“El periodismo a nivel mundial se encuentra en una grave crisis. Hoy en las academias algunos profesores siembran en sus alumnos la idea de que la verdad ya no es relevante; en los estudios de televisión algunos conductores están preparados para fingir sorpresa e indignación en medio de montajes transmitidos completamente en vivo; y, en los periódicos, algunas plumas pasan su tiempo jugando al futurismo, presagiando desastres económicos que nunca ocurren con el propósito de causar miedo e incertidumbre entre nuestros pueblos.”
Así comenzó el tabasqueño Manuel Pedrero su intervención en la ceremonia inaugural del Primer Encuentro Continental de Comunicador@s Independientes (PECCI): “Informar es liberar”, que se realizó el 30 y 31 de agosto en el Salón Tesorería de Palacio Nacional. El fundador –junto a Hans Salazar y Amir Ibrahim– de Los Reporteros MX, director de Redes y conductor del noticiero Sin Máscaras en ese portal, calificó este congreso como un hecho sin precedentes en América en la lucha por la libertad de expresión.
Hasta hace unas décadas vivíamos en una “dictadura infodémica” en la que “no había posibilidad de enterarse de la verdad por otros medios”, y nos resignábamos a quedarnos con la versión del señor de traje en el noticiero de nocturno de televisión o de la señora regañona en el matutino de radio. Pero aparecieron las redes sociales y, con ellas, la oportunidad de contar al mundo una versión propia, otra verdad.
Esa tecnología que fue aliada de los medios de comunicación hegemónicos durante años se convirtió “en su perdición”. Se realizó la utopía de ver a mujeres y hombres expresar sus ideas con total libertad. Nuevas generaciones de almas rebeldes “tomaron sus celulares y empezaron a grabarse a partir de un sentimiento colectivo de libertad. Los pueblos, cansados de la mentira, decidieron abandonar a sus verdugos desinformativos y empezaron a voltear a las benditas redes sociales”.
A quienes “laboramos en distintas redes sociales como Facebook, X antes Twitter, Instagram y otras”, desde las mesas de redacción de la prensa conservadora se decidió “imponernos el mote” de ‘youtuberos’, como parte de “un hostigamiento, acoso y bullying sistemático”. Para televisoras, periódicos y radios, “no somos periodistas”. Y el argumento más común es que “quienes trabajan en redes sociales nunca estudiaron periodismo”. Es risible: “Ryszard Kapuściński, uno de los periodistas más destacados de la historia de la humanidad, ni siquiera estudio periodismo, él fue un historiador”.
No habló Pedrero, por cierto, de la incongruencia de los medios tradicionales que usan con fines de lucro (pues ganan audiencia con ellos) los contenidos que se difunden a través de las redes sociales, pero se resisten a ver en ellas nuevos liderazgos en la opinión pública.
MÁS YOUTUBEROS
Con 21 años, Manuel Pedrero todavía es alumno de Ciencias Políticas. Y en Palacio Nacional, con voz entrecortada declaró: “Señor presidente, usted me cambió la vida. Y le agradezco por eso”.
Lo dijo tras relatar que su primer tuit se volvió viral cuando a sus 17 años, para desmentir a un detractor de las becas ‘Benito Juárez’, quien insistía en que los estudiantes de preparatoria se gastan ese dinero en cervezas, escribió enfurecido que él usó la suya para ayudar a su madre a construir la casa familiar.
Dos días después, “Vicente Serrano, Meme Yamel y Carlos Aguirre, todos periodistas independientes, me habían invitado a colaborar en sus medios o en sus espacios. Y cuatro años después, inspirado por todos ellos”, nació Los Reporteros MX. “Hoy me gano la vida haciendo periodismo independiente, y no sobra decir que esto sucedió gracias a una beca que se me había negado toda la vida”.
Como ésa, “hay miles de historias esperando ser contadas allá afuera y ustedes están destinados a contarlas. Hagan comunicación al servicio de la nación, al servicio de sus pueblos”, pidió Pedrero a los participantes del encuentro.
“Algunos piensan que el término ‘youtubero’ o ‘youtubera’ es ofensivo o peyorativo; se equivocan. Es un timbre de orgullo”. Y lo constató cuando un reportero mexicano, muy conservador, que se encontraba en las calles de Estados Unidos trabajando para una televisora, se percató que mientras daba su informe en vivo un grupo de migrantes se paró detrás suyo y empezaron a corear la consigna: ‘¡Más youtuberos, menos chayoteros!’
Pedrero es de quienes sostienen que el gobierno de López Obrador abrió la puerta a periodistas y medios independientes. Y, ahora, “nos convoca a trazar el futuro de la comunicación independiente de América”. Sin embargo, “no son tiempos fáciles, los medios hegemónicos han recrudecido la desinformación, tratan de empantanar la conversación pública con noticias falsas, bots y otras artimañas digitales. Ahí es cuando entramos nosotros. La diferencia entre un ciudadano con datos duros, contexto y argumento, o la de un ciudadano desinformado, sesgado y con miedo, somos nosotros”.
“Cada vez más se utiliza el miedo como herramienta de control de masas. Les conviene, desde luego, un pueblo atemorizado sin capacidad de reacción. Pero son ellos quienes deberían temer a los pueblos informados, ya que nunca serán dominados. Son los desinformados nuestro objetivo. Mas, para curar al mundo de noticias falsas y construir una sociedad más democrática, es necesario acabar con la desinformación.”
Y parafraseando el lema de la 4T, Manuel Pedrero exclamó: “Por el bien de todos, ¡primero los desinformados!”
MALDITAS REDES SOCIALES
La argentina Betiana Vargas, quien continúa en México el trabajo en redes como activista social y militante de izquierda que hacía en su país, al tiempo que aprovecha una beca doctoral sobre inteligencia artificial en la educación, advierte que la crisis comunicacional que estamos viviendo “es estructural y profunda”.
Sufrimos, dice, una “guerra multidimensional”, con mucho asedio y ataque a los procesos populares que se han decidido a transformar las realidades. Y para enfrentar este fenómeno de cambio, han emergido monstruos que amenazan al mundo de las redes sociales.
Son benditas y malditas las redes sociales, sostiene. En la medida en que se amplían las posibilidades de que podamos tener mayor comunicación, también nos encierran en la trampa de trabajar y destinar incluso nuestro tiempo de ocio a producir dividendos para el capital. El desafío para las juventudes es cómo lograr una transformación con el nivel de opresión que están teniendo.
En Argentina, Betiana ya observaba “el tedio que genera muchas veces ese mundo digital”. Pareciera que ahí no hay pasado ni futuro, sino un presente perpetuo que termina siendo sofocante. Así no tenemos posibilidades de construir un tiempo histórico, un tiempo social. El desafío es cómo ampliar “ese margen de posibilidades”. Para los mexicanos, luego del fraude electoral de 2006 y la continuación del régimen neoliberal, qué difícil fue “volver a levantarse al otro día y decir: hay que seguir”.
La principal batalla que tenemos que pelear en este momento donde los algoritmos y la inteligencia artificial parecieran determinar la verdad, es volver a llevar el tiempo de vida al centro de la discusión en las redes sociales. Las plataformas digitales regulan el tiempo. No es un tiempo para lo común, sino un tiempo para el consumo. Quieren hacer del tiempo de tedio un tiempo de productividad, insistió.
En Argentina “estamos pasando una situación muy difícil”. Más del 50 por ciento de los habitantes viven hoy bajo la línea de pobreza. Para un país que se dispuso a combatir los grandes poderes, que construyó “con la ciencia y la tecnología una utopía de futuro” posible, resulta muy difícil construir la transformación en la cotidianeidad, porque pareciera que no pasa el tiempo.
Las redes sociales tuvieron en Argentina un rol fundamental, no sólo para el reordenamiento de la derecha sino, sobre todo, para crear un candidato a presidente como Javier Milei, “una persona que no venía de partido político y que construyó esa candidatura con ayuda de las redes sociales y de los medios de comunicación, con mucho vigor a lo largo de tres o cuatro años”.
Milei trabajó el territorio digital como un campo en disputa. Y ese territorio no lo controla la izquierda. Desde los movimientos nacionales y populares, ha sido muy difícil observar lo digital en términos de construcción de poder. Pensamos que el poder se realiza en las calles, que la plaza pública sigue siendo el lugar de encuentro y de encauce para ese poder popular. Pero las redes sociales están teniendo hoy un lugar trascendental en la vida cotidiana, sobre todo a partir de la pandemia. El confinamiento se convirtió en ese factor acelerador del momento en que nos encontramos.
PERIODISTAS REVOILUCIONARIOS
Betiana Vargas quiere rescatar la experiencia de la izquierda mexicana que ha sabido articular ese diálogo entre la calle y las redes sociales. Hay una comunicación permanente con el pueblo a través de las mañaneras. Es admirable la disciplina del presidente para sostener una tarea fundamental, que ha dejado a todos los pueblos de Latinoamérica una gran enseñanza: mantener siempre abierto un canal de comunicación pedagógico y a la vez combativo, porque el mundo digital como el de los medios sociales están sumidos en una constante batalla para comunicar la realidad como es. Y es una guerra total, en cada casa hay un televisor y, por lo menos, la mitad de los integrantes de una familia tienen un celular en la mano.
Espacios como este encuentro de comunicadores independientes, que se realizó en Palacio Nacional, permiten debatir estrategias. Y el primer paso, dice Vargas, es hacer un balance de cómo nos encontramos, para poder entender la situación que estamos atravesando y diseñar estrategias contundentes de integración regional en el marco de la comunicación independiente y el activismo digital.
Hay que ganar la disputa en las redes sociales, por ejemplo, en temas como el asedio imperial a Venezuela y Palestina. “Necesitamos seguir comunicando la verdad de lo que sucede en esos pueblos, para que puedan autodeterminarse. Es lo único que se pide”. En todos los pueblos donde hoy se está dando la batalla, la comunicación independiente en el marco digital debe brindar la información necesaria para entender esa lucha.
Como dijo López Obrador, “no se puede comprender una revolución sin periodistas revolucionarios”. Será nuestro legado histórico continuar lo que ya periodistas como Rodolfo Walsh en Argentina hicieron al comunicar, al darle sentido a “los acontecimientos que sucedían en las territorialidades”. Hay que continuar siendo comunicadores, activistas y educadores para la transformación. A ser los “periodistas revolucionarios de este momento”, llamó Betiana Vargas.
ENLACE MX-AMÉRICA
Finalmente habló el coahuilense Antonio Perales, cuyo perfil en las redes sociales es El Mitote Migrante, en nombre de un grupo de activistas y migrantes que salieron de San José a marchar exigiendo los derechos de los inmigrantes.
Como él, hay otros comunicadores independientes de origen hispanoamericano en Estados Unidos: el chef Lino Pérez (Ferraz TV), los tiktoubers de Enlace MX América, Perón en el Exilio, Eli TV, Radio Búfalo y el propio Abel Reynoso, de quien fue la idea de hacer este encuentro, aunque la invitación a Perales se la hizo (Carlos Pozos) el famoso Lord Molécula.
En una gira por la Unión Americana, López Obrador les dio una encomienda: ‘organícense’. “Y le hicimos caso”, aunque somos “gente del pueblo” y muy pocos “tenemos carrera en el periodismo” ni “hemos estado hablando delante de la gente”.
Tenían el ejemplo de Vicente Serrano, “hermano migrante que nos dijo que teníamos que salir a las calles a documentar, porque no podíamos dejarle todo a los medios que nos dan dos minutos de una nota, mientras nosotros les podemos dar [a esos asuntos] el día entero”.
“Llevo más de 40 años en Estados Unidos. Y me convierto en comunicador independiente (aunque no vivo de las redes, no necesito cobrar) por ver las injusticias que ocurrían en ese país. Y por la humillación que su servidor sufrió solamente por ser moreno, oscurito. Cuando llegaba a los restaurantes con mi esposa blanca pensaban que yo era el empleado, su chofer. Así de discriminantes eran ellos con nosotros.
“Teníamos que salir y alzar la voz. El mexicano nunca ha sido un ciudadano de segunda mano, somos luchones, trabajadores y salimos a trabajar 10, 12 o 14 horas. Y aparte salimos a hacer el periodismo empírico, si le podemos decir de esa manera. Cada medio o cada persona con un celular es un medio de comunicación, eso lo llevamos muy dentro y lo ejercemos.”
Para Antonio Perales, cada uno de los participantes en el encuentro “son héroes” que han defendido a la patria y a algo sagrado: el derecho a informar y el derecho a recibir la información. Aunque todavía “no he cruzado palabras y ustedes tampoco conmigo, sé que todos estamos bajo la misma agenda: si no defendemos la libertad de expresión, vamos a caer y vamos a ser manipulados”.
Y exaltó “el papel que han tenido los medios independientes” para lograr que la gente que se interese en política, tanto en México como en Estados Unidos, Palestina, Ecuador, Perú o Argentina. Los medios tradicionales no tenían ni idea que había tantos medios independientes y que, cada uno de ellos, “es la voz de muchos”, tal vez miles, si no millones de personas que tienen hambre y sed de justicia, pero también de “información verdadera y verídica”.
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