La corrupción es un monstruo grande, que ha tenido bajo su yugo al pueblo mexicano durante la larga tradición del dominio priista y las últimas 3 décadas de complicidades y contubernio entre el prianismo, lo que se ha resentido terriblemente, haciendo estragos en la economía nacional y mandando a la tumba del hambre, la marginación acción y la miseria a millones de mexicanos, y el actual gobierno de la cuarta transformación se sacó la rifa del tigre, y está amansando poco a poco, para reducirla, a esa bestia que degeneró a las instituciones, hoy en franca recuperación.
Las ramificaciones de la ósea extendieron en todos los ámbitos y niveles del gobierno y la sociedad mexicana, y urge una verdadera transformación, porque no habrá de otra, ni ángeles o poderes supremos de la metafísica, que auxilien la transformación nacional: solo la fuerza del pueblo, moralizado, educado, y con una gran conciencia de su mando para quitar o poner políticos.
Comenté en el pasado artículo, a propósito de la visita del fiscal anticorrupción, Santiago Nieto, que en Colima se vio florecer impunemente la corrupción, en todos los campos de la administración pública; que se amasaron grandes capitales y que prácticamente se conformó una oligarquía de la impunidad, con potentados que se apropiaban de las instituciones universitarias; de los puestos de trabajo en la función pública; del control de la oposición y de su propio partido. Ante lo que la morigerada sociedad colimense, guardaba -y aun lo hace en una grave medida- silencio ominoso, o cómplice, y que parece que insiste en continuar por esa senda, si como parece, andan invistiendo a un renegado del PAN que en el remoto caso de que fuese gobernador, les cuidara sus sucios intereses.
Aunque a contracorriente por las debilidades y el divisionismo interno en la cuarta transformación, hay que aplaudir un hecho inédito en el camino a la regeneración de la vida pública colimense. Un aliento que no habría existido si en julio del 18 no hubiese triunfado el movimiento regenerador nacional, pues, nunca se habría retomado la investigación, el juicio y el seguimiento legal contra el robo de más de 515 millones de pesos que perpetró Mario Anguiano, gobernador de triste figura pública pero que tenía socios o cómplices que estratégicamente lo abandonaron, pero que tienen que salir a relucir.
Hay un mandato legal que el gobernador del estado tendrá que cumplir, como lo es proceder para que Mario Anguiano regrese esa suma, que, por cierto, es una bicoca si se compara la larga tradición de corrupción del priísmo colimense, que ahora quiere seguir por esa senda con candidato prestado, como lo es el alcalde de la presidencia de Colima, cuyo segundo mandato ha sido desastroso en todos los ámbitos.
Pero aunque sea una llamarada de petate, insisto, debemos valorar que hay voluntad política y carácter de hacer cumplir las leyes en la nueva era de transformación y regeneración nacional, con un presidente que es verdadero representante de la honestidad, o sea, lo contrario a la investidura de corrupción presidencial que representaba Enrique Peña Nieto, cuya bandera del servicio público parecía más bien la bandera de tolerancia y complicidades para que todos robaran, desde el mínimo presidente municipal, hasta él mismo.
Los mexicanos en general y aquí los colimenses en particular, debemos atesorar y valorar los esfuerzos que la cuarta transformación hace por afianzar un nuevo régimen apoyado en la honestidad y en el respeto absoluto a los valores del ejercicio público.
Hay que decir también que la sentencia que establece y declara corrupto a un gobernador de Colima, nunca había ocurrido antes, y se espera que en las próximas semanas, meses o antes de la mitad del actual sexenio, se juzgue también a otros mandarines o jeques de la corrupción, como el rector y los ex rectores, estos por el hecho de estar cobrando jugosas jubilaciones que ni los expresidentes de la República tienen. Hay en la Universidad de Colima, una danza de millones de pesos desaparecidos, pero a los que los fiscales anticorrupción le siguen la pista.
Hay que esperar a que el ex gobernador al que se le exige regrese lo robado, declare al respecto, y es posible que ese caudal lo haya repartido entre muchos, y para tener claridad al respecto, hay que revisar los propios historiales de los préstamos que aprobó el Congreso desde antes del 2012, y saldrán a flote otros nombres o, cuando menos, saber dónde están los miles de millones con que saquearon el erario. A ver si deveras.
PUNTO Y RAYA
Una CDHEC en busca de titular
Continúa empantanado el largo proceso para elegir una persona que garantice un trabajo honesto y capaz en la defensa y promoción de los derechos humanos en Colima. Los obstáculos que presenta este asunto, se originan porque el método fue errático, como bien han comentado algunos analistas, porque se dejó a expensas de que los diputados y las diputadas, de acuerdo a sus particulares intereses, sean los que le echen montón de votos para que salga alguien de su propia consideración, es decir, una o un incondicional.
Hace días fue rechazada absolutamente la intención de reelegirse por el actual presidente interino de la CDHEC, Hermilo Flores, sin mayor trascendencia a su paso por el cargo, y con títulos terriblemente cuestionados, por sospechosos o patitos. Y lamentablemente también fue rechazada, de esa terna, el mejor perfil para esa dependencia, como lo fue la licenciada Adriana Ruiz Visfocri, –No olvidan la anulación de una elección de gobernador- porque sigue siendo objeto de persecución por parte de la mafia del poder local, que aun gobierna y tiene gran influencia en el Congreso.
Ahora hay una terna de puras mujeres, la que será votada próximamente, y pueden ocurrir dos cosas, o que ninguna alcance la mayoría de votos requeridos, o que sí la alcance con los votos de los diputados aliados al gobierno, y la agraciada es probable que pudiera ser Erika Romero. Aunque también hay la posibilidad de que la mafia del poder, logre colocar en el cargo a un propio, como lo sería Roberto Ramírez, priista de hueso descolorido.
Pero el que debiera ocupar, por justicia y por capacidad y altos valores de orden ético y con una gran trayectoria en la defensa de los derechos humanos, es el licenciado Efraín Naranjo Cortez. No hay otra persona. Con el grado de honestidad y servicio solidario en la defensa de los derechos humanos, como él.
Pero, lamentablemente, los legisladores, han preferido, incluso, jugar proponiendo a personas de su adhesión política, ideológica, o de amiguismo o compadrazgo; lo que se hubiese evitado con un método que profesionalmente auxiliara a los diputados proponiendo el mejor perfil, surgido de un proceso arbitrado, científico. Y no dejarlo todo a un reparto de intereses. ¿No?
¡Hasta la próxima!