Debe ser triste para un gobierno que no acaba de empezar –aunque ya consumió la mitad de su periodo– iniciar el juego sucesorio. Pero eso es lo que hizo Ignacio Peralta al designar al regidor capitalino Walter Oldenbourg como secretario de Fomento Económico.
Se trata del primer nombramiento en el proceso de renovación del gabinete, en donde todavía quedan algunos despachos acéfalos, y no será Walter el único secretario de refresco que se integrará a la caballada oficialista.
Cuesta trabajo hablar de una caballada priista cuando probablemente el candidato del Revolucionario Institucional en 2021 ni siquiera milite en ese partido o no sea visto como un correligionario por las bases del tricolor, como sería el caso de Oldenbourg.
En espera de que se completen los nombramientos, podemos especular que el candidato de Nacho Peralta a sucederlo eventualmente saldrá del Verde Ecologista. En ese caso, recaería el dedazo en otro regidor de oposición a quien tendrían que llevar a la administración estatal. Virgilio Mendoza, por supuesto.
SIN BAÑOS DE PUEBLO
Sin afán de hacer futurismo, nos limitamos a leer las señales que envió el gobernador Peralta con esta designación:
En primer lugar, José Ignacio Peralta Sánchez redobla su apuesta política por Walter, el candidato del oficialismo al que más recursos y entusiasmo le invirtieron aunque no consiguió su objetivo: ser presidente municipal de Colima.
Al ir a Sefome y no a Desarrollo Social donde se supone que tendría más oportunidad de rozarse con el pueblo, se confirma el perfil de Oldenbourg Ochoa como un empresario político, más empresario que político.
En otras condiciones Sedescol habría resultado una cartera electoralmente más rentable (de ahí que el gabinete entero se dedicara a sabotear la gestión de Indira Vizcaíno cuando se hizo cargo de esa Secretaría), pero no lo es en el contexto de un gobierno estatal que no tiene vocación popular y, mucho menos, bajo la presidencia de López Obrador donde la propia Indira –ya como superdelegada federal– concentrará el gasto social.
Finalmente, al rescatar a un cuadro que había sido confinado al Ayuntamiento de Colima en calidad de regidor de oposición, el Gobernador establece nuevos estándares para la competencia política.
Para seguir una carrera ascendente ya no se necesita ir acumulando triunfos: en las actuales circunstancias del PRI, basta con lograr una cosecha nutrida de votos.
DENTRO DEL PRI, MELY
Que la sucesión de Ignacio Peralta se plantee desde el gobierno del estado como un juego de políticos reciclados, fortalece las aspiraciones de Mely Romero Célis, actual secretaria de Gestión Social del comité ejecutivo nacional del PRI.
Como candidata a la diputación federal por el primer distrito, Mely fue la priista que más votos obtuvo en los comicios generales de 2018. De haber sido otra la conducta del electorado, con los sufragios obtenidos podría haber alcanzado la victoria. Pero esta vez la gente acudió a las urnas en masa… para manifestarse en contra del PRI.
Aunque la responsabilidad conferida por la presidente nacional del tricolor, Claudia Ruiz-Massieu y Salinas de Gortari, termina a inicios de 2019, Mely podría formar parte de la planilla con la que la sobrina del ex presidente buscará encabezar al Partido en un nuevo periodo, ya no como dirigente interina.
Como subsecretaria de Desarrollo Rural en Sagarpa, Mely trabajó coordinada y cercanamente con Ruiz Massieu, como secretaria general del CEN. Los programas de gallinas ponedoras y otros similares, cumplieron una función electoral pues estaban destinados a mantener la lealtad política de las clientelas del PRI.
Aun si no la ratificaran en esa cartera, haber formado parte del comité ejecutivo le dio a la ex senadora una proyección política nacional. Mely, por su edad y su género, es un cuadro valioso e insustituible para la Confederación Nacional Campesina. Y no es remoto que antes de 2021 consiga la secretaría general de la CNC.
TODO QUEDA EN FAMILIA
La distancia que JIPS ha mantenido con el partido que lo postuló, hacen sospechar a la militancia de que probablemente el candidato del gobernador Peralta no salga del PRI. Ni siquiera tendría que recaer la nominación en un cuadro de un instituto aliado del tricolor, como lo fueron en el pasado el Verde y Nueva Alianza.
No son pocos los priistas convencidos de que el mandatario estatal tiene una agenda secreta. Y abundan los rumores en el sentido que el candidato de Nacho será postulado por Morena.
En lo único que no concuerdan los mentideros políticos es si, para su proyecto alterno, Peralta jugará –como lo sugieren las reuniones en Palacio y las coincidencias en temas como el retiro de la caseta de Cuyutlán– con la diputada Claudia Yáñez Centeno, con su antiguo compañero en el ITAM, Mario Delgado Carrillo, o con Indira Vizcaíno.
Hay una tercera vía, que el candidato de JIPS surja de Movimiento Ciudadano. Como se ve en los eventos públicos en los que han coincidido el gobernador y el alcalde de Colima, la relación entre Nacho y Locho no puede ser mejor.
Peralta Sánchez y Morán Sánchez tienen orígenes sociales y hasta familiares en común. Y no sería raro que, si el edil capitalino consigue reposicionarse –ya fue candidato a la Gubernatura en la elección extraordinaria que siguió a la muerte de Gustavo Vázquez y en la que resultó electo Silverio Cavazos–, el verdadero candidato oficialista para 2021 sea Leoncio Alfonso Morán Sánchez.