Se queja el español Juan Carlos Monedero, uno de los fundadores del partido Podemos, porque en los últimos años “la izquierda se ha estado equivocando al dejarle todo lo políticamente incorrecto a la derecha”.
Al llegar al poder por la vía electoral, en gran parte beneficiarios del hartazgo popular ante los estragos del neoliberalismo y la tecnocracia, los gobiernos de izquierda no necesariamente están renunciando a continuar esa política fría y ordenancista de los regímenes de derecha.
La izquierda gobernante parece ser ese pitufo gruñón que está siempre regañando a todo el mundo, por ejemplo ahora con la pandemia, cuando la gente no sigue el orden, señaló el politólogo y académico durante la emisión del 19 de diciembre de 2021 de El Chamuco TV que se transmite por el Once, Canal 22 y TV UNAM.
“Fuimos los de izquierda quienes invitamos a quedarnos en casa, a ponernos el cubrebocas o a vacunarnos, mientras que la derecha clama por la libertad para aceptar o no la vacuna”, comenta Monedero.
Y aunque en España casi siete de cada diez personas que cayeron en la unidad de cuidados intensivos en la última ola de contagios, es gente que no se había vacunado en el nombre de la libertad, la postura de la derecha es acomodaticia.
Cuando estalló la pandemia, los conservadores salieron a decir que el gobierno tenía que cerrar las fronteras y enclaustrar a la gente en las ciudades. Pero cuando finalmente el gobierno de izquierda obligó a los españoles a quedarse en casa, la derecha fue la primera en denunciar que se estaba decretando el toque de queda.
PAQUETE DEN LA VISA
Esa maldición de los regímenes de izquierda alcanza al flamante gobierno de Indira Vizcaíno en Colima. Aunque los refuerzos de la vacuna se aplicaron con orden y concierto, no han faltado críticas por las colas de varios minutos que les hicieron hacer a los adultos mayores o, por el contrario, por la celeridad con la que inyectaron a los trabajadores de la educación, siendo que tras la primera dosis estuvieron en observación media hora.
El magisterio vio con naturalidad que les aplicaran como refuerzo una vacuna distinta a la Cansino, pese a que la segunda dosis fue de AztraZeneca, porque de esa manera podríamos los trabajadores de la educación eludir el boicot que las autoridades sanitarias estadounidenses y europeas le están haciendo a los biológicos de fabricación china (o rusa en el caso de la Sputnik). La esperanza de viajar al extranjero prevaleció por sobre los temores lógicos a una combinación de vacunas.
Una opinión pública dispuesta a creer toda clase de bulos respecto al origen armamentístico del coronavirus o sobre la eficiacia de terapias alternativas como el uso del dióxido de cloro, ni siquiera se cuestionó la conveniencia de reforzar la vacuna con una sustancia distinta.
Sin embargo, escuché a un especialista decir que, como cada una fue desarrollada tomando como referencia cepas distintas del virus, el espectro de protección que ofrecen dos vacunas distintas es mayor al de dos (o tres) dosis de una misma.
Mientras tanto, las noticias falsas hacen efecto en Colima. Las cifras que registran un aumento en los contagios pero una disminución en los ingresos a terapia intensiva y una caída en los decesos, no parecen importarles a quienes inundan las redes sociales con voces de alarma por la presencia del ómicron en el territorio estatal. Son muchas veces esos mismos usuarios quienes claman porque se aisle a los portadores de la enésima variante o, paradógicamente, los que exigen ser hospitalizados al menor síntoma del covid.
VICIOS Y COSTUMBRES
La maldición de los gobiernos de izquierda que deben rematar la política fría y ordenancista de los regímenes de derecha, como dice Monedero, alcanza al de Indira Vizcaíno especialmente en materia laboral.
La nueva gobernadora no sólo constriñó al aparato estatal, aplazando o cancelando la reposición del personal de confianza que trabajó con su antecesor, a partir de un nuevo organigrama que degradó a subsecretarías a varios de los despachos del Ejecutivo, sino que también impugnó las basificaciones que Ignacio Peralta le quiso heredar.
En una entrevista radiofónica, Indira mostró además su intención de racionalizar las prestaciones de los trabajadores sindicalizados. Si eso ocurriere, en el tribunal respectivo tendría que desahogarse el litigio sobre aquellos bonos, becas y apoyos no convenidos formalmente, pero que se estuvieron entregando por costumbre.
En ese contexto, por esa razón probablemente este diciembre ya no se sorteó un vehículo entre los afiliados al Sindicato de Trabajadores al Servicio del Gobierno del Estado, como era tradición no sólo en la posada sino también el día del trabajo y en el aniversario del STSGE. La actual situación financiera lo justifica, pero ¿se reestablecerá la prestación cuando se recupere la liquidez?
Entre suspicacias avanza la relación de la patronal con el sindicato. Todavía están pendientes de pago algunas de las prestaciones económicas que les quedó a deber el gobierno de Peralta, pero Indira cumplió su compromiso de ponerse al corriente con los sueldos nominales.
Aun cuando en los primeros meses de este 2022 queden saldados los adeudos, no será fácil corregir distorsiones históricas como las que llevaron a canalizar vía prestaciones sociales, para no impactar en el aguinaldo y en la jubilación, beneficios que tendrían que haberse integrado al sueldo.
Otra distorsión llevó a obviar el porcentaje del presupuesto que es razonablemente aceptable destinar al pago de servicios personales, es decir, cuánto puede crecer la burocracia en todas sus modalidades: sindicalizados, basificados, de confianza, eventuales… sin poner en riesgo las finanzas públicas.
El gobierno no puede ser patrón sustituto de todos los sectores económicos. En los últimos años vimos hasta a empresarios refugiarse en una chamba gubernamental, para compensar la pérdida de utilidades. Y eso pasó tanto en los ayuntamientos y organismos descentralizados, como en la administración estatal.
Una última distorsión llevó a aplazar indefinidamente el establecimiento del servicio civil de carrera. La maniobra para basificar, en los estertores del sexenio pasado, a quienes habían tenido cargos directivos y exigían ser premiados por el trabajo político que realizaron para la continuidad del régimen prianista, perjudicó a innumerables servidores públicos con muchos años de antigüedad, experiencia y eficacia probada que estaban en posiciones de nivel medio.
¿QUIÉN REGALA DINERO?
Aunque Nacho Peralta nos legó un desastre financiero, en amplios sectores de la sociedad colimense hay entusiasmo porque con austeridad, honestidad e inteligencia Indira Vizcaíno conseguirá sanear las finanzas públicas.
Igual que pasa con quienes hacen memes en donde le atribuyen a Peña Nieto inverosímiles virtudes como estadista, no faltan en las redes sociales nostálgicos del pasado que, a dos meses y días de gestión, no dudan en afirmar que estábamos mejor cuando estábamos peor. Honestamente, quién les puede creer.
No sólo quienes votaron por ella, la mayoría de los electores que buscaron la alternancia le conceden a la nueva gobernadora el beneficio de la duda. Pero, ciertamente, no hay bono democrático que resista una prolongada afectación al bolsillo.
La declaratoria del presidente López Obrador en el sentido que “el salario es sagrado”, generó una expectativa de pronto pago en los trabajadores del gobierno del estado respecto a los sueldos que dejó de cubrir Peralta Sánchez desde tres meses antes de concluir su mandato. Tal expectativa no fue satisfecha al arribo del nuevo gobierno por obvias razones, pero se ha ido cumpliendo conforme a lo programado.
Indira Vizcaíno ha dedicado la mayor parte del tiempo que lleva al frente de la administración estatal a esclarecer el complicado panorama económico que heredó, pero la solución al problema de liquidez pasa por otro recurso políticamente incorrecto: el endeudamiento.
Anunciada esa posibilidad, no tardaron sus críticos en apropiarse de los argumentos que usó la oposición para denunciar el endeudamiento de los gobiernos priistas. Sólo el tiempo y la forma en que se use el refinanciamiento le permitirán a Morena en Colima afirmar, contundentemente, que “no somos iguales”.
Por lo demás, hay quien esperaba que, por ser de su partido, López Obrador entregaría a la gobernadora Vizcaíno una partida extraordinaria de miles de millones de pesos para la reconstrucción. Es absurdo, la Secretaría de Hacienda no va a regalar dinero para rescatar financieramente a ningún gobierno estatal. Si lo hiciera con el de Colima o con cualquier otro gobierno de Morena, todos los mandatarios locales le pedirían fondos públicos al presidente para ponerse al corriente con sus gastos.