LA BASE, EN MÉXICO

Para dar la batalla ideológica en América Latina desde España, el equipo de Canal Red que lidera Pablo Iglesias se propuso construir en México “un gran medio de comunicación” por la vía de la suscripción popular. Mientras “los medios corporativos tienen detrás grandes poderes económicos”, Canal Red recurrió al crowdfunding o financiación colectiva. A la vez que espera acceder al presupuesto que para publicidad oficial destina el gobierno de Claudia Sheinbaum.

El medio que además de un canal de televisión por internet edita también un diario digital, nació hace tres años “en un pequeño despacho de la morada en el barrio de Embajadores de Madrid” donde Iglesias, Sara Serrano y Manu Levín, “con tres pequeños laptop y tres micrófonos bastante cutres”, hicieron “las pruebas piloto de lo que después fue el pódcast La Base”.

Como medio digital, La Base fue mejorando “bastante” gracias a una campaña de donaciones “que impresionó a todo el mundo”, explicaron los organizadores en la emisión del 23 de enero[1]. Inicialmente el ‘vlog’ (o videoblog) estuvo alojado en el sitio del diario Público. Pero ahora, además del canal en YouTube, el pódcast está disponible en Spotify e Ivoox.

La suya es televisión por internet, aunque se ve también en señal abierta en el área de Madrid desde que Canal Red adquiriera –igualmente con recursos provenientes del micro mecenazgo– la licencia de TDT (televisión digital terrestre) que fue del extinto 7NN.

En noviembre de 2024, La Base inició una transmisión semanal a través de Señal Colombia que pertenece a RTVC, el sistema de medios públicos de ese país. Pero los seguidores del pódcast en América Latina aumentaron “aún más” después del fichaje de Inna Afinogenova, quien “dejó un trabajo muchísimo mejor pagado que éste y se marchó de RT en Español porque no estaba de acuerdo con el tratamiento informativo que daba su cadena [Russia Today] a la Guerra de Ucrania”.

Como se recordará, la periodista rusa fue blanco de rabiosos ataques en los medios conservadores mexicanos luego de entrevistar a los entonces presidente López Obrador y candidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum.

Canal Red también ha sufrido pérdidas: en julio de 2023, según el periódico El Mundo, Sergio Gregori fue relevado de la dirección del programa El Tablero y sustituido en tres de los cinco días de emisión por sus desavenencias con la línea editorial que tomó la cadena frente al conflicto entre Podemos y Movimiento Sumar[2]; y, en enero de 2024, otra vez El Mundo dio cuenta de cómo Pablo Iglesias prescindió de forma definitiva como presentador del programa En la Frontera del cofundador de la televisora y del partido Podemos, Juan Carlos Monedero, relegándolo a labores de redacción[3].

MILITANTE Y DE IZQUIERDA

Red (rojo, en inglés) que juega con el color más simbólico del comunismo pero también con la idea de un entramado social, no sólo se considera un medio diferente en cuanto a sus estrategias de financiamiento, sino también en su enfoque periodístico:

“Este proyecto alternativo tiene los apoyos de una base social que sabe que, en esta época de guerra cultural y de desinformación, hacen falta militantes” de “un periodismo valiente, con rigor y con compromiso”, decía Pablo Iglesias en el editorial de ese día.

La militancia es evidente en el enfoque que los corresponsales de La Base en América Latina les dan a sus notas. La primera mexicana en colaborar con ellos fue Alina Duarte, otrora reportera en Washington de la venezolana y muy bolivariana TeleSur, y a quien recordamos también por organizar la recolección de firmas que hicieron posible la consulta popular para enjuiciar a los expresidentes.

Si de acuerdo con las estadísticas de visualizaciones del pódcast y de Canal Red más de la mitad de su audiencia es latinoamericana, tan sólo México “adelanta con frecuencia a España en el seguimiento de La Base”.

Al armado de una red de corresponsales siguió la obviedad de que “un proyecto para América Latina” había que organizarlo con militantes latinoamericanos, debía tener sus estudios en América Latina y estar protagonizado por periodistas y “media activistas” latinoamericanos.

“Por el proceso de transformación que se vive en México con la 4T”, por la situación que enfrenta América Latina tras el regreso de Donald Trump y sus halcones mediáticos que amenazan a América Latina con alentar el intervencionismo y los golpes de Estado, Canal Red busca “ofrecer productos audiovisuales de calidad que den la batalla cultural y política en las redes sociales”. Entre ellos un nuevo periódico digital: Diario Red Lat.

Desde que el presidente Lázaro Cárdenas abrió las puertas a millares de republicanos, México ha sido una patria para todos los españoles antifascistas. Y hoy que los fascistas que mandan en Washington amenazan a México y a América Latina, “será un honor combatirlos” y “defender desde el terreno mediático la soberanía, la justicia social y el humanismo” en el continente, sentenció Iglesias.

EL ESPECIAL DEL DÍA

En esa emisión de La Base, la politóloga, periodista y máster en Relaciones Internacionales Irene Zugasti dio “un paseíto por el panorama mediático regional en América Latina, para entender un poquito más por qué hace falta que rompamos con el oligopolio mediático como vamos a hacer en México”.

El filólogo y experto en análisis del discurso Manu Levín, previó “cómo puede ser la bienvenida que nos den los poderes mediáticos establecidos en México y en América Latina”, siendo “seguro que con los brazos abiertos” no.

La periodista y presentadora de noticias Inna Afinogenova reflexionó “sobre la necesidad de un proyecto alternativo de izquierdas en México”, dando “algunos detalles sobre cómo va a ser La Base en México y qué es lo que pretendemos hacer allí”.

Y los cuatro conversaron con “uno de los grandes estrategas de la comunicación y de la acción mediática en México”, Rafael Barajas, el conocido caricaturista y responsable de Formación Política en Morena que firma como El Fisgón.

AL, EN SUS MEDIOS

En la sección La Base de Datos que inició Sara Serrano, la actual titular Irene Zugasti promete que “un equipo de profesionales brillantes” dará la batalla mediática contra Estados Unidos en la Ciudad de México, y adelanta que “no habrá paz para la oligarquía mediática latinoamericana”.

Cualquiera que conozca un poco “la conformación histórica de los medios de comunicación en América Latina”, sabe que “está irremediablemente ligada al poder y a la derecha”: hay clanes familiares que controlan las grandes empresas mediáticas en la región.

Aunque en España las cosas no son muy diferentes, acota Levín. La familia Lara no sólo es la más rica del reino sino que “es dueña del Grupo Planeta”, a su vez accionista mayoritario de Atresmedia que opera los canales Antena 3 y La Sexta.

En España, esos clanes se hacen llamar empresas de capital familiar como si fueran una mercería de barrio. Pero es lo mismo en América Latina, donde los grandes conglomerados empresariales son capitaneados por un puñado de señores muy ricos, al mando de “un inmenso ejército” de televisiones, radios y editoriales.

Eso significa que “son los dueños del mensaje” y con él defienden “sus intereses de clase, de élite y de poder”, tercia Iglesias. Intereses que son contrarios a los de la mayoría de la gente, y por eso Canal Red nace “con la voluntad de alterar esa correlación mediática de fuerzas y generar productos audiovisuales rigurosos y de calidad, desde una perspectiva de izquierdas, enunciando con orgullo y con honestidad nuestra línea editorial: somos de izquierdas, así de sencillo y así de necesario”.

Alternándose la narración para no cansar al oído, la mesa dará en adelante “un breve paseo por el panorama mediático latinoamericano”, ofreciendo unos pocos ejemplos que por sí solos fortalecen la idea “de lo importante que es abrir brecha en el imperio corporativo de los medios de comunicación desde Latinoamérica”, y por qué Canal Red Lat puede ser la alternativa.

Es sencillo “intuir quiénes forman parte del ejército audiovisual de la derecha latinoamericana. Basta preguntarse si atacan a los proyectos soberanistas, si defienden los intereses de la oligarquía, los del extractivismo y el imperialismo estadounidense, si criminalizan y señalan a líderes comunitarios, si participan del lawfare contra políticos progresistas”.

COLOMBIA Y ARGENTINA

Y empiezan por Colombia. Encabezando a los dueños de la imprenta colombiana están los herederos de Carlos Ardila Lulle, fallecido en 2021. Fue el cuarto hombre más rico del país, con participación en cerca de 80 empresas, incluidas RCN, Radio y Televisión, o el diario económico más influyente de esa nación, La República.

Ardila puso el ojo en los medios de comunicación en los setenta, tras comprar la cadena RCN que maneja 17 marcas de emisoras de radio o televisión diferentes, en todos los departamentos del país. En 2018, la antigua Radio Cadena Nacional concentraba el 74% de la audiencia de televisión nacional, regional y local.

Pero en Colombia mandan también los Gilinski, familia de multimillonarios banqueros, propietaria del Grupo Semana cuyo buque insignia es la revista del mismo nombre “hasta hace poco dirigida por nuestra ‘querida’ Vicky Dávila”. Este conglomerado de medios colombiano edita otras revistas, como Dinero, Jet Set o Arcadia; todas publicaciones muy influyentes.

Siguen con Argentina, donde el Grupo Clarín es controlado por el empresario Héctor Magnetto. A partir del diario Clarín, este es el mayor conglomerado de comunicaciones del país y, según una investigación del semanario Tiempo Argentino y Reporteros Sin Fronteras, concentra el 25% de las audiencias del país y tiene los mayores ingresos del mercado.

En su periodo presidencial, Mauricio Macri “les terminó de dopar gracias a la llamada pauta publicitaria, es decir, la inyección de capital en forma de publicidad institucional”. El mismo mecanismo al que recurre la experiodista Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad Autonómica de Madrid, para financiar tabloides de extrema derecha como diario El Debate o Libertad Digital.

En Argentina, como en otros países, se usa también la llamada auto pauta: los conglomerados de empresas se anuncian a sí mismas y a sus otros negocios en los ramos de alimentación, automoción o manufactura, para que así la audiencia consuma todos sus productos, no sólo los audiovisuales.

“Con Javier Milei dando carpetazo a la agencia pública de noticias Télam, y silenciando sus espacios web y redes, el panorama mediático en Argentina es verdaderamente preocupante”, sostiene Iglesias. Por fortuna, “no son pocos los proyectos independientes y alternativos de base que dan la pelea con mucha calidad, aunque normalmente con pocos recursos”.

CHILE, ECUADOR Y PERÚ

En Chile, “gran parte del fracaso del referéndum constitucional [de 2022] se debió a esa derecha mediática que fue empujando los marcos comunicativos todo lo que pudo. Hubo también otros responsables políticos, pero lo cierto es que ahí donde la derecha mediática instaló el debate, estos marcos fueron fundamentales para volcar” en contra el acuerdo de los ciudadanos con la propuesta de nueva Constitución Política de la República que había redactado la Convención Constitucional.

A diferencia de otros países, los altos índices de concentración de medios en Chile no son sólo de tipo económica; es sobre todo ideológica. El duopolio mediático –como lo define Carlos Rodríguez en su tesis doctoral ‘La competencia imperfecta’– formado en la prensa chilena por El Mercurio y Grupo Copesa (consorcio periodístico que publica el tabloide La Tercera), controlaba un 90% por de los rotativos chilenos en la década pasada.

Un estudio de 2019 afirmaba que, además, “esta concentración mediática ideológica chilena lo que hacía era degradar la calidad del oficio periodístico, porque ese estilo amarillista-sensacionalista, esa orientación comercial de los medios, deteriora el espacio público que los medios deben ser para el debate; a la vez que, obviamente, perpetúa los intereses de clase y no los de la sociedad chilena en general”.

En Ecuador, pese a los intentos de democratizar constitucional y legalmente la comunicación que hizo como presidente Rafael Correa con la Ley Orgánica de Comunicación, su sucesor Lenin Moreno inició una contrarreforma con la que fue mucho más dócil con los medios de comunicación privados: Teleamazonas, Ecuavisa, RTS, TC Televisión y los grupos formados a partir del diario El Comercio y del periódico El Universo.

“En Ecuador hay también figuras que aparentemente van por la libre, como Carlos Vera que llegó a ser ministro conservador en el país y con un enorme poder político a través de sus productos mediáticos. Él fue de hecho uno de los azotes de Rafael Correa, cuando este quiso democratizar la correlación de fuerzas mediáticas en el Ecuador”.

En Perú la derecha mediática es responsable, a través del enorme oligopolio de grupo El Comercio y sus satélites, de la vacancia y de la actual prisión que cumple en forma preventiva Pedro Castillo. Pero, también, esos medios son el principal apoyo de propaganda para la actual dictadura.

Si como decía Mario Vargas Llosa, ‘hay que votar bien’, para la derecha eso implica “poner bien la tele y comprar bien el periódico”, ironiza Pablo Iglesias. “Y para ello generan estos señores una falsa ilusión de pluralidad y diversidad, con muchos canales, sí, pero todos con el mismo mensaje. De ahí que nada les aterre más que la existencia de otras teles, otros periódicos, otros pódcast, otras radios y otras alternativas políticas”. Y para abrir esas opciones, “aquí sí nos vamos a atrever”.

Este primer segmento en La Base termina con un fragmento del mensaje de José Luis Rodríguez Zapatero, un ‘socialdemócrata bueno’ reconoce Iglesias, llamando a construir un “pluralismo informativo”, a salir en defensa de “las voces progresistas” y a combatir “la desinformación”.

Ante las fake news, ante tantas plataformas conservadoras reaccionarias, Canal Red es una opción y ahí estamos”, dijo el expresidente del gobierno español.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com


[1] ‘La Base 5×77 | ¡Canal Red América Latina abrirá una redacción en México!’ YouTube. La Base, 23 de enero de 2025. https://www.youtube.com/watch?v=ozy9dl6BThA

[2] «Pablo Iglesias aparta al presentador estrella de su televisión: «A Sergio Gregori le acusaban de ser demasiado afín a Sumar»». El Mundo, 11 de julio de 2023. Consultado [por Wikipedia] el 8 de noviembre de 2024.

[3] «Pablo Iglesias echa a Monedero de su televisión días después de fulminar a otro de sus presentadores». El Mundo. 24 de enero de 2024. Consultado [por Wikipedia] el 8 de noviembre de 2024.

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