LA AMISTAD

El pasado 27 de septiembre del presente año, pasó a ocupar su columna en el eterno oriente, el amigo, compañero y hermano Guillermo Noel Carmona Villalobos, ciudadano de una gran estatura moral, cívica y dotado de una incuestionable formación ideológica en las filas de la izquierda colimense. Destacó como miembro fundador de la Federación de Estudiantes Colimenses, de la cual fue presidente en el año de 1960.

Juan José Farías (Juanjo), en su leída columna “Guillotina”, publicada en Diario de Colima, fechada el primero de octubre pasado, con su magnífica prosa describió la personalidad de Guillermo, sobre el pensar y actuar de nuestro común amigo. Con la venia de Juanjo, transcribo un breve párrafo de la citada remembranza:

“Guillermo tenía dos miradas indispensables: la primera para sus convicciones políticas, la segunda para Rosa María Centeno, la desposaría años después de un largo noviazgo, una travesía que los llevaría a la utópica isla del amor sublime, discreto; dispuesto por el lado de Guillermo al sacrificio de esperar por largos meses ‘el sí’ que le fue concedido por Rosa María, reina del estudiante”.

En uno de mis muchos cumpleaños, Carmona Villalobos me obsequió un poster que consiguió en la librería Gandhi de la Ciudad de México, con un fondo azul celeste, con galaxias dibujadas como los hacían los astrónomos de la edad media; en él, venía inserta una carta que Marco Tulio Cicerón (106-43 a.c.) envío a Plinio (El Viejo) sobre la amistad; transcribo un breve texto de esa amistad que describió Marco Tulio:

“La amistad no es sino un acorde perfecto de sentimientos en torno a las cosas divinas y humanas, unido a una benevolencia y ternura recíprocas. No creo que después de la sabiduría, los dioses hayan hecho a los hombres un presente más hermoso. Quienes dicen que el bien supremo es la virtud, piensan sin duda noblemente, pero esta misma virtud produce y encierra a la amistad. Una no puede existir sin la otra y, en principio, como dijo Enio: ¿es realmente vivir no poder confiarse al afecto de un amigo?, ¿hay algo más dulce que tener a alguien a quien se pueda hablar con la misma libertad con que uno se habla a sí mismo?, ¿tendrá tantos encantos la prosperidad sino hubiera otra persona que sintiera su dulzura con la misma intensidad? y ¿cómo soportar la adversidad sin un amigo que se contriste aún más profundamente que uno mismo?, además los otros objetos de nuestros deseos no tienen, cada uno, más que una ventaja: las riquezas producen comodidad; el poder, los honores; las dignidades, el elogio; el placer, la alegría; la salud, la ausencia de dolor y el libre ejercicio de las facultades del cuerpo.

La amistad abarca ella sola, casi todos los bienes, a donde quiera que se vuelvan los ojos se le encuentra; ninguna circunstancia la excluye, siempre está en su lugar y jamás es inoportuna. Ella es, en efecto, la que aumenta el brillo de la prosperidad y alivia el peso de los contratiempos al compartirlos”.

P.D. Hago votos para que Memo y Rosita sigan el ejemplo de sus padres y les hago llegar mis más sentidas condolencias.

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