Cuando en septiembre de 2018 Juan Aguirre Abdó anunció, en compañía de Carmen, la alianza estratégica de Grupo Radio Centro (GRC) con Aristegui Noticias, se hizo evidente que la estrategia de esa familia con tres generaciones en la industria radiofónica para reposicionar a sus estaciones era, precisamente, apostar por el tipo de periodismo que fue perseguido por el viejo régimen.
Como se sabe, Carmen Aristegui rompió con MVS Noticias cuando la familia Vargas despidió al equipo de reporteros que investigó el caso de la Casa Blanca de Peña Nieto. La periodista se refugió entonces en internet y en esa plataforma sobrevivió más de tres años hasta que la alianza con los Aguirre le permitió regresar a la radio.
Dentro de GRC, Aristegui entró en competencia directa con Carlos Loret de Mola y Sergio Sarmiento que tenían noticieros en otras estaciones del grupo pero en ese mismo horario matutino. Sin embargo, en diciembre de 2018 Aguirre Abdó decidió concentrar todos los informativos en una sola estación: Radio Centro. La propuesta de cambiar de horario no gustó a los otros conductores, quienes dejaron la empresa.
PERIODISMO PERIODÍSTICO
En enero de 2019 entró al relevo Julio Hernández López, autor de la columna Astillero que se publica en La Jornada y director de La Jornada de San Luis que ya no circula en forma impresa pero se mantiene en internet.
Con la experiencia acumulada a su paso por distintos espacios de radio y televisión, donde fue por ejemplo contertulio de Ciro Gómez Leyva y de Víctor Trujillo, ‘Brozo’, Hernández López entró como titular del espacio denominado ‘Julio Astillero’ de 1 a 3 de la tarde, además de ser nombrado director editorial de GRC.
Astillero renovó el discurso metaperiodístico (el periodismo que habla del periodismo) al abrir mesas de análisis con articulistas de otros medios, entre ellos “las mosqueteras” Elisa Alanís, Carolina Rocha y Marcela Gómez Zalce, o los periodistas Miguel Badillo, Álvaro Delgado y Alejandro Páez Varela.
Por su noticiero pasaron muchos colegas para hablar sobre la relación de la prensa con López Obrador, la lista de los que recibieron chayotes millonarios de Peña Nieto y los recortes a la publicidad oficial.
Astillero invitaba con frecuencia a dos periodistas que se habían exiliado en Estados Unidos y refugiado en la redes sociales como Rubén Luengas y Vicente Serrano. Además de convocar a una naciente generación de influencers, como El Chapucero o El Mariachi Ninja, entre otros youtubers que acudieron a Radio Centro a defender su derecho a ingresar a las mañaneras de López Obrador.
TRES GENERACIONES
Juan Aguirre Abdó sustituyó a su padre, Francisco Aguirre Gómez, como director general de Grupo Radio Centro en mayo de 2019, y en octubre de ese mismo año la empresa lanzó su canal La Octava, en el 8.1 de televisión abierta con cobertura en la zona metropolitana. Su abuelo, Francisco Aguirre Jiménez, quien se inició en el negocio de la radio en 1946, recibió en 1968 la concesión original de Canal 13 que le fue embargada por Somex y con los años se integraría a Imevisión (hoy es Azteca Uno).
Carmen Aristegui no acompañó a los Aguirre en la mudanza de buena parte de los contenidos de Radio Centro, en el 97.7 FM (que pasó a denominarse Universal), a La Octava Radio en el 88.1 de la misma banda (ambas frecuencias en el valle de México), porque su imagen televisiva está bajo contrato con CNN en Español.
Por su parte, Julio Astillero usó su programa para hacer casting de potenciales fichajes. Comprometidas con los periódicos y canales de televisión en los que trabajan, las mosqueteras terminaron su participación en Radio Centro. Pero Álvaro Delgado y Alejandro Páez Varela abrieron el espacio de Los Periodistas en la tarde-noche.
Tras dejar el IMER en junio de 2019 por recortes presupuestales, Ricardo Raphael se incorporó a Radio Centro y luego a La Octava en el programa que lleva su nombre, de 3 a 5 de la tarde.
Vicente Serrano empezó en televisión Éntrale sin Miedo, evolución de su canal en YouTube: Sin Censura Media. Y el propio Julio Astillero protagonizó La Octava Luna que pretendió, en sus menos de dos meses de existencia, ser el noticiero estelar de la emisora.
Con Pancho Parra y Mayte Fierro, La Octava abrió Mañanews, una glosa de lo expuesto en la conferencia de prensa matutina en Palacio Nacional. Y Fernanda Tapia inició Radioescuchas Anónimos.
NO RESULTÓ NEGOCIO
Parecía una programación muy sólida que buscaba ocupar un nicho en el espectro radiofónico y televisivo: el que atiende a una audiencia simpatizantes de la 4T exasperada por la supuesta crítica de mala fe que los medios tradicionales hacen al nuevo régimen, ya sea por razones meramente ideológicas cuando no por una presión para reactivar los presupuestos en la publicidad oficial.
Se intuye que el objetivo de Juan Aguirre Abdó a lo largo de 2019 fue captar no sólo a ese público que se había mostrado fiel de los canales de YouTube abiertamente defensores de López Obrador, sino también congeniar con el nuevo gobierno y hacerse merecedor de una mayor inversión publicitaria.
A unas semanas del cambio de gobierno y de programación, se enfrascó en una guerra contra INRA, uno de los organismos medidores de audiencia, convencido que los criterios para asignar la publicidad oficial en la 4T se basarían en el rating de las estaciones. No obstante, como hizo notar El Mariachi Ninja, Grupo Fórmula sigue recibiendo una tajada mayor del pastel publicitario del Estado, no obstante que sus programas están teóricamente por debajo de los niveles de popularidad de los que ofrece La Octava.
A un año de distancia, el empresario no ve claro. Producir contenidos para una estación de radio, aun cuando tenga una salida en video a través de YouTube, no es tan costoso como generar contenidos para televisión en noticieros que, además, deben competir con los de las grandes televisoras (como Televisa, Azteca e Imagen) y los de otros canales informativos (como Milenio TV o El Financiero-Bloomberg).
El modelo periodístico funcionó, pero no el modelo de negocio. Aquí en esta columna hemos dado cuenta de las ocasiones en las que Julio Astillero abrió foros para una reflexión sobre lo que fue la práctica periodística en el pasado y las nuevas condiciones en las que se está dando el ejercicio periodístico. Con todo, al cerrar el año se anunció la cancelación de La Octava Luna y El Mariachi Ninja, como colaborador de Vicente Serrano, denunció que los Aguirre literalmente esperan que la gente trabaje sin remuneración en el proyecto de construir un proyecto distinto de periodismo televisivo.
EL FANTASMA DE VIVÓ
Los reproches de El Mariachi Ninja dibujan una mentalidad empresarial cegada por la codicia. Y recuerdan el triste episodio en el que Radio Centro despojó a José Gutiérrez Vivó de su Monitor, el exitoso noticiero que el periodista, pionero en la información vial, había fundado en 1974, cuando las estaciones que lo transmitían aún pertenecían a Radio Red.
La cadena acumuló tantas deudas con Gutiérrez Vivó por concepto de publicidad no enterada que, para ponerse a mano, le cedieron la concesión de dos frecuencias de AM. Más tarde, los Aguirre buscaron un arbitraje internacional para reducir el pasivo. Perdieron y pese a que el laudo favorecía al conductor, con la ayuda del gobierno de Vicente Fox apagaron la señal que se originaba en Infored y pusieron al aire a otros conductores, entre ellos Jacobo Zabludovsky que ya había salido de Televisa.
El mandatario panista no le perdonó a Gutiérrez Vivó que en su noticiero se hubiera auto-destapado, a finales de 2005, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, como candidato a la presidencia de la república. Gutiérrez Vivó trató de revivir su programa por internet bajo el nombre de Silencio, desde San Antonio, Texas, pero en 2015 cerró transmisiones por falta de recursos.
Ya como presidente electo, López Obrador adelantó que en el nuevo clima de libertades regresarían a la radio dos voces acalladas por la censura del viejo régimen: Aristegui y el legendario conductor de Monitor. Por eso, cuando en la conferencia de prensa para anunciar la alianza estratégica de GRC con Carmen Aristegui, le preguntaron su opinión sobre José Gutiérrez Vivó a la periodista, se limitó a decir: “es una tragedia que esté fuera del aire”.
En todo caso, aclaró, con el silenciamiento “le fue mal” a todos los involucrados. Se refería, presumiblemente, a que la cadena perdió audiencia y prestigio; Gutiérrez Vivó perdió tribuna y patrimonio; y el público perdió un espacio de información no oficialista, de libre opinión y caja de resonancia de los intereses populares.