¿Cuál es el papel de la oposición en Colima?
– Oponerse al gobierno de Indira Vizcaíno. Es la respuesta obvia.
– Condenar las acciones del partido gobernante esperando que, en los siguientes comicios, el electorado quiera devolverles el dominio político a los tricolores o, incluso, les permita acceder al poder a los blanquiazules o naranjas. Esa sería una contestación más amplia.
Frente a la posibilidad de que el gobierno de Morena se extienda seis años más, PRI, PAN y MC buscan restaurar distintos momentos del viejo régimen. Cada uno de esos partidos responde a un proyecto político diferente, impulsado por exgobernadores que buscan colocar en el Ejecutivo local a un representante de los intereses económicos que se crearon durante el respectivo mandato de Fernando Moreno, Mario Anguiano o Ignacio Peralta.
A la continuidad del gobierno de Indira Vizcaíno se oponen también soluciones políticas que no se plantean como una posibilidad de alternancia partidista, sino como propuestas de continuidad al interior de la coalición Morena-PT-Verde pero apartadas del grupo gobernante.
Para la oposición-oposición tanto como para la oposición interna, la estrategia consiste en enfatizar los errores de la administración en turno, buscando capitalizar el voto de castigo o, en su caso, reclamar dentro de la 4T el derecho al relevo.
Ya hemos comentado en anteriores columnas los posibles escenarios para una continuidad de la izquierda gobernante con un candidato ajeno al grupo compacto de Indira Vizcaíno. Algunos pretenden conseguir la candidatura del guinda, otros querrían hacer valer en la coalición el peso del Verde o el de la estrella petista. Incluso, hay analistas que no se han cansado de especular con la eventualidad de un candidato oficialista surgido del PRIMOR: la cruza de Morena y el PRI.
Se tiende a ver la siguiente sucesión como el dilema entre la continuidad o la interrupción del indirismo. Pero la oposición en Colima no es una fuerza unificada en contra del gobierno de Vizcaíno Silva. En ese sentido, Indira lleva ventaja sobre quienes pretenden impedir que en 2027 llegue al Ejecutivo local una representante de este gobierno de mujeres. Los proyectos de cambio no sólo son varios, sino contradictorios entre sí. Y hasta una nueva alianza PRI-PAN se antoja por momentos inviable.
EL PARTIDO COMODÍN
A nivel nacional, Movimiento Ciudadano aspira a convertirse en una alternativa a la praxis de Morena, aunque no está claro si defiende un proyecto moderado o se trata de un frente amplio tan acomodaticio que, por lo mismo, no tiene ideología.
Un MC como el de Jalisco aspira a ser una opción a Morena, dentro de un esquema de bipartidismo como el que simularon PRI y PAN durante la llamada ‘transición democrática’. Un partido naranja como el de Nuevo León se mantiene en la senda de una tercera vía que, acaso sin proponérselo, retrasará en 2030 la alternancia a favor de la derecha prianista, o, por el contrario, debilitará a la izquierda gobernante. Así de ambiguo es el partido de Dante Delgado.
En el ámbito local, MC tiene su propia circunstancia. Basta ver la Comisión Operativa Estatal que acaba de presentar el naranja en Colima: con Margarita Moreno, la figura multicolor que en realidad encarna a la política sin partido, como coordinadora; y un equipo dispar que integran, entre otros, la exobradorista Griselda Martínez, el expriista de sangre azul Chuy Dueñas o la expanista Remedios Olivera, empeñada en darle rostro al verdadero emecismo.
En esa formación hay más cuadros. Unos que vienen del PRI, como Federico Rangel. Y otros cuyo ADN es panista, como los antiguos operadores de Leoncio Morán que se quedaron en MC.
Los tres exalcaldes (dos de Colima, Margarita y el profesor Federico, y una de Manzanillo, Griselda) suponen un activo que podría darle rumbo y una base ciudadana al naranja. Mas, considerando los orígenes y la formación ideológica de cada uno de esos personajes, será difícil enfocar esta visión con un mismo objetivo. Si el factor común es el ‘bien común’, los emecistas tendrán que acordar qué significa ese objetivo en la realpolitik como no sea, simplemente, llevar a Margarita a la gubernatura dentro de tres años.
EL BACHE FEST
Más complicada es la agenda local del PRIAN. Tanto en Villa de Álvarez como en Colima, Tey Gutiérrez y Riult Rivera (como en los inicios del trienio pasado, Tey y Margarita) personifican dos maneras distintas de entender a un gobierno de coalición.
Los alcaldes de la zona conurbada están, pese a sus buenos deseos de no chocar, en ruta de colisión por una segunda candidatura aliancista al gobierno del estado. Si no hay arreglo, en 2027 una podría ir por el PRI y otro por el PAN, aunque lo absurdo es que su propia militancia no será lo que determine su postulación por uno u otro partido, sino que la decisión la tomará quien acabe siendo el dueño de las siglas.
La deuda que hereda Riult lo pone en situación complicada. Pero la falta de liquidez no es un impedimento tan fuerte para lograr la gobernanza, como la inexperiencia de muchos de sus funcionarios… y la duplicidad de funciones. Ni el director de Obras Públicas que puso el PRI ni el responsable de equipamiento e infraestructura que puso el PAN, han podido tapar los baches. Pero los dos sedicentes directores de Cultura y quienes participan en la competencia entre la dirección de Abasto y Comercialización y la oficina de Fomento Económico, ya iniciaron el tercer festival en lo que va de la administración.
A SOL O A SOMBRA
El festival ‘Recuérdame Bonito’ con motivo del Día de Muertos, y el ‘Colima Sabe Bien (Coca Cola Food Fest) celebrado en la parte norte de la avenida Ignacio Sandoval, al que literalmente se le encimó el Rally Fest 2024 organizado por Zentralia, fueron eventos de iniciativa privada. En cambio, el Docenario Guadalupano es una costumbre popular donde el Ayuntamiento lo mejor que puede hacer es no estorbar a la gente.
Aunque sobran reglas no escritas acerca de cómo se deben asignar los espacios y cuáles son los servicios de electrificación, alumbrado o recolección de basura a los que los comerciantes tienen derecho, la nueva administración ha querido descubrir el agua tibia y el hilo negro. Riult está pagando caro el noviciado, y el consenso de las pozoleras es que Margarita organizaba mejor.
Lo mismo afuera del panteón que en las inmediaciones de la glorieta de La Bicicleta, el personal del gobierno municipal fracasó en su esfuerzo por resolver los conflictos entre organizadores y expositores. Los merchantes estaban irritados por las inequitativas tarifas para el cobro de piso, y el incumplimiento del convenio en cuanto a facilitar toldos y mesas para la fiesta de las catrinas. Lo único que les facilitaron fue el nombre de la persona que renta sombrillas. Tampoco les cumplieron con el trato de contar con mobiliario desde el primer día del nuevo ‘comidafest’. Y eso que mesas y sillas eran, además de una contraprestación, publicidad gratuita ya que tienen el color y el emblema del patrocinador.
ADRENALINA PURA
La mayor preocupación de los funcionarios durante el ‘Recuérdame’ versión Coco, era que los expositores no fueran a obstruir el paso de las amazonas maquilladas como calaveras, ni la marcha (mejor dicho, ‘peregrinación’) por la Paz con la que la derecha afincada en el Ayuntamiento de Colima quiso restregarle a la gobernadora la inseguridad que vive el estado. Un clima de violencia al que han contribuido desde hace años, cabe reconocer, algunos de esos políticos que (casi no) se esconden detrás de Riult.
Durante la escenificación colimota de ‘Rápido y Furioso: reto Tokio’, ni Vialidad ni Protección Civil municipal calcularon los riesgos que implicó cerrar uno de los sentidos en esa transitada avenida y, para colmo, autorizar que los pilotos dieran vuelta en U más que derrapando, sobrevirando (‘drifting’) el coche en la glorieta sin que hubiera un muro de contención que protegiera a quienes aplaudían la maniobra en la improvisada tribuna, ni a quienes calle abajo comían hamburguesas y bebían micheladas, ajenos a la nada remota posibilidad de que uno de los vehículos saliera volando y les cayera encima.
Al agente que quiso poner orden cuando un taxista casi atropella a aun auxiliar de Vialidad, lo suspendieron y amenazaron con medidas disciplinarias.
CON LA NÓMINA, NO
Por lo demás, tiene razón Riult cuando dice que su antecesora le dejó tres pesos en el cajón, quizá porque no los vio el tesorero de Margarita Moreno. No hay otra explicación, el dinero de los aguinaldos se lo gastó la entonces alcaldesa en el empeño por quedarse al frente del Ayuntamiento tres años más a fin de estar en condiciones de disputar la gubernatura.
Era difícil que la Comuna tuviera capacidad de ahorro, cuando los funcionarios que venían del gobierno estatal de Ignacio Peralta se dedicaron a administrar la abundancia. En una típica demostración de contabilidad a la mexicana, cuya máxima es “lo que entró, salió”, lo que entró como ingresos propios, participaciones federales y recursos de fondos específicos, salió como sueldos equiparables a los que tuvieron los funcionarios municipales en el gabinete estatal, un presupuesto desmedido en materia de comunicación institucional, sobreprecios en las obras públicas y excesivos gastos de campaña.
En la “intensa sesión de la Comisión de Hacienda Municipal” que preside, “ante los integrantes de la comisión y demás regidores presentes”[1] la regidora Azucena López Legorreta evidenció los malos manejos de los recursos que hizo la anterior administración municipal: de 16 millones de pesos, hasta el momento se desconoce su destino; y ocho millones de pesos fueron desviados del DIF.
Para cubrir los aguinaldos y otras prestaciones de navidad de los trabajadores, el Ayuntamiento de Colima tuvo entonces que recurrir a un crédito por 35 millones de pesos. Es “una medida necesaria para enfrentar la crisis financiera”. No es la ideal, pero sí la única vía para garantizar el pago de un derecho, dijo la edil morenista.
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Esto le dijo López Legorreta, en su cara, a la exalcaldesa Elía Margarita Moreno que –ahora como regidora de oposición– también forma parte de la Comisión. Y lo dijo Azu la de Morena, pese a estarle haciendo el caldo gordo a la mayoría en el Cabildo que encabeza Riult Rivera como presidente municipal e Itzel Ríos de la Mora como síndica, ambos secretarios de la Comisión de Hacienda.
Azucena “hizo un llamado firme y enérgico” a Riult para que “investiguen a fondo estas irregularidades”, deslinde responsabilidades y, de ser necesario, presente denuncias ante la Contraloría Municipal, el Congreso del Estado, la Fiscalía General del Estado y la Fiscalía Anticorrupción. Margarita debe responder por desviar recursos y comprometer el futuro financiero del municipio. Quienes abusaron de la confianza del pueblo, no pueden quedar impunes.
La regidora lanzó entonces una advertencia indirecta a Riult, cuya campaña a la gubernatura ya empezó con base en el mismo esquema de promoción política desde la Presidencia Municipal: “Desde esta Comisión vigilaré cada peso de este empréstito”, no permitirá opacidad ni corrupción, “Colima merece un gobierno honesto y transparente”.
Lo cierto es que las finanzas municipales no están en condiciones de que Rivera costee sus aspiraciones al gobierno estatal con cargo a la tesorería. Ya, por sí, es excesiva la carga que Riult viene manejando en la nómina, en parte por las basificaciones heredadas por la alcaldesa interina Patricia de la Madrid; en parte por los compromisos de campaña, con dos estructuras partidarias distintas; y, en parte, por la indecisión del alcalde para decirle a cualquiera de los dos funcionarios que se ostentan como tal, que sólo habrá un director del área que ganará como tal.
Al menos que les deje en claro cuál de los dos, si el priista o el panista, va a cobrar como director adjunto.
Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com
[1] ‘Por malos manejos de Margarita Moreno se tuvo que recurrir a un financiamiento de 35 millones de pesos para garantizar los derechos laborales de fin de año: Azucena López Legorreta’. Oficina de la regidora Azucena López Legorreta; Boletín de Prensa, 28 de noviembre de 2024.