo opinativo, se pueden encontrar la columna (que muchas veces tiene una hibridación con el periodismo informativo), el editorial, el artículo de opinión o el análisis, un formato usual en España.

Explica Rodríguez esta distinción porque, muchas veces, la confusión en los géneros propicia una serie de generalizaciones sobre aquellos periodistas que los ejercen. Principalmente, la diferencia en términos ideológicos se marca en los géneros opinativos. Cuando leemos columnas o artículos de opinión, observamos cuáles son las posturas ideológicas de los autores. Al escribir, los periodistas se adscriben a alguna corriente de pensamiento o corriente política. Y, en una coyuntura o en un momento histórico específico, llegan a abrazar la militancia de una expresión política.

La militancia, de izquierdas o de derechas, es válida siempre y cuando haya transparencia, es decir, que la posición del articulista sea explícita. También le parece válido a Rodríguez que aquellos géneros periodísticos informativos que aplican técnicas para la construcción de la noticia tengan una orientación que sirva a la difusión de expresiones políticas. Esto es, que sean militantes, siempre y cuando esa militancia sea transparente.

Al final, el ciudadano decidirá si acude a esas expresiones militantes o bien a aquellas que se reivindican en un margen neutral, como solemos hacerlo algunos periodistas en México y en el mundo, concluye su introducción el reportero del semanario Proceso desde hace casi 18 años.

FEMINISTA Y SOCIALISTA

En el foro Ricardo Flores Magón, el sábado 8 de octubre de 2022 (https://www.youtube.com/watch?v=_ONJkQrqSgY) se desarrolló esta mesa redonda sobre el periodismo militante, dentro de la feria del libro de la Ciudad de México organizada por la Brigada para Leer en Libertad.

De los panelistas, la primera en hablar es la periodista independiente Alina Duarte, quien se ha declarado “xochimilca, feminista, socialista, antiimperialista, anticapitalista y antifascista”. Para abordar la cuestión, Alina explora la bibliografía disponible sobre periodismo militante.

“Google pone en la lista un libro de Gabriel García Márquez que originalmente no tenía ese título, pero se trata de una recopilación en italiano de varios de sus textos que los editores reunieron en esa lógica de periodismo con militancia.

“La gente me pregunta en los medios o incluso en la calle si soy periodista o activista”. Eso tiene que ver con la transparencia con la que Alina se presenta como una periodista comprometida con ciertas causas. Pero, por lo general “no le preguntan eso a la gente que se posiciona claramente desde la derecha, en defensa de los intereses de las oligarquías o de los empresarios. Nunca se les cuestiona siquiera si son periodistas. En cambio, a una que habla de las luchas sociales, de hacer las coberturas en las calles (sigo sin entender un periodismo de escritorio), la gente te relaciona inmediatamente con las causas.

“En esa misma lógica de los grandes medios corporativos, se piensa al periodismo militante como aquel que pregona vivas a la 4T o a Andrés Manuel López Obrador, o, peor, vivas a la revolución bolivariana. Y, no, se hace periodismo militante cuando damos voz a los que evidentemente no aparecen en esos grandes titulares de The New York Times ni de las otras cabeceras que imponen la agenda mediática.

“Como el expresidente de Ecuador, Rafael Correa, dijo en una entrevista: desde que se inventó la imprenta, prevalece el interés del dueño de la imprenta. Y, en efecto, las voces y los rostros de quienes realmente hacen la historia, las revoluciones, las transformaciones, no suelen estar en pantalla.”

PERIODISMO ENTRE PERIODISTAS:

Alina celebra este tipo de foros porque, “muchas veces, hablamos y reportamos sobre los sindicatos, las uniones campesinas, los movimientos estudiantiles, pero poco dialogamos entre periodistas y sobre periodismo”.

“Lamentablemente, nos encontramos en protestas cuando asesinan a nuestros compañeros, cuando tenemos que hablar de la violencia que se ejerce contra los periodistas. Pero, también, en los últimos años se ha dado un debate importante respecto de hacia dónde están yendo los grandes medios de comunicación, qué significa ser un medio independiente o qué trascendencia tendrán fenómenos como el de los youtubers.

“Con el desmantelamiento de las narrativas impuestas por los modelos neoliberales, evidentemente la gente busca otras fuentes de información. Podremos disentir de la forma y del contenido en el trabajo de muchos compañeros, pero lo cierto es que la lógica de la información está cambiando. Con el desarrollo de las redes sociales, algunos de los medios hoy más vistos se difunden por YouTube. La gente se informa a través de esas plataformas, con compañeros muy profesionales como son Los Periodistas de Sin Embargo.

“Cuando se habla de periodismo militante, la gente piensa en una lógica partidista, de defensa de un gobierno y de aquellos que se benefician de él, de vocería de los que ya ascendieron en las estructuras institucionales. Y no, la militancia no tiene que ver solamente con la posición que se tenga respecto a un gobierno. La militancia radica en la defensa de la verdad, la búsqueda de la justicia, incluso en abonar para establecer mecanismos de no repetición.”

GUACAMAYA NO ES WIKILEAKS

“Por estos días, a muchos compañeros les está costando trabajo seguir hablando de Julian Assange, en cuyo apoyo se hizo una jornada global en solidaridad. Precisamente, venimos de una manifestación frente a la Embajada de Estados Unidos”, apunta Alina Duarte.

“Después de los Guacamaya Leaks pareciera que no se puede hablar más de filtraciones o, por el contrario, que es necesario posicionarse como los nuevos Assange, cuando claramente no viene al caso tratar de equiparar la revelación de crímenes de lesa humanidad que hicieron Julian Assange y Chelsea Manning con WikiLeaks o Edward Snowden”, con lo que hacen otros como Carlos Loret o Peniley Ramírez, a quienes ni siquiera menciona Alina por su nombre.

“Hoy enfrentamos a la realidad, con la conciencia de nuestros derechos. Queremos saber la verdad y aportar a la justicia. Pero debo hacer un llamado a seguirnos cuestionando. Es un momento de quiebre. Para alguien como yo que, como corresponsal, he estado mirando hacia el sur (mis coberturas durante estos años han sido de los procesos que se asumen progresistas en América Latina), un tema prioritario es descubrir cómo se comunican las luchas y, en el proceso, cómo no hacerle el juego a la derecha.” Cuando la gente actúa como la derecha, continúan en el poder los gobiernos y hegemónicos los partidos de ese signo.

HACER UNA VAQUITA

Sin embargo, el temor a hacerle el juego a la derecha no puede limitarnos al cuestionar un gobierno progresista. “Hay que quitarnos también esas vendas, porque nos merecemos la sociedad que hemos querido construir durante décadas. El hecho de llegar a una Cuarta Transformación como la que se dice está viviendo el país, no tiene que ver exclusivamente con una persona sino con las luchas históricas que se han venido dando: las luchas estudiantiles que dieron nuestros abuelos en el 68 y en el 71, en el 99 en la UNAM o en Ayotzinapa; las luchas campesinas, indígenas, obreras y sindicales”. Nos merecemos seguir exigiendo un cambio en el país.

Mucha gente se conforma con aquellos medios que les dicen lo que quieren escuchar. Y cuando periodistas como Alina se salen de ese discurso, los acusan de ser “una radical castrochavista que no entiende nada de lo que está pasando en México”.

“Sin embargo, este es un gran momento en donde se abren las puertas para que sigamos discutiendo y exigiendo a nuestros legisladores y al presidente de la república, ese horizonte que se nos prometió y que queremos construir. Medios de comunicación distintos, son sólo el primer paso.”

Como internacionalista (Alina no estudió periodismo ni ciencias de la comunicación), “creo que las luchas en otras latitudes pueden demostrar el rol que deben de tener los medios de comunicación, la ética que deben tener los periodistas al momento de mostrar lo que está ocurriendo a nuestro alrededor”.

Las coberturas que ha hecho en Bolivia, recientemente en Brasil, no habrían sido posibles sin la gente. Cuando Alina llama en sus redes sociales a hacer una vaquita, sus lectores responden y le permiten andar de aquí para allá. “Yo soy muy feliz de informarles con esa obligación para con la gente que está haciendo posible este periodismo, apoyándome. En ese mismo sentido, quiero mostrarles lo que los medios corporativos están ocultando. Lo hago no solamente por placer, sino por obligación”, sostiene Duarte.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com

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