LA PAZ SEA CON ELLOS

Acostumbrados a que los galardonados sean estadistas, activistas de diversas causas, organizaciones internacionales, filántropos o líderes espirituales, llama la atención que en 2021 el comité del Premio Nobel de la Paz haya decidido otorgar la presea a los periodistas Maria Ressa y Dmitry Muratov por sus esfuerzos para salvaguardar la libertad de expresión en Filipinas y Rusia, un derecho que la Academia Noruega considera bajo amenaza en todo el mundo.
Antes han ganado el Nobel de la Paz disidentes como el sudafricano Nelson Mandela, el estadounidense Martin Luther King o el polaco Lech Walesa; también el último líder de la Unión Soviética, Mikhail Gorbachev, y cuatro presidentes de Estados Unidos, entre ellos Jimmy Carter y Barack Obama, así como el vicepresidente Al Gore. El año pasado se lo dieron al Programa Mundial de Alimentos de la ONU.
No ganaba el Nobel de la Paz un periodista desde que el alemán Carl von Ossietzky lo recibió en 1935, en reconocimiento por haber revelado el programa secreto de rearme de posguerra de su país. En cambio, son varios los periodistas que han ganado el Nobel de Literatura otorgado por la Academia Sueca, a diferencia del premio de la Paz que se entrega en Noruega.
Aunque escritores para nosotros tan conocidos como el colombiano Gabriel García Márquez o el peruano Mario Vargas Llosa, ejercieron el periodismo en su juventud y lo siguieron practicando a lo largo de su carrera como novelistas, la primera persona en ganar el Nobel literario por su obra periodística fue la bielorrusa Svetlana Alexievich en 2015, porque “su obra polifónica es un monumento al valor y al sufrimiento de nuestro tiempo”, dijo en su momento la Academia.
Entre otros trabajos, Alexievich le dio voz a las mujeres que pelearon en la Segunda Guerra Mundial y a los sobrevivientes de Chernóbil, también contó las historias de los soldados soviéticos que regresaron en ataúdes de zinc de la invasión a Afganistán y la de quienes se suicidaron al no soportar el colapso del comunismo.
Sin embargo, a los ganadores del Nobel de la Paz de este año no los premian por la temática de su obra sino por el ejercicio mismo de su oficio. Ressa es directora ejecutiva de Rappler, un medio de comunicación que critica el régimen del presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, mientras que Muratov dirige el periódico independiente ruso Novaya Gazeta.
 
PREMIO AL PERIODISMO

“El periodismo libre, independiente y basado en los hechos sirve para proteger contra el abuso de poder, las mentiras y la propaganda de guerra”, dijo la presidenta del Comité Noruego del Nobel, Berit Reiss-Andersen, al anunciar el premio en Oslo el viernes 8 de octubre. La elección del comité, añadió, “tiene como objetivo subrayar la importancia de proteger y defender estos derechos fundamentales”.
Para el comité noruego, se les otorgó a Ressa y Muratov el premio cuya dote de 1.1 millones de dólares compartirán, por sus “esfuerzos para salvaguardar la libertad de expresión que es una precondición para la democracia y la paz duradera”, cita la BBC. Y, en la perspectiva de La Nación, se reconoce a dos periodistas cuyo trabajo enfureció a los gobiernos autoritarios de Rusia y Filipinas.
Dan Smith, director del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo, señala que el premio dará a ambos ganadores una mayor visibilidad internacional y puede inspirar a una nueva generación de periodistas.
Al justificar la elección, el comité noruego manifestó encontrarse “convencido de que la libertad de expresión y la libertad de información ayudan a garantizar un público informado”.
“Estos derechos son requisitos previos cruciales para la democracia y protegen contra la guerra y los conflictos”, argumentó el jurado, y consideró que la concesión del Nobel de la Paz este año subraya “la importancia de proteger y defender estos derechos fundamentales”.
Muratov y Ressa fueron descritos por el comité noruego como “representantes de todos los periodistas que defienden los mencionados ideales en un mundo en el que la democracia y la libertad de prensa enfrentan condiciones cada vez más adversas”.
 
¿QUIÉN ES MARIA RESSA?

Maria Ressa ha sido objeto de arrestos y acoso por sus denuncias contra el polémico gobierno del presidente Rodrigo Duterte en Filipinas. Cofundadora en 2012 del sitio noticioso Rappler que ahora dirige, fue elogiada por el comité por usar la libertad de expresión para “denunciar el abuso de poder, el uso de violencia y el creciente autoritarismo en su país de origen”.
Rappler es una empresa de medios digitales para el periodismo de investigación, que se ha vuelto prominente a través de reportajes como uno sobre asesinatos a gran escala durante una campaña policial contra las drogas.
“Como periodista y directora ejecutiva de Rappler, Ressa se mostró una valiente defensora de la libertad de expresión”, manifestó el Comité Noruego del Nobel, que enalteció al medio por “haber centrado su atención crítica en la controvertida y asesina campaña antidrogas del régimen de Duterte”; asesina porque se asemeja a una guerra contra la propia población por el gran número de muertes.
Tras la noticia, en una transmisión en vivo a través de su sitio Rappler, la veterana periodista confesó estar en shock, al tiempo que dijo que “nada es posible sin los hechos”, porque: “Un mundo sin hechos significa un mundo sin verdad y confianza”, cita la BBC.
A través de Rappler, Ressa también ha documentado cómo las redes sociales están siendo utilizadas para propagar las noticias falsas, acosar a los opositores del gobierno y manipular el debate público.
Lo cierto es que, en represalia por sus señalamientos, la periodista ha sido objeto de una serie de demandas que ella señala como actos de intimidación en su contra y de otros periodistas de su país. En marzo de 2019 fue arrestada en el aeropuerto de Manila por supuesto fraude, pero liberada poco después tras el clamor de periodistas internacionales.
En mayo de este año Ressa recibió el Premio Mundial de la Libertad de Prensa Unesco–Guillermo Cano, uno de los más prestigiosos reconocimientos periodísticos del mundo. Y, por la difícil situación que vivía, en 2018 fue una de varios periodistas nombrados por la revista Time como Persona del año por luchar contra la intimidación a los medios de comunicación.
Para La Nación, suscita preocupación internacional el acoso a los periodistas en Filipinas porque este país alguna vez fue considerado un abanderado de la libertad de prensa en Asia. Este diario argentino entrevistó a Ressa en 2019 con motivo de su arresto, y ella relató la persecución que sufrió por parte del gobierno de Duterte: “No soy una criminal, soy periodista”.

ORGULLO Y VERGÜENZA

La reacción del gobierno cuestionado implícitamente con la entrega del premio, no se hizo esperar. Un consejero del presidente filipino afirmó el lunes 11 que el Nobel a Maria Ressa es una prueba de que “la libertad de prensa está viva” en el país.
Desde que Rodrigo Duterte tomó el poder en 2016, Ressa y su portal Rappler han hecho frente a varios cargos penales y a investigaciones que, según los abogados del medio, constituyen acoso por parte del Estado por su trabajo, cita AFP.
Duterte ha calificado a Rappler de “sucursal de noticias falsas” y Ressa ha sido víctima de ciberacoso. No por eso, Harry Roque, portavoz de Duterte, se privó de declarar en una rueda de prensa: “Es una victoria para una filipina y estamos muy contentos”. Y sentenció: “La libertad de prensa está viva y la prueba es el premio Nobel de Maria Ressa”.
Los grupos de prensa y de defensa de derechos humanos de Filipinas aplaudieron el galardón como un “triunfo”, en un país clasificado como uno de los más peligrosos para los periodistas.
Ressa, de 58 años, está acusada en siete casos diferentes. Actualmente está en libertad bajo fianza a la espera de una apelación, tras ser condenada por difamación en junio, en un caso en el que se arriesga a ser sentenciada a seis años de cárcel. Otros dos casos de difamación en línea fueron desestimados hace algunos meses.
Con todo, el vocero de Duterte rechazó la idea de que Ressa sea un “azote” para el gobierno, e insistió en que “nadie ha sido nunca censurado en Filipinas”. Eso sí, “Maria Ressa todavía tiene que limpiar su nombre ante nuestros tribunales”, señaló Roque, quien llamó a la premiada “delincuente convicta”.
 
¿QUIÉN ES DMITRY MURATOV?

Dmitry Muratov, cofundador del diario independiente Novaya Gazeta, del cual es editor en jefe, ha defendido durante décadas la libertad de expresión en Rusia bajo crecientes condiciones adversas. Este medio especializado en periodismo de investigación informa, de manera regular, sobre las acusaciones de corrupción y abuso oficiales en Rusia. Seis de sus reporteros han sido asesinados, incluyendo a Anna Politkovskaya, muerta en 2006, a los 48 años, por exponer en sus artículos las violaciones a los derechos humanos de las tropas rusas en Chechenia.
En una entrevista hecha por el popular canal Podyom en Telegram, Muratov dijo: “Estoy riendo. De ninguna manera me lo esperaba. Esto está hecho una locura aquí”. El editor catalogó el premio como “una retribución al periodismo ruso que ahora está siendo reprimido”.
No obstante, el Kremlin felicitó a Muratov a través de su portavoz, Dmitry Peskov, quien expresó: “Él trabaja persistentemente de acuerdo con sus propios ideales, está dedicado a ellos, tiene talento y es valiente”.
La Nación describe a Muratov como un editor que se ha enfrentado al gobierno de Vladimir Putin con investigaciones sobre irregularidades y corrupción, con una cobertura amplia del conflicto en Ucrania. Y también como el primer ruso en ganar el Premio Nobel de la Paz desde Mikhail Gorbachov, quien ayudó a fundar Novaya Gazeta con el dinero que recibió al ganar el reconocimiento en 1990.
La Academia Noruega ponderó su lucha durante décadas en defensa de la libertad de expresión en Rusia, en “condiciones cada vez más desafiantes”. Destacó que el Novaya Gazeta es un medio al que el “periodismo basado en hechos y su integridad profesional” convirtieron en una “importante fuente de información sobre aspectos censurables de la sociedad rusa que raras veces mencionan otros medios de comunicación”. También remarcó que “desde el inicio del periódico, seis de sus periodistas fueron asesinados”.
Muratov, por cierto, dedicó su premio Nobel de la Paz a su medio y a sus seis periodistas y colaboradores que fueron asesinados desde 2000. “No puedo atribuirme el mérito. Es de Novaya Gazeta. Es de los que murieron defendiendo el derecho de la gente a la libertad de expresión”, dijo Muratov, según informó la agencia rusa TASS. “Como no están con nosotros, [el Comité Nobel] decidió visiblemente que yo lo dijera a todo el mundo (…) Esta es la verdad, es para ellos”, dijo.
Muratov explicó que no pudo contestar el teléfono cuando recibió la llamada del Comité Nobel porque estaba trabajando, y que todavía no había tenido tiempo de leer el texto del anuncio.


Cfr. https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-58842837; https://www.lanacion.com.ar/sociedad/premio-nobel-de-la-paz-ganaron-maria-ressa-y-dmitry-muratov-nid08102021/; https://es-us.noticias.yahoo.com/gobierno-filipinas-defiende-libertad-prensa-082935678.html


 

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