LA CORRUPCIÓN INMOBILIARIA

La corrupción es la más importante de las epidemias que han afectado a nuestro País y por supuesto, a nuestro Estado. Cada vez que hemos sufrido los rigores de la naturaleza como sismos, ciclones, tormentas y hasta simples lluvias, se hace presente la corrupción inmobiliaria. Así, los grandes sismos que sufrió la capital de la República el 19 de septiembre de 1985 y 2017, por ejemplo, han exhibido esa importante manifestación de la corrupción. Y cada uno de ellos ocasionó un importante daño al presidente de la República en turno. Casa uno de ellos, además, propició una enorme cantidad de negocios y un importante saqueo. 

Pero esta variante de la corrupción también se manifiesta en Colima y cada que llueve se hace presente. En los últimos días hemos sufrido una lluvia de relativa importancia el martes 19 de agosto y el paso del huracán Hernán, la semana pasada. Y ambos fenómenos nos lo reafirman. 

Los efectos de la precipitación del día 19 fueron más notables en la zona conurbada Colima – Villa de Álvarez. Se presentaron problemas donde mismo que se presentan cada que llueve más o menos fuerte. Las inundaciones, los cortes de circulación, las pérdidas tienen lugar en los mismos lugares que todos conocemos y también todos sabemos el porqué de las mismas. 

Se han autorizado y continúan autorizándose fraccionamientos por todos lados sin que se cumpla con una normatividad mínima y sin que los fraccionadores realicen las obras de infraestructura que están obligados a llevar a cabo para poder fraccionar un terreno. Esto es particularmente importante en las colonias populares pero también se presenta en zonas ricas como Zentralia. 

Ahora sabemos de fraccionamientos como Prados del Sur que jamás debió autorizarse por ubicarse en un terreno muy bajo donde descargan corrientes de los alrededores o si usted prefiere, tome el ejemplo de El Valle de las Garzas. Si se nubla, ya se inundaron. Pero no se trata de casos únicos. Si llueve, para nadie resultan novedosos los problemas de las inmediaciones del Panteón de los Gringos o de los Perritos, en el cruce del Río de Colima y la avenida de los Profes o en la avenida Ayuntamiento de la Villa. Siempre los mismos problemas se presentan en los mismos lugares. 

Se autorizaron los fraccionamientos que no se debieron autorizar, sin haber obligado a los negociantes a realizar las obras requeridas, se dejó un problema a quienes les compraron y a otros fraccionamientos que ya existían y al ayuntamiento respectivo y ese ayuntamiento luego no realiza las obras correspondientes alegando no tener dinero para ello, aunque se cobren derechos por alcantarillado a todos los poseedores de predios y se cobren entonces, servicios que no se prestan o sea, que se comete un fraude generalizado a todos los contribuyentes que están obligados a pagar los servicios de agua y alcantarillado. 

La ausencia de obras genera además pérdidas a la población no sólo en los inmuebles que se afectan y en sus contenidos, sino problemas a vehículos automotores o negocios y los organismos operadores de agua no responden por una responsabilidad civil que les corresponde. 

Respecto al paso del Huracán Hernán por nuestra entidad, hemos visto fotografías muy reveladoras que corresponden a la colonia Miravalle 2 en Santiago, fotografías que causan indignación. ¿Cómo pudo haberse permitido que se construyera en ese lugar? La respuesta como en los otros casos citados es la misma. Un cheque tiene mayor poder que la lógica y que la razón. Los fraccionadores venden terrenos y también problemas, pérdidas y hasta muerte. Quienes les autorizaron, merecerían ser castigados junto con los negociantes. 

El gobierno debe cuidar la vida y la integridad física de las personas y quien o quienes las pongan en riesgo, cometen un delito que no debiera permitirse que quede impune. Y tampoco debiera permitirse que, como consecuencia de su ambición, suframos y perdamos todos los demás. 

Resulta interesante observar el nombre de los fraccionadores porque allí encontramos nombres emblemáticos, tanto del ámbito político como del social. 

Y claro, esos no son los únicos problemas que padecen los fraccionamientos, hay muchos otros que tienen que ver con los servicios básicos de quienes habitarán los fraccionamientos que venden y con la mínima infraestructura urbana que tampoco existe y respecto a esto, tanto el gobierno estatal como los gobiernos municipales, se hacen los tontos (sin que, además, les cueste trabajo). 

Debiéramos organizarnos para exigir que esos dos niveles de gobierno actúen. Seguramente los municipios con mayor grado de corrupción en este renglón, son Villa de Álvarez y Manzanillo. El Congreso local debiera actuar, pero la OSAFIG por eso y muchas cosas más, está inmovilizada y por eso y muchas cosas más, el gobernador Peralta empujó a los diputados traidores al pueblo, a consumar el golpe legislativo. Pero, ya cambiarán los tiempos. 

Existen otros puntos sobre los cuales valdría dedicar un mínimo de meditación. La planeación urbana no existe o prácticamente no existe y en vez, manda la especulación inmobiliaria, lo cual origina que nuestras ciudades crezcan son ton ni son, no hay continuidad espacial, por ejemplo. Otro, tiene que ver con la gran cantidad de árboles que se talan para construir un fraccionamiento y se autorizan lotes tan pequeños que las casas construidas en ellas, no permiten una pequeña área verde y un arbusto resulta en un lujo no permitido a la hora de construir y luego, nos quejamos por el cambio climático. Nota: Este tema ecológico y las pocas letras que se juntan al respecto, no cuentan con financiamiento de ninguna fundación extranjera. 

Un asunto diferente aunque conectado, son los problemas relacionados con la Autopista Manzanillo – Guadalajara, que ante un fenómeno como el recién vivido, comprometen la operación adecuada del Puerto de Manzanillo y con ello, la integración de muchas cadenas productivas fundamentales para la actividad económica del país.

Hablar de irresponsabilidad es lo menos que podemos hacer. Y el recuento de problemas generados por la corrupción puede seguir hasta el infinito. 

Si damos un paso, encontramos un problema. Si volteamos la vista a un lado o al otro, encontramos un problema más. Muchos de ellos tienen que ver con los negocios inmobiliarios. Y los negocios inmobiliarios del gobierno de Peralta no son pocos. Ya nos hemos referido a ellos muchas veces y lo seguiremos haciendo. 

Es todo. Nos encontraremos pronto. Tengan feliz semana. 

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