LA OTRA CAMPAÑA

Indira Vizcaíno decidió encabezar la convocatoria para participar en la consulta popular del 1º de agosto. Como sabemos, de ganar el sí y siempre y cuando acudan a las mesas de votación más de 35 millones de mexicanos, la consulta será vinculante para enjuiciar a cinco expresidentes de la república por corrupción y otros delitos, entre ellos haber ordenado o encubierto ejecuciones extrajudiciales.

Según dijo la gobernadora electa el martes 20 de julio en rueda de prensa, la consulta fortalecerá la democracia del país. De hecho, este ejercicio inaugura una nueva etapa de la vida democrática de los mexicanos al permitir involucrar a los ciudadanos en la toma de decisiones importantes del país.

En el pronunciamiento acompañaron a Vizcaíno Silva la diputada federal (reelecta para un nuevo periodo) Rosy Bayardo, algunos de los diputados electos que integrarán la mayoría en la próxima legislatura local y las alcaldes electas de Armería y Coquimatlán, así como líderes de asociaciones civiles de productores agropecuarios, transportistas y maestros.

Indira destacó que gracias a la reforma a la Constitución que habilita la figura jurídica de la consulta popular, “por primera vez se va a tomar en cuenta a la ciudadanía”. En Colima, “un estado que se caracterizaba por tener altos niveles de participación en los procesos electorales”, llamar a una consulta es todo un reto: en 2015 participó alrededor del 60 por ciento del padrón electoral, en 2018 el porcentaje llegó a 67 puntos, pero en 2021 bajó al 50 por ciento.

“Para que la consulta sea vinculante se necesita la participación de por lo menos el 40 por ciento de los electores”. Se requiere, por lo tanto, de un enorme “trabajo territorial de los compañeros” para convencer a la gente de plasmar su opinión en la boleta.

El principal obstáculo, sugirió Indira, es el número de casillas. No serán tantas como en un proceso comicial, apenas 300, y el ciudadano tiene que hacer un doble esfuerzo: primero ubicar la que le corresponde en la página oficial o en los módulos de información que se han estado colocando en los principales jardines, y luego acudir a votar.

A pregunta de los reporteros, Vizcaíno adelantó que en su gobierno realizará diversas consultas a la ciudadanía porque considera esta figura jurídica un buen ejercicio de democracia participativa.
 
DIJERON QUE A TODOS

El domingo 18, Griselda Martínez encabezó en el jardín de Santiago uno de estos actos de proselitismo que la estructura de Morena deberá organizar en los diez municipios, no sólo para promover la consulta sino para fortalecer las estructuras de movilización que harán posible concitar el porcentaje de participación requerido. La meta es reunir 35 mil firmas en los 63 centros de votación de Manzanillo.

Pudo estar presente Griselda, pese a la veda electoral que impide a los actuales diputados y munícipes apersonarse en estos eventos, porque como presidente municipal con licencia no es alcalde en funciones, y como alcaldesa electa no es todavía presidenta municipal.

Lo más importante del compromiso que hizo Martínez de no regresar al Ayuntamiento hasta asegurarse de sacar adelante la consulta en su municipio, es la reinterpretación que le da al tema del enjuiciamiento a exservidores públicos con base en la modificación que hizo la Suprema Corte a la pregunta original.

Se trata, dijo, no sólo de castigar a quienes fueron jefes de Estado en el ciclo neoliberal sino de “llamar a cuentas también a quienes causaron la desgracia estatal y municipal”. En la entidad y, particularmente, en el puerto “hubo personajes que hicieron mucho daño” a los colimenses, y no obstante “los volvieron a hacer candidatos”. Afortunadadamente, “la gente no los pasó”.
Consciente del desafío que implica no tanto ganar la mayoría en la consulta sino de hacerlo con un porcentaje de participación que haga vinculante el sí, Griselda dijo que “si no procesan judicialmente” a Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña, “por lo menos que los sometan al juicio histórico y popular”.

A unos metros de donde estuvo la casa de don Arturo Meillón (padre de Alejandro, que fue presidente municipal, y abuelo de su hijo homónimo que no llegó a serlo), a quien Miguel de la Madrid Hurtado llamaba tío cuando lo visitaba en esa finca, Griselda dijo: “Ya no está vivo el presidente colimense que impuso el neoliberalismo en México”, una teoría del Estado mínimo que no solo permitió que “nos despojaran” de nuestro patrimonio, sino que propició que “nos asesinaran” con tal de sostener el modelo económico.

La consulta es democracia participativa, insistió Martínez, pero sobre todo es “un precedente para llamar a cuentas a quienes en el futuro no cumplan”.
 
EJERCICIO DE MEMORIA

Oradoras estrellas del acto fueron Ariadna Bahena y Alina Duarte, quienes se han integrado a las brigadas para invitar al pueblo de México a votar sí en la consulta, junto al documentalista Epigmenio Ibarra y activistas como Omar García, uno de los sobrevivientes de Ayotzinapa.

Para Ariadna Bahena, la indignación por los abusos de poder de los mandatarios del ciclo neoliberal rebasa nuestras fronteras. “Hasta en el extranjero hay víctimas del despojo del neoliberalismo” a los mexicanos.

Los jóvenes que “en algún momento fuimos apáticos, nos estamos involucrando en este ejercicio de memoria histórica”. Aunque no vivieron esos sexenios, “nos sentimos herederos de los agravios”.

El legado de esos gobiernos es sangriento, en el estado de Colima está “el municipio con mayor número de fosas clandestinas”: Tecomán. Y, en ese sentido, “la consulta popular quiere evidenciar los crímenes políticos de todos esos actores: no sólo expresidentes sino también exgobernadores, exlegisladores y exmunícipes”.

Para Bahena, es importante “que gane el sí, pero también que quede establecida la estructura” de participación popular. Sin embargo, lo primordial es que se haga justicia: “No es perdón y olvido. El pueblo [ya] no le tiene miedo a la clase política”.

Víctima ella misma del desplazamiento forzado por la violencia de la guerra contra las drogas en la Tierra Caliente de Guerrero, Ariadna concluyó: “¡Es la hora del pueblo!”
 
CONSPIRACIÓN DE SILENCIO

Como periodista, Alina Duarte recaba para sus propios espacios en medios públicos y redes sociales el testimonio de los simpatizantes de la 4T respecto a la necesidad de enjuiciar a los expresidentes. Es también invitada para hablar sobre el tema en diferentes foros y medios de comunicación.

Hace diez meses, con Ariadna Bahena estuvieron en EL Chamuco TV para hablar del aviso de intención al Senado para solicitar la consulta popular y juzgar a los expresidentes (movilización que las llevó a reunir dos millones y medio de firmas). Y hace unos días, Alina coincidió con Leticia Calderón Chelius en una nueva emisión del programa de los moneros.

El año pasado, “los ciudadanos lo pidieron y López Obrador se sumó”, dice Alina Duarte para contradecir a los medios corporativos que insisten en llamar a este ejercicio ‘la consulta de Andres Manuel”.

Para la también periodista, “no es casualidad que los medios conspiren para silenciar la consulta”: sería “el primer ejercicio de esta magnitud” en ser vinculante.

Ahora bien, independientemente del resultado, “tenemos que cambiar la ley para que la participación popular sea efectiva. El 1º de agosto es un día para votar, pero el futuro es una lucha de largo aliento”.
 
MEDIÁTICAMENTE INVICTOS

Corresponsal de Telesur en Washington durante la presidencia de Donald Trump, Duarte ha cubierto las protestas ciudadanas y la brutal represión gubernamental en Chile, por parte del régimen de Sebastián Piñera, o más recientemente en la Colombia de Iván Duque.

Conocedora de los medios, Alina advierte que “la derecha está moralmente derrotada, pero no política, mediática ni empresarialmente” vencida. Los medios que nunca criticaron a Felipe Calderon por firmar una carta con Álvaro Uribe, uno de los primeros narco gobernantes en América Latina, hablan ahora de dictadura en México, pero no de la defensa que los venezolanos están haciendo de su gobierno ni de los avances médicos en Cuba.

“Los medios le tienen miedo a la memoria del pueblo”, no por nada Fox quitó las clases de historia en las escuelas. En ese sentido, Duarte llamó a “tomar los medios de comunicación, ocupar las redes sociales, integrar círculos políticos y formar cuadros” para contraponer una visión distinta de la historia a la que han dado los neoliberales. Y para dejar a “las generaciones que vienen” una estructura de participación ciudadana y “un nuevo modelo de ética”.

No es casual que los medios y los partidos opuestos a la 4T “digan que la consulta es un despilfarro y una vacilada”. Sin duda, al día siguiente “los medios van a decir que la consulta fracasó”. Y no faltarán medios que quieran usar este recurso en contra de López Obrador y de todos los gobernantes de Morena. Por eso es importante impedir que los indecentes se quieran montar en la consulta. “Hay gente impresentable que busca la foto”.

LOS IMPRESENTABLES…

Hablaron también activistas locales, entre ellos la diputada electa Andrea Naranjo que retomó lo dicho por Griselda Martínez en el sentido de aprovechar la consulta para enjuiciar a los políticos corruptos del municipio.

Andrea perdió momentáneamente el hilo de su intervención cuando una mujer, en primera fila, acotó: “Como Rueda, como los Sánchez…”
 
LO SUSCRIBO

Campo Cuatro es, como lo indica cada entrega, un esfuerzo colectivo, un ejercicio de periodismo de colaboración con fines no solamente informativos sino de opinión. La mesa de redacción la integramos varios de quienes editamos las páginas y portales donde se publica la columna.

Algunos lectores me atribuyen la autoría, pero no lleva mi firma porque sería deshonesto presentar como míos los lúcidos puntos de vista y conceptos que aportan mis compañeros.

Dicho esto, en respuesta al exgobernador Fernando Moreno quien dijo en entrevista con Roberto George que a mí no me gustó que Indira Vizcaíno acudiera a la Universidad de Colima, debo señalar que la lectura que hace de Campo Cuatro no es exacta. La columna expresó en su momento precisamente lo contrario, y coincido plenamente con el enfoque.

En lo personal, como universitario celebro la presencia de la gobernadora electa en la casa de estudios. Aplaudo su disposición a desmentir la narrativa de conflicto que se quiso construir con base en los señalamientos que diversos actores políticos de Morena hicieron a la UdeC. Y lo que más me gustó de esa reunión entre Indira Vizcaíno y Christian Torres es que la futura gobernadora se haya dirigido al rector, jefe nato de la comunidad universitaria.

Estoy convencido de que el liderazgo universitario debe descansar en la misma persona que ostenta la dirigencia de la Universidad. Solamente así se puede garantizar la legalidad institucional, la legitimidad del cargo y la estabilidad política de la UdeC.

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