Al menos en el tema de los vínculos de Genero García Luna con el cártel de Sinaloa y el conocimiento que de esta relación tuvo presumiblemente el entonces presidente Felipe Calderón, el periodismo de investigación en México le está marcando la agenda a las instituciones.
Jesús Esquivel, corresponsal de Proceso en Washington, señala que la razón por la cual entrevistó a la exembajadora de Estados Unidos, Roberta Jacobson, es porque el presidente López Obrador dijo en una mañanera que nadie, excepto Dolia Estévez recientemente, había escrito sobre García Luna al ser un tema vetado en los medios mexicanos.
En una conversación con Ricardo Raphael en La Octava, el lunes 4 de mayo de 2020 (https://www.youtube.com/watch?v=XR3tup62aJM), Esquivel replicó que “el Presidente está muy mal informado”puesto que él y su colega corresponsal de La Jornada, David Brooks, han estado escribiendo desde hace años sobre los vínculos con el narcotráfico de quien fuera secretario de Seguridad Pública con Calderón Hinojosa.
Para demostrar que López Obrador estaba equivocado en su apreciación, Esquivel decidió entrevistar a Jacobson luego que otros funcionarios de la administración Obama no estuvieron disponibles ya que se encuentran fuera de Estados Unidos y no se pueden desplazar por la pandemia.
Antes de ser embajadora, Jacobson estuvo a cargo de los asuntos de México en el Departamento de Estado. Conoce muy bien la situación del país y personalmente de García Luna, desde que este era director de la Agencia Federal de Investigación (AFI) en el sexenio de Vicente Fox.Fue subsecretaria adjunta para asuntos del Hemisferio Occidental y negoció con el gobierno de México muchos de los detalles de la Iniciativa Mérida.
Siendo siempre tan cuidadosa en lo que dice, “me sorprendió cuando empezó a contarme el caso de García Luna”, subraya Jesús Esquivel.
Jacobson habló de los rumores y comentarios que escuchaban y fueron recopilando en el Departamento de Estado; información no corroborada porque confirmarla sólo puede hacerloel Departamento de Justicia. “Y así lo cito textualmente en la entrevista de Proceso”.
INFORMACIÓN NO CORROBORADA
A todos quienes lo han atacado, Esquivel les pide que lean la entrevista completa y no el fragmento que sacó la revista en su página web(https://www.proceso.com.mx/628400/conociamos-las-andanzas-de-garcia-luna-pero-debiamos-trabajar-con-el-roberta-jacobson).
“Era de esperarse que Felipe Calderón negara saber de las andanzas de García Luna con el cártel de Sinaloa”. Pero Jacobson nunca desmintió a Esquivel, como afirmó Calderón en un tuit. “Si yo la hubiera citado mal o hubiera malinterpretado sus palabras, Roberta lo habría dicho directamente”. Pero, además, Jacobson simplemente ratificó algo que ya había hablado con otro reportero cuando García Luna fue detenido en diciembre de 2019.
Al decir que es prerrogativa del reportero escribir la nota cuando surge un tema, Jacobson desmiente a quienes dijeron en cuanto apareció la revista que era una entrevista arreglada y que había una conspiración contra el expresidente.
A los ataques de los seguidores de Calderón, Esquivel respondió subiendo los audios de la entrevista a la exembajadora a la página de Proceso. En la conversación, Jacobson explica que la Iniciativa Mérida no consistió en dinero en efectivo sino en equipo, entrenamiento y asistencia técnica, pero por ley también hicieron auditorías para garantizar que los apoyos a México no se usaran con otros fines:
“El colmo hubiera sido que Genaro le facilitara al Chapo Guzmán los helicópteros de Estados Unidos para que se trasladara de cerro a cerro en la Sierra Madre Occidental”, apunta el también corresponsal de La Octava.
Por la separación de poderes que existe en EEUU, en el Departamento de Estado Jacobson desconocía que ya el de Justicia estaba investigando a García Luna, pero el expediente judicial se abrió y eso explica por qué el ex funcionario mexicano está hoy en una prisión estadounidense.
PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN
Ese mismo día, también en La Octava pero en el espacio de Los Periodistas (https://www.youtube.com/watch?v=J45JHnoYkJE), la experta en temas de crimen y poder Anabel Hernández conversó desde Italia con Álvaro Delgado y Alejandro Páez Varela sobre la entrevista de Esquivel con Jacobson.
La autora de El traidor. El diario secreto del hijo del Mayo (2019) conoce de fuentes directas que tanto el gobierno de México como el de Estados Unidos sabían que García Luna estaba trabajando para el cártel de Sinaloa:
“Yo fui la primera periodista en México” que lo publicó en reportajes,cuando Genaro era secretario de Seguridad Pública. Y en su libro Los cómplices del Presidente (2008) señaló que Calderón sabía.
Luego, tras la aparición de Los señores del narco (2010) “el más poderoso policía de aquel tiempo”contrató a personas para asesinarla, como se lo confirmaron agentes del gobierno estadounidense a la autorasemanas antes que García Luna fuera detenido en diciembre del año pasado.
Toda esa “información cierta” que Anabel Hernández publicó durante años “nunca se convirtió en una averiguación previa”. Pero está comprobado que, a Calderón, gente de su propio gabinete le advirtió que el secretario de Seguridad Pública estaba siendo señalado con todo detalle por los propios narcotraficantes detenidos en su sexenio. “Y el presidente de la república prefirió no hacer nada”.
Hernández ha investigado las relaciones del cartel de Sinaloa con el gobierno de México, desde Vicente Fox hasta Enrique Peña Nieto, “y las que pudieran existir” en el actual sexenio lopezobradorista, al que critica por mantener contratos con empresas vinculadas con la familia del Mayo, conservar a funcionarios de seguridad que trabajaron con García Luna y enviar mensajes confusos a los militares, como fue liberar a Ovidio Guzmán tras la detención del hijo del Chapo en Culiacán.
CALDERÓN SÍ SABÍA
A Anabel Hernández le llama especialmente la atención lo que pasó con Calderón. Cuando ocurrió aquel ataque de la Policía Federal contra vehículos de la embajada de Estados Unidos en Tres Marías, hubo una reunión entre funcionarios de ambos países en donde los norteamericanos se levantaron y dejaron a Calderón con la palabra en la boca, fastidiados por las mentiras con las que el presidente trataba de explicar qué había pasado.
“Era tan cínica la defensa de lo que había hecho la Policía Federal y de su secretario de Seguridad Pública”, que esta reunión terminó muy mal.
Por lo demás, Calderón que ahora finge ignorancia o amnesia no puede negar que la guerra contra las drogas se redujo a hacer una alianza con el cartel de Sinaloa. El diario de Vicente Zambada Niebla documenta cómo el Mayo llamaba a los altos funcionarios del gobierno para que le mandaran al Ejército a enfrentar a los Beltrán Leyva.
El problema del Plan Mérida, asegura Anabel Hernández, es que la tecnología que les entregaron los norteamericanos la utilizaron para ayudar al Chapo. La tecnología y el armamento de Estados Unidos no sirvió para ganar la guerra contra los cárteles, sino para que Sinaloa venciera a sus enemigos.
El diario de Vicentillo detalla eventos como aquella batalla campal del 30 de abril de 2009 en Culiacán, donde los sicarios de Sinaloa, desconfiando de la eficacia de los agentes, los acompañaron en las patrullas para asegurarse de que los policías federalesdispararan contra la finca correcta.
Calderón sabía, insiste la periodista. Al grado que su secretario de la Defensa Nacional, Guillermo Galván, fue quien por órdenes del presidente envió al general Mario Arturo Acosta Chaparro –tristemente célebre como represor durante la guerra sucia– a hablar con el Mayo a la montaña de Sinaloa. Eso también lo escribió Vicentillo, ahí presente:“El Presidente le pide un favor”, dijo Acosta al llegar.
Gracias a ese acuerdo, El Mayo y El Chapo nunca fueron capturados en el sexenio calderonista. Vicentillo fue aprehendido porque la estructura de seguridad en el gobierno federal se fracturó cuando se rompió La Federación en 2008: una parte de los funcionarios y mandos quedaron del lado de Sinaloa y, otros, con los Beltrán Leyva.
TAMBIÉN EEUU SABÍA
Si es que llega a juicio, advierte Anabel Hernández, Genera García Luna podría aportar muchas pruebas sobre la relación del gobierno de Calderón con el cartel de Sinaloa. Pero si prefiere llegar a algún tipo de negociación, lo que diga se sumará a los testimonios de otros narcos mexicanos encarcelados en Estados Unidos, como el propio Vicente Zambada Niebla, Alfredo Beltrán Leyva, Sergio Villarreal ‘El Grande’ y Édgar Valdez ‘La Barbie’.
Este último describió, en una carta que le envió a Anabel desde prisión en 2012, no sólo los millonarios sobornos que recibía García Luna y sus gente de confianza sino cómo el propio Felipe Calderón encabezaba reuniones con los narcos.
Hernández recuerda que las investigaciones contra García Luna, ya con pruebas sólidas, empezaron en 2014. Y lo que se sabe es que algunos de los investigadores que armaron el expediente no confiaban en algunos funcionarios de la CIA y la DEA adscritos a la Embajada en México, porque eran muy amigos de García Luna.
Estados Unidos ya tenía información sólida, no sólo rumores, de los vínculos de García Luna con el narcotráfico desde que Jacobson era embajadora, concluye Anabel Hernández.
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